jueves, 29 de abril de 2010

LA INCONSCIENCIA DE ZAPATERO

Según nos cuenta Jenofonte, el sofista griego Critias odiaba profundamente a Sócrates porque se había atrevido a censurar su querencia lasciva hacia Eutidemo. Desde entonces Critias y Sócrates mantenían una constante y animada lucha dialéctica que nos ha transmitido la historia. Cuando Critias llegó a formar parte del gobierno de los Treinta Tiranos, impuesto por los espartanos, quiso vengarse de Sócrates y, en connivencia con Caricles, dictó una ley que prohibía a Sócrates enseñar el arte de la palabra a la juventud griega.
Como el Gobierno de los Treinta, por aquel entonces, condenara a muerte a un gran número de ciudadanos respetables, Sócrates aprovechó la ocasión para cargar las tintas contra Critias, con un comentario que podemos aplicar hoy al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Comienza Sócrates diciendo “que le parecería sorprendente que un pastor de vacas que hiciera menguar y empeorar su ganado no reconociera que era un mal vaquero, pero más sorprendente todavía que un político que hiciera menguar y empeorar a los ciudadanos no se avergonzara ni reconociera que era un mal gobernante”
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, queda perfectamente retratado en la segunda parte de la frase que Jenofonte atribuye al filósofo helénico. Con Zapatero evidentemente, el nivel de vida de los ciudadanos, su poder adquisitivo y hasta la convivencia entre unos y otros se ha deteriorado peligrosamente. Zapatero reconocerá que nos enfrentamos a una situación económica crítica, que nos vino del exterior como consecuencia de las hipotecas subprime y que empeoró por la codicia de los especuladores españoles. No reconocerá jamás su contribución, por otro lado muy clara, al recrudecimiento de la crisis, tanto en profundidad como en extensión. Piensa, por el contrario, que nadie como él para solucionar el problema.
Con las medidas propiciadas por Zapatero, algunas muy peregrinas, no remontaremos jamás de esta crisis, lo único que conseguirá será agravarla. Piensa que con simples inversiones de emergencia y aumentando el número de limosnas, ya es suficiente para salir de la crisis. No hay quien le saque de su reiterado papel de agente de Abastos. Está plenamente convencido de que está haciendo lo que hay que hacer y que no hay otra manera de afrontar esta situación. Como dijo recientemente Solchaga, en un desayuno informativo organizado por Vanity Fair, Zapatero “Es como es” y no se puede “esperar otra cosa”.
La actuación diaria de Zapatero, a pesar de su bajo perfil intelectual, evidencia una forma de gobernar extremamente presidencialista. Los que le acompañan en el Consejo de Ministros, elegidos a propósito entre los cerebros más grises del PSOE para que no le hagan sombra, son simples secretarios o ayudantes suyos, sin peso político alguno. Está convencido de que solamente él es importante y, en consecuencia, todo tiene que pasar por sus manos. Se considera algo así como el numen salvador que necesitan los mortales para sobrevivir.
Ni las recomendaciones, ni siquiera los desplantes de la Unión Europea han hecho mella en Zapatero. No importa que en la Unión Europea pasen olímpicamente de él y le digan a la cara que no es la persona adecuada para dar consejos sobre la mejor forma de gestionar la crisis. Su optimismo antropológico no tiene límites y anuncia sin titubeos que España no bajará al grupo de países “de segunda división”. Se mantendrá “en primera con los países fuertes” sin mayores problemas. Y agrega, sin más, que “cueste lo que cueste” rebajará el déficit público al 3% del PIB para el año 2013. Se las arreglará para conseguir esta meta, eso sí, sin disminuir en absoluto los actuales niveles de protección social. Para ello, dice, “lo que tenemos que hacer es aplicar el plan que ya hay sobre la mesa”. Según Rodríguez Zapatero, en 2010 se reducirá el déficit el 2,5%, “algo -dice- que estamos cumpliendo de forma impecable”. En los otros años lo reducirá un 2%, para situarnos en 2013 en el 3% exigido por la Unión Europea.
Mucho tiene que cambiar el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero, para reducir ese 11% de déficit con que cerramos 2009 y dejarlo en 2013 en el 3% exigido. Va a ser prácticamente imposible disminuir ese déficit, inflado hasta por el gasto desmedido del propio Gobierno, con solo buenas intenciones. Hace falta algo más, hace falta un recorte drástico de los gastos excesivos del propio Gobierno y de las demás instituciones oficiales. Se necesita, sin demora, propiciar medidas estructurales que produzcan riqueza para poder crear puestos de trabajo. Y Zapatero, por lo que parece, no está por la labor.
No es de extrañar que haya personas, alguna tan poco sospechosas como Carlos Solchaga, que adviertan al presidente del Gobierno de que corremos un serio riesgo de seguir los pasos de Grecia y de Portugal. Según Solchaga, es “elevado” el peligro que afronta España con los mercados, si no se aplican a tiempo las medidas precisas. Si las promesas de austeridad quedan en nada y no hay reajuste del Ejecutivo, dice el antiguo ex ministro, “será imposible recuperar la confianza de los mercados”.
Es indudable de que Zapatero y cuantos le rodean entusiásticamente son un peligro público que pende sobre la ciudadanía española. Les ocurre lo que a los hijos de papá que han vivido entre algodones y, cuando llegan a la edad adulta, son incapaces de adaptarse a la sociedad. Su socialismo es muy atípico y con una fuerte crisis de identidad. En realidad, son mucho más irresponsables e inconscientes que los militantes del socialismo histórico.

Gijón, 28 de Abril de 2010

José Luis Valladares Fernández

sábado, 24 de abril de 2010

¡ESTOS SON NUESTROS SINDICATOS !

Es bochornoso que los sindicatos, UGT y CC.OO, pasen olímpicamente de los más de 5 millones de parados españoles y se movilicen en defensa del juez Baltasar Garzón, para evitar el posible juicio por parte del Tribunal Supremo. Y con ellos han arrastrado a políticos de izquierda, a algún que otro jurista levantisco y, claro, no podían faltar los titiriteros adscritos al sindicato de la ceja. El vergonzoso aquelarre, organizado por las dos centrales sindicales mayoritarias, fue acogido con verdadero entusiasmo por el inefable Carlos Berzosa, rector de la Universidad Complutense de Madrid.
Con semejante acto, los allí reunidos, además de hacer un flaco servicio al juez Garzón, atentaron claramente contra la democracia y el Estado de Derecho. Pusieron en entredicho la necesaria independencia del Poder Judicial. Es inconcebible que el Secretario de Estado de Política Territorial, Gaspar Zarrías, apoyara semejante astracanada con su presencia, donde se insultó gravemente a los magistrados del Tribunal Supremo. De nada vale que nos diga ahora que asistió solamente a título personal. El cargo que representa merece, por sí mismo, un respeto bastante mayor.
Llaman la atención los ataques furibundos del ex fiscal jefe Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, a todos los magistrados del Supremo, a los que acusa cínicamente de constituirse en instrumento de la “actual expresión del fascismo español”, porque le parece inaudito que hayan admitido las querellas interpuestas por Falange Española y por Manos Limpias. Les acusa incluso de torturadores. Su sectarismo y su exceso de celo en la defensa de Zapatero, que no de Garzón, le han llevado a él a comportarse en ese acto como un nazi consumado. Solamente los nazis o fascistas pueden atribuirse neciamente la potestad de otorgar carnets de pedigrí democrático. Es la fijación psicológica de toda la izquierda, que presume de progresista y está empeñada en presentarse como la clase redentora de la sociedad española.
En cuanto al rector de la Universidad Complutense parece carecer de memoria. Dice Carlos Berzosa, para justificar la cesión del Anfiteatro Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina para dicho evento, que “es muy difícil que no autoricemos un acto” siempre que no se trate de “fuerzas extraparlamentarias” o “que utilicen la violencia como arma”. Se atrevió a negar que hubiera censurado previamente algún otro acto. Se olvida, de forma miserable que, no hace tantas fechas, negó ese mismo local a otra organización para celebrar un acto pro vida.
En todas las intervenciones se incurrió en la mentira y en la difamación y utilizan con descaro la coartada de Garzón para dividir a la sociedad y obtener así alguna rentabilidad política a favor de Zapatero. Repiten cínicamente, una y otra vez, que se procesa a Garzón por investigar los crímenes franquistas, lo que no es verdad. Se le encausa, ni más ni menos, por prevaricación, que no es lo mismo. Intentó abrir una causa penal contra el franquismo sabiendo que carecía de competencias jurisdiccionales, y que estaba plenamente vigente la Ley de Amnistía de 1977. Él mismo adujo estas razones para dar carpetazo a una denuncia contra Carrillo por los asesinatos de los presos en las checas madrileñas. Pero es igual, siguen la táctica del nazismo de repetir una y mil veces la misma mentira, convencidos de que, aunque no se convierta en verdad, termina por parecérsele bastante.
Tanto Cándido Méndez como Ignacio Fernández Toxo, por lo que parece, se mueven más por razones de rentabilidad que por las obligaciones inherentes a su cargo. Las jugosas subvenciones que reparte Zapatero son motivo suficiente para que estos sindicatos se prostituyan y se olviden de que en España hay más de 5millones de parados y que, muchos de ellos, viven en la pobreza más extrema. De ahí que utilicen todo su poder de convocatoria para agradar a Zapatero y agradecerle su extraordinaria magnanimidad. Sus discursos, en este vergonzoso acto, dejan al descubierto todas sus miserias morales, que son muchas.
Con una fogosidad inusitada, digna de mejores causas, comenzó Cándido Méndez calificando la causa abierta contra Baltasar Garzón de verdadera "vergüenza histórica", con el agravante de haber sido instada por los "hijos de la dictadura". Son muchos los que desconocen la verdadera historia de la Guerra Civil española, y Méndez está entre ellos. De sus palabras se desprende que únicamente hubo muertos entre los republicanos y reivindica el papel de Garzón para que juzgue a "los que se levantaron contra el Gobierno democrático". Afirma sin complejo alguno que, como consecuencia de la disolución de UGT por el franquismo, los españoles "fueran sometidos a la tiranía del capital".
Dada la poca dignidad de Méndez, da igual que disuelvan la UGT que no, ya que, por propia voluntad de su líder, esta central sindical está desaparecida y los obreros se encuentran incluso peor que cuando, por decisión del régimen anterior, eran “sometidos a la tiranía del capital”. La perorata de Cándido Méndez finaliza diciendo que “estamos ante una auténtica vergüenza histórica” con el proceso a Garzón, puesto en marcha por los “nuevos franquistas” o “hijos de la dictadura”. Termina exigiendo que “no vuelva a imperar la impunidad de los franquistas”. No se da cuenta que los auténticos “hijos de la dictadura” ocupan hoy día puestos muy importantes dentro de las estructuras políticas del PSOE, e incluso del gobierno.
A continuación cogió el testigo Ignacio Fernández Toxo que, como era de esperar, estuvo tan desafortunado como Cándido Méndez. El líder de CC.OO. comenzó deshaciéndose en elogios para el anfitrión del descabellado acto, Carlos Berzosa. Se atrevió incluso a pedir a Dolores de Cospedal que se sumara “a la marea democrática regeneracionista” que encarnan, como no, los allí reunidos. La devaluación de los conceptos de democracia y regeneración es evidente para Fernández Toxo. De ahí que se empeñe en presentar este esperpéntico acontecimiento como “una transición ética y moral” en la que están todos empeñados, encabezados, claro está, por el propio juez Garzón. Baltasar Garzón, según expresión del dirigente sindicalista, es el verdadero libertador, el que a base de coraje “nos ha quitado la venda colectivamente a toda la sociedad”.
Puestos a desorbitar las cosas, no es extraño que finalizara su demagógico discurso asegurando que “nuestro país vive una situación excepcional” extraordinaria. Y acto seguido no tiene empacho en afirmar que “de la crisis económica saldremos, pero hay que salir de la crisis ética y moral”. El final de su discurso no pudo ser más apoteósico, logrando encender los ánimos ya caldeados de los allí presentes:
“Por la libertad, por la democracia, contra el olvido, viva la memoria y mucha suerte para el juez Garzón".
Es evidente que tanto Cándido Méndez, como Fernández Toxo, están volcados en la política en detrimento de la acción sindical. Dadas las circunstancias económicas en que estamos inmersos, se necesitan líderes sindicales que se centren exclusivamente en la defensa de los trabajadores, que son los que peor parados salen de esta complicada situación económica. Si como dicen uno y otro, se impone una regeneración ética y moral, es preciso que dimitan, mejor hoy que mañana, y den paso a otros líderes que se ocupen con dedicación a la defensa del mundo laboral. Lo demás son discursos huecos y vergonzosamente interesados.

Gijón, 23 de abril de 2010

José Luis Valladares Fernández

martes, 20 de abril de 2010

EL SANTÓN DE PARACUELLOS DE JARAMA

El pasado día 6 de abril apareció publicado en El País el interesante chat que sostuvo Santiago Carrillo con lectores del citado periódico. En dicho chat, Carrillo trata de dulcificar su controvertida personalidad y hacernos creer que lo que de él se cuenta, en buena medida, no es más que propaganda interesada y falaz. Pero a través de sus respuestas aparece la verdadera dimensión del antiguo consejero de Orden Público de la Junta de Defensa madrileña. Es evidente que el marxismo, a lo largo de su torva historia, ha generado verdaderos monstruos y Carrillo es uno de ellos.
El ex dirigente comunista es la imagen viva del camaleón, ya que es pintoresco como dicho saurio, y cambia de color de acuerdo con las circunstancias. Parecía haberse moderado, pero desde que el PSOE comenzó a homenajearle, volvió por sus fueros y apareciendo en él, con toda crudeza, el totalitarismo de siempre. No se ha enterado que está siendo utilizado sibilinamente por Zapatero en beneficio propio. Por decirlo de una manera gráfica, se ha convertido en el “tonto útil” del PSOE.
Respondiendo a una pregunta de uno de los internautas, dice que su mejor recuerdo es el de la fundación de las Juventudes Socialistas Unificadas, acto que tuvo lugar en marzo de 1936. Aquel fue, dice Carrillo, “un acontecimiento importante, porque era el primer paso de unidad de socialistas y comunistas en una situación en que esa unidad era muy importante para la defensa de la República”. También señala que el peor recuerdo que le viene a la memoria es el del día en que perdieron la guerra. Cuando otro internauta se interesa sobre si IU debiera haber condenado la muerte de Orlando Zapata y los atropellos del castrismo contra los disidentes, prefirió no mojarse y contestó escuetamente: “En cuanto a lo de Cuba, hoy no toca hablar de eso”.
A preguntas sobre la situación actual de España y sobre el sumario del caso Gürtel, Santiago Carrillo se despachó a gusto. Con la verborrea vacua y malintencionada a que nos tiene acostumbrados, apostillo que se trata de “una situación muy confusa, muy compleja, por la crisis económica, y por los procesos de corrupción de miembros del Partido Popular” y que trae como consecuencia el desprestigio de la clase política. La corrupción, dice, es un cáncer en la democracia y es debida, ante todo, al sistema político-social que impone el capitalismo. “Lo grave de esta lacra es que hace perder la confianza en la política y en todos los políticos y crea siempre un terreno favorable a la aparición de un salvador que dictatorialmente nos saque de esa situación. Y ahí nos encontramos sin libertades y con más corrupción. Yo creo que en este país hay un partido, el Partido Popular, que o realiza seria renovación, o debería dejar de ser una alternativa de gobierno, porque un partido que ha llegado al extremo al que ha llegado éste, puede convertirse en un peligro para la democracia”.
La corrupción, según Carrillo, es consustancial al Partido Popular. El PSOE actual, en cambio, está libre de esa lacra. Ante todo hay que ser agradecidos al trato que le están dispensando las huestes de Zapatero. Por eso dice que, en el pasado, hubo casos de corrupción en el PSOE, pero fueron debidamente juzgados. Incluso, agrega, “el Gobierno del PSOE, en un momento dado, fue capaz de capturar, nada menos que en Laos, a uno de los miembros corruptos de ese partido”. Seguro que, con la ayuda de Santiago Carrillo, la cúpula de Interior de entonces localizó por fin al famoso capitán Khan que, supuestamente, entregó a Luis Roldan.
El comportamiento del Partido Popular, según el antiguo dirigente del Partido Comunista, es muy distinto al del PSOE. Es cierto, dice, que Rajoy ha condenado a Matas. Pero hay indicios claros de que personalidades del PP, comprometidas con la trama Gürtel, están en cierto modo protegidas por el partido. A esto hay que agregar, faltaría más, que Carrillo “duda de la independencia real de los jueces”. El PSOE, en cambio, sería un partido inmaculado en cuanto a corrupción se refiere. Dejando a un lado la financiación del partido socialista con Filesa, Malesa y Time Sport, habría que borrar de un plumazo lo de Merca-Sevilla, el caso Pretoria, Caja Castilla La Mancha, la empresa MATSA donde trabaja la hija de Chaves y otros muchos casos por el estilo. El mismo José Bono aún no ha explicado fehacientemente el origen de su patrimonio. Y ¿qué pasa con las deudas millonarias de los socialistas, perdonadas por los Bancos, deudas que ascendían a unos 40 millones aproximadamente? ¿Acaso son actos de beneficencia por parte de las entidades bancarias?
Ante la intervención de otro internauta, que se interesaba por su actitud ante el revisionismo de Garzón sobre los crímenes de la Guerra Civil y el Franquismo, dice que los crímenes del campo republicano fueron “mucho menores de los que hubo en el franquista”. Además, agrega, los cometidos por los republicanos “fueron juzgados muy severamente al terminar la guerra por el régimen franquista. Miles de personas fueron ejecutadas como consecuencia de aquello. A las ejecuciones se unió el denigramiento de esas personas. Creo que si hubiera que juzgar hoy algún crimen, sería el de los franquistas que naturalmente no sólo no se juzgaron a sí mismos, sino que glorificaron y premiaron a los autores de sus crímenes”.
Es evidente que Carrillo, en la actualidad, no tiene que dar cuenta de sus actuaciones durante la Guerra Civil. Fue amnistiado de todos sus delitos, exactamente lo mismo que los del otro bando contendiente. Precisamente por este motivo, el ex dirigente comunista debería guardar, cuando menos, un prudente silencio. Evitaría que parte de la sociedad entre a saco en su vida y le recuerde sus terribles crímenes, tan numerosos al menos como los de los franquistas, pero mucho más odiosos por el inexplicable sadismo con que se llevaron a cabo. Las declaraciones de Ramón Torrecilla Guijarro, colaborador directo de Carrillo en las macabras sacas de las checas madrileñas, dejan al descubierto la brutalidad macabra con que eran tratadas las víctimas.
Entre los crímenes de Santiago Carrillo, nos encontramos con el asesinato de jovencitos, prácticamente niños, por el delito terrible de asistir a misa los domingos. Entre los asesinados hay también cantidad de seminaristas imberbes y muchas monjitas que, al parecer, entrañaban un gran peligro para la República. A Carrillo, por hablar más de la cuenta, le está pasando lo que a Zapatero con su abuelo. Nadie se acordaba ya de que había existido un tal capitán Lozano, duro represor de los mineros en el año 1934, pero desleal posteriormente con sus compañeros por sus relaciones ocultas con los republicanos. Y en cualquiera de los dos bandos, es normal que personajes así fueran tratados como traidores.
Los incontables crímenes de Carrillo continuaron aún después de terminada la Guerra Civil. Más de un compañero de partido o camarada, como se decía entonces, fue asesinado por orden suya, cuando compartía responsabilidades de mando en el PCE con Dolores Ibárruri, La Pasionaria. Y su osadía era tal, que procuraba que los familiares de la víctima creyeran que había sido la Guardia Civil la culpable de su muerte. Es, por ejemplo, el caso de Víctor García García, alias el brasileño. Pero, eso sí, según confesó en El País, allá por el año 2005, nunca tuvo problemas de conciencia. Faltaría más.
Este es el auténtico Carrillo y no el que él esconde torpemente detrás de sus recomendaciones éticas y morales, que prodiga a través de los micrófonos de la cadena SER. Quien no sepa de qué va, creerá que se trata de un santo muy preocupado por la democracia y por hacer el bien a todos los ciudadanos. Un demócrata consumado. Pero todo el mundo sabe que Carrillo es el símbolo viviente del totalitarismo más abyecto e ignominioso que te puedas encontrar. Su verdadera medida ya la dio siendo aún muy joven, cuando dirigía el periódico Renovación, órgano oficial de la Federación de Juventudes Socialistas de España.
Fue en este periódico donde Santiago Carrillo hizo sus pinitos de estimulador de la violencia, escribiendo el “Decálogo del joven socialista”, allá por 1934. Su manera de luchar por la libertad y la democracia queda muy bien reflejada en el punto sétimo y octavo de su decálogo. El punto sétimo reza así: “Ha de acostumbrarse (el joven socialista) a pensar que en los momentos revolucionarios la democracia interna en la organización en un estorbo. El jefe superior debe ser ciegamente obedecido, como asimismo el jefe de cada grupo”. Y remacha en el octavo: “La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente”. Todo esto, claro está, lo puso en práctica Santiago Carrillo una vez fue nombrado consejero de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid, sembrando de muertos el arroyo de San José, en Paracuellos de Jarama y el soto de Aldovea, en Torrejón de Ardoz. Este es el verdadero Santiago Carrillo Solares.

Gijón, 19 de abril de 2010

José Luis Valladares Fernández

miércoles, 14 de abril de 2010

LA CONJURA DE LOS NECIOS

Las Cortes de Cádiz bautizaron como culiparlantes a los diputados que no presentan proyectos de ley, ni aportan nada sustancial en los debates. Se limitan a dar su voto de acuerdo con las indicaciones concretas de su propio partido. José Luis Zapatero era un culiparlante clásico, que jamás abrió su boca en La Cámara hasta que su partido lo utilizó para evitar el desembarque de José Bono, aupándolo a la Secretaría General del PSOE. Tan pronto tuvo en sus manos la responsabilidad del partido socialista, se rodeó de cerebros acreditadamente grises que, sin hacerle sombra, le ayudaran a instalarse en la consigna de la propaganda vacua y mendaz más absoluta.
Como las desgracias nunca vienen solas, en el mes de marzo de 2004, Zapatero llega a La Moncloa en unos trenes de cercanías que fueron criminalmente despanzurrados con explosivos. Pero las funciones de Gobierno le desbordan completamente. Como es un traje que le queda demasiado grande, quiere justificarse tratando de hacernos creer que es un genio incomprendido y que, por tal motivo, los necios se han conjurado contra él. En realidad se comporta de manera similar al protagonista de ‘La conjura de los necios’, novela escrita por el estadounidense John Kennedy Toole. Las peripecias de Zapatero parecen calcadas en las de Ignatius J. Reilly, que es el personaje central y excéntrico de la novela.
El protagonista de dicha obra literaria es un ser desgraciadamente inadaptado y anacrónico que quiere implantar de nuevo la moral y la forma de vida del Medioevo. No le hace caso nadie y, además, es el hazmerreir de todo el mundo. Sin abandonar este cometido, se embarca simultáneamente en unas estrafalarias aventuras para competir con una amiga suya en el terreno de la agitación social. Zapatero no pretende que adoptemos las formas de vida medievales, pero trata de que olvidemos parte de nuestra historia y nos retrotraigamos sumisos a los desgraciados tiempos de la II República. También emula a Ignatius J. Reilly metiéndose continuamente en líos, alterando la convivencia pacífica de los españoles. En su afán por restaurar las dos Españas de la República, no ha dudado en burlarse de sus conmilitones catalanes y pactar con el líder de Convergencia y Unión un Estatuto para Cataluña claramente anticonstitucional.
Gracias a la testarudez de Zapatero, España se ha convertido en un país tremendamente anómalo y bananero. Se está contagiando España del progresismo sectario del jefe del Ejecutivo, lo que nos aleja cada día más de de Europa y nos acerca paso a paso a la Cuba de Castro y a la Venezuela del Gorila Rojo. Con su política desleal y populista se está cargando las distintas instituciones españolas. Hasta la propia Justicia, de la mano de Zapatero, parece darle la razón al alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, cuando la definió como un “cachondeo”. Solamente en ese contexto puede tener explicación el aquelarre organizado o consentido ayer por el Rector de La Universidad Complutense, Carlos Berzosa. En ese acto vergonzoso, en defensa de Baltasar Garzón, se cuestionó vilmente el Estado de Derecho y el principio de igualdad ante la Ley
Pero Zapatero también tiene su lado cómico. Es capaz de hablar durante horas de cualquier cuestión, y no decir absolutamente nada. Pero no por eso abandona su talante trasnochado. Nadie como él puede presumir de tener un elenco tan elevado de frases pretenciosas, que pueden sonar muy bien pero que no dicen nada de nada. Recordemos sus palabras de mayo de 2006, pronunciadas en la entrega del premio ‘Leonés del año’ al poeta Antonio Colinas. Aquí se retrató perfectamente dejando al descubierto la medida de su inteligencia y su claridad de ideas: "La gran poesía enseña que la única debilidad es la mentira, cuando el egoísmo y el miedo pretenden pasar por amor a la tierra, desoyendo el papel legislador del pensamiento y el papel mediador de la sensibilidad". Tampoco tiene desperdicio su discurso en la Cumbre de Copenhague de diciembre pasado, donde dijo en tono poético: "(en la Tierra) viven pobres, demasiados pobres. Y ricos, demasiados ricos, pero la Tierra no pertenece a nadie, salvo al viento".
En la actualidad, es habitual sorprender a Zapatero oteando el horizonte, en busca de los fantasmagóricos brotes verdes que nos van a llevar a la recuperación económica. Y al igual que el que se pierde en un desierto, después de muchas horas bajo el sol y dominado por la sed, comienza a ver oasis por todas partes, Zapatero no ve más que brotes verdes ilusorios, naciendo por todas partes. De ahí que anuncie, un día sí y otro también que si no hemos abandonado la recesión, estamos a punto de hacerlo. Y que la creación de puestos de trabajo, que al final resulta reiteradamente ilusoria, comenzará en unos meses, siempre a finales del próximo trimestre o, como mucho, a finales del semestre actual.
Como Zapatero es tan celoso de su imagen y los desastres económicos continuados han dañado tan profundamente su valoración mediática, esperaba como agua de mayo el momento de hacerse cargo de la presidencia de turno de la Unión Europea. Asumió esa presidencia con grandes alharacas, pensando que le iba a devolver con creces la popularidad perdida. Pero nada de eso ocurrió. Ni la UE le presentó, tal como él esperaba, como cuajado estadista, ni le hizo el más mínimo caso. Es más, a lo largo de estos meses, cada vez que ha habido que tomar alguna decisión importante, le han ignorado claramente. Los que de verdad cuentan en la UE, consideran que Zapatero no es la persona adecuada para dar consejos sobre la mejor forma de gestionar la crisis.
Nada útil de cuanto se ha propuesto nuestro presidente del Gobierno llegó a cristalizar en algo real, ni siquiera la tan cacareada igualdad entre los distintos estamentos de la sociedad. Quiso que la igualdad fuera la suma expresión de su mandato. De ahí que creara el Ministerio de Igualdad, al frente del cual puso a Bibiana Aido. La igualdad, tal como la entiende la indocumentada ministra, y en cualquier orden que se mire, ha resultado ser un manifiesto fracaso. En muchos casos ha terminado por convertirse en una burla, en un desprecio hasta para el propio concepto de igualdad. La mayor desigualdad la produce el hecho de que haya un número tan desorbitado de parados que se ven obligados a vivir prácticamente de unas escasas limosnas.
La única igualdad conseguida por Zapatero tiene un valor muy pírrico, aunque se trate de una igualdad perfecta. Se empeñó en tener un Gobierno paritario, con igual número de mujeres que de hombres y lo consiguió. Más aún, dado su afán de que ningún ministro le hiciera sombra, consiguió que, hombres y mujeres, fueran todos iguales en incompetencia e incapacidad.

Gijón, 14 de abril de 2010

José Luis Valladares Fernández

lunes, 12 de abril de 2010

EN QUÉ SE VA EL DINERO PÚBLICO

Fue Carmen Calvo Poyate, ministra de Educación, Cultura y Deporte del primer Gobierno de Zapatero, la que, sin ponerse colorada, nos espetó aquello de "Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie". Fue esto en la entrevista que concedió a ABC el 29 de mayo de 2004. Todos pensamos entonces, que a la ministra se le había ido la olla y se trataba de un grave desliz o una considerable metedura de pata. Tal es así que alguien compuso
este poema gracioso:
“No hay Carmen menos tacaña
y que más largueza irradie:
su tesis –¡toma castaña!–
es que el dinero en España,
si es público, no es de nadie”.
Pero hoy día yo ya no estoy tan seguro de que se tratara de un terrible gazapo de una ministra inexperta. Si analizamos el pasado, con Felipe González en el Gobierno, y examinamos la manera de despilfarrar dinero de José Luis Rodríguez Zapatero, podemos llegar a pensar que, dentro del PSOE, ha tomado cuerpo la filosofía de que, efectivamente, “el dinero público no es de nadie”. En tiempos de González, varios allegados al Gobierno de entonces, como Vera, Roldán y compañeros mártires, se llevaban el dinero público sin el menor problema. Ahora Zapatero gasta alegremente ese dinero hasta en las cosas más peregrinas.
A pesar de nuestras dificultades económicas derivadas de la ya prolongada crisis, El Gobierno de Zapatero reparte dinero sin preocupación alguna. La cuantía destinada a la mal llamada Memoria Histórica, con respecto a 2009, sufre un incremento del 47%. Esto es, de los 3.870.000 euros de 2009, pasamos alegremente a los 5.681.000 euros. Este incremento de la subvención queda absurdamente justificado, según la orden ministerial del departamento de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, por “la creciente repercusión e interés social suscitados en esta materia además de la necesidad de las ayudas para la ejecución de actividades relacionadas”· con ella. Esto es: no se trata solamente de localizar, exhumar e identificar restos de desaparecidos. Se trata también de inhumar nuevamente esos restos y dignificar los lugares de enterramiento, colocando placas u otros elementos conmemorativos.
Como si no tuviésemos más de 5 millones de parados y deshecho nuestro tejido industrial, el Gobierno se gastó la friolera de unos 3,5 millones de euros en la organización del V Encuentro Mujeres por un Mundo Mejor España-África, celebrado en Valencia los días 27 y 28 del pasado mes de marzo. La organización del mismo corrió a cargo de María Teresa Fernández de la Vega que, desde el primero celebrado en Maputo (Mozambique), hasta este de Valencia ha tenido siempre actuaciones muy destacadas. A este encuentro asistieron unas 500 mujeres, la mayoría de diferentes países africanos.
Son también muy llamativas las enjundiosas subvenciones que concede el Gobierno para actividades de cooperación y ayuda al desarrollo. Son 27 ayudas y el importe total de las mismas asciende a la no despreciable suma de 5.917.268 euros. Su adjudicación pormenorizada se publica en el Boletín Oficial del Estado del día 29 de marzo pasado. Subvenciones y ayudas que, en su mayoría, estarían muy bien si nuestra situación económica fuera más boyante y sin las terribles carencias que nos vemos obligados a soportar. Toda la sociedad española pide insistentemente a Zapatero que limite esas subvenciones que el departamento de Exteriores regala a terceros países. Pero el jefe del Ejecutivo, tal como aclaró en la celebración del encuentro de mujeres de Valencia, "no reducirá la ayuda a la cooperación, pese a que nos hemos comprometido con el gasto público". Y hasta se vanaglorió de sus políticas de cooperación.
De todas estas ayudas, destaca una de 53.500 euros, concedida a una ONG extranjera, Docs Heal Africa, para algo tan psicodélico como la “corrección del pie zambo congénito” en la zona Este de la República Democrática del Congo. El Congo se lleva también otro buen pellizco, nada menos que 440.500 euros, destinados a un “programa de rehabilitación nutricional de emergencia para las personas vulnerables en los territorios de salud de Walikake y Kirotshe”. Es la ONG estadounidense, Action Against Hunger, la encargada de gestionar esta ayuda.
Además de las dos ayudas ya mencionadas, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, dependiente del ministerio de Asuntos Exteriores, concedió otras 25 ayudas, algunas de las cuales, al menos, son muy llamativas. Entre los beneficiarios de estas ayudas nos encontramos, faltaría más, con los Territorios Palestinos, con Cuba, Bolivia, Ecuador y El Salvador, entre otros. También aparecen otros países africanos, además del Congo, como Senegal y Somalia.
Hasta Vietnam se lleva 200.500 euros, a través de la ONG Fundación Ayuda en Acción, para “Construcción de la capacidad de adaptación y recuperación frente a desastres y cambios climáticos de las minorías étnicas en Central Highland, Vietnam”. Los 300.000 euros que se van a Cuba, a través de la Fundación Paz y Tercer Mundo (Hirugarren Mundua Ta Bakea Fundazioa), están destinados a la “Rehabilitación de la capacidad productiva local del sector agropecuario afectada por los huracanes Gustav e Ike en la Isla de la Juventud”.
La ONG Fundación Española para la Cooperación-Solidaridad Internacional, afín al PSOE y que presidió Leire Pajín hasta 2004, recibe 257.551 euros de subvención que debe destinar a la “ayuda de emergencia y atención multi-institucional en comunidades afro del pacífico colombiano por el conflicto armado”.
No todas las ayudas, previstas para 2010 por la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo, se van al extranjero. Hay una subvención o ayuda de 99.425 euros que se queda en España. Fue otorgada al Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) para el “Análisis y consolidación de la acción humanitaria española: apoyo al Observatorio de la Acción Humanitaria”.
Puesto que vivimos tiempos de escasez y penuria, nuestro Gobierno debiera ser más exquisito a la hora de regalar lo que no se tiene. Con seguridad que este dinero hubiera sido mucho más útil, empleándolo en solucionar problemas derivados de la crisis.
Gijón, 11 de abril de 2010

José Luis Valladares Fernández

viernes, 9 de abril de 2010

CAUTIVADOS POR EL CASTRISMO

A finales de febrero, dos días después de la muerte del represaliado cubano, Orlando Zapata, se celebró en Ginebra el IV Congreso contra la Pena de Muerte. La inauguración del mismo corrió a cargo de José Luis Rodríguez Zapatero. El lugar elegido para celebrar este congreso no podía ser más oportuno, la sala de los Derechos Humanos del Palacio de las Naciones.
En dicha sala, y bajo la polémica cúpula de Miquel Barceló, Zapatero pronunció un discurso muy desangelado. Habló de la pena de muerte, de que nadie tiene derecho a matar, pero de una manera muy abstracta. Realizaremos, dijo, “gestiones directas allí donde se produzcan casos individuales de aplicación de sentencias de pena de muerte que violen los criterios mínimos establecidos por el Derecho Internacional. En particular, cuando afecten a los grupos más vulnerables: menores de edad, mujeres embarazadas o personas con discapacidades mentales”. Y agregó: “España y los españoles estamos plenamente comprometidos en la lucha contra la pena capital, plenamente comprometidos en el respeto a la vida”.
Abogó también por que se incorporen al grupo de los “abolicionistas” otros países y que aquellos otros pueblos, donde ya no se practica la pena capital, pero su abolición aún no ha sido incluida en sus legislaciones, firmen y ratifiquen el protocolo segundo del Pacto de Derechos Civiles y Políticos. Pero de la muerte del opositor Orlando Zapata prácticamente nada de nada. La ocasión era la adecuada y el lugar el sitio preciso para denunciar la situación de los derechos humanos en Cuba, ya que hacía pocas horas que había muerto Zapata, acosado y perseguido por la dictadura castrista por defender precisamente los derechos humanos y reivindicar la dignidad del pueblo cubano. Pero Zapatero, silente como una estatua, evita una condena clara a la dictadura castrista.
Lo que si hizo Zapatero, improvisando y ya fuera del discurso que llevaba escrito, fue referirse de manera velada al caso Zapata. “El éxito de todos (…) –dijo- será el éxito de los estados que respeten hasta el último instante la vida de cada uno de sus ciudadanos. Nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano”. Palabras que, sin la aclaración posterior de La Moncloa, nadie hubiera pensado que se refería a Cuba. Frase sumamente genérica y que la delegación española en Ginebra ha tratado de vender como una condena clara al régimen impuesto por los hermanos Castro.
Lo que si queda claro es que Zapatero ha dado muestras, una vez más, de una complacencia culpable con el Gobierno de Cuba. De ahí la tibieza en sus críticas a los dictadores cubanos y en solidarizarse con el preso político Orlando Zapata Tamayo. Además de no condenar la actuación de los hermanos Castro por la desgraciada muerte del opositor Zapata, quiso liberar al régimen tirano de Cuba de la nueva patata caliente que tienen ahora con el disidente Guillermo Fariñas, que cogió valientemente el testigo que dejo Orlando. Quisieron traérselo a España, pero Fariñas no aceptó la componenda. Puso como condición la liberación inmediata de todos los presos políticos que sufren condenas y malos tratos en las cárceles cubanas.
Tanto Zapatero como el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, hacen caso omiso de los disidentes cubanos, pero están prestos a habilitar partidas considerables de dinero que se traducen en suculentas subvenciones para los dictadores de cubanos. Es deleznable que, en Exteriores, jueguen al despiste y digan que “lamentan” la muerte de Orlando Zapata y que habían mediado por él en el seminario sobre Derechos Humanos en Cuba celebrado en Madrid. Pues es manifiesto que se trató de un seminario trampa, utilizado para disfrazar la realidad, ya que se realizó a puerta cerrada, negando la asistencia al mismo a las plataformas democráticas cubanas que residen en España y a la propia Amnistía Internacional que también quiso asistir.
Con prohombres como Moratinos, que pretende intensificar el diálogo con Cuba por que dice que da buenos resultados, todo se puede esperar. La complacencia del Gobierno de Zapatero con los hermanos Castro es manifiesta. Buscan sin desmayo que la Unión Europea modifique el status exigente que mantiene con La Habana desde 1996 y, simultáneamente, financian al régimen cubano con aportaciones millonarias a cambio de nada. Y todo esto, sin tener en cuenta las necesidades por las que atraviesa España como consecuencia de la grave crisis económica que nuestro Gobierno no supo o no quiso capear adecuadamente. Últimamente el régimen de los hermanos Castro ha sido agraciado con 2,7 millones de euros
La concesión de ayudas discrecionales a la isla es continua. Entre los destinatarios de esas ayudas en materia de cooperación internacional están prácticamente todos los países de Iberoamérica. Pero Cuba es la principal beneficiaria, a pesar de su violación constante de los Derechos Humanos. Son abultadas las partidas entregadas a los ministerios cubanos de Educación, Salud Pública, Agricultura y Comercio Exterior, subvencionados con la significativa cifra de 1.140.000 euros. Mas importantes aún son las cantidades destinadas al Gobierno provincial de Guantánamo, al que se le asignan 560.000 euros y a las oficinas del Historiador de La Habana, Camagüey y Trinidad, que se lleva nada menos que 685.540 euros del ala. También aparece un donativo de 50.000 euros para el Ayuntamiento de Baracoa con vistas a su renovación tecnológica.
Que nuestro Gobierno está subyugado por la magia de Fidel y Raúl Castro es evidente. De ahí que Zapatero y sus ministros, sobre todo Moratinos, traten de estrechar sus lazos con estos tiranos a golpe de talonario. Y eso, aunque tengan que dejar al descubierto alguna de nuestras urgentes necesidades derivadas de la crisis económica y de la incompetencia de nuestros gobernantes.

Gijón, 8 de abril de 2010

José Luis Valladares Fernández

martes, 6 de abril de 2010

¡ALCANZAMOS A ESLOVENIA!

Fue en Nueva York, allá por septiembre de 2008, donde José Luis Rodríguez Zapatero dio una vez más muestras de carecer del sentido del ridículo. Ante un auditorio que se hacía cruces y era incapaz de disimular la carcajada, se dedicó a cantar las excelencias de nuestra economía y la solidez de nuestro sistema financiero. En ese contexto y creyendo que hablaba para zotes, anunció que ya habíamos dejado atrás a la Italia de Berlusconi y que el amigo Sarkozy estaba muy nervioso, al ver que estábamos ya pisándole los talones. A pesar de las incontenibles carcajadas del público, Zapatero se atreve a señalar un plazo: en dos o tres años alcanzamos a Francia.
Aún no han pasado dos años y la situación está cada vez más clara. El Ejecutivo comunitario ha elaborado un índice de poder adquisitivo en el que se reflejan las notables diferencias en el coste de la vida entre los diferentes Estados miembros. Dicho índice tuvo en cuenta, claro está, la renta media y el nivel de precios de cada país y la posición que ocupa España en él nos indica que nos hemos puesto a la altura de Eslovenia, evidentemente por detrás de Francia y por detrás de la Italia de Berlusconi.
La media comunitaria del poder adquisitivo está en los 100 puntos. Y España se sitúa por debajo la media de la Unión Europea, nada menos que en 4 puntos. Muy lejos, evidentemente, de Luxemburgo, del Reino Unido, de Chipre de los Países Bajos y de Austria. Ocupamos, dentro del ranking del Ejecutivo comunitario, una preocupante decimoquinta posición, empatados a 96 puntos con Eslovenia. Por delante de nosotros tenemos también a la Italia de Berlusconi a la que habíamos sobrepasado, cuyo poder adquisitivo supera en un 3% el promedio de la Unión Europea. Y no hablemos de Finlandia con 110 puntos, ni de Francia con un 11% por encima de la media de la UE, ni de Bélgica con 116 puntos.
Si analizamos la situación económica de los diversos países, nos encontramos con que existe una relación muy directa entre salario y poder adquisitivo. La vida es bastante más asequible para los consumidores de aquellas partes de Europa que son más ricas, aunque los productos tengan precios notablemente más elevados. A más salario, evidentemente, mayor poder adquisitivo, aunque después quede algo matizado por otros condicionantes, como es el coste de la cesta de la compra. Aunque, también es verdad, que los artículos no siempre cuestan más donde los salarios son más altos. De todos modos, si queremos comparar adecuadamente el nivel de vida entre unos países y otros, debemos recurrir al indicador económico que nos proporciona el análisis del producto interior bruto per cápita que resulte después de tener en cuenta el coste de la vida en cada lugar.
Este indicador económico nos indica que Luxemburgo encabeza de manera destacada esa lista, ya que la vida es un 88% más asequible que la media de la Unión Europea. Le siguen, aunque a gran distancia, el Reino Unido con un 32%, Chipre y los Países Bajos con un 29%, Austria con un 28% e Irlanda con el 25%. Cierra esta lista de los países más afortunados la Alemania de Ángela Merkel con un 21% por encima de la media de la UE. España no aparece hasta la posición decimoquinta, empatada con Eslovenia a 4 puntos de la media. Nos queda el triste consuelo de que hay otras naciones peor clasificadas que nosotros, como Bulgaria, Polonia, Hungría Y Eslovaquia.
Los males no acaban aquí. Según el informe elaborado por Bruselas, en España, durante el último año, ha caído el consumo de 55 a 49 puntos, colocándonos a la misma altura que Letonia o Chipre. En esta caída tiene mucho que ver la crisis económica, ya que son muchas las personas que se ven obligadas a restringir gastos porque o están en paro, o sus ingresos no dan para más, además de la poca confianza que inspira el Gobierno de Zapatero para gestionar la crisis. Y es previsible que este dato del consumo empeore, aún más, a partir del mes de julio por la absurda subida del IVA.
Hay otros países miembros de la Unión Europea con un consumo deficiente, pero que han sabido frenar el deterioro del mismo, como es el caso de Portugal, Irlanda, Italia y Francia, entre otros. Para los españoles, la normalización del consumo sigue siendo una asignatura pendiente y no es previsible su recuperación, mientras Zapatero siga empecinado en su absurda política. Lo malo es que de Zapatero reconocerá el problema, pero jamás admitirá que se equivoca en la manera de afrontarlo. Dirá una y mil veces que está haciendo lo que hay que hacer y que no hay otra manera de solucionarlo. Por no escuchar, no escucha ni a sus ministros y así nos va a los españoles.

Gijón, 5 de abril de 2010

José Luis Valladares Fernández

viernes, 2 de abril de 2010

A VUELTAS CON LOS SINDICATOS DE CLASE

Con la Revolución Industrial, que tuvo su origen en Inglaterra entre los años de 1776 y 1810, tienen lugar las mayores transformaciones sociales de la historia. El impacto económico que supuso esta revolución, dio al traste con la economía rudimentaria y de corte claramente familiar, practicada hasta entonces, para dar paso a otra mucho más pujante y en manos ya de una industria mucho más organizada.
A la vez que en Inglaterra se producía un éxodo masivo de campesinos hacia la ciudad para convertirse en obreros industriales, en Francia soplaban aires revolucionarios que traerían consigo transcendentales cambios sociales. Con la Revolución Francesa de 1789, desaparece la clase feudal, tan arraigada en Francia desde que fue institucionalizada por la Dinastía Carolingia. El espacio que deja vacío el feudalismo lo ocupa, de inmediato, una nueva casta social, la burguesía que, poco a poco, se transforma en clase dominante y adquiere rápidamente un gran poderío económico. La sustitución de feudalismo por capitalismo da lugar a un nuevo sistema económico, que se extiende rápidamente por toda Europa.
Con los obreros excedentes del campo que llegaban a las ciudades, se ponen en marcha las nuevas fábricas, dedicadas a la industria textil, a la siderurgia, a los transportes y a la minería. Desde un principio, y para que estas fábricas fueran plenamente rentables, comienza la producción en serie y la explotación descarada de los trabajadores. Como no había norma jurídica alguna que regulara esa actividad, los obreros tenían que trabajar, de sol a sol y sin garantía laboral alguna, por un simple salario de hambre.
Para luchar contra la avidez abusiva de los patronos y para tratar de mejorar su precaria situación laboral, los obreros comenzaron a formar asociaciones colectivas para reivindicar mejoras salariales y laborales. Y eso, a pesar de que, en aquella época, los movimientos asociativos eran ilegales y se perseguían rigurosamente y con la mayor dureza. A pesar de lo arriesgado que resultaba, dada la intrepidez y el coraje de los trabajadores, esas asociaciones terminaron por imponerse, dando lugar al movimiento obrero que, con el tiempo, fue perfeccionándose, convirtiéndose al final en lo que hoy entendemos por sindicatos.
Desde un principio, este movimiento obrero buscaba exclusivamente una retribución salarial más justa y unas condiciones de trabajo más dignas. Este movimiento obrero, con muchas carencias en sus primeros pasos, fue adquiriendo relevancia y cogiendo experiencia con la lucha solidaria de los trabajadores contra las duras condiciones laborales impuestas en un principio por los patronos. Estas asociaciones colectivas, en su lucha contra la injusticia manifiesta, fueron adoptando distintos modos a lo largo de la historia sindical. Los primeros modos, como el socialismo utópico y los cartistas, centraban todos sus esfuerzos en el mundo laboral.
Los movimientos que fueron surgiendo después, a la lucha social incorporaban la lucha por el poder político. De estos, el más representativo era el socialismo que Marx y Engels definieron como científico. Y en este socialismo científico copiaron después todos los sindicatos de clase que aparecieron posteriormente. Todos ellos, incluidos CC.OO. y UGT, a pesar de los intereses puramente políticos, tuvieron siempre presente la defensa de los intereses laborales del obrero. Ante todo, la economía debía ser puesta al servicio de la mayoría.
Ahora se han cambiado las tornas. Desde que se produjo la conjunción planetaria del chico del talante y de la falsa sonrisa con las cúpulas actuales de CC.OO. y UGT, los sindicatos se olvidan de la defensa de los trabajadores para apoyar al Gobierno y, de paso, engrosar notablemente su cuenta corriente. A Zapatero le quema el dinero público, el dinero ese que “no es de nadie”, según dijo una de sus antiguas ministras. Y como no es de nadie, el presidente del Ejecutivo, antes de que caliente en sus manos, procura buscarle dueño, dedicándolo a la compra inmediata de voluntades y en tener bien aprovisionado el pesebre gubernamental. Y las cúpulas sindicales citadas aprovechan muy bien esa mamandurria que les ofrece el Gobierno, pues las cuotas de los afiliados dan para muy poco.
Los sindicatos de clase se han beneficiado de un espectacular incremento de los recursos públicos desde que Zapatero llegó a la Moncloa. Las ayudas directas que CC.OO y UGT recibieron del Gobierno aumentaron en un nada despreciable 50%. Una de las partidas que más se dispararon, a pesar de la grave crisis que padecemos, fue la destinada a financiar la fundación de estos sindicatos que gestiona los sospechosos cursos de prevención de riesgos laborales. Para estos menesteres, estas organizaciones sindicales, solamente en el año 2009, recibieron de Administraciones Públicas la bonita cifra de 28.908.000 euros. Hay también, mediante Decreto del Consejo de Ministros, enjundiosas asignaciones a dedo para actividades complementarias, 455.000 euros para UGT y 330.000 a CC.OO.
Los silencios de Cándido Méndez y de Fernández Toxo y la denigrante paz social que ofertan al Gobierno están francamente bien pagados. Estos dos sindicalistas pasan obscenamente de los más de 5 millones de parados, debidos muchos de ellos a que los responsables políticos no han provisto medidas estructurales adecuadas para luchar contra la crisis. Tanto Méndez como Toxo no tienen el más mínimo respeto por su función institucional. Se olvidan de quienes se han quedado sin trabajo y caen en el ridículo de movilizarse para defender a un juez. Dedican todo su esfuerzo en la preparación de un acto público de “notable relevancia” para apoyar al juez Baltasar Garzón. Con tal fin, se dedican a recabar apoyos en los comités de empresa, en las universidades y en todos los ámbitos en los que aún conservan cierta influencia.
La miseria moral ha hecho mella en estas organizaciones y nunca, en su dilatada historia, habían caído tan abajo. Ya no merecen la calificación de sindicalistas.

Gijón, 1 de abril de 2010

José Luis Valladares Fernández