sábado, 25 de junio de 2011

YA TENEMOS CANDIDATO

Como era previsible, Alfredo Pérez Rubalcaba ya es el aspirante oficial a ocupar La Moncloa en las próximas elecciones. En esas primarias sui generis, en las que, siguiendo sus instrucciones, se cerró el paso a los aspirantes atrevidos, exigiéndoles unas condiciones claramente inalcanzables. Se les exigían nada menos que 22.000 avales que debían conseguir en un espacio de tiempo relativamente my corto. No había días en el calendario para recabar ese número tan elevado de firmas. Así que Rubalcaba, el que ahora quiere llamarse Alfredo, sin primarias ni gaitas, saldrá elegido con el 100% de los votos, como suele ser habitual en todas las Democracias Populares que se precien.

Utilizando sus artes maquiavélicas, ya había conseguido previamente que José Luis Rodríguez Zapatero pidiera a su preferida Carme Chacón que renunciara a medirse con él en las primarias. Quería abortar las primarias y ser el candidato único. Y para Rubalcaba, con ese su carácter innato tan tortuoso y laberíntico, manejar a Zapatero era algo sumamente sencillo. Así que la ministra de  Defensa anunció, cobardemente y casi con lágrimas en los ojos, la retirada de su candidatura a la sucesión de Rodríguez Zapatero. La disculpa para tal renuncia fue un tanto peregrina: había peligro de escisión en el PSOE, y para evitarla ella daba un paso atrás para que el partido diera un paso adelante.

Y ahora Rubalcaba quiere lavar su cara y enterrar sus largos años de actividad en las cloacas del Estado; quiere que nos olvidemos del GAL, del 11-M, y pretende hacernos ver que lo del chivatazo a ETA, el conocido caso Faisán, es una simple invención de la derecha reaccionaria. Intenta presentarse ahora como un relevo oportuno y democrático de Zapatero.  Asegura que tiene nuevas ideas y sabe cómo cambiar el PSOE. Da a entender que  él tiene la solución precisa para salir definitivamente de la crisis. Pero todos sabemos que Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre todo desde que fue aupado a la vicepresidencia primera del Gobierno, manejó a su antojo a un Zapatero desnortado, empeñado en practicar un izquierdismo propio de un adolescente que no ha alcanzado aún la madurez.

Es Alfredo Pérez Rubalcaba quien mueve a su antojo los hilos de este Gobierno a la vez que se ocupa de sacar adelante su candidatura. Rodríguez Zapatero ya no cuenta para nada. Está noqueado y secuestrado, o ha pasado a ser  voluntariamente un simple mandado. Y esto ya no es de ahora. Hace ya mucho tiempo que el todopoderoso vicepresidente se ha hecho con el cotarro. En tiempo de los GAL, aunque pertenecía al núcleo duro del Gobierno, Rubalcaba se movía en un segundo plano. Ahora no, ahora es la cabeza pensante. Todo un Maquiavelo de mente extremadamente retorcida que se ha puesto al frente de la manifestación y que ha diseñado hasta el último detalle de la negociación con ETA. Y aunque ahora nos venga con la cantinela de que sabe cómo sacarnos de esta crisis, podemos acusarle al menos de corresponsable de la pasada congelación de las pensiones, de haber bajado el sueldo a los funcionarios y empleados públicos, de otros muchos recortes sociales y de estar detrás de los cinco millones de ciudadanos españoles que se han quedado sin trabajo.

Queremos que nuestra democracia sea homologable en todo a la francesa, a la inglesa o a la alemana. Y por mucho que busquemos, jamás encontraremos en estos países a nadie formando parte de sus gobiernos a personajes siniestros que hayan estado involucrados en guerras sucias y menos si hay asesinatos de por medio. Pero España siempre ha sido diferente. Y Rubalcaba, actual ministro de Interior, portavoz y todopoderoso vicepresidente, formó parte antaño de un Gobierno que saqueó las arcas públicas, practicó toda clase de golferías, alentó la corrupción policial y judicial y hasta patrocinó algún secuestro sonado y más de un asesinato. Y encima ahora aspira a la presidencia del Gobierno. Si consigue llegar ahí, esperemos que mantengan sus manos más alejadas del gatillo que entonces.

Lo que sí es cierto que no podemos fiarnos de Rubalcaba y su nominación para suceder  a Zapatero, no deja de ser un intento  de volver a la época más truculenta de nuestra democracia. Con Rubalcaba, eso sí, estaremos siempre pendientes de sus manejos, pues cuando menos lo esperas, te organiza uno de sus episodios clásicos como el del 11-M y el subsiguiente asalto a las sedes del Partido Popular. Afirmó entonces, por activa y por pasiva que a los asaltantes no les convocó nadie, acudiendo todos ellos puntualmente de manera espontanea. Y para disimular el embrollo, infringiendo la ley que prohíbe hacer propaganda electoral en la jornada de reflexión,  nos sale con aquello de que “España no se merece un Gobierno que mienta”.

La historia de los asaltantes a las sedes del Partido Popular se repite ahora con los “indignados” del “movimiento 15-M” que han estado ocupando ilegalmente la Puerta del Sol en Madrid y otras plazas en las distintas ciudades españolas. No sé hasta dónde llega la influencia perversa del ministro de Interior en estos grupos que, como aquellos asaltantes, se reúnen y organizan todas sus  algaradas de forma espontanea. Que Rubalcaba está detrás de este movimiento, de una manera u otra, es evidente. Gracias a su intencionada dejación de funciones, esos grupos de “indignados” han podido crear esos espacios ilegales de impunidad. Y esto no hubiera sido posible sin la complacencia de quien, en vez de ejercer de ministro de Interior, actúa intencionadamente como un simple candidato a la presidencia del Gobierno.

Es cierto que estos grupos de supuestos “indignados”  culpan de todos los males al sistema político actual y descargan toda su batería dialéctica contra el capital, contra los banqueros y, cómo no, contra los políticos en general. Pero  las broncas y las algaradas las montan preferentemente contra instituciones y gobiernos regidos por el Partido Popular o contra algunos de sus miembros destacados. Dan la sensación de estar preparando, con todo detalle,  el ambiente que quieren para cuando se celebren las próximas elecciones generales y al que ha de hacer frente continuamente el Partido Popular si, como se espera, llega a gobernar.

Barrillos de Las Arrimadas,  18 de junio de 2011

José Luis Valladares Fernández

sábado, 18 de junio de 2011

LLAMADME ALFREDO

DURMIENDO EN UN PARTERRE DE LA PUERTA DE SOL

        Si ahondamos en los detalles de la vida de Alfredo Pérez Rubalcaba, veremos que estamos ante  un hombre extremadamente ambicioso, que maneja como nadie  las intrigas de salón  y los enredos políticos. Llegó al PSOE allá por el año 1974, casi nada más ser refundado este partido por el llamado “grupo de los sevillanos”, que encabezaban Felipe González, Alfonso Guerra y el sobreviviente Manuel Chaves. Fue Javier Solana el maestro político de Rubalcaba, el que le aficionó a disfrutar sin límites del verdadero poder y, en realidad, el que le abrió las puertas de los despachos de los poderosos y el que le enseñó a manejar convenientemente el delicado mundo de los secretos comprometedores.

En un principio, dada su condición de profesor de Química Orgánica, Rubalcaba encaminó sus pasos  hacia las comisiones de Enseñanza del PSOE e incluso, andando el tiempo,  participó activamente en la elaboración de dos importantes leyes, la Ley de Reforma Universitaria (LRU) y la LOGSE, que resultaron ser dos leyes manifiestamente regresivas y empobrecedoras para la enseñanza española. Con las primeras responsabilidades dentro del Gobierno de Felipe González, se dio cuenta que le atraían los bajos fondos del Estado, el mundo  de la intriga y la maquinación, bastante más que el trabajo rutinario de un Ministerio,  realizado obligatoriamente a la luz de los focos públicos de la ciudadanía.

Por este motivo, y sin dudarlo mucho, Pérez Rubalcaba puso en práctica lo aprendido en su etapa de colaboración  con Solana y comienza a moverse con extremada soltura por las complicadas cloacas del Estado. Utiliza y rentabiliza a su favor, mejor que  nadie, las ocasionales torpezas cometidas inocentemente por sus propios compañeros y por los distintos miembros de la oposición. De ahí que, desde el primer día, se dedicara a buscarse amigos, sobre todo  dentro de la propia dirección del CNI. Necesitaba amigos que le pasaran continuamente información privilegiada y sensible sobre los de casa y sobre los de fuera.

Esos abultados dosieres,  que ha ido elaborando pacientemente durante todos estos años, le han valido al todopoderoso  Rubalcaba para conspirar desde dentro contra otros aspirantes y que el “dedazo” de Zapatero le señale como candidato único a la sucesión. Sus maniobras  maquiavélicas se llevaron por delante a Carme Chacón, que se vio obligada a renunciar a las primarias. Y eso que Chacón, según todos los indicios, era la preferida de Rodríguez Zapatero. No solamente apartó a Carme Chacón de la lucha por la Secretaría General del PSOE y, por consiguiente, de la presidencia. Ha cerrado prácticamente el camino a cualquier afiliado que lo intente, pues no les va a ser nada fácil reunir los 22.000 avales exigidos. Rubalcaba, en cambio, está exento de semejante requisito.

El ungido por Zapatero, que siente, según dice, la simpatía y “el calor de los socialistas”, quiere también los ‘dedazos’ de los distintos barones y de cuantas personas ejerzan cualquier tipo de autoridad entre la militancia del partido. De ahí que, disfrazado de profeta judío del Antiguo Testamento, haya iniciado un continuo peregrinaje por las distintas federaciones, no sé si para agradecer su prevista nominación o para dar a conocer la buena nueva. Y Rubalcaba, que debiera haber dimitido de todos  sus cargos desde el momento mismo de su designación, aprovecha su condición de miembro destacado del Gobierno, para utilizar incluso hasta el “Falcón” de las Fuerzas aéreas en alguno de sus desplazamientos, simplemente para ganarse la confianza de unas bases que están entregadas de antemano.

Fue llamativa su presentación en Sevilla. Ante un millar de militantes socialistas y ante los altos cargos del PSOE  de Andalucía, quiso imitar a Eva Perón cuando dijo a sus “descamisados” que querían elevarla a la vicepresidencia de la República Argentina aquella frase que hizo historia: “llamadme Evita”. Simulando un aire extremadamente beatífico, Rubalcaba comenzó su alocución diciendo: “Para los militantes soy Rubalcaba y quiero pasar a ser Alfredo”. Y continuó: “Quiero que me llaméis Alfredo, llamadme Alfredo”. Y es normal que ahora quiera ser simplemente Alfredo, ya que el otro personaje, el que conocemos como Rubalcaba, sale muy sucio de su prolongada actividad en las cloacas del Estado.
Es evidente que los españoles, incluidos los ciudadanos de a pie, no necesitan que nadie  les explique la vida, la obra y los milagros de Rubalcaba. Hasta el propio Rubalcaba es plenamente consciente de que este nombre evoca de inmediato a los GAL, a la cal viva y a la corrupción generalizada de la época felipista. Fue el principal protagonista de aquella vergonzosa jornada de reflexión, previa a las elecciones de 2004, en la que alumbró su única frase sensata: “España no se merece un Gobierno que mienta”. El ‘Faisán’ o el chivatazo a ETA es otro de sus baldones innegables. Él es el verdadero responsable del asalto a las sedes del Partido Popular y algo tendría que ver con la creación y manejo de las pruebas falsas.  Rubalcaba es prácticamente sinónimo de enredo, de mentira integral, pues se trata de un personaje sumamente tortuoso y laberíntico.

Con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente, es Rubalcaba el encargado de manejar a su aire todos los trapos sucios que interesan al Gobierno. Él ha estado detrás de la infumable negociación con ETA, del trato favorable que se ha dado a los presos de la banda terrorista y el que ha velado celosamente por el cumplimiento de la tregua-trampa con los etarras y el que finalmente posibilitó su acceso a las instituciones. Como vicepresidente primero del Gobierno, es manifiestamente corresponsable de los incomprensibles despilfarros, los errores tremendos y la desidia de un Ejecutivo que únicamente puede presumir de haber creado cinco millones de parados. Y este es precisamente el hombre que se apresta a suceder a Rodríguez Zapatero. Quizás quiera presentarse, con ese intento de llamarse Alfredo a secas, como si fuera un  perfecto desconocido, que aspira a ser todo un ejemplo de renovación generacional y democrática. Lo que sí ha conseguido, por ahora, es que le llaman Aldedo Pérez Rubalcaba.

Barrillos de Las arrimadas, 13 de junio de 2011

José Luis Valladares Fernández

lunes, 13 de junio de 2011

REPARTIENDO DINERO OTRA VEZ


La crisis económica que afecta a España, es tan intensa, que no somos capaces de abandonar definitivamente la estela dejada por Grecia, Irlanda y Portugal y aún corremos un grave riesgo de seguir sus calamitosos pasos. Las empresas españolas dedicadas a la producción encuentran serias dificultades, ya que no tienen fácil acceso a los necesarios canales de financiación para mantener decentemente su actividad y con unos márgenes de rentabilidad decorosa. Son muchas las entidades empresariales que, por este motivo, se han visto obligadas al cierre y otras muchas que lo harán en breve.
No obstante esto, hay otras entidades que, aunque parezca mentira, carecen de problemas económicos. Son las Asociaciones o las Fundaciones, “sin ánimo de lucro” que, a través del Boletín Oficial de Estado y por obra y gracia del correspondiente Ministerio, tienen acceso a importantes cantidades de dinero, procedentes de nuestros impuestos. Ahora, por lo que leo en el BOE del pasado 31 mayo, es la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, la que echa mano de la caja común de todos los españoles para fomentar la “igualdad” de las mujeres. Trata de repartir casi tres millones de euros entre aquellas ONGs, verdaderas franquicias socialistas, que defienden la tan cacareada igualdad de mujeres y hombres. Y lo hace, como es su inveterada costumbre, con cargo a los sufridos contribuyentes.
El dinero destinado durante el año 2011 para estas ONGs feministas, evidentemente afines al Partido Socialista, asciende a la importante cantidad de 2.200.000 euros. Esta cifra podría ser ampliada adicionalmente en otros 500.000 euros. A la hora de adjudicar estas subvenciones y  determinar  la cuantía individualizada  de cada una de ellas, se tendrán en cuenta ciertos criterios de valoración determinados en la propia convocatoria, así como las características de las entidades solicitantes y los programas que se presenten. Se tendrá en cuenta, entre otras cosas, su implantación territorial, la antigüedad de la ONG, el número de personas asociadas, su especialización y su capacidad de gestión. Y aunque no se dice nada en la correspondiente convocatoria, se tendrá también en cuenta, cómo no, su afinidad al Partido Socialista.
Para que el lobby feminista promueva eficientemente “la incorporación de la igualdad de oportunidades a las relaciones afectivas”,  se colaborará en el mantenimiento y también en el funcionamiento de estas asociaciones de mujeres que luchan por la Igualdad de Oportunidades. Se cubrirán los gastos corrientes de todas estas organizaciones, tanto los derivados de personal, como los derivados  de las reuniones propias de los órganos de gobierno y la asistencia a las reuniones nacionales e internacionales. También se tendrá en cuenta los folletos divulgativos y las publicaciones dirigidas a orientar  y asesorar a las asociadas y a las personas objeto de su atención.
Se trata de una convocatoria pública de subvenciones, destinadas a ONGs feministas que se comprometan, tal como se indica en la propia convocatoria, a elaborar “programas dirigidos a promover el desarrollo de un modelo de convivencia familiar y social más igualitario”. Se pretende, como se indica en otro punto de la convocatoria, de “potenciar el desarrollo del tejido asociativo de las mujeres y su participación en todos los ámbitos de la sociedad”.  A parte de impulsar la incorporación y la promoción de las mujeres en el mercado de trabajo, se quiere modificar  los estereotipos de género que condicionan las conocidas desigualdades de las mujeres en el mundo laboral.
Según vemos en el BOE del pasado 31 de mayo, Leire Pajín espera lograr  muchos objetivos, entre los que destaca “la inserción social de las mujeres que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad”; facilitar el acceso  a los recursos económicos, educativos y sociales a los diversos colectivos de mujeres, que se encuentren en situación o riesgo de exclusión social; prevenir y erradicar cualquier tipo de violencia que afecte a las mujeres, tanto si es violencia de género, como si es violencia doméstica, violencia en el trabajo o cualquier otro tipo de violencia. Todo muy bonito e interesante, si no fuera que se reparte un dinero que no se tiene y que, para recibirlo, además de ser mujer y feminista, tiene que moverse en la orbita del Partido Socialista Obrero Español.

Barrillos de Las Arrimadas, 10 de junio de 2011

José Luis Valladares Fernández

miércoles, 8 de junio de 2011

CRISIS GENERALIZADA

No hacen falta muchas elucubraciones para ver que estamos inmersos en una grave crisis económica, que se nos ha ido de las manos porque nuestro Gobierno no ha sabido enfrentarse a ella. Esta crisis económica apareció en 2008 en Estados Unidos y se extendió rápidamente al resto de países desarrollados. Fueron varios los factores directos que la desencadenaron, como los altos precios de las materias primas que determinaron una sobrevaloración exagerada de los productos, el miedo a una  recesión mundial,  la falta de confianza en los mercados y el alto grado de inflación al que debemos hacer frente

Simultáneamente se disparan los precios de los alimentos a nivel mundial, dando lugar a una crisis alimentaria mundial, afectando en mucho mayor grado a las regiones más pobres del mundo. Y entre tanto el petróleo no para de subir, encareciendo desmesuradamente la energía. Si a todo esto unimos la expansión artificial del crédito, llevada a cabo sin el menor control, nos encontramos también  con una crisis crediticia e hipotecaria de insospechadas consecuencias, ya que, como consecuencia de esta expansión del crédito,  puramente ficticio, patrocinado por los propios bancos centrales, los empresarios invirtieron donde no debían.

Al revés que otras crisis económicas, que deben su origen a un proceso cíclico  propio del ritmo evolutivo de la economía y que se iniciaban básicamente en los países emergentes, ésta se desató en Estados Unidos. El estallido de la misma se produce cuando los Bancos Centrales se ven obligados a inyectar liquidez al sistema bancario. Aún así, se produce la bancarrota de varias entidades financieras dedicadas al mercado de las hipotecas inmobiliarias, entre las que destaca  el banco de inversión Lehman Brothers y varias compañías hipotecarias como Fannie Mae y Freddie Mac. El hecho de que el gobierno norteamericano inyectara cientos de miles de millones de dólares no fue suficiente para evitar la quiebra de varias entidades financieras.

La crisis económica desatada en  Estados Unidos dio el salto rápidamente al resto de países desarrollados. Alguno de estos países supo reaccionar a tiempo y, a base de esfuerzo y tesón,  logró minimizar los efectos perversos de la misma. Desgraciadamente, no fue éste el caso de España, ya que, por incuria y dejadez de nuestros responsables políticos, la crisis se enquistó en lo más hondo de nuestra estructura económica. El resultado no puede ser más evidente, la destrucción de una buena parte de nuestro tejido industrial y empresarial y consecuentemente más de cinco millones de parados y con una generación de nuestros jóvenes perdida irremediablemente.

Si examinamos detenidamente el verdadero trasfondo de las causas que nos han llevado a esta situación límite, veremos claramente que detrás de esa crisis económica hay otra crisis más grave aún como es la crisis de valores que afecta cruelmente a la sociedad española. Hoy más que nunca tenemos la oportunidad de conocer detalladamente los grandes valores religiosos, éticos y morales que han configurado nuestra civilización a través de tantos años de historia. Pero hemos perdido la voluntad de cultivarlos, de seguirlos y de orientar nuestras vidas ajustándonos a esos valores como hace el capitán con su barco cuando navega en altamar.

Presencie muchas veces, cuando aún era muy joven, la peculiar manera con que se formalizaban las ventas en los mercados leoneses de ganado. Cuando vendedor y comprador se ponían de acuerdo, sellaban el trato con un simple apretón de manos. Y este acto, aparentemente tan primario, tenía para ellos más valor que el que tienen hoy día los documentos firmados ante notario. La sociedad actual se ha dejado ganar por el egoísmo y la especulación y ha desterrado de nuestra convivencia la solidaridad y nos ofrece un ambiente totalmente nocivo para que puedan florecer los verdaderos valores humanos.

Son notorios los casos de corrupción entre la clase política, dándonos a entender con este mal ejemplo que en vez de servir al público, lo que realmente hacen es servirse y aprovecharse del público. Y una sociedad construida así, sobre la base de un egoísmo desmedido, donde únicamente se tiene en cuenta el interés particular e insolidario, es normal que fracase la convivencia humana. Y si la convivencia humana falla, es lógico que ese fracaso se traduzca en paro, que abunden las quiebras interesadas y que sean unos pocos los que acaparen los beneficios logrados. Es por tanto el sistema en su conjunto lo que se nos viene abajo.

Gijón, 30 de mayo de 2011

José Luis Valladares Fernández

sábado, 4 de junio de 2011

¿CULPABLES LOS PEPINOS O EL GOBIERNO?

El inesperado brote de la bacteria ‘Escherichia Coli’ en Alemania, entre otras cosas, ha servido para poner de manifiesto el enorme deterioro de la imagen de España desde que José Luis Rodríguez Zapatero llegó a La Moncloa. La inepcia  ostensible de nuestro Gobierno, en muy poco tiempo, ha logrado que desapareciera completamente hasta la más mínima huella del prestigio pasado de la Nación española. La polémica de los pepinos ha puesto al descubierto las tremendas carencias de un  Ejecutivo, que solamente piensa en perpetuarse en el poder, y en alterar sustancialmente la idiosincrasia de los españoles, tratando de cambiar hasta su manera de ser y de pensar.

La crisis del pepino, desatada en Alemania y que tanto daño ha causado a la agricultura nacional, ha dejado muy claro que nadie en el mundo toma en serio a nuestro Gobierno. Es totalmente impensable que nadie en Alemania, ni siquiera la socialista Cornelia Prüfer-Storcks, flamante nueva consejera de Sanidad en la Ciudad-Estado de Hamburgo, hubiera hecho algo parecido con Francia, ni tampoco con España en los tiempos de José María Aznar. Pero ahora, aprovechando que no somos nadie en el concierto europeo, los socialistas de Hamburgo, con la consejera de Sanidad en cabeza, no han dudado un momento en lanzar al aire mensajes erróneos, culpando alegremente del origen de la epidemia a los pepinos españoles.

Y mientras la Pajín de Hamburgo se despachaba a gusto, culpando del peligroso brote de E. Coli a los productos hortofrutícolas españoles, nuestro Gobierno sesteaba tranquilamente, dejando que cogiera cuerpo la acusación infundada de que los pepinos españoles eran los culpables de la infección mortal desarrollada en Alemania. La correligionaria de Zapatero, la veterana política Prüfer-Storcks, lanzó esta acusación general contra las verduras  españolas,  poco tiempo después de hacerse cargo de la Consejería de Sanidad. Y lo hizo alocadamente, sin mucha profesionalidad y un poco al margen del sentido común, pues se dejó llevar de un alarmismo excesivo, sin reparar en que no todos los contagiados habían consumido pepinos.

A pesar de la metedura de pata de la consejera de Salud de Hamburgo, que tanto daño ha hecho al sector hortofrutícola español, la prensa alemana se lamenta de la penosa situación de los vendedores alemanes, que son incapaces de vender sus verduras por la alarma provocada irresponsablemente con semejante anuncio. No hay referencia alguna, sin embargo,  a los enormes problemas ocasionados a la agricultura española, con pérdidas semanales superiores a los 200 millones de euros. Los medios de comunicación alemanes anuncian ahora, eso sí, una vez descubierto el error, que los pepinos españoles no tenían  culpa de nada, cuando el verdadero daño ya estaba hecho. Sin profundizar demasiado en el tema, la prensa alemana señala que el error fue debido a la precipitación con que la Consejería de Sanidad de Hamburgo publicó los datos, bastante antes de que estos fueran absolutamente concluyentes.

Es tal el respeto que sienten en Europa por la España de Zapatero que, hasta el comisario europeo de Sanidad,  John Dalli, ha tomado a chirigota las justificadas quejas españolas y defiende lamentablemente la postura alemana de culpar a España de la crisis del pepino. Llegó incluso, en rueda de prensa, a justificar reiteradamente la postura alemana de acusar a España de exportar la bacteria E. Coli, sin contar con pruebas concluyentes para ello. Es más: el comisario europeo de Sanidad llegó hasta hacer bromas sobre el enfado de los españoles por las inoportunas declaraciones de la consejera de Sanidad de Hamburgo.

Los demás países de Europa, incluida la propia Alemania, suspendieron aceleradamente la importación de verduras españolas. Hasta Rusia se sumó con rapidez a ese bloqueo preventivo de nuestras hortalizas. A pesar del daño irreparable que semejantes medidas ocasionaban a nuestra economía, el Gobierno de España, consciente de su escaso predicamento en el concierto europeo, no supo o no quiso reaccionar adecuadamente para exigir de Europa, al menos,  un mínimo de respeto y consideración. Además y por lo que hemos visto, los responsables de nuestro Gobierno centraban todas sus preocupaciones en deliberar si al sucesor de Zapatero le convenía más presentarse a los ciudadanos con el nombre de Alfredo, el de Pérez o el de Rubalcaba. Porque temen que hablar de Rubalcaba es tanto como hablar de los GAL, de la cal viva, del 11-M y hasta del Faisán.

Gijón, 3 de junio de 2011

José Luis Valladares Fernández

miércoles, 1 de junio de 2011

¿ES INCONTESTABLE LA VOZ DEL PUEBLO?

La conocida expresión latina “vox populi vox Dei” se ha tomado casi siempre en su sentido literal, dando a entender que el pueblo, cuando toma una decisión, no se equivoca nunca. Dicha locución latina, que suele interpretarse como “la voz del pueblo es la voz de Dios”, está sacada de contexto de una frase más amplia de Alcuino de York que viene a decir exactamente lo contrario. La frase completa del teólogo y erudito anglosajón es ésta: “Nec audiendi qui solent dicere, Vox populi, vox Dei, quum tumultuositas vulgi semper insaniae proxima sit”, que traducida dice así: “no deberíamos escuchar a los que acostumbran a decir que la voz del pueblo es la voz de Dios, ya que el desenfreno del vulgo está siempre próximo a la locura”.

Hasta Alfonso Guerra, entonces vicesecretario general del Partido Socialista Obrero Español, era consciente de que el pueblo soberano podía equivocarse muy guapamente. De ahí una de sus frases famosas, pronunciada ésta en 1979, cuando su partido no fue capaz de alzarse con el triunfo en las elecciones democráticas del 1 de marzo de ese mismo año. A la vista de las consecuencias provocadas por el paso posterior del PSOE por el Gobierno, está muy claro que en aquella ocasión el pueblo acertó plenamente. Cuando en realidad se equivocó gravemente fue en las elecciones legislativas del 28 de octubre de 1982, por hacer que triunfaran los socialistas con una mayoría absoluta que, nunca más, se volvió a alcanzar en España.

El tiempo lo dirá, si el pueblo de Córdoba se equivocó o acertó en las pasadas elecciones municipales del 22 de mayo al desalojar del “califato rojo” al todavía alcalde en funciones, Andrés Ocaña. Yo creo que acertó plenamente. En estas elecciones es el Partido Popular el que se ha alzado con la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Córdoba, lo que no ha gustado en modo alguno al militante de Izquierda Unida y, hasta ahora, regidor de Córdoba. Buena prueba de ello, su manera de respirar por la herida abierta, una vez conocidos los resultados electorales. En la rueda de prensa posterior al escrutinio, Ocaña aseguró rotundamente que el pueblo “también se equivoca”, por lo que, según dice, "no hay que sacralizar todas las decisiones populares". Y continúa en el mismo tono: el pueblo "no ha tomado la decisión acertada" pero "la historia es así y no se puede variar". Tan mal le ha asentado la decisión popular, que Andrés Ocaña ha decidido no recoger su acta de concejal y, según dice, vuelve a la vida privada.

Fue en las elecciones legislativas del 14 de marzo de 2004, cuando el pueblo cometió uno de sus errores más garrafales. Se dejó engañar por la propaganda fácil de los socialistas y por las mentiras sibilinas de Alfredo Pérez Rubalcaba e hizo presidente del Gobierno a José Luis Rodríguez Zapatero. Y vaya cómo hemos tenido que pagar ese craso error del pueblo que, sin reflexionar apenas, llevó a La Moncloa a un hombre mediocre, más bien inepto e irresponsable y sin convicciones auténticamente democráticas. Como Rodríguez Zapatero es, además, tremendamente sectario, una vez se vio en la presidencia del Gobierno, inició la torpe tarea de reescribir la historia a su aire, para que parezca que la guerra, librada hace más de setenta años, fue ganada por los que en realidad la perdieron.

Desde la llegada de Zapatero a La Moncloa, creyéndose un iluminado, se dedicó a promover una serie de leyes, reglamentos y políticas absurdas, buscando siempre hacer daño. Quería arrasar las instituciones básicas tradicionales e imponer por la fuerza al conjunto de los ciudadanos un nuevo proyecto cultural, totalmente ajeno a nuestra manera de entender la vida. A toda costa quería modificar nuestra cultura milenaria, alterando todo aquello en lo que siempre se ha creído y sustituyendo valores y creencias por otras ajenas a la esencia y a la identidad de la sociedad española. Puso todo su empeño en destruir lo que el consideraba simples mitos ideológicos.

Para recabar apoyos que le ayudaran a imponer su proyecto utópico, de acuerdo con sus sueños mesiánicos, puso en venta todo lo que tenía a mano, incluida hasta la misma estructura del Estado. Y a pesar de todo esto, llegaron las elecciones legislativas de 2008 y el pueblo volvió a cometer otro error, más grave aún que el de 2004. Pues en 2008, Rodríguez Zapatero ya había dado muestras abundantes de lo que pretendía hacer. A la vista están nuestros insolubles problemas económicos, las interminables listas de parados y la practica desaparición total de nuestro tejido empresarial. Zapatero ha dejado a España como un solar.

En vista de todo esto, no podemos admitir, sin más, que la voz del pueblo sea la voz de Dios. Es más razonable darle a esa frase el sentido que le dio Alcuino de York, aquel famóso teólogo anglosajón afincado en el Imperio Carolingio: “Nec audiendi qui solent dicere, Vox populi, vox Dei, quum tumultuositas vulgi semper insaniae proxima sit”. Esto es, huyamos de aquella gente que se empeña en decir que la voz del pueblo es la voz de Dios, porque no es verdad.

Gijón, 27 de mayo de 2011

José Luis Valladares Fernández