Son muchos los que van a estudiar a Salamanca. Pero
sucede que, como dicen por allí, “Salamanca no hace milagros, y el que va
jumento, no vuelve sabio”. Y claro está, los que no dan la talla tienen que
salir por la conocida y famosa “puerta de los carros”. Ya lo dice el viejo
proverbio latino que, con el tiempo, pasó a ser el lema de la Universidad de
Salamanca: “Quod natura non dat, Salmantica non præstat”. Y efectivamente es
así, porque en realidad, lo que la naturaleza
no da, Salamanca no lo otorga.
Estos aforismos nos indican claramente que, para estudiar,
hace falta algo más que voluntad de hacerlo, hacen falta, cómo no, ciertas
cualidades innatas, que no se adquieren ni con el estudio, ni con el esfuerzo personal.
Y con los políticos pasa algo muy parecido. Pueden tener padrinos muy
influyentes, que le ayudarán a escalar puestos muy rápidamente, es verdad. Pero
si no tienen carisma, si son irresponsables y, además, no andan muy sobrados de
inteligencia, terminarán fracasando rotundamente y estarán también obligados a
salir por la dichosa “puerta de los carros”, abandonando así la vida pública.
El ascenso de Pedro Sánchez ha sido realmente
meteórico. No olvidemos que fue llevado por aclamación a la Secretaria General
del PSOE. Pero esto no supone en absoluto que posea todas esas virtudes que
necesitan los políticos para triunfar y no fracasar estrepitosamente. Da a
entender, por su manera de hablar, que su talla intelectual es más bien escasa
y que carece totalmente de olfato sociológico. No olvidemos que el socialismo
español cuenta tradicionalmente con un importante granero de votos entre los
católicos. Y para conservar esos votos, Sánchez ataca directamente a la
Iglesia, incomoda a las Hermanitas de los Pobres y zarandea a los salesianos y a los maristas.
En el discurso pronunciado en la presentación de las
listas electorales del PSOE para las Elecciones Generales del próximo 20 de
diciembre, Pedro Sánchez se compromete a liderar “un cambio seguro y valiente”,
un cambio que pone fin al fraude que han supuesto estos cuatro últimos años de
Mariano Rajoy. Y confiesa muy ufano, ¡qué le vamos a hacer!, que los
socialistas están dispuestos, a “cambiar España una vez más”, que las mejores páginas de nuestra historia
reciente se han escrito con puño y letra socialista, y que lo volverán a hacer tras las próximas
elecciones de diciembre.