En septiembre de 1940, Alemania ya sospechaba que
algunos de los países no beligerantes terminarían indefectiblemente engrosando
la lista de sus enemigos. Para curarse en Salud, Alemania se adelanta a esa
posibilidad y firmó con Italia y con Japón un pacto de asistencia mutua, tanto
en el aspecto económico, como en el político y militar. Y el Führer, Adolf
Hitler, que esperaba convencer a España para que se alineara también con las
Potencias del Eje, envió a Madrid al jefe de las SS, Heinrich Himmler, para organizar
la famosa entrevista de Hendaya.
El Reichsführer SS H. Himmler llega a España el
19 de octubre de 1940. Al día siguiente se entrevista en el Palacio del Pardo
con Franco para preparar cuidadosamente las medidas de seguridad necesarias
para el encuentro que, ambos mandatarios, celebrarían cuatro días más tarde en
la estación de trenes de la localidad de esa localidad francesa. Ya por la
tarde, el Jefe del Estado Español invitó a Himmler y a su comitiva a una
corrida de toros que se celebraba, cómo no, en la plaza madrileña de las
Ventas.
En el cartel de aquel festejo taurino intervenían
los diestros Marcial Lalanda, Rafael Ortega “Gallito y Pepe Luis Vázquez, que
confirmaba su alternativa. Se lidiaban seis toros de las ganaderías de Bernardo
Escudero y Manuel Arranz. Aquella tarde, Pepe Luis Vázquez se lució con el
tercer toro, que era el de su confirmación, al que hizo una de las mejores
faenas de su carrera en los ruedos. Tras la lidia de este toro, llamado
“Carmoneño”, comenzó a llover torrencialmente y tuvieron que suspender la
corrida.
Esa inoportuna lluvia, que privó a los diestros de
redondear una tarde de gloria, fue sin embargo una auténtica bendición para el
máximo responsable de las SS, ya que,
según dijo cuando se puso fin al fiesta taurina, sufrió nauseas mientras
duró la lidia, porque era incapaz de soportar el martirio y el sufrimiento que
se daba a aquellos pobres animales. Y no acabaron aquí los comentarios
claramente negativos de Heinrich Himmler. Ya en Alemania, el Reichsführer no se
anduvo con tapujos y describió las corridas de toros como “un espectáculo
deleznable y extremadamente sangriento”.
Está visto que para Himmler, que era uno de los
principales responsables de los terribles horrores del Holocausto, los animales
están siempre por encima de las personas, especialmente si estas son
judías. Para este monstruo, lo de
Auschwitz era totalmente razonable y, por
lo que parece, los animales tenían bastantes más derechos que los seres
humanos, sobre todo si estos eran judíos.