miércoles, 1 de junio de 2011

¿ES INCONTESTABLE LA VOZ DEL PUEBLO?

La conocida expresión latina “vox populi vox Dei” se ha tomado casi siempre en su sentido literal, dando a entender que el pueblo, cuando toma una decisión, no se equivoca nunca. Dicha locución latina, que suele interpretarse como “la voz del pueblo es la voz de Dios”, está sacada de contexto de una frase más amplia de Alcuino de York que viene a decir exactamente lo contrario. La frase completa del teólogo y erudito anglosajón es ésta: “Nec audiendi qui solent dicere, Vox populi, vox Dei, quum tumultuositas vulgi semper insaniae proxima sit”, que traducida dice así: “no deberíamos escuchar a los que acostumbran a decir que la voz del pueblo es la voz de Dios, ya que el desenfreno del vulgo está siempre próximo a la locura”.

Hasta Alfonso Guerra, entonces vicesecretario general del Partido Socialista Obrero Español, era consciente de que el pueblo soberano podía equivocarse muy guapamente. De ahí una de sus frases famosas, pronunciada ésta en 1979, cuando su partido no fue capaz de alzarse con el triunfo en las elecciones democráticas del 1 de marzo de ese mismo año. A la vista de las consecuencias provocadas por el paso posterior del PSOE por el Gobierno, está muy claro que en aquella ocasión el pueblo acertó plenamente. Cuando en realidad se equivocó gravemente fue en las elecciones legislativas del 28 de octubre de 1982, por hacer que triunfaran los socialistas con una mayoría absoluta que, nunca más, se volvió a alcanzar en España.

El tiempo lo dirá, si el pueblo de Córdoba se equivocó o acertó en las pasadas elecciones municipales del 22 de mayo al desalojar del “califato rojo” al todavía alcalde en funciones, Andrés Ocaña. Yo creo que acertó plenamente. En estas elecciones es el Partido Popular el que se ha alzado con la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Córdoba, lo que no ha gustado en modo alguno al militante de Izquierda Unida y, hasta ahora, regidor de Córdoba. Buena prueba de ello, su manera de respirar por la herida abierta, una vez conocidos los resultados electorales. En la rueda de prensa posterior al escrutinio, Ocaña aseguró rotundamente que el pueblo “también se equivoca”, por lo que, según dice, "no hay que sacralizar todas las decisiones populares". Y continúa en el mismo tono: el pueblo "no ha tomado la decisión acertada" pero "la historia es así y no se puede variar". Tan mal le ha asentado la decisión popular, que Andrés Ocaña ha decidido no recoger su acta de concejal y, según dice, vuelve a la vida privada.

Fue en las elecciones legislativas del 14 de marzo de 2004, cuando el pueblo cometió uno de sus errores más garrafales. Se dejó engañar por la propaganda fácil de los socialistas y por las mentiras sibilinas de Alfredo Pérez Rubalcaba e hizo presidente del Gobierno a José Luis Rodríguez Zapatero. Y vaya cómo hemos tenido que pagar ese craso error del pueblo que, sin reflexionar apenas, llevó a La Moncloa a un hombre mediocre, más bien inepto e irresponsable y sin convicciones auténticamente democráticas. Como Rodríguez Zapatero es, además, tremendamente sectario, una vez se vio en la presidencia del Gobierno, inició la torpe tarea de reescribir la historia a su aire, para que parezca que la guerra, librada hace más de setenta años, fue ganada por los que en realidad la perdieron.

Desde la llegada de Zapatero a La Moncloa, creyéndose un iluminado, se dedicó a promover una serie de leyes, reglamentos y políticas absurdas, buscando siempre hacer daño. Quería arrasar las instituciones básicas tradicionales e imponer por la fuerza al conjunto de los ciudadanos un nuevo proyecto cultural, totalmente ajeno a nuestra manera de entender la vida. A toda costa quería modificar nuestra cultura milenaria, alterando todo aquello en lo que siempre se ha creído y sustituyendo valores y creencias por otras ajenas a la esencia y a la identidad de la sociedad española. Puso todo su empeño en destruir lo que el consideraba simples mitos ideológicos.

Para recabar apoyos que le ayudaran a imponer su proyecto utópico, de acuerdo con sus sueños mesiánicos, puso en venta todo lo que tenía a mano, incluida hasta la misma estructura del Estado. Y a pesar de todo esto, llegaron las elecciones legislativas de 2008 y el pueblo volvió a cometer otro error, más grave aún que el de 2004. Pues en 2008, Rodríguez Zapatero ya había dado muestras abundantes de lo que pretendía hacer. A la vista están nuestros insolubles problemas económicos, las interminables listas de parados y la practica desaparición total de nuestro tejido empresarial. Zapatero ha dejado a España como un solar.

En vista de todo esto, no podemos admitir, sin más, que la voz del pueblo sea la voz de Dios. Es más razonable darle a esa frase el sentido que le dio Alcuino de York, aquel famóso teólogo anglosajón afincado en el Imperio Carolingio: “Nec audiendi qui solent dicere, Vox populi, vox Dei, quum tumultuositas vulgi semper insaniae proxima sit”. Esto es, huyamos de aquella gente que se empeña en decir que la voz del pueblo es la voz de Dios, porque no es verdad.

Gijón, 27 de mayo de 2011

José Luis Valladares Fernández

20 comentarios:

  1. Creo, José Luís, que, mientras no se eduque al pueblo como sin duda merece, sus decisiones serán acertadas, unas veces, y muy desafortunadas, otras. Un pueblo sin preparación política alguna estará siempre al arbitrio del azar.

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  2. Si se cree plenamente en la democracia es así;la voz del pueblo es incontestable.
    Hay que respetar su decisión y acatarla como no puede ser de otra manera.

    A Hiler lo votaron por primera vez democráticamente.¿Se equivocó el pueblo alemán?;pues sí,obviamente. Pero en eso radica la democracia.


    Lo que no es de recibo es que el tal Andrés Ocaña enseñe la patita y se le vea el pelo de la dehesa, la calaña estalinista y antidemocrática consitente en que cuando ganan, es que se trata de la "madurez democrática" del pueblo, y que cuando pierden, es "un error del populacho".

    Menudos demócratas están hechos...

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  3. El único defecto de la democracia es que puede votar tanto una persona inteligente como un bobo. Iba a decir que vale lo mismo el voto, pero eso no es exacto porque en España vale más el voto de un nacionalista.

    Ocaña es un ejemplo claro de sectarismo, el pueblo se equivoca si no me votan a mí, piensa, como si la verdad absoluta fuese suya. En el caso de Andalucía, en general, el pueblo, harto de ladrones, decidió echarlo y creo que con acierto.

    Que pena les da dejar la silla después de tantos años de poder absoluto.

    Un saludo.

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  4. Chinto de Couzadoiro:

    Lo malo es que a esta gente no les interesa que el pueblo esté educado y debidamente instruido. Cuantomás ignorante mejor se le maneja. No qu ieren personas, quieren ovejitas que obedezcan sin chistar.

    Un abrazo

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  5. Natalia Pastor:

    Así debiera ser. Pero a las huestes de Zapatero les duele perder el pesebre y respiran por esa herida. Es lo que ha hecho Andrés Ocaña, el todavía Alcalde de Córdoba.

    Un abrazo

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  6. Yo creo en normas que están por encima de lo que diga el populacho o cualquier aspirante a tirano: las leyes de Dios. La democracia tiene unos límites: que el pueblo diga "sí matarás" -a judíos o a nonatos- o sí robarás -canon de la SGAE, presión fiscal insufrible, etc- no hace a estos actos legítimos y se deben combatir aunque los defienda el 99'9% de un pueblo.

    Saludos.

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  7. Candela:

    Losque a veces hemos estado en las mesas electorales, nos damos cuenta de que hay mucha gente que debieran tener prohibido emitir su voto. No son conscientes de la responsabilidad que tiene ejercer ese derecho.

    Un abrazo

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  8. Por supuesto que el pueblo se equivoca; es más lo hace cada vez que ses les cita a las urnas, votando siempre a los mismos mequetrefes llámense PSOE o PP, pero lo que vota el pueblo es sagrado. Ocurre como cuando un arbitro de fútbol se equivoca y perjudica a un equipo ya que en muchos casos el error es fatal para el desarrollo del encuentro, pero lo que pita es inamovible, y lo jodido es que todo el mundo se ha dado cuenta de que se ha equivocado menos él. A nosotros al pueblo nos ocurre como al arbitro, nos equivocamos miles, y los políticos que son los árbitros se ríen en nuestra cara de los errores cometidos. Saludos José Luis.

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  9. A lo largo de la historia, tenemos miles de ejemplos de equivocaciones masivas.
    A veces aún es tiempo de rectificar, pero otras... bien caro le han costado a más de uno.

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  10. El pueblo muchas veces se equivoca. De lo contrario no habrían llegado al poder los nazis, no estaría Berlusconi de presidente de Italia, al igual de ZP, etc.

    Lo que si que creo es que un pueblo culto se equivoca menos. Los nórdicos, lo llevan bastante mejor.

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  11. Red Forman:

    Todavía hay personas que creen que cuando una mayoría decide algo, eso es artículo de fe, aunque sea la mayor patochada. Y puede ser un error mayúsculo. Y este Gobierno contribuye a ello por puro interés político.
    El valor de las decisiones humanas tiene un límite.

    Un abrazo

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  12. Rafa Hernández:

    El ámbito de las decisiones de las personas tiene un límite. Creer que lo que piensan o deciden las mayorías es siempre lo correcto, es en realidad un error.

    Saludos cordiales

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  13. Trece.
    Y nos damos cuenta de que es así, que la humanidad se ha equivocado infinidad de veces. Pero es que el hombre es el único animal que tropieza más de una vez en la misma piedra.

    Saludos cordiales

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  14. Pepe Deapié:

    Los casos que tu dices, son una muestra de las graves equivocaciones que cometen los hombres en su conjunto

    Saludos cordiales

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  15. Las mayorías son simplemente eso, y no necesariamente acertadas, aunque la democracia sea el sistema menos malo es manifiestamente mejorable-a veces dan ganas de instaurar el sufragio "censitario" por estudios o similar dadas las burreces que se oyen de los modelos actuales de la sociedad, ya "me entiendeeeees"..así que sólo queda elevar el nivel educativo como sea; hay casos en que la democracia resulta letal cuando las mayorías deciden votar a Hitler o como sucederá en breve con los Hermanos Musulmanes, de modo que lo que hay que desear son libertades individuales y separación de poderes...

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  16. Apreciado José Luis esto demuestra que seguimos equivocandonos, solo es un cambio de turno. A estas altura y a nuestra edad no me creo tanto globos de colores, más cuando se han vuelto a reelegir muchos imputados y se han vuelto a poner a los mismo corruptos de siempre, bien del PSOE,PP,Partidos Nacionalistas,..etc.El PP tiene que decir mucho de esto también. Ya veremos los casos archivados, prorrogados en décadas que al final casos que pasaran a la historia sin resolver..etc. Que más da Córdoba, Valencia o Canarias, que este quién este es siempre más de lo mismo y muchos ya estamos desencantado de una democracia de pega.
    Saludos cordiales José Luis

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  17. Maribeluca:

    Para mejorar nuestro sistema democrático, la separación de poderes es esencial-Mientras los jueces no se desvinculen de los políticos, tendremos sentencias como esta última del Constitucional.
    En cuanto a los musulmanes vamos a tener que lamentar su reconquista del soñado Al-Ándalus, y esta vez sin derramar ni una gota de sangre. De momento esa reconquista la están haciendo de forma pacífica. Pero ¡ay! el día que se sientan fuertes. Estos no se andan con chiquitas.

    Un abrazo

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  18. E..P..:
    Evidentemente nuestra democracia tiene muchas lagunas. Son los partidos los todopoderosos y no los electores. Esperemos que algún día se corrijan estos fallos. Una de las cosas esenciales que aún no hemos conseguido, son las listas abiertas y tambien la separación de poderes. Porque de esta manera no podemos fiarmos mucho de lo que digan los jueces, sumamente interesados en afradar a los dirigentes políticos.

    Un abrazo, amigo E..P..

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  19. Y el pueblo ha hablado, José Luis. ¿Es incontestable? ¡Qué va! ¡Qué va a ser! Sus decisiones tienden, en muchas ocasiones, a resultar erróneas. Y no es raro, viendo el nivel cultural medio que lucimos. Pero de alguna manera hay que tomar decisiones. Y hace feo decir a algunos "no, tú no votas, si necesitas papel y boli para sumar 1+1". Al final, quizá lo mejor sea todo por el pueblo, para el pueblo pero sin el pueblo...

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  20. Inisfree:

    Lo malo es que el pueblo habla, y a veces muy claro, pero los partidos se encargan de interpretar el lenguaje del pueblo, sin contar para nada con ese pueblo.

    Un abrazo

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