sábado, 2 de julio de 2011

ALFREDO HACIENDO DE RUBALCABA

Rechazadas las dos impugnaciones a su candidatura, Alfredo Pérez Rubalcaba es ya el candidato definitivo a la presidencia del Gobierno para las próximas elecciones generales. Un rival duro para Mariano Rajoy, más que por su valía personal, por su capacidad para retorcer los  hechos, intrigar y preparar las más inverosímiles trifulcas. El PSOE no espera recuperar plenamente la confianza de los ciudadanos españoles con Rubalcaba, aunque nunca se sabe y puede haber un milagro. Con su nominación buscan desesperadamente salvar los muebles, limitando el descalabro electoral que auguran con insistencia todas las encuestas serias.

Que Pérez Rubalcaba no es de fiar y que siempre juega sucio, ha quedado ampliamente demostrado con las maniobras urdidas para apartar de las primarias a cualquier otro competidor atrevido.  Defenestrada Carme Chacón, su rival más peligrosa por el conocido apoyo que recibía de Zapatero, Rubalcaba  cerraba el paso a cualquier otro aspirante, al imponerles la condición de reunir 22.000 avales en un plazo muy pocos días. Surgieron hasta tres héroes, que lo intentaron inútilmente, pero que se vieron obligados a desistir ante la imposibilidad manifiesta de reunir esas firmas en tan escaso periodo de tiempo. A pesar de estos enjuagues interesados para ser candidato único, Rubalcaba nos sigue hablando de primarias y de la ejemplar democracia interna que resplandece en todos los actos del partido socialista.

Acostumbrado a jugar con ventaja, aún después de ser proclamado candidato definitivo por la Comisión  de Garantías Electorales del PSOE, se aferra de manera irregular a los cargos institucionales de ministro del Interior, de portavoz del Gobierno y hasta de vicepresidente primero del Gobierno. Sabe que así rentabiliza mucho mejor su condición de candidato. Lo más normal y razonable es que hubiera dimitido de todas sus responsabilidades en el Ejecutivo, desde el momento mismo en que finalizó el proceso de su designación, como oportunamente hizo en su día Mariano Rajoy, su rival en las próximas elecciones generales.

Está muy claro, a la vista de lo sucedido el 22 de mayo, que el PSOE sigue anclado en su pasado inane y tortuoso y no ha querido hacer ningún tipo de autocrítica. Lo fio todo al “efecto Rubalcaba” para recuperar el favor perdido de los votantes. Pero el esperado “efecto Rubalcaba” se esfumó desde el primer momento, ya que el flamante sucesor de Zapatero no ha sido capaz de proponer medidas coherentes y sugestivas. Acusa a Rajoy de propiciar criticas despiadadas  al Partido Socialista, pero sin aportar medida alguna concreta.  Y cuando el presidente del Partido Popular se soltaba con un paquete  de medidas de austeridad, más o menos concretas y valientes, el todopoderoso vicepresidente las despreciaba y hasta se burlaba de ellas.

El actual ministro de Interior a tiempo parcial busca desesperadamente soltar lastre y desprenderse de su incómodo pasado. Pesa demasiado el asunto de los GAL con sus secuestros y asesinatos, la cal viva, la complicada negociación con ETA que culminó, con el delictivo chivatazo del Bar Faisán, en una clara colaboración con la banda terrorista. Aunque ha sido el instigador de todos los desaguisados cometidos por Zapatero, quiere ahora poner tierra de por medio con el presidente del Gobierno, al que ha manejado desvergonzadamente durante todos estos últimos años. Puesto que ha sido desde la sombra el mentor de Zapatero, es también el auténtico responsable de las políticas nefastas y frecuentemente sectarias, puestas en práctica por el Ejecutivo y que nos han llevado al desastre moral y económico que padecemos.

Desde que el todopoderoso vicepresidente es el candidato oficial a la presidencia, se empeña en hacernos ver que siempre ha guardado una notable distancia con el presidente y con sus colaboradores más directos. Y Rubalcaba escenifica este hecho, conformando su equipo para la próxima contienda electoral, sustituyendo a José Blanco y a Carme Chacón por Elena Valenciano y Jesús Caldera.  Quiere hacernos ver que tiene su propia política y que dispone de la oportuna receta para salir definitivamente de esta crisis. Es lo que ha repetido una y otra vez ante las distintas federaciones del partido socialista: que está a años luz del zapaterismo y que dispone  de las fórmulas precisas para enderezar nuestro azaroso acontecer diario.

Estrenó su candidatura definitiva a las elecciones generales de 2012 en Valladolid, prometiendo solemnemente restaurar el prestigio de la enseñanza, de esa enseñanza a la que tanto daño hizo, en tiempos de Felipe González, al intervenir directa y personalmente en la redacción de tan infaustas leyes como la LOGSE y la Ley de Reforma Universitaria (LRU). Dice que la educación es la “gran palanca” de la igualdad con la que se pueden mover muchas cosas y se impone una mejora sustancial de la misma. Para conseguirlo, según nos dice, hay que extremar las exigencias en la selección y formación del profesorado. Y no ve otra mejor manera que utilizar el sistema riguroso del MIR para elegir a los médicos mejor preparados.

También presenta batalla por el estado de bienestar social y reclama, sin el más mínimo recato,  la paternidad del mismo para el partido socialista. El estado de bienestar, según Rubalcaba, es una creación del PSOE y, por lo tanto, para preservarlo de los indudables recortes que haría Rajoy, hay que plantarle cara al Partido Popular en las próximas elecciones. Y agrega presuntuosamente que deben ser los socialistas los que introduzcan las modificaciones oportunas, ya que “cuando hay que remozar un edificio lo mejor es que lo haga el arquitecto que lo construyó”. La realidad, sin embargo, es muy distinta. El estado de bienestar, como sistema de protección social, no es un invento socialista, ni mucho menos. Apareció de la mano de un miembro de la Cámara de los Lores, el Barón Keynes de Tilton, empeñado ya en procurar el pleno empleo. Y Keynes no era precisamente un socialista.

Posteriormente se fue perfeccionando este sistema de protección social gracias a la actuación de otros personajes, ninguno de ellos socialista, entre los que encontramos al mismísimo Konrad Adenauer y al británico William Beveridge, Barón  de Tuggal, que realizó una de las primeras formulaciones muy similar a la actual seguridad social. En España, es Eduardo Dato, creador del Ministerio de Trabajo, el que pone la primera piedra del estado de bienestar con su incipiente legislación social. Y por supuesto, Eduardo Dato era conservador. Posteriormente, a mediados de los años 50, y sobre todo a partir de 1964, fue el régimen de Franco el que dio un impulso, casi definitivo, al sistema de protección social. Sistema que se fortaleció aún más, una vez recuperada la democracia, pero no en tiempos de Felipe González, ni actualmente con Zapatero, con quienes el paro ha desbordado todas las estadísticas. El socialismo ha sido históricamente, en España y a nivel mundial, el peor enemigo del estado de bienestar pues, como dice Esperanza Aguirre,  “cuando los socialistas entran por las puertas, los empleos salen por las ventanas”. 

Barrillos de Las Arrimadas, 22 de junio de 2011

José Luis Valladares Fernández

12 comentarios:

  1. Y ese individuo de conducta tortuosa, que pintas, amigo José Luis, con tan vivos colores, ¿pretende gobernar España? Ciegos estaremos los españoles en las urnas, como nos caiga encima tal desperdicio humano.

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  2. El problema de Alfredo no está en borrarse el Pérez o el salir en el tarjetón de su confirmación con la calva tapada.
    Su problema es que por mucho que se le llame Alfredo, por mucho P. ,sigue siendo Rubalcaba.
    Y ha de cargar con su currículum.
    Desde ser portavoz del Gobierno del GAL, de la cal viva, el asesinato, la tortura y el secuestro, a terminar siendo el Ministro del "chivatazo del Faisán" o el padrino de la vuelta de ETA/Bildu a las instituciones y ayuntamientos.

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  3. Yo creo funciona mejor en la oposición que como candidato...no le veo punch ni le aman los focos, como bien señalas, donde está cómodo es urdiendo entre bambalinas, pero ahí está su curriculum por si alguien dudara de su peligro.

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  4. Si, según Rubalcaba, el que debe remozar un edificio es quién lo construyó, ahora entiendo porqué quieren resucitar a Franco, que es el que puso la SS, la paga extra, las pensiones..

    Estos tipos no tienen vergüenza ni decoro..

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  5. Tío Chinto de Couzadoiro:

    Pues sí señor. Este elemento pretende ahora gobernarnos, y encima se nos presenta como si fuera algo así como un revulsivo, un aire fresco del que tan necesitada está nuestra política.
    Pero Rubalcaba no puede ser ese hombre ya que huele que apesta a naftalina.

    Saludos cordiales

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  6. Natalia Pastor:

    Rubalcaba ya puede hacer todo tipo de malabarismos, que será imposible que borre todo lo que evoca su nombre. Y esto es as, se llame Alfredo, se llame Pérez o se llame Rubalcaba. En eso se parece a la Santísima Trinidad, pero en negativo: tres apodos diferentes y una sola mala persona.
    Su pasado, querida Natalia, solamente se borrará cuando desaparezca de la vida pública.

    Un abrazo

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  7. Maribeluca:

    Yo creo que este personaje donde mejor está es en su casita y dejar la política para persolnas más dignas que él. Ya ha habido en la historia demasiados Maquiavelos y demasiados Rásputin.

    Un abrazo

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  8. Candela:

    Anda que no tiene cara este sujeto y todo su coro de ganapanes. Si de algo pueden presumir, es precisamente de recortar reiterativamente ese estado de bienestar.

    Un abrazo, querida Candela

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  9. Y resulta que Rubalcaba, además, sabe cómo generar empleo.
    Pero qué callado se lo tenía. ¡Quién lo diría!
    No les funcionó el invento de los indignados, pero sí el TC y ahí tenemos ya a Bildu en plan secesionista. Menudos desgraciados!

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  10. Xesús López:

    Rubalcaba, querido amigo, tiene un morro que se lo pisa. Juega con la ignorancia de los ciudadanos, ya que si fuera verdad que sabía como general empleo y no lo hizo siendo el faz totum del Gobierno era como para echarse a la calle y no cesar en la protesta hasta que le retiraran su candidatura. Simplemente es que busca desesperadamente unos votos.

    Un abrazo

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  11. Creo que esto es el desmembramiento absoluto de un partido que nunca debió existir.
    Pero lo que se está gestando es algo mucho más monstruoso, han renunciado al Estado para convertirse en una especie de maquis autonómicos en alianza con todo grupúsculo radical.
    Es el PSOE en su estado puro.
    Claro que la ciudadanía no le va a la zaga.

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  12. CAPITÁN TRUENO:

    El daño que Zapatero ha hecho al PSOE va muy parejo con el daño que ha hecho a España. Esperemos que el daño que ha ocasionado a España no sea irreversible.

    El pueblo, con un poco más de inteligencia, evitaría a estos personajes que han hecho de la política un medio de vida personal. Les mandaría directamente a casa y se evitarian muchos problemas.

    Un abrazo

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