jueves, 11 de agosto de 2011

A VUELTAS CON LA BURBUJA INMOBILIARIA

Mucho ha llovido desde aquel 15 de enero de 2007, cuando José Luis Rodríguez Zapatero, presa de un arrebato repentino de optimismo, confesó entusiasmadamente: "Vamos a superar a Alemania en renta per cápita. De aquí al 2010 les podemos superar perfectamente. Igualar y superar ligeramente. Es que el crecimiento de España está en el 4%. Creando empleo. Sólo con esa cifra uno, como presidente de Gobierno, se siente ya absolutamente reconfortado en el balance de su actuación". De aquella aún no se había extinguido por completo el impulso dado por el Gobierno de José María Aznar a la economía española. Y eso, a pesar del obsceno despilfarro iniciado por Zapatero desde el momento mismo en que fue investido presidente y, cómo no,  de su errática y equivocada política.

Pero el efecto beneficioso de la herencia recibida de Aznar ha llegado a su fin y el estado de nuestras cuentas no puede ser más catastrófico, circunstancia que nos  coloca en el furgón de cola de la Unión Europea. Pero Zapatero, como siempre, tratará de desvincularse de cualquier situación negativa  y buscara insistentemente a alguien a quién echar la culpa de la tremenda crisis económica que padecemos. Por supuesto, según nos dice, la raíz de todos los males de nuestra economía está en el abuso irresponsable que se ha hecho del ladrillo durante los mandatos de Aznar. Y tenía que ser José María Aznar, quizás influenciado maléficamente por el ex presidente norteamericano George Bush, el que pusiera en marcha la dichosa burbuja inmobiliaria.

En  el último Debate celebrado sobre el estado de la Nación, Rodríguez Zapatero se queja amargamente de la burbuja inmobiliaria que heredó de los Gobiernos de Aznar. Pues no puede ser una herencia buena el crecimiento alocado de la inversión en vivienda, desatado entre 1996 y 2004, circunstancia que provocó un endeudamiento desmesurado de las familias.  Circunstancia esta que, además de agravar nuestra crisis económica, ha propiciado  la destrucción de empleo tan elevada que padecemos. Zapatero llegó a afirmar incluso que estaba profundamente arrepentido de no "haber pinchado o intentar pinchar la burbuja inmobiliaria con la que conviví durante dos o tres años".

Según Zapatero, nuestra crisis económica está vinculada casi exclusivamente  a la crisis del ladrillo, a la dichosa burbuja inmobiliaria. No se da cuenta que hay otras burbujas, tan culpables, o más, de nuestra situación económica, como es el caso de la burbuja financiera, la burbuja de las energías renovables, la burbuja creciente de nuestra deuda pública y, cómo no, la burbuja de su propia  incompetencia planetaria. Su única obsesión es la burbuja inmobiliaria, heredada del Partido Popular. Para el actual presidente del Gobierno, el 70% de los puestos de trabajo, perdidos en España durante estos años de crisis, proceden de la burbuja inmobiliaria derivada de las leyes habilitadas por el Gobierno de José María Aznar. La prueba del algodón, según Zapatero, está en que la mayor parte del paro en España procede del sector de la construcción.

La evidente crisis del ladrillo ocasionó muchos y muy graves problemas, entre los que destaca claramente el insostenible endeudamiento de las familias españolas. Las hipotecas y el derroche incontrolado del ahorro familiar en la construcción, dieron lugar a que peligrara la estabilidad financiera de las cajas de ahorro y de otras entidades bancarias que imprudentemente  incitaban a la inversión inmobiliaria. Ni el propio Rodríguez Zapatero, ni sus secuaces socialistas quieren darse cuenta del hecho constatable de que, cuando se hicieron cargo del Gobierno, la demanda de viviendas estaba muy por encima del  stock disponible. En marzo de 2004, hasta el mismo crédito estaba perfectamente saneado.

Fue ya, con Zapatero en La Moncloa, cuando la vivienda comenzó a incrementar su precio muy por encima del IPC, hecho que determina el inicio de la burbuja inmobiliaria. ¿Cuál ha sido la causa de ese desbarajuste anormal del precio de la vivienda? La falta de suelo edificable, la especulación y la recalificación, así como el exceso de crédito, forman parte de los factores externos que han dado al traste con ese equilibrio necesario entre el coste de la vivienda y el IPC.  Ante todo, no es de recibo que la firma del concejal de urbanismo de turno influya tan decididamente en el alza del precio de la vivienda. El Partido Popular quiso prevenir este extremo con la frustrada Ley del Suelo de 1998, que no pudo aplicarse, ya que el Tribunal Constitucional avaló la competencia de las comunidades autónomas sobre el suelo edificable.

Ahora viene Alfredo Pérez Rubalcaba, se presenta como un soplo de aire nuevo presto a regenerar el PSOE, enterrar definitivamente el zapaterismo y, de paso, arreglar todos nuestros problemas económicos y sociales. Aunque el Gobierno del que él formó parte durante mucho tiempo como vicepresidente no supo poner freno a la destrucción de empleo, Rubalcaba confiesa ufanamente que sabe cómo solucionarlo. Quizás esté pensando en la burbuja inmobiliaria, de la que dijo que “tuvo algunas ventajas”, ya que “nos hizo vivir a todos bien, incluso demasiado bien, incluso por encima de lo que realmente teníamos que haberlo hecho”, aunque “ha tenido consecuencias desastrosas para muchas cosas”. Por lo menos ha dado a entender que quiere  “revitalizar la construcción”, aunque sea nada más  que para no pasar del “atracón al ayuno”.

Barrillos de Las arrimadas, 28 de julio de 2011

José Luis Valladares Fernández

18 comentarios:

  1. Es penoso ,menos mal que ha tenido un poco de sentido común y se larga. Esperemos que rubalcaba se retire próximamente a plantar tomates en el casoplón que se comprará o que yá tiene ,saludos!

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  2. Lo que no es de recibo es que no tengamos una ley del suelo que califique, de forma definitiva, todo el territorio nacional.
    Así se hubiera acabado con la especulación.
    Y Zotepenco fue el culpable de la mayoría de las construcciones y de pinchar forzadamente la burbuja y lo que se podría haber deshinchado poco a poco, estalló.
    Y a pagarlo, los de siempre.
    Un abrazo.
    Por cierto, corrije el título porque has pulsado la v en lugar de la b en burbuja.

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  3. ¡Pero es que parece que no manejan otros resortes que un retorno a la economía del ladrillo cuando nos hemos pasado, a lo mejor, varios siglos de nuestras necesidades al tiempo que amplias áreas de nuestra geografía han quedado destrozadas, incluso en la costa, todo por el afán recalificador para generar más y más ingresos, intentando tumbarse, incluso leyes de rango superior..!
    Aquí, en Pontevedra, se sigue construyendo deshonestamente, al tiempo que se desconfigura la ciudad y estrechan las calles del recinto histórico al ancho estándar de corredoira, peatonalizándola.
    Total, que mucha gente se ve obligada a buscar alojo en el extrarradio, procurando nueva casa con garage, al tiempo que se genera una bolsa enorme de inmuebles usados vacíos. Es decir, seguimos siendo víctimas de la burbuja. Aquí, en Pontevedra.
    Esto dicho a modo de pequeño apunte.
    Saludos, José Luís. Xesús.

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  4. Más de lo mismo, no saben cómo justificar lo injustificable.

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  5. Como los osos buscan su cueva para invernar nosotros, los humanos, hemos abandonado las inóspitas cavernas para vivir en una casa confortable y todo el año. La vivienda ha sido siempre un problema en este país, desde que tengo uso de razón: los emigrantes españoles se iban a trabajar a Alemania o a Suiza y con los ahorros se compraban un piso en España para retirarse en su país.
    Después las inmobiliarias y las agencias ofertaban viviendas caras, pero amparadas por los jugosos créditos que ofrecían los bancos, con contratos leoninos: domiciliar la nómina (es ilegal), contratar seguros de vida y vivienda...
    Daba igual, si no pagabas te embargaban la vivienda, se quedaban con lo ya pagado y después vendían el inmueble a mayor precio. Un chollo.
    Llegó la crisis y el paro galopante y el cuento de la lechera se cumplió: se rompió el cántaro de la leche y el dulce sueño se convirtió en mala leche. Y ahora, a pagar el cántaro roto los de siempre.
    Un saludo cordial.

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  6. @ngel:

    Seguro que no nos cae esa breva. Habrá mucho borreguito que escuchará la voz de su amo y dará el voto a semejante personaje.

    Saludos cordiales

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  7. CAPITÁN TRUENO:

    Existe la Ley del suelo, que es la que quiso echar abajo el Gobierno de Aznar y el Tribunal Constitucional lo impidió. Esa Ley es la que determina que la firma del concejal de Urbanismo valga tanto dinero para calificar los terrenos, que es lo que encarece la construcción. Dicha Ley la utilizan los Ayuntamientos para autofinanciarse y, lo que es peor, para algo más.

    Un abrazo

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  8. Xesús López:

    Todo eso que dices pasa en Pontevedra, pasa en el resto de las ciudades españolas. Es francamente una vergüenza, pero es así. Y lo malo es que no será facil cambiar esta situación.

    Un abrazo

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  9. Trecce:

    Pero están contentos con la situación. De esta manera, a la vez que autofinancian los Ayuntamientos, siempre se queda algo entre las uñas.

    Un abrazo

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  10. Jano::

    Es normal que todos los ciudadanos quieran tener su propia casa. Lo malo es el sistema utilizado para liberar el suelo, que es lo que ha llevado los precios de los pisos a las nubes. También tienen su parte de culpa las entidades bancarias, al meter las hipotecas por los ojos.

    Saludos cordiales

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  11. El gran problema, querido Jose Luis, es que no hay modelo económico alternativo al ladrillo, y que por tanto, crecer y recuperar empleo se antoja una labor no complicada, si no rayana en lo imposible.

    Lo lógico, lo coherente, lo sensato, es que el visionario de la Moncloa no hubiera negado la crisis hasta que se acumularan 5 millones de parados en las listas del INEM, y hubiera ido desactivando la implosión de la "burbuja" atenuando en lo posible sus devastadores efectos.

    Pero no. Se impuso la demagogia garbancera y el siniestro sectarismo en vez del sentido de Estado.

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  12. Qué original, tanto bla bla bla con la burbuja y con Aznar y ahora de vuelta al ladrillo.

    Para ladrrillo, lo que tiene RBCB por cerebro.

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  13. Ciertamente, José Luis, también es una rémora la especulación del suelo porque, por ejemplo, un piso medio se te encarece en unos 6000€ sólo en los impuestos municipales.
    Por cierto: donde dice INÓSPITO en mi comentario de ayer, debe decir INHÓSPITO.
    Últimamente las prisas y más factores me hacen cometer hasta faltas de ortografía.
    Un saludo.

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  14. Natalia Pastor:

    De ese afán por negar la crisis se derivó la excesiva gravedad de nuestra situación económica.
    Eso y el empeño de que dependa del concejal de urbanismo, con lo que esto conlleva, el que dependa si se puede edificar o no en unos terrenos.

    Un abrazo

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  15. Candela:

    La originalidad de esta gente es ponerse siempre del lado que sople el viento. Son vderdaderos carás.

    Un abrazo

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  16. Jano:

    No te preocupes, lapsus de esos tenemos todos. Las prisas y que las teclas del ordenador están demasiado juntas, a veces nos juegan una mala pasada.

    Saludos cordiales

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  17. Que Rubalca quiera ahora venir de nuevas rebasa todos los colmos del cinismosocialismo.
    Saludos blogueros, Jose LUis

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  18. A RuGALcaba a cínico, no le gana nadie. Se presenta como algo nuevo, que tiene las claves para arreglar esto y que no hay temor a atentados de ETA gracias a él, y resulta que es el compendio de todo lo peor que tenía el felipismo con lo más malo del zapaterismo.
    Si los votantes fueran inteligentes, no recibiría más votos que los suyos propios.

    Saludos cordiales

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