lunes, 21 de enero de 2013

VIII.-La explosión del separatismo en Cataluña



Siempre ha habido algún grupo de locos, adscritos normalmente a una ideología izquierdista, que lucha por una independencia  absurda y poco menos que imposible. Se trata de grupos más bien pequeños, que actúan aisladamente y sin el menor apoyo popular. Van por libre, y ni siquiera les prestan cobertura los colectivos nacionalistas. Estos dicen que aspiran a un mayor autogobierno y a una autonomía más completa, cuando lo que en realidad les mueve es la posibilidad de hacer pingües negocios. Los independentistas en cambio se dejan llevar por un idealismo absurdo y dan continuamente la espalda a la realidad.

Hay veces que estos grupos minoritarios de separatistas, que persiguen una quimérica liberación nacional, reaccionan violentamente y no dudan en practicar el terrorismo para imponer su estúpido ideario. Es lo que ha hecho en Cataluña el antiguo grupo terrorista que, con el tiempo,  pasaría a llamarse Terra Lliure. Reivindicaban, como no, la disgregación de varios territorios pertenecientes a  España y a Francia para formar la famosa “nación catalana”,  libre y plenamente independiente de las ataduras francesas y españolas. Fundamentaban semejante exigencia en el falso dato de que, hasta 1714, Cataluña había sido siempre una gran nación, aduciendo a la vez motivos lingüísticos y culturales.

El independentismo como fenómeno de masas, al menos en Cataluña, es relativamente moderno. Este grupo separatista catalán comenzó a crecer después de la muerte de Franco, a la sombra de una transición democrática y una Constitución española, quizás demasiado contemporizadoras. Los responsables políticos del momento pensaron erróneamente que, haciendo concesiones a los nacionalismos periféricos, estos depondrían sus continuas exigencias y hasta acallarían, para siempre,  las voces de los que se atrevían a ir mucho más lejos y pedían la secesión de alguna región española.


En lo que a Cataluña se refiere, una vez celebradas las primeras elecciones generales, se restaura provisionalmente la Generalidad en  1977. La iniciativa partió de Adolfo Suarez,  presidente del Gobierno, apoyado efectivamente por el rey y por las altas instancias del Estado. Fue entonces cuando Josep Tarradellas regresa del exilio y, tras declarar su adhesión al rey y al proceso de reforma política, asume la presidencia de la Generalidad restaurada, y constituye el primer Gobierno autónomo de la democracia. Entraron a formar parte de este Gobierno provisional representantes destacados de todas las fuerzas políticas catalanas.

Constituida la nueva Generalidad, los diputados y senadores catalanes comienzan a elaborar el proyecto del nuevo Estatuto de Autonomía. Tuvieron un protagonismo muy especial, en la redacción definitiva del mismo, los diputados Miguel Roca, Jordi Solé Tura, Eduardo Martín Toval y Laureano López Rodó. El proyecto de Estatuto fue finalmente aprobado por todos los diputados y senadores elegidos por las diferentes circunscripciones electorales de Cataluña en diciembre de 1978. Después de pasar los oportunos filtros de una Comisión Constitucional, se procede a la formulación definitiva del mismo. Más tarde, el 25 de octubre de 1979, es aprobado en referéndum por el pueblo catalán.

Tras la promulgación del Estatuto de Cataluña, se celebran las primeras elecciones catalanas de la democracia. Tras la formación del Parlamento autonómico, fue investido presidente Jordi Pujol, candidato de Convergencia i Unió, gracias a los votos de UCD y,  los más llamativos, los de los 14 parlamentarios conseguidos por Esquerra Republicana de Cataluña. Y se mantuvo ininterrumpidamente al frente del Gobierno catalán hasta el año 2003 que tuvo que ceder el testigo a Pascual Maragall.

La Comisión Constitucional encargada de revisar el Estatuto pasó por alto inexplicablemente dos fallos garrafales: va bastante más allá que el de 1932, sobre todo en lo que afecta a enseñanza y cultura, y define a Cataluña como “nacionalidad”. Muchos catalanes de izquierda y, por supuesto, todos los nacionalistas, vieron  en estas concesiones una debilidad extrema de las instituciones del Estado, sobre todo del Gobierno central. Semejante percepción se afianzó aún más, porque todos los partidos han acudido,  en alguna ocasión, a Convergencia i Unió para poder formar Gobierno.  Y esto lo supo aprovechar inteligentemente Jordi Pujol para obtener  un sinfín  de prebendas.

Y esa misma sensación de debilidad ha sido utilizada por los separatistas para ganar adeptos. La misma Esquerra Republicana de Cataluña, cuyos orígenes eran totalmente federalistas, apuesta ahora de manera decidida por la independencia de todos los territorios españoles y franceses que hablan la lengua catalana. Aunque rechazan por principio, la violencia física, participan activamente en las distintas instituciones políticas, para acelerar desde dentro la liberación definitiva de los llamados “Países Catalanes”. Terra Lliure abandona la lucha armada, se auto disuelve y se integra en Esquerra Republicana para luchar pacíficamente por el derecho a la autodeterminación.

Es entonces cuando Esquerra Republicana de Cataluña intensifica su interesada colaboración con Convergencia i Unió para crear una falsa nación catalana multisecular, totalmente utópica y, claro está, con un pasado glorioso, lo que les lleva a falsificar conscientemente la historia. Se trata de una Cataluña  inventada que, según dicen, sufre las consecuencias de un largo sometimiento a los caprichos intolerables de España. Y no se cansan de proclamar continuamente que, para recuperar todo su esplendor pasado, Cataluña necesita romper amarras con España de manera inmediata.

Así las cosas, y con toda la izquierda radical involucrada ya en conseguir la secesión de España, hay un cambio en el Gobierno central. Como consecuencia del brutal y sospechoso atentado del 11-M, José Luis Rodríguez Zapatero gana inesperadamente las elecciones generales de marzo de 2004. Una vez investido Presidente, comienza a gobernar fiándolo todo a la  improvisación y a las ocurrencias más variadas. Pero con menos suerte que El burro flautista de Tomás de Iriarte, ya que no acierta una ni por casualidad. Sus malvadas intenciones y su tremenda incompetencia no dan para más.

Aun antes de llegar a La Moncloa ya impulsó el famoso Pacto del Tinell, firmado posteriormente por el nefasto tripartito catalán en diciembre de 2003, con el que se comprometían solemnemente a no establecer acuerdo alguno de gobernabilidad con el Partido Popular en Cataluña. Los firmantes de esta especie de cordón sanitario renunciaban igualmente a establecer pactos de Gobierno y pactos parlamentarios con dicho partido. Y aunque Zapatero lo negó posteriormente, el Pacto del Tinell formaba parte de su agenda a la hora de aprobar el nuevo Estatuto de 2006 y hasta para configurar el modelo de financiación aplicado a todas las comunidades autónomas.

Con Zapatero nunca sabías qué camino iba a tomar, ni como líder de la oposición y mucho menos después como presidente del Gobierno. Se afanaba inútilmente por deslumbrar a su audiencia con actuaciones insólitas y con frases enfáticas, consiguiendo con ello agrandar la evidencia de su ineficacia política. Por eso, siendo aún un simple aspirante a la Presidencia del Gobierno de España, aprovechó un mitin de la campaña electoral de 2003 para  comprometerse solemnemente a apoyar la reforma del Estatuto catalán que aprobase el Parlamento de Cataluña. Lo de menos era el contenido del mismo, siempre que resultara fortalecido el cordón sanitario contra el Partido popular.

El acuerdo entre el tripartido del Gobierno de Cataluña y Convergencia i Unió fue inmediato, aunque al final discrepara Esquerra Republicana por considerar el texto demasiado descafeinado. En la redacción de dicho Estatuto, se define a Cataluña como nación, se aumentan las competencias y se ignoran voluntariamente muchos de los límites impuestos por la Constitución española. Aunque el Estatuto catalán es todo un monumento a la desigualdad entre los españoles, Rodríguez Zapatero forzó su aprobación.

Fue en enero de 2006, cuando el presidente Zapatero y Artur Mas, entonces jefe de la oposición en el Parlamento Catalán, consensuan la definición de Cataluña y llegan a un acuerdo particular sobre el modelo de financiación, bastante más beneficioso que el de las demás comunidades autónomas. En vez del 35% de la recaudación del IVA, cede el 100% a Cataluña. Lo que quiere decir, que cualquier producto manufacturado por empresas con sede en Cataluña, tanto si se vende en Zamora, Jaén o Salamanca, el 100% de lo recaudado por IVA será para los catalanes. Otro tanto ocurre con el IRPF que, en vez del 33%, el 50% es para la Generalidad Catalana. Y en cuanto a los impuestos especiales, se quedan con el 58% en vez del 40% que es lo que toca a los demás.

Con estas concesiones de Zapatero, los políticos catalanes se crecieron e intensificaron sus pretensiones. El Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales varios artículos del nuevo Estatuto. La respuesta de las fuerzas políticas catalanas, con la exclusiva excepción del Partido Popular y de Ciutadans,  no se hizo esperar,  y organizaron una manifestación en Barcelona para protestar públicamente contra la decisión del alto Tribunal. El lema de dicha manifestación es muy claro: “Som una nació, nosaltres decidim” y fue encabezada por los presidentes y ex presidentes de la Generalidad y del Parlamento de Cataluña.

Detrás vendría el Tribunal Supremo y hasta el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, y siguiendo la pauta marcada por el Constitucional, sentenciaran que la lengua española está exactamente al mismo nivel que la catalana. Pero la Generalidad ignorará sistemáticamente las resoluciones judiciales que reconocen el carácter vehicular del español. Hasta los españoles que,  procediendo de otras comunidades autónomas, han fijado su residencia en Cataluña, son considerados como “extranjeros” a los que hay que asimilar.

Como el ambiente estaba ya preparado a base de inmersión lingüística y de una oportuna falsificación de la historia, la torpeza de Zapatero hizo el resto. Con sus interesadas  concesiones, se produce una emigración masiva  de posturas claramente nacionalistas o autonomistas hacia posiciones abiertamente separatistas. Resulta esperpéntico que sea precisamente Artur Mas el que encabece ahora este movimiento secesionista. No hace mucho, en 2002, trataba de irresponsables y anticuados a los que se empeñaban en llevar a Cataluña por ese camino, advirtiendo que semejante viaje comportaría irremediablemente una enorme frustración colectiva.  Y las manifestaciones que hacen para exigir la independencia resultan totalmente estrafalarias, como la del pasado 11 de septiembre con un grupo de sijs, portando una pancarta en la que se podía leer: “Tot som catalans y volem la independència”.

Gijón, 23 de diciembre de 2012

José Luis Valladares Fernández

12 comentarios:

  1. Querido José Luis:
    En la Cataluña actual, totalmente desquiciada y viciada por la estupidez de muchos y los intereses espurios de algunos,"tots som catalans menos los españoles, que somos charnegos o extranjeros. Como ocurre con los padres cuyos hijos viven de la "sopa boba" y no se van de casa ni "pa dios", quizás los españoles "volem la independència dels catalans" y que se busquen la vida sin nosaltres o se sienten a negociar una reconciliación para arreglar el carajal montado entre los Gobiernos de España y los de la Generalitat.
    Un saludo, José Luis.

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    1. Efectivamente, amigo jano: los únicos que no somos catalanes somos los españoles. Yo les conozco muy bien, porque trabajé en Barcelona y, posteriormente seguí con mi trabajo muy ligado a los catalanes. Tu tienes un negocio allí y puedes titularlo hasta en chino o japones y nadie te dirá nada. Pero no se te ocurra ponerlo en español, porque se echan encima de ti inmediatamente. Creo que ha sido una enorme torpeza de nuestros Gobiernos, al andar con ellos con tanta contemplación. Como saben perfectamente que viven del resto de España, no hubiera estado mal algún que otro desplante, simplemente para que no se crecieran.
      Un abrazo, Jano

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  2. Hola, José Luís:
    Pero menuda se ha armado con la enorme evasión de capitales! Nacionalistas, sí, pero menos, utilizada la bandera como blindaje para que la sociedad catalana los arropase, como en aquel famoso caso de Banca Catalana. ¿Nacionalistas? Quedan dudas cuando ha quedado demostrado que no tienen otra patria que el dinero.
    Las facilidades de A. Suárez como las que siguieron y siguen, un error, un balón de oxígeno para el delirio secesionista de algunos.

    Un abrazo

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    1. Ya sabes el dicho "Barcelona es bona si la bolsa sona". Y cuando yo anduve por allí decían mucho "la pela es la pela".
      Y están pagando esa política secesionista que están haciendo. Son muchas las empresas que se han deslocalizado y se han instalado en Madrid. Hasta la Coca Cola. Y de ser los primeros en renta per capita, ya están los terceros y casi empatados con el cuarto. Pero se lo están buscando ellos.

      Un abrazo

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  3. Pero que coño hacian esos Sijs en la manifestacion,cuando su lugar esta en el rio Ganges lavandose digo yo,Un abrazo y perdon por mi exabrupto,

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    1. Es el resultado de la inmersión lingüística. Y los Gobiernos centrales, para corregir esto, no les obligan a cumplir las sentencias dadas por el Supremo y por el Constitucional, así que ancha es castilla.

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  4. Interesante articulo, no sabia esto de los impuestos e IVA. Qué concesiones más ilogicas!

    La foto lo dice todo, la situacion ya es de manicomio.

    Un saludazo de Auckland
    Edwin

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    1. Esa es otra de las torpezas de los Gobiernos de España que no se han dado cuenta que la Generalidad les está tomando el pelo y así resulta n beneficiados sobre el resto de españoles.

      Saludos cordiales

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  5. El independentismo ha sido incentivado por aquellos que lo utilizan como coartada para tapar la corrupción y la existencia de un régimen nacionalista que garantice la impunidad.
    Si vemos la evolución desde el escándalo de Banca Catalana con Jordi Pujol, todo el auge independentista jalonado de transferencias,ha sido en pos de blindarse ante la exigencia de responsabilidades penales por el latrocinio.

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    1. Así es y los Gobiernos de todos los españoles, el actual y los que le han precedido, no se han enterado del juego de esos aprovechados. Y por si fueran pocas las concesiones que les han hecho, les han dejado plena libertad para aplicar la injusta inmersión lingüística, que les ha valido para sembrar el soberanismo entre la juventud.

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  6. No te apures, antes que nada lo que van a conseguir es ser un califato sin Coca-Cola y con Meca Cola...he visto tontos útiles de todos los colores pero puede que a su vez no lo sean tanto, ya me entiendes.

    Un abrazo

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    1. Eso no lo dudes. Las empresas juegan a ganar dinero y si lo ven mal en Cataluña se van a otra parte.
      Bueno, hasta alguno de los que aspiran a esa independencia, se empadrona en Madrid, porque así paga menos impuestos. Es el caso del vástago del todopoderoso Jordi Pujol.

      Un abrazo

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