sábado, 8 de enero de 2022

LAS FALACIAS DE PEDRO SÁNCHEZ

 



            En el siglo V  a. C. apareció en la Grecia Antigua una corriente filosófica, los sofistas que, como buenos maestros, iban de ciudad en ciudad, enseñando a la gente a desenvolverse correctamente en los asuntos públicos. Entre los sofistas más destacados o más conocidos, tenemos a Protágoras y a Gorgias, que pasaron a la historia como los padres del relativismo y del escepticismo.

Para Protágoras, todo es relativo, porque “el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto que no son”. Y Gorgias fue un defensor firme del escepticismo, ya que al referirse a la naturaleza o al no ser, afirmó claramente que “nada existe” y “si existiese no se podría conocer” y “si se pudiese conocer no se podría comunicar”. Lo que quiere decir, sin entrar en más detalles, que la verdad objetiva no existe y tampoco la moral. No son nada más que mera materia opinable.

Sin duda alguna, los sofistas eran auténticos especialistas en el manejo del lenguaje y la elocuencia. Y esto les proporcionaba una eficacia persuasiva verdaderamente extraordinaria, que les servía para salir airosos en sus frecuentes enfrentamientos con sus adversarios políticos. Y los acallaban, rebatiendo simplemente sus argumentos, sin preocuparse por la verdad.

Y aunque no se comportaran como auténticos filántropos, tampoco es que fueran demasiado cicateros o mezquinos con los ciudadanos que pensaban dedicarse a la política. Pues es sabido que, a cambio de un dinero, los instruían convenientemente, para que pudieran desenvolverse de manera sagaz e inteligente en los diversos asuntos públicos. Y les enseñaban, cómo no, la manera de elaborar discursos, aparentemente justos, aunque estén completamente llenos de engaños y falsedades.

Es verdad que Pedro Sánchez no contó con el adiestramiento de aquellos ilustres  helenos, pero procura imitarlos en todas sus apariciones públicas, para hacernos ver que se desvive por España y por todos los españoles. Lo malo es que, hasta para simular eficientemente una postura hace falta inteligencia. Y si no es así, tus argucias y tus abundantes  y llamativos sofismas te harán quedar siempre en entredicho.

Y es precisamente su limitación dialéctica, la que le lleva a restringir sus comparecencias públicas, porque sabe que así se ahorra posibles abucheos y cantidad de críticas molestas. Y si necesita aparecer en público para airear supuestos logros del Gobierno, una de dos: o busca un auditorio apropiado, cosa que suele hacer frecuentemente; o, como pasó el pasado 29 de diciembre en La Moncloa, impidiendo que los periodistas  y los medios de comunicación que no son afines puedan realizar preguntas.

En todo caso, debemos admitir que, con la posibilidad de sacar adelante los Presupuestos para el año 2022, el endiosamiento del  presidente Sánchez llegó a límites francamente inalcanzables. Y como piensa que “sumar es la clave”, se sintió tremendamente orgulloso de su capacidad para suscitar el consenso, ahí es nada, entre “once fuerzas políticas que representan las distintas sensibilidades” que hay en España.

Así que, sin esperar a más, aprovechó la inauguración de la 143 Asamblea de las Mujeres de la Unión Internacional Parlamentaria, que se celebraba en Madrid, para comunicar oficialmente el consenso alcanzado con los Presupuestos Generales del Estado, sin especificar, claro está, quienes eran sus socios. Y acto seguido, con la intención de presumir y darse autobombo, sacó a relucir el “esfuerzo constante” y la “búsqueda del diálogo y el consenso” que había realizado su Gobierno, “para hacer mejores políticas y mejorar la vida de las personas y de nuestro país".

Para no desperdiciar los halagos de aquellas mujeres y disfrutar de sus ferverosos aplausos, Pinocho Sánchez sacó rápidamente a colación, que su Ejecutivo siempre había luchado contra la violencia machista, algo que es sumamente necesario, si queremos acabar con la desigualdad entre géneros. Y añadió seguidamente: “la igualdad de género está en el ADN de nuestro Gobierno y es un eje transversal de todas nuestras políticas".

Para dar mayor efectividad a su discurso, hizo “un llamamiento al consenso”, advirtiendo, como no podía ser menos, que los desacuerdos y con la “falta de diálogo no podrá responderse a ninguno de los grandes retos" de la sociedad actual. Y completó su discurso, con el ruego de evitar cuidadosamente  “la polarización”, ya que lleva a “la desconfianza” y es un riesgo serio para la democracia.

En todo caso, debemos señalar que el PSOE, por indicación expresa de Pedro Sánchez, defiende abiertamente ese tipo de pactos con ERC y también con Bildu porque, según dicen, “ETA ya no existe”. Y aunque  hay  barones históricos  que protestan por los acuerdos amañados con Bildu, el PSOE en general está plenamente satisfecho con ese tipo de alianzas y piensan  mantenerlas indefinidamente, más que nada, faltaría más, “por el bien de España”.

Está visto que el doctor de vía estrecha que rige nuestros destinos recurre interesadamente a las argucias y a las falacias de los antiguos sofistas griegos. Quiere hacernos ver que todos esos acuerdos no buscan nada más que el interés de España y de los españoles. Comienza afirmando que “sumar es la clave”. Y por lo tanto, hay que “trabajar por alcanzar mayorías que representen las distintas sensibilidades de un país no para ser más, sino para hacer mejores políticas y mejorar la vida de las personas y de nuestro país”.

Para mantenerse en el poder, Pedro Sánchez se ha aliado con el mejor de cada casa. Ni con la famosa lámpara del cínico Diógenes, encontramos a un solo socio que sea medianamente honesto. Son todos ultraizquierdistas, independentistas extremos o filoetarras, que buscan incesantemente la desintegración de España y la desaparición de las instituciones españolas más tradicionales, empezando por la monarquía.

Y aunque confiesan explícitamente que están en contra de la unidad de España y quieren dar carpetazo a la dichosa Transición democrática española, el presidente Sánchez sigue en sus trece y dice que hay que dialogar con esas fuerzas díscolas. Y para que ese diálogo sea efectivo y podamos recuperar nuevamente  la convivencia, es preciso hacer ciertas concesiones, porque ahora más que nunca, “todos los apoyos son precisos en un momento en el que debemos unirnos para proteger vidas y empleos y para recuperar nuestra economía".

Todos sabemos  que  Pedro Sánchez es un egoísta empedernido y que, por lo tanto, solo busca permanecer el mayor tiempo posible al frente del Gobierno. Hará verdaderas cabriolas para hacernos creer que se preocupa constantemente por nuestros problemas, cuando sabemos que le importa un bledo la economía española y que pasa olímpicamente de España.

Es más que sabido que a Pedro Sánchez solo le interesa Pedro Sánchez. Y justamente por eso, seguirá compadreando con toda esa serie extraña de extremistas, haciéndoles concesiones para poder disfrutar  incondicionalmente de la bicoca del poder. Cualquier cosa antes que contrariar a sus socios de ERC, llegando incluso a dar la espalda al español en Cataluña. Y pasa algo muy similar con los filoetarras de Bildu.

Para normalizar la convivencia en el País Vasco y contar con el apoyo de Arnaldo Otegi y de sus huestes, se olvida de las sufridas víctimas de ETA y centra toda su atención en mejorar la situación de los presos etarras, trasladándoles a cárceles vascas para beneficiar considerablemente su situación penitenciaria. Y todo, digámoslo alto y claro de una vez, para  prolongar su permanencia al frente del poder.

No obstante, el desvergonzado presidente procurará utilizar indiscriminadamente su palabrería hueca para hacernos comprender que, gracias a sus desvelos, estamos saliendo airosos de la crisis originada por la pandemia. De momento, qué le vamos a hacer, tenemos que contentarnos con empezar el año 2022, ocupando la cola  de la recuperación económica, porque este Gobierno no da para más, ya que no cumple ni hace cumplir lo que prometió con toda solemnidad, cuando llegó a La Moncloa.

 

Gijón, 6 de enero de 2022

 José Luis Valladares Fernández


4 comentarios:

  1. Cultiva muy bien la fachada, pero todos sabemos lo que hay detrás.

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    1. Es lo único que le queda, el plumaje del pavo real. Lo demás lo perdió todo, hasta la dignidad.

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  2. Yo a Pedro Sánchez.lo catalogaria como un verdadero cínico,lo de sofista le viene grande a este aprendiz de Maquiavelo.saludos.

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    1. Hasta para ser cínico hace falta bastante más inteligencia de la que goza este miserable. Saludos

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