sábado, 19 de febrero de 2011

LOS IMPUESTOS Y LA CAIDA DEL CONSUMO


Tardó mucho  José Luis Rodríguez Zapatero en admitir que estábamos padeciendo una crisis económica. Estábamos a las puertas de un proceso electoral y no quería alarmar a los electores. Una vez pasadas las elecciones de marzo de 2008 ya comenzó a hablar de  una “coyuntura económica desfavorable", pero de muy poca importancia. Se trataba más bien de un bache, una simple desaceleración muy poco profunda, que en absoluto obstaculizaría la llegada a una situación “de pleno empleo técnico”. Después de más de un mes de celebradas las elecciones, el 28 de abril de 2008, aún criticaba duramente a los que decían que la crisis era muy grave. "La actitud de quienes exageran sobre el alcance de la actual situación económica –decía- es antipatriótica, inaceptable y demagógica".

Sin embargo tenían razón desgraciadamente los antipatriotas. Y al no aplicar a tiempo las medidas estructurales precisas, se produjo una fuerte caída de la actividad y, por lo tanto, del empleo. Ante el cariz que iba tomando  la crisis, cada vez más preocupante, el equipo económico del Gobierno intentó solucionar el problema aplicando los llamados estabilizadores automáticos que, en este caso  concreto,  desestabilizaron aún más nuestra economía. La intención sería buena, pero el  resultado no pudo ser más pernicioso. Para suavizar las perniciosas consecuencias  de la crisis, aplicaron sin más la tesis keynesiana, impulsando el gasto deficitario, llevándolo bastante por encima de los ingresos. Con esta nefasta iniciativa, además de disparar el gasto público, hunden irremediablemente los ingresos tributarios.

Con esta manera de actuar un tanto irresponsable, sucedió lo previsible, que aumentaran de manera alarmante los números rojos de las cuentas públicas. Con un 20% de la población en paro, con una gran cantidad de empresas que se ven obligadas a cerrar o que  apenas tienen beneficios y con el consumo prácticamente por los suelos, es normal que disminuyan los ingresos por IVA, por IRPF y, como es evidente, por el Impuesto de Sociedades, que son las tres fuentes principales que utiliza el Gobierno para financiarse. Dadas estas condiciones, es lógico que disminuya notablemente el montante recaudado, manteniendo invariable  el mismo tipo impositivo. Con otras palabras: lo que en realidad bajó en España es la recaudación, no los diversos tipos impositivos.

Al ver como van creciendo progresivamente los números rojos en las finanzas públicas, nuestro Gobierno ha comenzado a mirar con envidia al modelo económico y social escandinavo, cuyos países soportan sin problemas la presión fiscal más elevada del mundo.  Convencidos los miembros del Ejecutivo  español de que los impuestos altos no entorpecen en absoluto al crecimiento económico, comienzan a preparar el ambiente con la interesada falacia de que en España  se pagan pocos impuestos. Era el ministro de Fomento, José Blanco uno de los que más se desgañitaba, anunciando que los impuestos españoles eran “muy bajos” y que, por consiguiente, había que homologarlos necesariamente a la media europea.

El propio José Luis Rodríguez Zapatero marchaba al frente de la procesión y nos indicaba reiteradamente que si queríamos tener servicios similares a los de los alemanes o los suecos, teníamos que soportar los mismos esfuerzos  fiscales que ellos. El enfoque dado por el Ejecutivo a este problema es tremendamente demagógico, porque no es cierto que pagáramos menos impuestos en general que nuestros vecinos europeos. De hecho, en muchos casos ya estábamos pagando más. Tanto Zapatero, como José Blanco, y los demás miembros del Gobierno, comparaban intencionadamente nuestros tipos impositivos con los de aquellos países que tenían unos tipos claramente por encima de los nuestros, pero silenciaban las diferencias, a veces muy notables, entre el poder adquisitivo de ellos y el nuestro. 

Comparando nuestro poder adquisitivo  con el de la mayoría de países europeos, les ganamos sin duda alguna, pero en pobreza. De ahí que nuestro esfuerzo fiscal, diga lo que diga nuestro Gobierno, ya  estaba bastante por encima  de la media de la Unión europea, incluso antes de la última subida de impuestos.  Es cierto que, para medir el nivel de los impuestos, se utiliza normalmente la presión fiscal, que se obtiene dividiendo el total de lo recaudado por impuestos entre el PIB total del año de referencia. Según esto, la presión fiscal está en España por debajo de la media  de la Unión Europea. Según el último dato dado por la Oficina Europea de Estadística, nuestra presión fiscal estaba en el 33% del PIB, frente al 39,3% de media de la Comunidad Europea. Y esta es la variable utilizada por nuestro Gobierno para tratar de hacernos ver que nuestros impuestos son comparativamente muy bajos.

La presión fiscal es una variable ficticia que no sirve para fijar el auténtico nivel impositivo de un país.  Aunque no exento de inexactitud, el esfuerzo fiscal refleja más fielmente la realidad que la presión fiscal, ya que relaciona los tributos soportados por las personas con su capacidad impositiva. Se trata de ponderar la propia presión fiscal en función de la renta per cápita de las personas. Esto nos demuestra fehacientemente que a igual presión fiscal entre dos poblaciones diversas, la más pobre  estará sometida a un esfuerzo fiscal efectivo mayor. La variable del esfuerzo fiscal se adapta mucho más a la realidad que la presión fiscal, pues tiene en cuenta las posibilidades reales del ciudadano. 

Si Zapatero  y su Gobierno hubieran analizado detenidamente cual era el esfuerzo fiscal de los españoles en julio del pasado año, se darían cuenta de que no estábamos entre los últimos de la tabla. Verían que encabezábamos los primeros puestos de la lista, acompañados por Portugal y Grecia. Noruega, Dinamarca, Alemania y otros países afortunados van muy por  detrás de nosotros, porque son los que menos esfuerzo fiscal realizan. En estos países, es cierto, tienen unos impuestos altos, pero también lo son los salarios. Nuestro Gobierno, de aquella, optó por subir los impuestos, principalmente el IVA y la tributación sobre las rentas del capital, lo que, como estamos viendo, complicó aún más nuestra situación económica.

Esa subida de impuestos, acordada unilateralmente por el Gobierno, ha provocado prácticamente el colapso del consumo y no ha servido en absoluto para aumentar los ingresos del Estado. Tanto el consumo como los ingresos se recuperarán  cuando lo haga la actividad económica. Y evidentemente esto  no se consigue subiendo los tipos impositivos. Para lograrlo, necesitamos, en primer lugar, una reforma laboral profunda que garantice la flexibilización del mercado laboral y después, suprimir las pesadas cargas burocráticas que dificultan enormemente la creación de empresas. La subida de impuestos, piense lo que piense Rodríguez Zapatero y su equipo económico, no abre el camino a la recuperación. No hace falta ser un gurú de las finanzas para saber que la mejor receta para salir de la crisis actual, pasa por reducir los impuestos para que las familias dispongan de más dinero, restringir al máximo el gasto público y los inservibles planes de estímulo.

Es un auténtico disparate pensar que, por el mero hecho de aumentar los tipos impositivos, aumenta sin más lo recaudado. Las subidas de impuestos del pasado año, y más al coincidir con el recorte salarial a los trabajadores públicos y con el aviso de congelación de las pensiones, han servido para que las familias dispongan de menos dinero y en consecuencia se retraiga el consumo y reciba un nuevo impulso el desarrollo de la indigencia y la miseria. Los datos no pueden ser más elocuentes. Desde que comenzó a afectarnos la crisis económica allá por el año 2007, según datos publicados por la Oficina Europea de Estadística,   la inversión cae un 55%. El comercio minorista bajó en diciembre pasado un 5% con respecto al mismo mes de 2009, acumulando una caída del 15,50% desde el comienzo de la crisis.

Cada vez es más evidente el divorcio entre los grandes datos económicos como el PIB y el IPC y los datos parciales de nuestra economía. Mientras que el PIB español, según el Banco de España, cayó un 0,1% en 2010, los indicadores de consumo como éste, caen a tasas del 5%, la producción industrial un 0,3%, la construcción un 30,2% y la venta de automóviles un 24%. El gasto de los españoles en su conjunto, una vez descontada la inflación, ha caído el 30%, regresando éste a niveles de 1995. Y mientras las familias no dispongan de dinero, o bien porque mejoren sus salarios o porque reduzcan sus cargas impositivas, no se recuperará el consumo y por consiguiente nuestra economía continuará en la cuerda floja.

Gijón, 14 de febrero de 2011

José Luis Valladares Fernández

14 comentarios:

  1. Muy buena matización Jose Luis, sobre lo que es la presión fiscal. Blanco juega con las palabras para colarnos otra de sus mentiras, pero a estas alturas a la gente no le importa la macroeconomía porque la micro la notan todos los días y la padecen en sus carnes. Como cuando Sebastián dijo que la subida de la luz era un cafelito.

    A estas alturas todo esto suena a chufla..

    Un cordial saludo.

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  2. Desde que admitió lo de la crisis, tardia; más de dos años, solo este hecho tendria que haber convocado elecciones. Lo mismo que a un trabajador se le puede hechar de su empresa y mandarlo al paro por incompetente.
    Son muchos años mintiendo, manipulando,engañando..etc.
    Esto hace que muchos tengamos que llamar al pan pan y a un inútil incompetente.
    Que de ser un país prospero que nos envidiaba hasta los alemanes hasta llegar a reirse con la Merkel al frente.
    Más subida de impuestos a tum-tim-plem, esto ya es lo más. No solo a empobrecido más a las familias, lo peor que esto no crea empleo porque no hay consumo.
    Ahora la clase alta ya compra marcas blancas, esto no es normal.
    Este pollo me huele que hará más subida de impuesto antes de irse o que lo hechen.
    Saludos cordiales José Luis.

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  3. Muy graficamente descrita la situación patética a la que hemos llegado y de la que solo podremos salir echando a ZP de la Moncloa.
    Evidentemente las dos tardes en las que creyó aprender economía "no fueron suficientes".
    Saludos, Xesús.

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  4. Lo analizas bien José Luis. Yo no sé si añadir o comentar algo, porque sería volver sobre lo que hemos dicho tantas veces: Han actuado mal, en algunas ocasiones porque aunque las medidas no eran malas, venían muy, pero que muy tarde. Son mentirosos y no reconocen ni uno solo de sus errores. Un pato que pagamos todos y los que menos tienen, los que más pagan. Esta es su justicia social.

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  5. Lo peor, querido Jose Luis, es que este retraimiento del consumo irá en aumento debido no sólo a las cargas fiscales, si no al temor instalado en la sociedad ante la posibilidad de perder el empleo que hace frenar los gastos salvo para lo estrictamente imprescindible.
    Si además, como se comenta, van a aumentar las presiones impositivas en cuanto pasen las elecciones de mayo, nos espera un último semestre absolutamente devastador.

    Los datos de las grandes superficies delatan caidas de consumo en torno al 20%.
    Imaginemos como afecta esto al pequeño comercio...
    Tremendo.

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  6. Yo estaría encantado, querida Candela, de pagar los impuestos de los países escandinavos, que son incluso más altos que en Alemania. Pero, claro está, cobrando igual que ellos.
    Se pasan de listos estos sociatas
    Un abrazo

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  7. Eso que tu dices, amigo E..P.. es lo normal que ocurre en optros países, Pero en España no. Aquí el que manda tiene patente de corso para hacer lo que le plazca y no pasa nada.
    Esperemos que esto cambie algún día.
    Un abrazo amigo E..P..

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  8. Salir de donde nos ha metido Zapatero, amigo Xesús López, nos va a costar sangre, sudor y lágrimas. El deterioro de la economía, la destrucción del tejido industrial es de tal envergadura, que no va a ser facil volver a remontar. Y encima hay muchos aún que defienden a Zapatero y están dispuestos a volver a votarlo.
    ¡Que Dios nos coja confesados!
    Saludos cordiales

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  9. Brillante artículo.

    Esto pasa porque alguien (que no sabe) enseñó economía a otro en dos tardes.
    Y porque hay un supuesto jefe de la oposición que no hace su trabajo (ni lo deja hacer a otros) y señala todos nuestros males y el camino correcto a seguir.
    En qué manos estamos?

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  10. Ciertamente, amigo Trece, las medidas dictadas por Zapatero o su Gobierno, en principio no son malas. Pasa que las adotó demasiado tarde, cuando ya no se daban las condiciones necesarias para ser efectivas y, encima, las dulcifica por imposiciones sindicales o por lo que sea.
    Saludos cordiales

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  11. Es normalñ que ocurra eso, querida Natalia. Este Gobierno ha llenado de desconfianza a los ciudadanos españoles y están siempre temiendo que esto evolucione a peor. Y en esas condiciones, es normal que las familias se abstengan de gastar a no ser lo estrictamente necesario.
    Un abrazo

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  12. Lo tenemos muy complicado, amigo Aspirante. Estamos en una situación, que no sabemos a que carta quedarnos. Y entre tanto la economía se está deteriorando a pasos agigantados. A ver hasta donde llegamos.
    Saludos cordiales

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  13. El problema de Zapatero es que el hombre ve el asunto tan jodido que ya no sabe lo que hacer para salir airoso del trance, y hay males que tienen mal arreglo. Saludos José Luis.

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  14. Yo creo, amigo Rafa, que si Zapatero fuera inteligente, convocaba elecciones ya, sin pérdida de tiempo. Pues tenía que darse cuenta de que cada vez se pone el asunto peor y, cuanto más tarde en hacerlo, peor va a ser el juicio que de él haga la historia.
    Saludos cordiales

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