martes, 20 de mayo de 2014

LA DOBLE VARA DE MEDIR DEL PSOE

Es sumamente difícil ser objetivo, cuando se entrecruzan en nuestro camino intereses y deseos particulares, dificultad que se acrecienta  de manera considerable cuando esos intereses son de carácter político. Nuestros juicios y nuestras ideas están siempre sujetos, en mayor o menor medida, a la subjetividad personal de cada uno de nosotros,  ya que lo que nos rodea lo decodificamos siempre a través de nuestro propio mundo interno y personal. Nuestra percepción de la realidad, por lo tanto, puede ser radicalmente falsa y arbitraria y, en consecuencia, rechazada por otras personas.

Por si fuera esto poco, nos gusta construir nuestra atalaya particular para observar e interpretar lo que sucede a nuestro alrededor. El poeta y político asturiano Ramón de Campoamor, sintetizo magistralmente lo condicionados que estamos por nuestra  perspectiva individual y privada. Es extremadamente claro cuando escribe, primero en el poema Las dos linternas, y después, con ligeras variantes, en una de sus Humoradas la siguiente cuarteta:                                              

En este mundo traidor,
nada es verdad ni mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira.

En realidad, es lo que hace el PSOE al enjuiciar de manera tan radicalmente distinta los recortes que impone ahora el Gobierno francés y los que ha venido aplicando Mariano Rajoy. El nuevo Gobierno socialista francés, según los prohombres del PSOE, no abruma a sus ciudadanos con ajustes tan duros y tan nefastos, como hace el Ejecutivo español. El Gobierno de François Hollande limita todas sus reformas económicas a la puesta en marcha de una perspicaz política de ahorro, y así contar con más recursos que se van a destinar íntegramente a mejorar los planes de empleo juvenil, a educación  y, faltaría más,  a gastos sociales.

Para el secretario de Organización del PSOE, Oscar López, los recortes duros e inflexibles que se aplican  en España, se convierten en Francia en una fuente prolífica de ahorro responsable e inteligente. Mientras que en Francia tratan de mejorar su situación económica, eliminando gastos superfluos,  en España, la reforma laboral impuesta por Rajoy no ha valido nada  más que para aumentar considerablemente los despidos, para precarizar una buena parte de los puestos de trabajo y para empobrecer de manera inexorable a toda la clase media. Según Oscar López, cuando acabe esta legislatura, Francia disfrutará de una cobertura social mucho más amplia y tendrá, por ejemplo, 60.000 profesores más que ahora. Y esto  no tiene “nada que ver con los recortes en Sanidad y Educación que está aplicando Rajoy".

Para los responsables políticos del PSOE, François Hollande es el salvador  providencial de Francia y, a la vez,  el gran benefactor de Europa. Gracias a su clarividente política, los franceses tienen garantizado el futuro económico y en toda Europa se abre una  nueva etapa  de crecimiento y de creación de empleo. Ese nuevo giro de la política europea se lo debemos, según el secretario de Organización del PSOE, al presidente socialista francés. Y mientras tanto, en España, los recortes suicidas de Mariano Rajoy, según dice Oscar López, nos están llevando al abismo. Y ahora, además de recortar en Sanidad y en Educación, recorta también nuestras libertades con su nueva Ley de Seguridad Ciudadana.

Los socialistas españoles utilizan una vara de medir cuando analizan la política del Gobierno de Francia, y otra muy distinta cuando enjuician la política del Gobierno de España. Como si fueran consumados equilibristas, realizan toda clase de piruetas argumentales para justificar descaradamente la actuación del Ejecutivo francés y vituperar sin miramiento alguno al Gobierno de Mariano Rajoy.

Y como si no supiéramos lo que hicieron los socialistas durante su último mandato, nos dicen que hay otras formas de gobernar muy distintas y, por supuesto, mucho más eficientes y solidarias. Dicen que, si queremos generar confianza, tenemos que cambiar muchas cosas en España, que hay que comprometerse más con la sociedad y que es extremadamente urgente aplicar políticas de crecimiento para dar lugar a más empleo estable. Y esta labor, según dicen,  no se puede dejar en manos de la derecha. Es una de las tareas fundamentales que deben desarrollar, sin complejo alguno,  los propios socialistas españoles.

Sin embargo, cuando enjuician la política de recortes del Gobierno francés, que no es muy distinta de la acuñada por Mariano Rajoy, bendicen y justifican plenamente su actuación.  Para los dirigentes del PSOE, las medidas adoptadas recientemente por las autoridades francesas, no van contra los más pobres y más desfavorecidos, como ocurre en España. Se trata más bien de todo lo contrario, ya que servirán, ante todo,  para acrecentar y optimizar el empleo juvenil y, cómo no, para mejorar sustancialmente las perspectivas laborales de los que menos ganan.

Los socialistas españoles se deshacen en cumplidos y elogios de la actitud adoptada por las máximas autoridades de la República Francesa, y la contraponen absurdamente a la del Gobierno español. Pero sus correligionarios franceses no opinan así en absoluto y critican, con extremada dureza, los recortes anunciados últimamente por el primer ministro Manuel Valls que, sin ningún género de duda, son tan severos, o incluso más, que los dictados por Mariano Rajoy.  Los ciudadanos franceses en general y, de una manera  muy especial, los socialistas, se sienten traicionados por Valls y por Hollande.

Cuando en 2012 llega a la Presidencia de la República Francesa, François Hollande, quiso equilibrar la balanza presupuestaria con subidas considerables de impuestos, como pasó en España,  manteniendo íntegramente, eso sí,  todos los gastos, sobre todo los gastos de tipo social. Pero las cuentas  del año 2013 presentan un desfase negativo entre ingresos y gastos del 4,3% del PIB. Y aún hay más: su deuda pública se disparó también, subiendo  hasta un peligroso 93% del PIB. Ante la insistencia de Ángela Merkel y bajo la presión constante de la Comisión Europea, el Gobierno francés decide atajar su déficit público y cumplir con el pacto fiscal europeo.

Con tal fin, el primer  ministro Manuel Valls, siguiendo ciegamente las directrices de François Hollande, elabora un plan de ajuste extremadamente duro, comprometiéndose a realizar un recorte de 50.000 millones de euros entre los años 2015 y 2017. Habrá recortes importantes en sanidad y en todas las demás prestaciones sociales. Los sueldos de los funcionarios, que no se han movido desde 2010, continuarán congelados posiblemente hasta 2017. Y otro tanto ocurrirá con las pensiones que, según informan desde el Gobierno de Hollande, no se volverán a revalorizar hasta octubre de 2015 por lo menos.

Todos estos recortes, propuestos inesperadamente por el primer ministro Valls, han soliviantado, y de qué manera, a los principales sindicatos franceses y al sector más izquierdista de su propio partido. No es esta la política que esperaban de un Gobierno socialista, pues este plan de Valls, además de interferir negativamente  en el poder adquisitivo de la clase media francesa, tendrá también consecuencias fatales e inmediatas para el crecimiento económico y para la creación de empleo.

Aunque Oscar López diga que estas medidas van a ser beneficiosas para la economía francesa, muchos socialistas franceses se rebelan contra ellas porque las consideran sumamente perniciosas para la recuperación económica. Pero diga lo que diga el secretario de Organización del PSOE, los recortes promovidos a última hora por Hollande y Valls, tienen consecuencias tan letales o más que los de Rajoy para el trabajo estable y para la economía en general. Las anteojeras que lleva puestas el ínclito Oscar López distorsionan mucho la realidad.

Gijón, 2 de mayo de 2014


José Luis Valladares Fernández

4 comentarios:

  1. El PSOE, como se dice ahora, tiene un problema y bien gordo, o se espabilan, o van a estar mucho tiempo haciendo oposición.

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  2. Pues sí, les jorobaron la campaña antes de empezar hasta que se han encontrado con ese maravilloso balón de oxígeno propiciado por Cañete en plan patazas...claro que ya se están pasando de frenada como siempre y quizás salgan más gallinas de las que pretenden que entren, más machistas son ellos si creen que todas somos tan tontas para morder tal anzuelo, por no hablar de las cuotas, la vergonzante portada aquella del Vogue y su colega el maltratador.

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  3. La vara de medir es algo que le encanta a estos socialistas de buen comer y mejor vivir,eso si a costa del projimo,un saludo,

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  4. Lo más cojonudo es que aun siendo OBREROS, viven como DIos, y aún tienen tiempo para trincar
    de lo lindo.

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