Es
sumamente difícil ser objetivo, cuando se entrecruzan en nuestro camino intereses
y deseos particulares, dificultad que se acrecienta de manera considerable cuando esos intereses
son de carácter político. Nuestros juicios y nuestras ideas están siempre
sujetos, en mayor o menor medida, a la subjetividad personal de cada uno de
nosotros, ya que lo que nos rodea lo
decodificamos siempre a través de nuestro propio mundo interno y personal. Nuestra
percepción de la realidad, por lo tanto, puede ser radicalmente falsa y
arbitraria y, en consecuencia, rechazada por otras personas.
Por
si fuera esto poco, nos gusta construir nuestra atalaya particular para
observar e interpretar lo que sucede a nuestro alrededor. El poeta y político
asturiano Ramón de Campoamor, sintetizo magistralmente lo condicionados que
estamos por nuestra perspectiva
individual y privada. Es extremadamente claro cuando escribe, primero en el poema
Las dos linternas, y después, con
ligeras variantes, en una de sus Humoradas
la siguiente cuarteta:
En
este mundo traidor,
nada
es verdad ni mentira,
todo
es según el color
del
cristal con que se mira.
En
realidad, es lo que hace el PSOE al enjuiciar de manera tan radicalmente
distinta los recortes que impone ahora el Gobierno francés y los que ha venido aplicando
Mariano Rajoy. El nuevo Gobierno socialista francés, según los prohombres del
PSOE, no abruma a sus ciudadanos con ajustes tan duros y tan nefastos, como
hace el Ejecutivo español. El Gobierno de François Hollande limita todas sus
reformas económicas a la puesta en marcha de una perspicaz política de ahorro,
y así contar con más recursos que se van a destinar íntegramente a mejorar los
planes de empleo juvenil, a educación y,
faltaría más, a gastos sociales.
Para
el secretario de Organización del PSOE, Oscar López, los recortes duros e
inflexibles que se aplican en España, se
convierten en Francia en una fuente prolífica de ahorro responsable e
inteligente. Mientras que en Francia tratan de mejorar su situación económica,
eliminando gastos superfluos, en España,
la reforma laboral impuesta por Rajoy no ha valido nada más que para aumentar considerablemente los
despidos, para precarizar una buena parte de los puestos de trabajo y para
empobrecer de manera inexorable a toda la clase media. Según Oscar López,
cuando acabe esta legislatura, Francia disfrutará de una cobertura social mucho
más amplia y tendrá, por ejemplo, 60.000 profesores más que ahora. Y esto no tiene “nada que ver con los recortes en
Sanidad y Educación que está aplicando Rajoy".
Para los responsables políticos del PSOE, François Hollande es el salvador providencial de Francia y, a la vez, el gran benefactor de Europa. Gracias a su clarividente política, los franceses tienen garantizado el futuro económico y en toda Europa se abre una nueva etapa de crecimiento y de creación de empleo. Ese nuevo giro de la política europea se lo debemos, según el secretario de Organización del PSOE, al presidente socialista francés. Y mientras tanto, en España, los recortes suicidas de Mariano Rajoy, según dice Oscar López, nos están llevando al abismo. Y ahora, además de recortar en Sanidad y en Educación, recorta también nuestras libertades con su nueva Ley de Seguridad Ciudadana.
Los
socialistas españoles utilizan una vara de medir cuando analizan la política
del Gobierno de Francia, y otra muy distinta cuando enjuician la política del
Gobierno de España. Como si fueran consumados equilibristas, realizan toda
clase de piruetas argumentales para justificar descaradamente la actuación del
Ejecutivo francés y vituperar sin miramiento alguno al Gobierno de Mariano
Rajoy.
Y
como si no supiéramos lo que hicieron los socialistas durante su último
mandato, nos dicen que hay otras formas de gobernar muy distintas y, por
supuesto, mucho más eficientes y solidarias. Dicen que, si queremos generar
confianza, tenemos que cambiar muchas cosas en España, que hay que comprometerse
más con la sociedad y que es extremadamente urgente aplicar políticas de
crecimiento para dar lugar a más empleo estable. Y esta labor, según dicen, no se puede dejar en manos de la derecha. Es
una de las tareas fundamentales que deben desarrollar, sin complejo alguno, los propios socialistas españoles.
Sin
embargo, cuando enjuician la política de recortes del Gobierno francés, que no
es muy distinta de la acuñada por Mariano Rajoy, bendicen y justifican
plenamente su actuación. Para los
dirigentes del PSOE, las medidas adoptadas recientemente por las autoridades
francesas, no van contra los más pobres y más desfavorecidos, como ocurre en
España. Se trata más bien de todo lo contrario, ya que servirán, ante
todo, para acrecentar y optimizar el
empleo juvenil y, cómo no, para mejorar sustancialmente las perspectivas
laborales de los que menos ganan.
Los
socialistas españoles se deshacen en cumplidos y elogios de la actitud adoptada
por las máximas autoridades de la República Francesa, y la contraponen
absurdamente a la del Gobierno español. Pero sus correligionarios franceses no
opinan así en absoluto y critican, con extremada dureza, los recortes anunciados
últimamente por el primer ministro Manuel Valls que, sin ningún género de duda,
son tan severos, o incluso más, que los dictados por Mariano Rajoy. Los ciudadanos franceses en general y, de una
manera muy especial, los socialistas, se
sienten traicionados por Valls y por Hollande.
Cuando
en 2012 llega a la Presidencia de la República Francesa, François Hollande,
quiso equilibrar la balanza presupuestaria con subidas considerables de
impuestos, como pasó en España, manteniendo
íntegramente, eso sí, todos los gastos,
sobre todo los gastos de tipo social. Pero las cuentas del año 2013 presentan un desfase negativo entre
ingresos y gastos del 4,3% del PIB. Y aún hay más: su deuda pública se disparó
también, subiendo hasta un peligroso 93%
del PIB. Ante la insistencia de Ángela Merkel y bajo la presión constante de la
Comisión Europea, el Gobierno francés decide atajar su déficit público y
cumplir con el pacto fiscal europeo.
Con
tal fin, el primer ministro Manuel
Valls, siguiendo ciegamente las directrices de François Hollande, elabora un
plan de ajuste extremadamente duro, comprometiéndose a realizar un recorte de
50.000 millones de euros entre los años 2015 y 2017. Habrá recortes importantes
en sanidad y en todas las demás prestaciones sociales. Los sueldos de los
funcionarios, que no se han movido desde 2010, continuarán congelados
posiblemente hasta 2017. Y otro tanto ocurrirá con las pensiones que, según
informan desde el Gobierno de Hollande, no se volverán a revalorizar hasta
octubre de 2015 por lo menos.
Todos
estos recortes, propuestos inesperadamente por el primer ministro Valls, han
soliviantado, y de qué manera, a los principales sindicatos franceses y al
sector más izquierdista de su propio partido. No es esta la política que esperaban
de un Gobierno socialista, pues este plan de Valls, además de interferir
negativamente en el poder adquisitivo de
la clase media francesa, tendrá también consecuencias fatales e inmediatas para
el crecimiento económico y para la creación de empleo.
Aunque
Oscar López diga que estas medidas van a ser beneficiosas para la economía
francesa, muchos socialistas franceses se rebelan contra ellas porque las
consideran sumamente perniciosas para la recuperación económica. Pero diga lo
que diga el secretario de Organización del PSOE, los recortes promovidos a
última hora por Hollande y Valls, tienen consecuencias tan letales o más que
los de Rajoy para el trabajo estable y para la economía en general. Las
anteojeras que lleva puestas el ínclito Oscar López distorsionan mucho la
realidad.
Gijón,
2 de mayo de 2014
José
Luis Valladares Fernández
El PSOE, como se dice ahora, tiene un problema y bien gordo, o se espabilan, o van a estar mucho tiempo haciendo oposición.
ResponderEliminarPues sí, les jorobaron la campaña antes de empezar hasta que se han encontrado con ese maravilloso balón de oxígeno propiciado por Cañete en plan patazas...claro que ya se están pasando de frenada como siempre y quizás salgan más gallinas de las que pretenden que entren, más machistas son ellos si creen que todas somos tan tontas para morder tal anzuelo, por no hablar de las cuotas, la vergonzante portada aquella del Vogue y su colega el maltratador.
ResponderEliminarLa vara de medir es algo que le encanta a estos socialistas de buen comer y mejor vivir,eso si a costa del projimo,un saludo,
ResponderEliminarLo más cojonudo es que aun siendo OBREROS, viven como DIos, y aún tienen tiempo para trincar
ResponderEliminarde lo lindo.