A Pedro Sánchez, actual
secretario general de los socialistas españoles, comenzaron a crecerle los
enanos a velocidad de vértigo. Cada día se parece más a Pedro Picapiedra, protagonista de la serie televisiva de dibujos
animados “Los Picapiedra”, emitida cuando yo era mucho más joven y que tanto
entretenía a nuestros pequeños. Al igual que Pedro Picapiedra, Pedro Sánchez,
además de esforzarse vanamente por aparentar estar siempre muy seguro de sí
mismo, se olvida de reflexionar antes de abrir la boca o de actuar. Y en
consecuencia, como le ocurría al personaje ficticio de “Los Picapiedra”, tiene
que ir aprendiendo a base de cometer continuos errores.
El máximo responsable de los
socialistas españoles, para empezar, es incapaz de poner orden en su propia
formación política. Los socialistas catalanes, desoyendo la voluntad de su
secretario general, apoyaron unánimemente en el parlament la ley de consultas
diseñada intencionadamente por los secesionistas para suplantar la legalidad
vigente. De nada vale que Pedro Sánchez apostillara más tarde que esa ley “no cabe en la Constitución porque viola la
soberanía que, de forma indivisible, corresponde al conjunto de los españoles”.
Pero en Cataluña, la falta de
cordura de algunos socialistas, llega aún más lejos. Por iniciativa de la
Asociación de Municipios por la Independencia, se están celebrando plenos
extraordinarios en la mayor parte de los Ayuntamientos catalanes, para apoyar
expresamente el referéndum ilegal del 9 de noviembre. Y un buen número de
concejales socialistas dan nuevamente la espalda a su líder y, o se abstienen,
o votan incomprensiblemente a favor de semejante moción.
Y Pedro Sánchez se desgañita inútilmente
diciendo a los catalanes “que les
queremos, que queremos vivir con ellos, que juntos somos más fuertes”. Y
siguiendo con su discurso, dice que "Votaremos sí a la unidad, sí a la
diversidad, sí al verdadero ser de España, que es la España federal". Y
pide a Artur Mas y a Rajoy que se pongan de acuerdo para que los catalanes y el
resto de españoles podamos votar juntos una Constitución Federal. ¡Cómo si el
nacionalismo separatista se conformara con pasar de un modelo autonómico a uno
federal! Busca simplemente tener más privilegios que el resto de regiones
españolas.
Para empezar, y aunque el líder
del PSOE no quiera reconocerlo, el modelo administrativo de España es
prácticamente homologable, por ejemplo, al modelo federal de Alemania. Pero eso
sí, las Autonomías españolas disfrutan de muchas más atribuciones y disponen de
bastantes más transferencias estatales que los Lander alemanes. Por lo tanto,
aunque llevemos a cabo semejante reforma, no solucionaríamos nada y seguiría
inalterable el problema independentista. Solamente cambiarían algo las cosas,
si cedemos ante los soberanistas catalanes y abrimos las puertas de par en par
al federalismo asimétrico. Pero en este caso, no podríamos garantizar derechos
iguales para todos los ciudadanos.
En cualquier caso, Pedro Sánchez sabe
perfectamente que los secesionistas catalanes no se conforman con un simple
enfoque federal de la Constitución, y que continuarán indefectiblemente
amenazando con su desvinculación con España. Pero como quiere que se sientan
cómodos y satisfechos formando parte integrante de nuestro país, el secretario
general del PSOE admite que habrá que asignarles nuevas competencias,
asegurarles, ¡faltaría más!, "una financiación previsible y suficiente” y
cambiar tanto la composición como las funciones que viene desarrollando
habitualmente el Senado.
En la propuesta de reforma
constitucional, el líder de los
socialistas españoles quiere incluir el reconocimiento expreso de una supuesta “singularidad catalana”, inventada a lo
largo de los años por el nacionalismo separatista para justificar sus continuas y disparatadas demandas y para
infringir impunemente la legalidad actual y la futura. Para Pedro Sánchez,
además, es completamente necesario dejar en manos del Gobierno de la
Generalidad de Cataluña la competencia lingüística referida a la lengua
catalana, aunque sabe perfectamente lo que ha hecho ese Gobierno con la
inmersión lingüística y sus continuos desacatos a las resoluciones judiciales
sobre Educación.
Si se hiciera caso a Pedro
Sánchez y se aceptaran sus desventuradas propuestas, los separatistas catalanes
recibirían una nueva inyección de moral como ocurrió en 1978 con la puesta en
marcha de las Autonomías. Los padres de la Constitución Española idearon
entonces el Estado autonómico, pensando que así acallaban las continuas e
incomodas reivindicaciones del nacionalismo vasco y el catalán. Y eso, lejos de calmar sus ánimos, les sirvió de
estímulo para acrecentar sus impertinentes exigencias. Y ahora, como hicieron
entonces, verían en esa modificación de nuestra Norma Suprema una nueva muestra
de debilidad del Poder central que aprovecharán inmediatamente para endurecer
aún más sus disparatadas insolencias y sus reclamaciones.
Me imagino que el nuevo secretario general del PSOE, saca
constantemente a relucir la necesidad de hacer de España un Estado federal, más
que por propia convicción, para salir diariamente en los medios de comunicación
y darse a conocer. Por culpa de esa avidez enfermiza por salir en la prensa y
ocupar amplios espacios en la radio y en televisión, Pedro Sánchez comete
muchos errores de bulto, propios más bien de personas inmaduras y bisoñas. Uno
de sus errores más garrafales, llamar a Telecinco, para entrar directamente en
el programa de televisión ‘Sálvame’,
para convertirse en protagonista del mismo.
Pero la telebasura no es sitio
para los políticos que aspiran básicamente a solucionar los distintos problemas
que aquejan a los ciudadanos. A ningún político serio se le ocurre banalizar de
esa manera tan torpe toda su actividad política. Hay que tener en cuenta que ese tipo de
programas, aunque tienen normalmente mucha audiencia, son muy dados al
maniqueísmo, a la crítica fácil y carecen totalmente de seriedad. En el formato
de los programas de televisión, dedicados a la ‘crónica rosa’, prima de manera
muy especial el entretenimiento y la evasión de los espectadores, pero no cabe,
en modo alguno, la reflexión responsable y, mucho menos, el debate político.
Es incontrovertible que Pedro
Sánchez da más valor a la popularidad que al prestigio y a la propia solvencia personal. Es un
dirigente tan atípico y tan superficial,
que vive constantemente pendiente del ruido mediático y que está siempre
dispuesto a copiar gestos y actitudes de otros personajes, cuando tiene
constancia que han sido públicamente alabados y aplaudidos a nivel popular. De
ahí que, imitando a Pablo Iglesias, salga frecuentemente a la calle portando también
su mochila. Y hasta el día menos pensado, nos sorprende apareciendo en
Telecinco, entre los concursante de Gran
Hermano.
Gijón, 28 de septiembre de 2014
José Luis Valladares Fernández
El caso es que acusa a Podemos de populismo y está siguiendo el mismo patrón.
ResponderEliminarLe acusa, pero sigue el mismo patrón
EliminarEste pardillo de Pedro Sanchez esta atemorizado,de que Podemos le quite la poca clientela que aun le queda a los Socialista.Ese es el motivo de querer quedar bien con todo,incluido el nuevo rey.En fin algo patetico es el personajillo,un abrazo,
EliminarPero imitando al bolivariano Iglesias, agrava el problema aún más, porque espantará a antiguos partidarios suyos, por tener planteamientos políticos tan turbio.
EliminarSe apunta al populismo.
ResponderEliminarLa bandera del populismo no vale para dirigentes de partidos con solera, como el PSOE y el Partido Popular. Allá se lo encontrará
EliminarYo creía que era imposible ser más tontucio y superficial que Zapatero
ResponderEliminarSiempre hay alguien que romper todos los moldes
ResponderEliminarEnlazando con tu anterior comentario debo decir que Sánchez es una mezcla de Zapaterismo con una pretensión de PODEMOS+el instinto de conservación de un Partido, tan partido y vituperado, que exige una solución ¡Ya! Con el cronómetro contando los segundos... No sé si Sánchez superará la "contrareloj", ni me preocupa.
ResponderEliminarUn saludo.
Es un calco de todo lo malo que tenía ZP, Está imbuido hasta de ese mesianismo que le lleva a pensar que él es la solución a todos nuestros males.. Si en el PSOE no hay personas mejores, más solventes y serias, que cierren el chiringuito y que se vayan a otro sitio.
EliminarSaludos
Cada día me convence menos. Y ahora resulta que también pretende copias el patrón de Podemos.
ResponderEliminarUn abrazo
Por lo que ha hecho hasta ahora, no convence a nadie.
EliminarUn abrazo
tus textos son muy buenos y me hacen sonreir
ResponderEliminarGracias. Muchas gracias
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