miércoles, 29 de abril de 2009

ZAPATERO SE HACE EL SORDO

El pasado día 25, en Pontevedra, se clausuró el Congreso del PSdG con la intervención de José Luis Rodríguez Zapatero. En el discurso que cerraba el Congreso afirmó, muy ufano, que nadie esperara un despido más barato ni un recorte de la protección social. Todo su alegato, ayuno de referencias a los problemas concretos de Galicia, estuvo cuajado de referencias a lugares comunes con expresiones como estas o muy parecidas.
Piensa en voz alta, ante sus incondicionales, que van a arreciar las voces de los que quieren contratos con menos derechos de los trabajadores, facilitando el despido de los mismos. Pedirán igualmente recortes en gasto público y reducciones notables en las partidas sociales. Frente a estas pretensiones, y convencido de que así ofrece la mejor solución para remontar esta crisis económica, propone sus principios de cohesión social y justicia, negándose a que sea el mercado lo que regule nuestra sociedad. Se trata, dijo, de una nueva redefinición del orden político-social.
Para conseguir estas metas, se comprometió a involucrarse de lleno en la solución de la crisis, recurriendo a su “alto sentido de la responsabilidad” para combatir contra el paro y a favor del empleo. No duda en pronosticar que con este combate ganaremos claramente haciendo un gran esfuerzo de inversión pública ante la parálisis de la inversión privada, que va a empezar a dar resultados dentro de poco tiempo". Ha insistido en que se impone un nuevo modelo de crecimiento para que, “cuando salgamos de la crisis, la recuperación económica no se base en el ladrillo y la especulación”.
Pese al paro masivo que padecemos, se impone el mantenimiento, contra viento y marea, de los principios socialistas. Y para ello promete desoír a los agoreros que reclaman cambios en sus políticas. No habrá, dice, ni despido más barato, ni recortes de la protección social. Si habrá inversión pública, tanta como sea necesaria para comenzar rápidamente nuestro despegue económico.
Destaca en este discurso de Zapatero un optimismo iluso y un candor admirable. Para él, la recuperación económica está a la vuelta de la esquina y no hay más que estirar la mano para alcanzarla. Su triunfalismo irresponsable no será capaz de enmascarar la cruda realidad, ganada a pulso, y que coloca a España ante el abismo de una tremenda y posiblemente prolongada deflación. No hay nadie que, en este momento, pueda predecir el momento en que se produzca nuestra recuperación económica. Los 5 millones de parados aparecen ya en el horizonte, a principios del año 2010, más que como una pesadilla, como una tremenda y amenazadora realidad.
Y ante tamaña perspectiva, Zapatero pone en marcha toda una serie de ocurrencias, alguna de ellas claramente absurda, que piensa que solucionarán el problema. Insiste en un gasto público abultado y sin control que se emplea en cualquier cosa, menos en incentivar la productividad y la competitividad de las empresas. Cualquier cosa, menos adoptar medidas estructurales definitivas que ayuden positivamente a nuestra recuperación económica. Con el déficit público creciendo continuamente nos ha colocado ya en el horizonte de una terrible deuda que habrá que saldar algún día. Y de seguir así, el horizonte de la deuda será temporal y nos llevará a otro horizonte mucho más desolador, el horizonte de la ruina y la miseria. Y, ¡quién sabe!, a lo mejor hasta fuera del euro.
Claro que el Estado tiene la obligación de intervenir en situaciones de crisis económica como esta. Y las ayudas son absolutamente necesarias para prevenir una fractura social. Ayudas sociales a desempleados y ayudas estratégicas, como no, a los diversos sectores de la economía que lo precisen. Pero gastar por gastar, como si fuera un deporte, debe estar descartado de raíz. Nada de pagar informes absurdos, como los realizados sobre la almeja amarilla o la almeja brillante. Y gastar el dinero, que no se tiene, en la apertura de centros y embajadas por parte de las Comunidades Autónomas. El dinero del contribuyente, ese dinero que alguien desde el Gobierno sentenció que no era de nadie, tampoco debe despilfarrarse en pagar cargos inútiles y en mantener toda una serie de asesores que requiere una administración tan sobredimensionada como la nuestra.
Pero Zapatero, en un ejercicio de abstracción perfecta e “impasible el ademán”, se ha aislado del mundo en que vive y piensa que los graves problemas que nos afectan son simples dificultades de muy fácil solución. Ha batido todos los récords en destrucción de empleo. Pero esto no es óbice para que hoy, en Estrasburgo, acudiera a su habitual y demagógico populismo y afirmara que se siente muy cerca de los trabajadores. Y agregó, a renglón seguido, que se va a dejar la piel por un orden económico “más justo en el que ganen los más débiles y pierdan los poderosos”.
Aunque está llevando a España al mayor desastre económico de la historia, se atreve a insinuar, ante la Asamblea Plenaria del Consejo de Europa, que cuando se haga cargo de la Presidencia Europea, acabará con los problemas de la zona euro. Más aún, motejó de cínicos a los que piden la reducción del gasto público y la flexibilización de los contratos laborales. Piensa convertir el reto de la Presidencia española del primer semestre de 2010, en todo un éxito nacional.
Entre tanto, el Banco de España no de de arrojar a Zapatero y a su Gobierno verdaderos jarros de agua fría. Asegura el banco emisor que la caída del PIB se intensificó en España durante los tres primeros meses del año. Es la mayor contracción de la economía española en un solo trimestre, desde los años 70, que es cuando el Instituto Nacional de Estadística pone en marcha la contabilidad nacional. Este es el dato sangrante que Zapatero parece ignorar: la economía española se contrajo, durante el primer trimestre de 2009, nada menos que un 2,9% en tasa interanual, y un 1,8% en tasa intertrimestral.
Pero como Zapatero carece de las túnicas de Rappell, se pone la ceja y ahuecando la voz continúa con sus vacíos pronósticos, y afirma que lo peor ya ha pasado y que, por fin, hemos encontrado la senda de la recuperación económica. Será que es optimista por naturaleza. No obstante esto, pretender solucionar esta crisis con una simple salida social, como pretende Zapatero, es ignorar de plano el problema real en que estamos metidos. Las simples salidas sociales se transforman frecuentemente en auténticos problemas reales de muy difícil solución.

José Luis Valladares Fernández

1 comentario:

  1. amigo jose luis yo he leido esto y me parece muy bien ,como ya te he dicho varias veces yo soi apolitica pero ,viendo lo q se ve en este gobierno de ahora mismo,lo q tengo muy claro es q hoy dia este gobierno va de mal en peor y si q hace mucha falta un cambio,asi q haber si en las selecciones q bienen conseguimos algo.saludos conchi

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