jueves, 6 de mayo de 2010

MIENTEN SIN COMPLEJOS

La mentira, entre los socialistas, siempre ha sido una de las herramientas políticas preferidas. Es algo que han utilizado, sin el menor reparo, de manera habitual y constante. Con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a la Moncloa, faltar a la verdad a sabiendas, es el pan nuestro de cada día. Aquel “España no se merece un gobierno que nos mienta” fue un acto de cinismo de Alfredo Pérez Rubalcaba, auténtico campeón de, la falacia y la mentira.
En la izquierda siempre se ha mentido con desparpajo y hasta con fruición. Tradicionalmente han vivido de la mentira y la utilizaban sin pudor alguno. En su particular código de valores, no encontraban trabas o impedimentos éticos o morales que prohibieran mentir. Utilizaban la mentira como reclamo para buscar apoyos para sus posiciones políticas, pero, sin renunciar a la pillería, mentían con bastante más elegancia que Zapatero. Con Zapatero y su corte, la mentira ha perdido todo ese atractivo que arrastraba multitudes. Con los mentores actuales del socialismo español, la mentira política es ahora mucho más ramplona y rastrera. Ha perdido ese gancho que, a lo largo de la historia, encandilaba y movía multitudes. Les falta inteligencia hasta para mentir.
No es de extrañar que, al utilizar mentiras tan toscas, se descubra fácilmente el engaño y queden en ridículo ante la sociedad. Es lo que le pasó a Rodríguez Zapatero el otro día en una de las sesiones de control al Gobierno en el Congreso. Le preguntó Mariano Rajoy por los datos económicos que están llevando a España al borde del desastre. La contestación de Zapatero no pudo ser más burda. A pesar de tratarse de datos ampliamente conocidos y que, por lo tanto, no hay posibilidad de manipulación, el presidente del Gobierno obvia este hecho y se lanza al ruedo utilizando cifras económicas claramente maquilladas.
En su afán de ocultar la debacle española, Zapatero no duda en falsificar los datos de la Seguridad Social y trucar el estado de las cuentas públicas. E insiste en su mensaje puramente propagandístico. Repite una y otra vez, aunque con poca convicción, que “hay indicios de recuperación” y que “nos alejamos de la recesión”. Y fue aún más lejos en su atrevimiento: es muy posible, dijo, que en España se “haya registrado un crecimiento positivo” a lo largo de este primer trimestre del año, aunque la recuperación del empleo “será más lenta”.
Ante tales despropósitos, Rajoy, sin descender a datos muy concretos, le afeó las manifiestas falsedades sobre los ingresos del Estado y la reducción del déficit público. De ahí que no dudara en acusar al jefe del Ejecutivo de mentir a los españoles, con el agravante de hacerlo en sede parlamentaria. Mariano Rajoy termina su intervención echando en cara a Zapatero que sus “medidas económicas son una catástrofe” manifiesta y que “su credibilidad y capacidad para superar la crisis ha tocado suelo”.
Las falacias de Rodríguez Zapatero quedaron muy claras a lo largo de su alocución. Afirmó sin empacho que los ingresos del Estado crecieron, por primera vez en dos años, un 0,8% al cierre del mes de marzo pasado. La realidad es muy distinta, ya que la recaudación neta descendió un 1,9% en el primer trimestre, hasta 44.684 millones. Tampoco estuvo afortunado Zapatero al referirse al déficit. Según el presidente del Gobierno, el déficit experimentó últimamente una leve mejora. La realidad es más cruda: el Estado registró, hasta el mes de marzo, un déficit de 8.908 millones, lo que representa el 0,85% del PIB, frente al saldo negativo de 7586 millones registrados en el mismo periodo de 2009. Esto supone un aumento del 17,5% interanual. En una palabra, si anotáramos los ingresos por un lado y los pagos realizados por otro, utilizando el conocido sistema de caja, veríamos que el Estado alcanzó un déficit de 15.546 millones frente al saldo negativo de 11.345 millones del año 2009. Esto es, un 37% más respecto al primer trimestre de 2009.
Además de mentir miserablemente a los ciudadanos, todo el Gobierno está confabulado para amordazar a los medios de comunicación para que oculten las malas noticias económicas o al menos que las suavicen. Quieren tutelar las informaciones, ejerciendo de guía para dulcificar la realidad, sobre todo cuando perjudique al Ejecutivo. Es ni más ni menos lo que sucedió el pasado 28 de abril cuando la agencia Standard & Poor’s rebajó el rating de España en un grado, desde AA+ hasta AA, y con la amenaza evidente de nuevas rebajas, pues mantiene la perspectiva negativa para la deuda pública española
Teme el Gobierno que la nueva rebaja de la calidad de la deuda pública española haga dudar a los mercados de la solvencia de España y de su capacidad para cumplir con los compromisos económicos adquiridos. Esto entrañaría un serio peligro de cara al próximo mes julio, que es cuando el Tesoro debe hacer frente al vencimiento de más de 25.000 millones de euros de deuda pública. Y ésta, con ser ya una cantidad desorbitada, no es nada al lado de las necesidades totales de financiación del sector público para el año en curso, que superan con creces los 225.000 millones de euros. Agreguemos, además, las respetables cantidades de dinero que han devolver al exterior las propias entidades financieras españolas.
Tratando de minimizar los efectos peligrosos de estas informaciones, y con la excusa del “sentido de Estado”, salió en la televisión pública la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, culpando a Grecia de los problemas de España y asegurando que “tiene un plan” efectivo, uno más, para evitar nuestra debacle económica. Con el mismo fin, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, publica en Cinco Días un artículo para restar importancia al informe de la agencia Standard & Poor’s. Dice que “no queda claro en la nota cuáles son los elementos nuevos objetivos que han aparecido en los últimos meses".
Lo único que consigue el Gobierno con estas mentiras y disimulos, que se enquisten y se agraven peligrosamente los problemas económicos y que tengamos por delante un futuro permanentemente amenazador. Cuando hemos llegado a esta situación de tan elevado riesgo, es que no es verdad la afirmación de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega: "sabemos hacer los deberes y los estamos haciendo bien".

4 de mayo de 2010

José Luis Valladares Fernández

8 comentarios:

  1. repetir una mentira una y mil veces hasta que sea aceptada como verdad..pues anda que no les ha funcionado la máxima a lo largo de la Historia...esta vez sin embargo, puede resultar algo más difícil porque engañarás mentes, pero a los estómagos no se alimentan de demagogia...

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  2. Estimado José Luis, hay un dato que quizás "meta la gamba" al decirlo, pero cuando se mentía en los años 80 el personal estaba un pelín más preparado. Ahora con la Logse y los mass media, después de tanto tiempo lavando cerebros, las mentiras burdas están a la altura de la mayoría de la sociedad. Ojalá mi comentario sea un error garrafal.
    Saludos.

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  3. Han hecho de la mentira,querido Jose Luis, su "modus vivendi" la manera de entender y hacer política en una izquioerda cada día más radicalizada y estalinista y que habita en el engaño y la soflama.
    Lo malo es que el tiempo se acaba.
    Estamos al borde del abismo balanceándonos de manera temeraria y suicida.

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  4. Ya sabes que si en algo han destacado siempre las izquierdas es en montar un buen sistema propagandístico, adecuado a cada momento, recubierto de medias verdades. Y cuando llega la hora de la verdad ya no hay timepo para remediarlo.

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  5. No hay peores mentras que las verdades a medias y a eso nos tienen muy acostumbrados ZP y su gobierno.

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  6. Lamentablemente, Mariena, tu comentario no es un error. Es una dolorosa verdad. La juventud cada día está peor preparada. Evidentemente los planes de estudio colaboran a que sea así. La educación cada día es más deficitaria. ¡Que falta hacía aquel bachiller de 7 años de mi época y la reválida posterior de entonces.
    Saludos cordiales

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  7. Estimado José Luis veo que no entró mi comentario
    que puse el otro dia.Así que lo hago otra vez.
    Con el sistema piramidal donde cuatro manejan a millones de personas en la cual tenemos un cierto
    grado de estúpidez, sin remediarlo el gobierno
    socialista miente a los esclavizados que somos nosotros en sus propositos.
    Se culpa a Grecia y se puede culpar a caco el basurero pero con esas no van a llevar a un pais
    al progreso.
    todavia me acuerdo de esa epoca donde habia estabilidad, donde el poder pasó a ser público,durante un tiempo no se vivia mal,
    sindicatos fuertes, empleos estables, viviendas asequibles, educación de calidad. Dignidad, palabras claras, ideas claras, poco eufemismo, nada de absurda corrección política, todo un placer de vida.
    Ahora es todo a revés, con desencanto,siendo nuestros hijos los que viven este desencanto ya que nosotros los padre vivimos esos años dorados.
    Nuestros hijos no tienen nada y lo peor es que el dia que sean padres tienen un futuro muy negro.
    Saludos cordiales y gracias.

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  8. Estimado José Luis, por mi edad no conocí el plan de que me habla, pero sí me he quedado siempre con un detalle. Mi abuelo, que en paz descanse, me parecía un auténtico erudito, me introdujo en las matemáticas y en la lectura de la Historia de España, etc. Cuando hablaba con alguno de sus hijos, el nivel bajaba, seguían siendo grandes lectores, conocían el latín y dominaban la geografía o la Historia, pero el nivel había bajado. Mi generación el salto es gigantesco con respecto a lo anterior. Y los nacidos bajo la Logse y después para qué hablar: nefasto. Por supuesto hay honrosas excepciones, y también depende de la familia en dónde uno crezca, lo que los padres realicen, y lo que la persona en sí decida: las lecturas que haga, etc.
    Saludos.

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