Aunque parezca mentira, hay mucho espabilado en la vida que, como igual vale para un roto que para un descosido, busca en la política la manera de medrar más fácilmente, y así poder labrarse, con poco esfuerzo personal y en el menor tiempo posible, una buena situación política y económica. Se trata, ante todo, de pisar moqueta y, si puede ser, disponer de coche oficial, con chofer incluido y las demás gangas adheridas a un buen cargo político. Quienes así piensan, saben perfectamente que no hay nada más que un camino para colmar esos sueños: pertenecer a un partido político importante, con posibilidades de llegar al Gobierno.
Así que, sin pérdida de tiempo, se afiliarán al partido que más garantías les ofrezca, sin importarles gran cosa el ideario del mismo y la manera de pensar de los que lo forman. Podrán tener otras ideas, serán disidentes convencidos o versos sueltos del partido, según expresión de Alberto Ruiz-Gallardón. Lo importante es saber bailar el agua a los de arriba. Desde el primer momento, procuraran granjearse la confianza de los que mandan, adulándoles desmedidamente y, si es preciso, arrastrándose ante ellos con el mayor descaro. Lo que haga falta para que, si llega el caso, cuenten con ellos a la hora de distribuir cargos y prebendas, y cuanto más importantes sean estos, mejor. Alcanzado este primer objetivo, seguirán siendo obedientes y disciplinados para no perder la poltrona conseguida y todo lo que esta conlleva.
Poco a poco, iniciarán meticulosamente la búsqueda de adeptos para formar un equipo propio y así poder aspirar a metas cada vez más altas. Como la ambición de estas personas es ilimitada y no tienen prisa, esperarán pacientemente a que el líder flaquee o cometa algún fallo importante e intentar entonces moverle la silla. Es posible que se sientan versos sueltos, o rotos si se quiere, pero no importa. Si resisten, si saben esperar pacientemente, el premio final merecerá la pena. Mientras tanto y no, si se presenta la oportunidad, intentarán reorientar disimuladamente el entramado ideológico tradicional del partido, adecuándolo a los nuevos cánones de la progresía, dictados por el Grupo Prisa.
Esto es, ni más ni menos, lo que ha intentado hacer ese grupo madrileño, de marcado carácter gallardonista, que actuó a través de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, del actual presidente del Pleno del Ayuntamiento de la capital de España, Ángel Garrido y del secretario de la Mesa del Congreso, Santiago Cervera. Aprovechando el debate abierto en el 17 Congreso del Partido Popular, celebrado en Sevilla, con la Ponencia Ideológica, quisieron colar de matute dos enmiendas, totalmente contrarias a la ideología tradicional del partido. Querían, ni más ni menos, suprimir las raíces culturales cristianas que han marcado al Partido Popular desde su fundación y admitir como la cosa más normal del mundo el matrimonio homosexual.
La absurda pretensión de suprimir ahora el término “cristiano” de los estatutos del Partido popular, se debe exclusivamente o a la ignorancia o a una inconfesable segunda intención. Y nadie puede tener a estas personas por ignorantes y, mucho menos, a quien las dirija desde la sombra. Es evidente que el término “cristiano” que quieren borrar de la expresión “humanismo cristiano” no tiene nada que ver ni con la Iglesia, ni con sus instituciones. Es un término que hace referencia exclusivamente a la tradición cultural de Occidente, que propugna la libertad, la democracia y una serie de valores morales ampliamente compartidos. Sustituir la expresión “humanismo occidental” o “europeo”, por “humanismo cristiano” no indica que seamos más modernos. Seremos, en todo caso, más laicos y más progres.
Menos mal que el Partido Popular ignoró estas enmiendas, que buscaban intencionadamente ahondar el cambio de la identidad del partido, alterando algunos de sus principios y valores tradicionales. Querían romper, de una vez por todas, con todas esas ideas que nos uniformizan cultural, social y religiosamente y, como no, con el estereotipado modelo de familia. Se trata de valores fundamentales que defienden con coraje una gran mayoría de votantes y, sobre todo, la mayor parte de sus afiliados. Valores que entroncan, de manera muy directa, con el modelo cultural europeo, ampliamente comprometido con la libertad, la solidaridad y la democracia y que, personajes tan ilustres como Juan Luis Vives y Tomás Moro, bautizaron con el nombre de “humanismo cristiano.
La solución dada a la otra enmienda, la que proponía aceptar sin más, en todos sus términos, la actual legislación sobre el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, resultó bastante más ambigua y confusa. Se zanjó el tema sin entrar a discutir directamente la enmienda, dando por bueno, sin más, el texto elaborado por los ponentes. Se defienden con toda rotundidez los derechos de los homosexuales, mostrando un exquisito respeto hacia las decisiones que puedan tomar estas personas, en relación con su vida afectiva. Así que, de momento, todo sigue igual y, para tomar una decisión definitiva, nos remiten a lo que dictamine en su día el Tribunal Constitucional sobre los enlaces entre parejas del mismo sexo.
Preocupa, eso si, la posibilidad de doble lectura de alguno de los textos de la ponencia. De alguno de ellos, en lo que se refiere a la unión de personas del mismo sexo, puede deducirse fácilmente que los ponentes están más cerca de la enmienda presentada, que de la doctrina tradicional del partido en esta materia. Aunque no se incluye explícitamente la propuesta de las enmiendas, se pide beligerancia con las actitudes intolerantes y discriminatorias hacia estas personas. Y van más lejos cuando, según dicen, muestran “nuestro compromiso con el reconocimiento de los derechos de las personas homosexuales, para elevar a la categoría legal y política de normal lo que en la calle es plenamente normal".
Esto nos lleva al guiño que en su día hizo el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, a la izquierda política a cuenta de la constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo. Quiso ser una vez más el “verso suelto” del Partido Popular, al marcar distancias con la, hasta ahora, postura oficial del partido sobre este tema. En una intervención suya en la Cadena Ser, dijo claramente que el Gobierno esperaba la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la actual ley del matrimonio homosexual para actuar en consecuencia. Y para que no quedaran dudas sobre su postura, añadió seguidamente sin titubeo alguno: “Personalmente no aprecio causa de inconstitucionalidad, pero lo mío es un pronóstico".
No creo que haya nadie que critique hoy día la unión afectiva de dos personas del mismo sexo. Cuentan, para ello, con todas las bendiciones de la ciudadanía y nadie les niega la posibilidad de hacerlo con las mismas garantías y derechos jurídicos que los matrimonios tradicionales, Pero no es estrictamente un matrimonio. Necesita, eso sí, un nombre apropiado, un nombre que defina por sí solo ese tipo de unión. El matrimonio es otra cosa, es algo diferente. A cualquier diccionario que acudamos, veremos que el matrimonio lo forman siempre dos personas de distinto sexo, que se complementan entre sí. Llamar matrimonio a la unión de dos hombres entre sí, o de dos mujeres, es tanto como desnaturalizar la institución matrimonial, que es tan antigua como la propia humanidad. No hay etapa del desarrollo humano, ni cultura alguna, por rara que esta sea, donde no se haya celebrado ese acto que, desde siempre, se ha llamado matrimonio.
Que el Partido Popular ha estado adscripto al humanismo cristiano desde su fundación, es algo incuestionable. Hasta no hace mucho, había sido siempre un partido inspirado en los principios y en los valores éticos y morales propios de la cultura occidental. Pero hoy pintan bastos y, donde antes había claridad, ahora todo es confusión y desconcierto. El coqueteo de tanto “verso suelto” con ese progresismo de vía estrecha, que predica sin desmayo el Grupo Prisa, ha contaminado gravemente al Partido Popular.
Gracias a la labor de zapa, realizada interesadamente por esas gaviotas disidentes o descarriadas, el matrimonio y la familia han perdido casi todo su valor en el partido. Como otros muchos valores morales, han pasado a ser indefectiblemente algo más fútil y banal. Es cierto que, por decisión de los compromisarios que acudieron al Congreso de Sevilla, sigue manteniéndose, tal cual, lo de humanismo cristiano, pero prácticamente solo de nombre.
Estaríamos, por lo tanto, ante un humanismo cristiano claramente devaluado ya que, según todos los indicios, o se cambió la orientación ideológica del partido o, por lo menos, se ha puesto en marcha un cambio brusco de estrategia con un nuevo replanteamiento de los principios y valores tradicionales. En todo caso, desde el año 2008, se ha venido produciendo un alejamiento progresivo y peligroso de las bases electorales del partido. Hasta ahora, esas bases se han mantenido fieles a pesar de todo. ¿Qué hubiera pasado si la gestión de Rodríguez Zapatero hubiera sido más normal y menos catastrófica?
Gijón, 29 de febrero de 2012
José Luis Valladares Fernández
Hola amigo, tu artículo es claro claro...me imagino que en tu ciudad, por lo menos en la mía si, y estamos a 25 km,en elecciones locales, al ayuntamiento, ha habido varios individuos que se han presentado como concejales en distintos partidos en distintas elecciones...está claro su compromiso democrático, su compromiso político y su compromiso personal....más claro....
ResponderEliminarEso sí, al final los responsables son también la gente que les vota....pero eso es ya otra historia...
Gracias amigo, pasa buena tarde, besos camuflados...
don vito andolina:
EliminarEsas personas que cambian de partido como de camisa, son como veletas y que los votantes debieran ignorarles, porque no son más que aprovechados que buscan siempre el sol que más calienta. Son personas sin ideas, sin ideales, y que, en vez de servir, buscan la manera de servirse del puesto que consigan.
Un abrazo
Hola, José Luís:
ResponderEliminarDesgraciadamente parece que hay bastantes versos sueltos en el PP y su "humanismo cristiano" parece ya una cosa residual. A lo mejor es por éso por lo que carece de fuerza y de conciencia, incapaz ya de dictar soluciones cabales.
Muchos de sus barones y baronesas ya no pertenecen a una familia cristiana tradicional.
En cuanto a la homosexualidad y que dos personas de un mismo sexo se tengan afecto y formen entre sí una sociedad civil, debe entenderse. Pido discreción en esos casos. Pero llamarle matrimonio a la convivencia entre dos homosexuales es algo que no entiendo, porque no existen esposo y esposa.. Bueno, uno puede ser dante, otro tomante; reflejarlo incluso así en su contrato. Si quieren.
Un abrazo
Xesús López:
EliminarDesgraciadamente, más de uno. Disimulan con eso del centro, que yo no se lo que es. Siempre viajando al centro,y el centro nunca llega.
Un abrazo
Bueno José Luis vividores han habido siempre, y ahora con tanto partido y político, los chupópteros abundan por doquier. En cuanto al Grupo Prisa con los beneficios netos que obtienen al año; "anda que no comía gente".
ResponderEliminarUn abrazo.
Rafa Hernández:
EliminarAbundan los vividores, si señor. Y como caemos con frecuencia en sus manos, estamos como estamos.
Unn abrazo
Se ve que hay cosas que no venden, al menos a los ojos de ciertos personajes que manejan los hilos.
ResponderEliminarTrecce:
EliminarEs que suena mal decir que uno es de derechas. Es sentirse inferior, y por eso, suele disimularse diciendo que se es centrista.
Un abrazo
Sobre la primera parte de tu entrada, has reflejado perfectamente la personalidad del "trepa" individuo sin definición política, el si bwana a todo, intentando salir en las fotos e ir escalando puestos para terminar removiendo algún sillón.
ResponderEliminarSi el T.C. se pronuncie a favor del matrimonio homosexual, nos costará mucho asimilarlo, pero será difícil cambiarlo, con lo facil que hubiera sido llamarlo unión gay.
Un abrazo.
Helio:
EliminarYo creo que las palabras son para definir cosas, objetos, hechos, situaciones etc. Y si la palabra latina matrimonium, que por cierto hace referencia a la maternidad, es para definir la unión de un hombre y de una mujer, que se complementan mutuamente, no puede servir `para definir otros tipos de unión.
Un abrazo
La suerte que han tenido es tener como rivales a una pandilla de fanáticos y sectarios muy peligrosos, de lo contrario no hubieran conseguido tanto poder. La situación de España era desesperada y urgía pegarles el portante cuanto antes, antes de acabar como Grecia.
ResponderEliminarEl político está demasiado lejos de la calle, la realidad de la calle no se parece en nada a las propuestas y consignas de PRISA, pero no es imposible modificarla, solo hace falta empeñarse y disponer del tiempo necesario.
Candela:
EliminarHay mucha gente que piensa que han arrasado por su cara bonita. No se dan cuenta que ganaron como ganaron por que el adversario era una auténtica catástrofe. En una palabra, que mucha gente votó al PP para echar a Zapatero, no por el carisma de la lista del PP.
Un abrazo
El problema radica en que el PP -preso de sus sempiternos complejos -huye de los principios que conforman un partido de derechas,conservador, para mutar en un remedo de algo inconsitente y light,sin fuste ni principios,como es el mal llamdo "centro" al que aspira Rajoy.
ResponderEliminarPor eso renuncian a principios que no son políticos si no culturales y que sustentan la raíz no sólo de la sociedad española, si no de la propia Europa.
El único humanismo que existe es el cristiano, el que conforma nuestro acervo y basamenta los principios del Estado de Derecho.
Tratar de arrancar el término "cristiano" de humanismo -como pretendía Cifuentes y otros dirigentes de la nueva hornada de los "sorayos"-, es simplemente abdicar de quienes somos.
Así de triste.
Saludos.
Natalia Pastor:
EliminarParece que nos da vergüenza decir que somos de derechas o conservadores. De ahí que se este siempre jugando a ser de centro o, haciendo concesiones, de Centro-Derecha. Y ya va siendo hora de abandonar ese complejo.
Un abrazo
Coincido contigo en que parece que la izquierda "progre" de este país está empeñada en ponernos a rezar todos en dirección a la Meca, sin darse cuenta de que sus "amiguitos" musulmanes, serían los primeros que les enviarían a la picota por cantamañanas de izquierdas, y por supuesto también la izquierda pretende hacernos renegar de nuestra herencia cristiana. (Incluyendo a católicos, protestantes o ortodoxos).
ResponderEliminarComo laico y agnóstico que me considero, a mí no me molesta ninguna religión siempre y cuando no me vengan a tocar las narices con rollos religiosos. A mi nadie me obliga a ir a misa (y no voy de todas formas) tampoco me molestan quienes van o se consideran fieles de la iglesia.
Respecto al tema de los políticos corruptos sigo diciendo lo mismo: Guillotinas en las plazas públicas.
Saludos.
Anónimo:
EliminarLa izquierda zapateril, no le gusta el islamismo tampoco. Lo utilizan profusamente porque es una manera de meter el dedo en el ojo de los católicos. Y el invento de la Alianza de las Civilizaciones iba un poco en ese sentido.
Saludos cordiales
Que lo llamen como quiera, el amor no tiene fronteras.
ResponderEliminarEso si todos no olvidemos el respeto, la consideración.
Tenemos guardia civiles, jueces,maestros,militares,...etc gays, homosexual,lesbianas, etc, tan respetables como cualquiera.
A mi asimilar me cuesta más cuando un cristiano con sotana abusa de un niño y se va de rositas, de estos se cuenta a miles.
Saludos.
E.. P..
EliminarUn matrimonio por definición, es la unión de un hombre y una mujer. Las uniones entre personas del mismo sexo es algo diferente, es otra cosa u otra situación diferente. A un vaso hay que llamarle vaso. Si a otro objeto cualquiera que no sea lo que todos entendemos por vaso, lo llamamos vaso, lo único que hacemos es confundir a quien nos escuche. Nadie, por otra parte, les niega los derechos jurídicos que se deriven de esa unión, que pueden ser los mismos o mejores que los del matrimonio como tal.
Un abrazo, amigo E..P..
Mas que versos suelto.lo que hay mucha mieditis y bajada de pantalones en el PP.un saludo.
ResponderEliminarAgustín:
EliminarYo creo que se trata más bien de justificar su vida personal, que a lo mejor chirría demasiado con los principios y los valores morales tradicionales del partido.
Un abrazo
¿no ha entrado mi comentario?
ResponderEliminarSi; le tienes un poco más arriba.
EliminarDon Jose Luis cuéntenos cositas de estos versos sueltos. No tenemos información de quienes son, lo que pretenden esta claro, pero no los conocemos con nombres y apellidos. Lo de la delegada del gobierno en Madrid para mí fue una sorpresa desagradable, a Gallardon ya lo conocemos a este que hablo ayer con la presidenta del 11-M también después de que en twitter la pusiera a caldo el muy golfo. Por cierto no se trata solo del nombre, se trata de las adopciones, se trata de pensiones de viudedad etc., los romanos -creo- decían que el matri-monio es el derecho y la obligación del hombre de proteger y cuidar de la madre y los hijos habidos de esa unión. Los homo no pueden tener hijos, aún..
ResponderEliminarSaluditos.
Zorrete Robert:
EliminarLa salida de Cristina Cifuentes ha sido una sorpresa. Se ve que hay mucha contaminación.
Por supuesto que sería un crimen que se accediera a que los homosexuales pudieran adoptar. Porque todos los niños tienen derecho a un desarrollo integral de su personalidad. Lo que no ocurriría con dos padres o dos madres.
Un abrazo
Apreciado José Luis, paisano.
ResponderEliminarLa política se ha convertido en un gran negocio personal al que acuden los que no sirven para otra cosa (en sentido lato, por supuesto)y tratan de medrar y asegurar su futuro, con privilegios incluídos, aunque haya que arrastrarse por las alfombras de nudo antes de pisarlas con "pleno derecho". Cuestión de estómago y tragaderas.
Es lógico que un partido conservador trate de preservar la tradición como esencia de una ideología; pero no es menos lógico que haya una adaptabilidad a los nuevos tiempo sin que ello suponga una ruptura, asumiendo los cambios que experimenta la sociedad y la renovación que suponen las nuevas generaciones, que ya viven otra realidad y otro futuro en potencia. El PP tendrá que ir adaptándose a los tiempos sin por ello perder la esencia.
Humanismo católico, por supuesto. Un español, criado en una familia tradicional, comulgado e incluso casado por La Iglesia, podrá ser ateo, agnóstico o mediopensionista, pero nunca podrá negar la infuencia de su formación religiosa en su forma de pensar y actuar (será un ateo-católico o un agnóstico-católico), de la misma manera que un no creyente musulmán será distinto por estar influenciado por su religión. Es patética la actitud de muchos progres al encolerizarse por la presencia de un crucifijo en las aulas, y dictatorial pretender suprimir el Nacimiento y los Villancicos en los colegios durante la Navidad, porque ellos no son creyentes e invocan el laicismo Zapateril para machacar la tradición e imponer su criterio a los demás niños.
Matrimonio: Tanto el civil como el eclesiástico, es la unión de un hombre con una mujer, pero con diferencias. en el civil la unión se produce según unos ritos o formalidades legales; en el católico, es un sacramento propio de legos por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente según las prescripciones de la Iglesia. Pero incluso en el matrimonio eclasiástico existe una discriminación:el matrimonio de la mano izquierda o morganático. También existe el matrimonio a yuras o clandestino, que es el matrimonio civil, que se contrae sin paticipación de l párroco. La Iglesia siempre ha tratado de manipular la unión entre "legos" e imponer sus normas, cuando su celibato ha sido un gran refugio de homosexuales y pederastas.
Nadie que tenga la cabeza medianamente amueblada y que ha votado y acata la Constitución Española, podrá negar el derecho de unión en pareja estable a los homosexuales de ambos sexos, con los mismos derechos que las parejas heterosexuales a sufrir el acoso de Hacienda, a pagar la hipoteca del piso, a sufrir los avatares de su trabajo diario y... A dejar sus bienes en herencia en las mismas condiciones y al derecho de cobrar una pensión tras la muerte de su parejo o pareja, legalmente constituída.
La cuestión del nombre de la unión homosexual es pura semántica (del latín matrimonium)y queda aclarada por el adjetivo "gay" u "homosexual" y ni el PP-ni ningún otro partido-debería seguir con la discusión tan pobre: o se acepta la unión entre personas del mismo sexo o se rechaza de plano y se modifica la constitución en el artículo 14 y en la aconfesionalidad del Estado Español, reconociendo a la Religión Católica su supremacía. En estas cuestiones la RAE no tiene nada que ver; lo único que tiene importancia es la intención de progreso o regreso, la independencia con relación a la Conferencia Episcopal y la voluntad de no caer una nueva dictadura nacional-católica con el pretexto de una simple cuestión semántica: para eso están los lingüistas y sobran los políticos y los curas.
Saludos a todos.
Jano:
Eliminar¡Vaya si la política se ha convertido en un magnífico negocio! Y además bien aprovechado por mucha gente, que si no fuera la política tendrían que dedicarse a trabajar. Y ya sabes, el trabajo es sagrado para muchas personas, y como es sagrado, no se le puede tocar.
Llama la atención que se hagan oposiciones hasta para 'barrendero' y sin embargo, para altos cargos políticos, no. Incluso han llegado a ser ministros, verdaderos analfabetos funcionales. Y así nos va despues.
Un abrazo
Me cuesta imaginar la gestión del saliente sonriente ZP menos desastrosa, ya que para ello hubiera sido necesario que fuera apto para un cargo que le venía grande. Además, le hacía falta decencia y valor para dimitir cuando ya no hacía nada en el poder. Por otro lado, como bien apunta el artículo, los advenedizos que andan por ahí mendigando puestos que también les quedan grandes, a base de peloteo llegan arriba en seguida, y a los disidentes los crucifican de inmediato. Saludos
ResponderEliminarVÍCTOR VIRGÓS:
EliminarEfectivamente a Zapatero le faltaba talla intelectual y moral para desarrollar dignamente el cargo de presidente del Gobierno. A la vez, le sobraba orgullo y petulancia. Y por si todo esto fuero poco, se rodeo de gente inútil, la mayor parte de de ellos analfabetos funcionales. Con estas mimbres, no era posible hacer las cosas de otra manera.
Un abrazo
Si siguen empeñados en ser una cosa y la contraria al tiempo para gustar a todos, a muchos dejarán de gustarnos y les pasará lo mismo que a la UCD...las cosas están bastante claras como bien explicas y lo injusto será tratar del mismo modo lo que es en esencia tan diferente por hablar de la unión de homosexuales, ya que 2+2 nunca serán 5 aunque lo diga Perico el de los Palotes o el Prost...digooo el Constitucional.
ResponderEliminarEs simplemente cuestión de aplicar el sentido común y dejarse de trágalas cobardes.
Maribeluca:
ResponderEliminarNo quise yo ser tan claro, pero efectivamente pensaba en lo que sucedió con la UCD.
En cuanto a la unión de los homosexuales y ver que no se trata de un matrimonio no hay más que atender al origen de esa palabra, que viene de "matrimonium" precisamente, que a su vez procede de "mater". Y si anda la madre de por medio o la maternidad, es obvio que de esto no hay nada en esas uniones de homosexuales,
Un abrazo
Vim conhecer seu blog através do blog da minha filha
ResponderEliminargostei de ler seu espaço já estou seguindo você (Jose Luis)
Uma excelente semana beijos.
Evanir.
Evanir:
EliminarMuchas gracias Evanir por acercarte a mi página. Lo que escribo, no es tan bonito y delicado como tus poesías. Me han encantado.
Besos