Los sindicatos, tal como los conocemos hoy día, tienen su origen en las asociaciones que se fueron creando en Gran Bretaña a raíz de la denominada Revolución industrial, que comenzó en 1776. A este tipo de asociaciones, entonces ilegales, que buscaban colectivamente la manera de mejorar las condiciones laborales y económicas de los trabajadores, se les dio el nombre de Movimiento obrero. Cuando Inglaterra reconoció en 1824 el derecho de los obreros a formar este tipo de asociaciones, aparece ya el nombre de ‘sindicato’.
Se dio el nombre de ‘sindicato’ a estas asociaciones por analogía con la actividad de los síndicos de la antigua Grecia. La palabra ‘síndico’, procede del vocablo griego Συνδηκου (sindico), utilizado para designar a los que se encargaban de defender a otros ciudadanos en los juicios. Con el paso de los años, la palabra síndico termina por adjetivarse cambiando sensiblemente su significado ampliando la defensa a conjunto de personas o a la propia comunidad. La palabra síndico con esta nueva acepción conserva el prefijo Συν (syn) y cambia δηκου por δηκι (dike), lo que vendría a decir “con-justicia”.
Desde el principio, los sindicatos han procurado garantizar el bienestar, los intereses sociales, económicos e incluso profesionales del colectivo obrero. En esa defensa, solían estar incluidos todos los trabajadores, incluso los que no habían querido sindicarse. Y este debiera ser también el objetivo primordial de CC.OO. y la UGT. Lo malo es que no es así. Estas dos centrales sindicales se olvidan frecuentemente de la defensa de los trabajadores para ocuparse de manera casi exclusiva de sus propios intereses. En realidad, se parecen bastante más a una formación política que a un sindicato. A la vista está, que su comportamiento no es el mismo con un gobierno que con otro.
Tanto Ignacio Fernández Toxo, máximo responsable de CC.OO., como Cándido Méndez, mandamás de la UGT, durante los casi ocho años del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, más que líderes sindicales, parecían ministros sin cartera. Aunque el número de parados comenzó a crecer vertiginosamente, aunque se congelaron las pensiones y se recortó el salario de los trabajadores públicos y aunque hubo una subida generalizada de impuestos, estos dirigentes sindicalistas guardaron un escrupuloso e imperdonable silencio que talmente parecían tumbas etruscas. Pero eso si, la llegada del Partido Popular al Gobierno les sacó inmediatamente de tan profundo letargo.
Ante semejante comportamiento, es normal que los trabajadores españoles desconfíen manifiestamente de estas centrales sindicales mayoritarias. Su descrédito es cada día mayor, pues dan la sensación de que estas organizaciones se han olvidado de su labor sindical y se han convertido en auténticas y enormes burocracias que viven cada vez mejor a base de privilegios y de subvenciones cada vez más generosas. Motivo más que suficiente para que, los trabajadores que quedan, desconfíen abiertamente de estos sindicatos de clase. Y si así reaccionan los que aún conservan su trabajo, ¿qué no harán los trabajadores autónomos, los que llevan tiempo en el paro y los que buscan infructuosamente su primer empleo.
A pesar de las críticas y los recelos de unos y de otros, los dirigentes de la UGT y de CC.OO. son inconmovibles, preocupándose exclusivamente de sus abundantes chollos y de sus negocios. Utilizan desvergonzadamente la crisis económica para hacer caja y engrosar de manera considerable sus cuentas. Su indecencia llega hasta el extremo de hacer negocios hasta con el desempleo, ya que cuanto más para haya, más dinero ingresan. Sin el menor rubor se aprovechan descaradamente de la mayor estafa social al cobrar un 10% de las indemnizaciones percibidas por los trabajadores cuando se les obliga a abandonar su empresa a través de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
Para más INRI, los trabajadores desconocen frecuentemente que los porcentajes que se llevan estas centrales sindicales se les descuentan de las minutas de la indemnización que reciben al ser afectados por el ERE, ya que se trata de una cantidad que no aparece en ningún recibo ni factura. Y a veces la cantidad detraída de la compensación recibida puede ser importante, ya que la organización sindical se lleva una cantidad extra de entre un 10% y un 15% de cada uno de los trabajadores cuando estos cobran más de 20 días por año trabajado. Y no es normal que se pacten ERE con los 20 días que establece la Ley como mínimo. Como fruto de las negociaciones, habitualmente los ERE aprobados están entre 30 y 40 días por año trabajado y a veces llegan hasta los 45 días.
Los cursos de formación continuados constituyen por sí solos todo un pingüe y suculento negocio del que participan inmerecidamente, a través de la Fundación Tripartita, la UGT y CC.OO. Dicha Fundación está formada por estas dos centrales sindicales y por la CEOE. Los recursos financieros, que posibilitan esa formación continuada, proceden de la recaudación de la cuota de formación profesional realizada por la Seguridad Social, de las ayudas aportadas por el Fondo Social Europeo, además del 3% de los Presupuestos Generales. Y para mayor despropósito, estas cuantiosas subvenciones se les reparten lamentablemente antes de que se impartan esos cursos y sin que exista una fiscalización posterior.
A la animosidad y la animadversión propias de los sindicatos de clase contra toda opción política conservadora cuando gana las elecciones, se une ahora una belicosidad atroz para chantajear deliberadamente a los responsables del Gobierno para que no les toquen sus prebendas particulares. A los sindicatos de la UGT y CC.OO. les preocupan muy poco la nueva reforma laboral y, menos aún, los nuevos Presupuestos para 2012. Lo que de verdad les saca de quicio es que, con esta reforma laboral y con estos Presupuestos, pierden parte de su poder tradicional y pierden también mucho dinero.
Saben perfectamente que una reforma electoral como ésta, o muy similar, era totalmente necesaria para abrir un camino de esperanza a los parados de larga duración y a los jóvenes, incapaces de encontrar su primer empleo. Podrá fracasar, pero de momento está en la onda de las normas laborales que rigen en los países de nuestro entorno y en ninguno de ellos se ha desmadrado el paro como en España. La crisis ha sido igual para todos y, sin embargo, doblamos en paro a la mayoría de ellos. Capitaneamos las listas de desempleados en todo el mundo civilizado. Hasta Irlanda, Portugal e incluso Grecia, que ya es decir, tienen un porcentaje de parados inferior al nuestro. Y algo tendrá que ver en ello la norma laboral que rige en cada uno de ellos.
Pero ni la UGT ni CC.OO. ha querido esperar a ver los resultados de la reforma laboral. Sin esperar a la redacción definitiva que saldrá de Las Cortes, se han lanzado a la calle con huelga general incluida porque, según dicen, acabará con los puestos de trabajo que quedan. Quieren hacernos creer que se movilizan ahora para defender los derechos laborales de los trabajadores. Y ¿por qué no se movieron durante los duros años del zapaterismo, cuando se disparó el paro y se llegó incluso a recortar sensiblemente el poder adquisitivo de jubilados y trabajadores? La respuesta es muy sencilla. A parte de sintonizar políticamente con el Gobierno de entonces, el paro les daba pingües beneficios con los famosos ERE.
El problema por el que los sindicatos de clase han declarado la guerra al Gobierno de Mariano Rajoy y se han echado a la calle, es la pérdida de parte de sus propios derechos. Que la nueva normativa laboral reduzca su capacidad de negociación y que pierdan el monopolio de la formación de trabajadores es lo que ha hecho saltar todas las alarmas sindicalistas. La reforma laboral propuesta por el Gobierno liberaliza el mercado de la formación laboral, con lo que es muy posible que los sindicatos pierdan esta fuente de ingresos que venían percibiendo tradicionalmente y que ahora pueden esfumarse. Solamente en 2011, la engañifa de estos cursos aportaron a las arcas de estas centrales sindicales casi 500 millones de euros
Otro punto extremadamente sensible lo tenemos en los ERE. Con la nueva normativa laboral, las empresas ya no pactarán los ERE con los sindicatos. La nueva norma permite a las empresas los despidos colectivos cuando se den ciertas circunstancias, previstas en la legislación, prescindiendo de las negociaciones sindicales. Y en caso de conflicto, será un juez y no los sindicatos ni la autoridad laboral la que tenga la última palabra. Y con esto, claro está, se cierra definitivamente otra fuente de financiación notable que aportaba a los sindicatos varios cientos de millones de euros al año.
Ni CC.OO. ni la UGT han digerido aún la pérdida de poder social al reducir sensiblemente su papel en la negociación colectiva. A partir de ahora, prima el convenio de empresa sobre el convenio colectivo. Con la reforma laboral se amplían notablemente las causas que permiten a las empresas descolgarse de los pactos colectivos y tomar ciertas decisiones, como ajustar salarios, la movilidad laboral y hasta y, si las circunstancias lo requieren, extinguir contratos laborales. Y todo esto, por supuesto, sin previo acuerdo con los sindicatos.
Está muy claro que defienden descaradamente sus propios privilegios como el poder de intermediación y todas aquellas actuaciones que les propiciaban buena parte de sus ingresos extraordinarios y todo ello, sin mucho esfuerzo. Pero esto no lo reconocerán jamás y seguirán quejándose con la torpe escusa de los intereses de la clase trabajadora. Pregonarán que la marginación de los sindicatos deja a los asalariados desprotegidos ante los ajustes de los empresarios en crisis y en la más tremenda de las indefensiones al encarar su despido inmediato sin posibilidad de réplica alguna. Debieran, eso sí, dar ejemplo con sus propios trabajadores que frecuentemente son los más expuestos a todo tipo de arbitrariedades.
Gijón, 9 de abril de 2012
José Luis Valladares Fernández
¡Hola José Luis! fantástico el artículo y la lección didáctica. No sabía de donde provenía este término, "sindicato". Sin duda en su día cumplía fielmente con su cometido, pero a día de hoy la cosa parece haber degenerado en una sustancia mucho más pútrida y egoísta que sólo mira por sí misma. No me creo nada el presunto altruismo de esta "parejita" feliz que no se separan ni para ir al baño, se desgañitan en pro de los trabajadores y, según he conocido recientemente las cifras, se lucran de una manera nada pero que nada nada timorata. Un saludo
ResponderEliminarVÍCTOR VIRGÓS:
EliminarSi esta "parejita" son altruistas, entonces yo soy Napoleón. Cuando se afilia a las mujeres y no trabajan o no tienen una profesión determinada, se suele decir "Sus labores". Así de este par de indigentes podemos decir profesión = Sus dineros y sus negocios. Esas centrales sindicales son prácticamente una multinacional.
Saludos cordiales
Supongo que será una pregunta retórica jeje
ResponderEliminarQue sean profesionales y autofinanciados o que no sean.
Un abrazo, JL
Maribeluca:
EliminarYo creo que la respuesta es muy clara: "aprovechados", por no decir algo más fuerte.
Hola, José Luís:
ResponderEliminarTe ha salido de libro.
La pareja que había actuado como si fuesen ministros sin cartera de ZP, es ahora brazo armado contra el Gobierno de Rajoy, mientras el PSOE mueve los hilos importándole nada la defensa de los trabajadoes.
Es bueno que los sindicatos, sus síndicos, hayan perdido privilegios, como el de la participación en los ERE. Será mejor que de una vez los dejen sin subvenciones. ¡A ver cuántos afiliados están dispuestos a pagar las correspondietes cuotas! Ya fala menos.
Un abrazo
Xesús López:
EliminarAl igual que de la derecha se puede decir que no saben explicar lo que hacen, estos, como todos los de izquierda, nunca saben hacer lo que dicen. Lo malo es que después lo pagamos los más inocentes.
Un abrazo
Estamos en una situación crítica.
ResponderEliminarTenemos mas de cinco millones de parados, una estructura laboral rígida y anquilosada desde hace décadas y donde una mafia sindical condiciona los convenios colectivos, para seguir -de esta manera -manteniendo su cuota de poder.
Es hora de sacrificios y de esfuerzos.
Hora de arrimar el hombro y poner todos nuestro granito de arena para sacar a España del agujero, de la sima abisal en que se encuentra.
Natalia Pastor:
EliminarSon muchos los que protestan por los recortes que impone el Gobierno. No se dan cuenta que si no nos apretamos el cinturón y al final nos intervienen, nos vamos a enterar de una vez lo que vale un peine. Hasta ahora, más que recortes es un juego de niños. ¡Más vale que no experimentemos lo que sopn verdaderos recortes!
Un abrazo
Creo que los sindicatos actuales no responden a lo que los trabajadores demandan y esperan de ellos.
ResponderEliminarTrecce:
EliminarEso, más que sindicatos, es la manera de actuar de las mafias.
Saludos cordiales
Enhorabuena, José Luis, por la introducción histórica y el posterior desarrollo del tema, tan documentado en conceptos y cifras como siempre.
ResponderEliminarLos sindicatos llevan años ganándose a pulso la desconfianza de los trabajadores y de la población en general; ahora, con la reforma laboral, van a perder poder y dinero y también ese privilegio del "liberado", auténtica canonjía que permite vivir sin dar golpe a muchísimos sindicalistas que no tienen ética y sí mucha ambición.
Pero la reforma laboral no afecta solamente a trabajadores y sindicatos, también afecta a empresarios, que cuentan con una herramienta de despido barato para deshacerse de los trabajadores más veteranos (con ciertas ventajas) y sustituirlos por mano de obra más joven, subvencionada, y que asumirán salarios más bajos porque no tienen cargas familiares y viven aún con sus padres. No todos los empresarios son caballeros andantes que pretenden cumplir su sueño de fundar una empresa y crear riqueza; muchos, por desgracia, son personajes que lo único que buscan es el lucro personal a cualquier precio, incluída la estafa (véase la familia Ruiz Mateos), las prejubilaciones pagadas por todos y los ERES injustificados que también pagamos todos (Vodafon va a poner en ERE a muchos trabajadores este verano después de cobrar las tarifas más abusivas de toda Europa).
Pero aquí estaremos los de siempre para pagar los platos rotos: los esclavos de la nómina sin amnistía fiscal (porque no podemos ocultar nada), con los salarios congelados-reducidos, con los impuestos puros y duros (nada de SICAV), con pensiones inciertas/reducidas a la miseria, y con nuestros puestos de trabajo objeto de revisión continua. Mientras, los políticos ya se han preocupado de dejar su futuro "atado y bien atado". ¡Es para morirse con ganas!
Saludos a todos.
Jano:
EliminarHasta ahora, estos sindicatos más que defender a los trabajadores, tratan de defender sus propias canonjías. Si no fuera por el miedo que da que te llamen esquirol y el miedo a los piquetes, no irían a esas huelgas nada más que los que viven del cuento, dirigentes y liberados. Y aún así, no se si irían todos.
Saludos cordiales
Votas a tus representantes sindicales del comité de empresa y estos miran para otro lado ante las ilegalidades que las empresas cometen contra los trabajadores. Si les pides que hagan lo que toda la vida hicimos los delegados sindicales, es decir hablar con el empresario para que se ajuste a la legalidad te dicen que acudas a un abogado laboralista --esto me paso a mi personalmente con ccoo-- ¿entonces para que sirven?. Son unos aprovechateguis, nada mas.
ResponderEliminarSaluditos.
Zorrete Robert:
EliminarMás o menos, es lo que pasa. Yo, en mi experiencia laboral, siempre vi que los que en las empresas llevaban la voz cantante y los puestos de liberados, siempre eran los más vagos y los más caraduras.
Saludos cordiales
Por eso es necesario que se les retire todo tipo de subvención. En ninguna cabeza normal cabe que unos sindicatos reciban dinero del contribuyente cuando el contribuyente ya está más que esquilmado. A la Dama de Hierro no le fue nada mal..
ResponderEliminarYo cada vez comprendo menos por qué hay que subvencionar a los sindicatos con dinero de todos los españoles. A mi, desde luego, no me representan por lo que es absurdo que dinero mio vaya a parar a semejantes personajes. Y quien dice a los sindicalistas, dice a los titiriteros y especímenes similares. El mismo derecho tendrá a las subvenciones, digo yo, el quiosquero de la esquina.
EliminarUn abrazo
Ministros sin cartera, dices. Es que José Luis, la cartera no la llevaban a la vista para que no viéramos cuanto abultaba, no fuera ser que nos salieran los ojos espantados detrás de ella. Los cursos de formación ya se vio hoy en la prensa cuales son: patrón de yate y embarcaciones deportivas. Es que nos parecemos a los de la película "los lunes al sol", esa que se rodó en nuestra tierra, aunque yo añado: martes, mierc... en fin, toda la semana al sol, de ahí esos cursos, para que podamos presumir de deportistas y ricachones en paro.
ResponderEliminarDa miedo ver como está España y da miedo ver como la izquierda se regocija. Vergonzoso.
Hoy le doy un bravo a Esperanza Aguirre por sus palabras y un abucheo a Rajoy por no dar la cara ante los periodistas y comunicar con los españoles.
Saludos.
Esperemos que Rajoy despierte un día de estos y comience a gobernar de verdad, poniendo a cada uno en su sitio. Y el que quiera dinero que se lo curre con su trabajo, no con el sudor del vecino.
EliminarSaludos cordiales
Estoy de acuerdo con tu post.Pero algo tendremos que hacer ante tanto recortes y programas de austeridad,Hoy sube el Metro en Madrid un 11 por ciento.Esto no hay Dios que lo remedie .un saludo.
ResponderEliminarAvgustín:
EliminarEstamos empezando a sufrir ahora los derroches del pasado. Y recemos por que no nos intervengan, porque entonces los recortes van a ser aún más escandalosos.
Saludos cordiales
Muy acetado e instructivo tu aportación. Desconocía tanto la etimología de la palabra como el porcentaje que se quedaban estos caraduras de los EREs.
ResponderEliminarLos sindicatos mayoritarios españoles son entes amorfos y estrafalarios creados por los complejos diversos de un país como España. Donde la moral izquierdista está sacralizada, así lo sindicatos "defienden al trabajador" independientemente de que lo hagan o no. Asimismo la derecha (que no existe en España, sólo hay centro) es la de los "explotadores".
Así que aunque el PP muy acertadamente ha reducido la financiación pública a los sindicatos, la realidad es que la reducción ha sido muy escasa y dudo de que tengan la valentía de suprimirla.
Un saludo.
El sibarita pobre:
EliminarA quien de verdad defienden estos sindicaleros es, primero a sí mismos, y después, si el Gobierno es de izquierdas, defienden al Gobierno. Si es de derechas, entonces tampoco defienden al obrero, pero harán lo que puedan por desprestigiar a ese Gobierno, para que vuelvan los suyos, los de izquierdas.
Saludos cordiales
Me encanta la viñeta, que es una gran verdad.
ResponderEliminarMAMUMA:
EliminarHay verdaderos genios haciendo viñetas para plasmar humorísticamente la actualidad política.
Un abrazo
Con mi dinero "no más para":
ResponderEliminarSindicatos, partidos políticos, para armas, para la iglesia, para la monarquia,colegios privados, sanidad privada, ni para rescatar bancos, ni para especuladores, ni el mercado, nada para FMI,...etc..etc. Esto lo multiplicas entre 45 millones de ciudadanos y es una pasta gansa,seguro que acabamos con la crisis en un plis plas.
En fin no hemos aprendido nada y seguiremos igual...nos toman el pelo, nos vacilan y lo que mejor hacemos "como buenos españoles" es tragar todo lo que nos echen...bonita imagen para el mundo y buen ejemplo para nuestro hijos y nietos, toda una cadena con un futuro para llorar...esto de ver normal todo hasta la falta de respeto al ciudadano...todo normal tantas cosas tan normales ya APESTAN.
Esto "no quita" que no este de acuerdo con tu post, por supuesto que lo estoy.
Un abrazo amigo José Luis.
E.. P..:
EliminarLo malo es que no te consulta nadie, y aunque proclames que con tu dinero no, utilizan tu dinero y el mio y el de todos, para lo que no debía ser empleado. Actúan por nosotros, sin ni siquiera consultarnos.
Un abrazo amigo
Me he tomado la libertad de proponerte para el premio "Liebster", aunque puede que uno de los requisitos no los cumplas. En cualquier caso esa era mi idea y ahí queda. En mi Blog "El "El Bisturí" puedes encontrar más información. Un saludo
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