En los carteles publicitarios de 1948 comenzó a promocionarse el
turismo en España con un slogan, creado por alguien que nos conocía muy bien y que
literalmente decía: "Spain is beautiful and different" y que, poco
tiempo después, derivó en "Spain is
different" o “spanish is different”. Semejante slogan, en cualquiera de
las dos variantes, nos retratan de
cuerpo entero. Los españoles somos incorregibles, vamos por la vida de matones
y de perdonavidas. Fanfarroneamos desmedidamente con nuestros logros, con
nuestras obras y hasta con la marcha de nuestras instituciones políticas o
religiosas.
Una prueba fehaciente de nuestra singularidad es que, si algo sale
mal, seguirá siendo bueno y nadie osará modificarlo. Es el caso de nuestro
Estado de las Autonomías. Al igual que Pandora, la mujer mitológica de la
teogonía del poeta Hesíodo, abrió su
caja para que se desparramaran
libremente todas las desgracias humanas, los padres de nuestra
Constitución hicieron prácticamente lo mismo creando las Comunidades Autónomas.
La intención sería muy buena: diluir las aspiraciones separatistas de algunos
grupos políticos del País Vasco, de Cataluña y de Galicia. Pero el resultado no
pudo ser peor.
En vez de calmar a los separatistas, con el Estado de las
Autonomías dieron más alas a los partidos nacionalistas para dar pasos
comprometedores y de difícil vuelta atrás hacia la separación de España de sus
respectivas regiones. Ahí están, para confirmarlo, las reformas estatuarias que
se fueron aprobando, tendentes a consolidar los intereses caciquiles y
clientelares de los nacionalistas que estaban al frente de los gobiernos autonómicos.
Reformas que, por otra parte, tienden lamentablemente a dinamitar la igualdad entre los ciudadanos
de las distintas comunidades autónomas y la necesaria solidaridad entre los
españoles.
Con el Estado de las Autonomías se creo una estructura administrativa
tan compleja que, aparte de los inevitables problemas políticos, no hay dinero
que aguante su mantenimiento. Ahora ya no tenemos un presidente, tenemos
dieciocho presidentes o veinte, si tenemos en cuenta las ciudades autónomas de
Ceuta y Melilla. Además del Congreso y el Senado, tenemos otros diecisiete
parlamentos autonómicos, uno por cada Comunidad Autónoma. Y como todos ellos
tienen capacidad legislativa, cada Comunidad tiene sus propias leyes
particulares que complican enormemente la apertura de nuevas empresas. No
tenemos un solo tribunal supremo, tenemos diecisiete tribunales supremos, no se
cuantos defensores del pueblo e infinidad de canales públicos de televisión, algunos nacionales y otros
autonómicos, y varias emisoras de radio.
Aunque estamos ante una
estructura administrativa completamente enrevesada y atípica, los políticos
profesionales reconocen unánimemente, cuando hablan en público, que la
implantación del Estado de las
Autonomías ha sido un verdadero acierto, ya que su desarrollo ha resultado
altamente beneficioso para la democracia española. Aseguran incluso que fue un auténtico
acierto conceder la autonomía a todas las regiones de España porque, de esta
forma, se obliga a las autonomías históricas a ser moderadas a la hora de
reclamar poderes, ya que saben que habría que dárselos a todas.
Esos mismos políticos, en ambientes privados, reconocen la
excesiva complejidad y hasta el desmadre
de las autonomías, y que es urgente al menos la fijación clara de mecanismos de
coordinación que salvaguarden la
igualdad de derechos de todos los ciudadanos, siguiendo el mandato de nuestra
Constitución, y que, a la vez, limite
prudencialmente las desmedidas exigencias de los poderes autonómicos. Reconocen
igualmente el desbarajuste económico que
supone mantener este sistema autonómico tal como lo conocemos hoy. Pero no van
más allá. Nadie se atreve a simplificar semejante
estructura administrativa haciéndola más racional, bastante más eficaz y menos costosa.
La izquierda, con responsabilidades de Gobierno o sin ellas, está
donde estuvo siempre, a su bola, pendiente exclusivamente de sus intereses
particulares, de rentabilizar en beneficio propio cualquier situación que se
produzca. La izquierda es muy engreída y va siempre de sobrada. Piensa que ha sido ella la que ha
traído el Estado de Bienestar y que, por lo tanto, tiene más derechos que nadie
para gobernar. Y si los resultados electorales son adversos, organiza todo tipo
de protestas y algaradas y busca en la calle lo que no ha conseguido en las
urnas. La izquierda siempre ha sido
mucho más insidiosa y más falaz que la
derecha.
La derecha, en cambio, es bastante más timorata y asustadiza que
la izquierda. Parece talmente que se acompleja cuando llega al Gobierno, y es
reacia a tomar decisiones. Hasta da la sensación a veces de que pide perdón a
sus adversarios políticos por haber ganado las elecciones. Nunca nadie, hasta
ahora, había logrado una mayoría absoluta tan amplia como la conseguida por el
Partido Popular en las últimas elecciones generales. Los ciudadanos españoles
les dieron prácticamente carta blanca para gestionar el Gobierno y arreglar los
estropicios causados por Zapatero en los
casi ocho años que estuvo al frente del Ejecutivo.
El Partido Popular es tremendamente reacio a tomar decisiones en
solitario que signifiquen un cambio en contra de la voluntad de los
socialistas. Es cierto que circunstancias extremadamente graves y urgentes les
han obligado a hacer muchas cosas, alguna de ellas muy importantes, entre las
que destaca la reforma laboral. Pero llevan ya cinco meses en el Gobierno y no
han sido capaces de anular por decreto las subvenciones que cobran
oportunamente ciertas Fundaciones y ONGs, la mayoría de ellas vinculadas al
PSOE y que fueron aprobadas con toda la malicia del mundo por el Gobierno
saliente cuando este estaba ya en
funciones. Las más jugosas van destinadas, como siempre, a atender los derechos sexuales y reproductivos de varios colectivos de mujeres y los
consabidos grupos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
¿Alguien piensa que, si hubiera sido al revés, los
socialistas hubieran dejado pasar cinco meses sin remover hasta los cimientos
de las televisiones públicas, del Tribunal Constitucional y hasta del Banco de
España y de otros organismos oficiales? Y si se encontraban con alguna norma
que lo impidiera, allanarían inmediatamente el camino con un oportuno
decreto ley. El Gobierno de Rajoy, en cambio, espera pacientemente a que se le
mueva el cuajo a Rubalcaba y pacte una nueva composición de los mismos.
Han pasado ya cinco meses de la llegada de Mariano
Rajoy a La Moncloa, avalado por una mayoría absoluta abrumadora y Miguel Ángel
Fernández Ordoñez continúa siendo el Gobernador del Banco de España, a pesar de
su deficiente supervisión de las entidades de crédito. Debido a su punible
pasividad y a su olvido del servicio de inspección, no se si intencionado, hemos
padecido el mayor desbarajuste financiero español de la historia. No supo o no
quiso frenar el insostenible crecimiento del crédito bancario que llevó a las
Cajas de Ahorro al borde del colapso.
Y ahí sigue también sin renovarse el Tribunal Constitucional.
Se trata de un organismo tremendamente politizado y, en consecuencia, la mayor
parte de sus miembros están más preocupados de enmendar la plana al Supremo y
de prestar un servicio efectivo al PSOE, que de interpretar correctamente la
Constitución.
Y ahí está, sobre todo, la Corporación de RTVE
esperando incomprensiblemente ese cambio que no llega. Aunque desde la renuncia
de Alberto Oliart en julio de 2011, la presidencia de RTVE está vacante, el
personal de la Corporación sigue fiel a los postulados marcados por los
socialistas, promoviendo incansablemente, como en los mejores tiempos, el trasnochado
sectarismo de izquierdas. Los socialistas procuran estirar esta bicoca para
contar, durante el mayor tiempo posible, con el extraordinario apoyo de los
profesionales de medios de comunicación tan importantes como las televisiones
públicas. El Partido Popular, sin embargo, respetando pasados acuerdos con el
PSOE, aguanta el chaparrón y espera pacientemente algún tipo de acuerdo.
Desde que Mariano Rajoy es presidente, ha habido ya
demasiados viernes de dolores para los de siempre, los trabajadores y
jubilados. Casi todos los viernes ven desesperanzados como va mermando
progresivamente su poder adquisitivo a base de recortes y porque sube la luz,
el gas y el transporte y demás servicios básicos. Y esperan de vez cuando la
llegada oportuna de algún viernes de
gloria, anunciando el cierre definitivo de los grandes agujeros negros que
lastran nuestra economía y nuestro
Estado de Bienestar, por ejemplo la privatización de las televisiones públicas
y la simplificación de nuestra estructura autonómica. Aunque todo apunta
lamentablemente a que no va a ser así.
El desastre contable de los medios de comunicación
públicos no puede ser más claro. Durante 2010, primer año sin soporte
publicitario, las televisiones públicas costaron al erario español la friolera de 2.314 millones de euros, de los cuales 1.918 fueron cubiertos con subvenciones y los
396 restantes a base de aportaciones de
los gobiernos autonómicos. Una cifra, como se
ve, muy superior a los 1.530
millones que se ahorró el Estado con la congelación de las pensiones
decretada por Zapatero. Y aún así, a pesar de estas ayudas extraordinarias,
cerraron el año con unas pérdidas de 536 millones de euros, que tenemos que
sumar a la deuda acumulada de 1.504
millones de euros que vienen arrastrando de atrás.
La privatización de estas cadenas solucionaría definitivamente este problema y
ahorraríamos un dinero que nos vendría muy bien para tapar otros huecos. Pero
está visto que ni Rajoy, ni su Gobierno, están por la labor. Prefieren mantener
indefinidamente semejante hipoteca, aun que no se para qué, ya que la derecha
nunca ha sabido servirse de ella con la maestría con que acostumbra a hacerlo
la izquierda. Y aunque el PSOE, en circunstancias similares hubiera actuado
autónomamente, el Partido Popular, demasiado tarde para sus intereses, comenzó ya
a proponer nombres para consensuar al futuro responsable de RTVE.
El primer nombre propuesto fue el del gallego
Francisco Campos que, como era de esperar, fue rechazado por Alfredo Pérez
Rubalcaba. Y para alargar lo más posible la situación actual, rechazarán
sistemáticamente cuantos vaya proponiendo el Gobierno de Rajoy. Y al final se
consensuará a alguien que, de alguna manera, insinúen los socialistas. Podía ser el caso de Manuel Campo Vidal,
actual presidente de la Academia de las Ciencias
y las Artes de Televisión de España. Todo el
mundo sabe, sin necesidad de ir a Salamanca, que Campo Vidal con quien sintoniza
políticamente es con los socialistas, sobre todo con el felipismo. Y aún así,
corren rumores fundados de que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha
llegado ya a un acuerdo con Rubalcaba para que sea este periodista el que rija
en breve los destinos de la Corporación
de RTVE. Y esto era ya lo que nos faltaba.
Gijón, 12 de mayo de 2012
José Luis Valladares Fernández
Gran cosa sería, amigo José Luis, que España fuera diferente, porque destacara entre las mejores; pero, desgraciadamente, lo es por ponerse a la cabeza de las peores. El Estado de las Autonomías parece un invento de quien asó la manteca.
ResponderEliminarUn cordial abrazo.
Tío Chinto de Couzadoiro:
EliminarQue le vamos a hacer. Sobresalimos en todo, pero por el lado negativo y así nos luce el pelo.
Un abrazo
Tocamos -aunque de manera transversal-, el mismo asunto:RTVE.
ResponderEliminarComo comento en mi blog, RTVE es históricamente el juguete goebbelsiano en manos del Gobierno de turno.
Desde Maria Antonia Iglesias, pasando por Calviño,Gabilondo o Enrica Sopena, RTVE ha sido un instrumento de manipulación.
Lo ideal sería una televisión pública ue respondiera al modelo de la BBC.
Y si no es posible, lo mejor sería privatizarla.
Al igual que las autonómicas.
Natalia Pastor:
EliminarUna televisión pública al estilo de la BBC en España no es posible. A los Gobiernos les gusta manipular todo, sobre todo el PSOE, que en eso anda más listo que el PP.
Y como no se puede, lo mejor es privatizarla y así tenemos un sumidero menos por donde se van cantidades ingentes de dinero. Y las autonómicas, por supuesto.
Un abrazo
Empiezo a estar harta de tanto consenso y tanta historia, al final van a dar la razón a los que opinan que son los mismos jugando a las Damas.
ResponderEliminarCampo Vidal...
Si ese tipo es profesional yo soy la virgen de Lurdes, ese es un mediocre todoterreno de los de "sí mi amo". Muy del gusto de estos nuevos reyezuelos.
Candela:
EliminarDebe ser `para que no digan y por eso busca el consenso, cuando ahora tiene el consenso de la mayoría absoluta más apabullante de la historia.
Y lo que tienen que hacer, pero de frente, es someter la privatización de la televisión pública, aprobarlo digan lo que digan en la oposición y llevarlo inmediatamente a cabo.
Pero no, siempre buscan consenso y terminan casi siempre engañándoles.
Un abrazo
Querido José Luis, siendo grave como es la sangría económica que supone el mantenimiento de esas ineficientes cadenas, está el aspecto político-moral.
ResponderEliminarLas cadenas "públicas" solamente sirven de caja de resonancia del gobierno de turno (especialmente del sociata, porque cuando vaya a entrar la derecha, suponiendo que sea derecha, habrá pasado media legislatura.
Y nosotros pagándoles la propaganda y la agitación mediática, y a los amiguetes enchufados, con nuestros cada vez más mermados ingresos.
Un abrazo.
CAPITAN TRUENO:
EliminarDe cosas como esas es de donde tenían que sacar el dinero para reducir el déficit y no a base de meter mano en el bolsillo de los de siempre, los trabajadores y los jubilados.
Mantener esas televisiones públicas cuesta mucho dinero y no sirven nada más que para enredar los políticos.
Un abrazo
Pues José Luís, como no se comprende que teniendo esa mayoría absoluta siga buscando la aprobación del Psoe para cambiar las instituciones, es que hay algo muy raro por el medio y que no sabemos que es. Eso es lo que pienso yo desde que tomó el poder Rajoy, porque no creo que lo que le tenga a Rubalcaba sea miedo. Aquí hay gato encerrado,
ResponderEliminarXad Mar:
EliminarNo hace falta que haya nada de por medio. Y miedo a Rubalcaba tampoco. Lo que pasa que la derecha siempre quiere disimular, les parece que por ser de derechas tienen que pedir perdón y disculparse con la izquierda por haber ganado las elecciones y buscan desesperadamente la manera de no dar motivos para que les puedan llamar fachas o derechona.
Un abrazo
Sobran los 17 reinos de taifas,juntos con sus inutiles y despilfaradoras televiciones.Venga Marianico demuestre su mala uva pero con los poderosos digo yo,un saludo,
ResponderEliminarAgustín:
EliminarNo se, pero me parece que perdemos el tiempo pidiéndole que vaya al fondo del asunto y que se moje de una vez.
Saludos cordiales
Había oído ese rumor y luego cosas en otra dirección sobre alguien de la tele gallega, espero que no sea cierto porque sería para matarlos y más con las tropelías desaforadas de última hora de "teleindignados" y demás...anoche la última; un numerito con la excusa de homenajear a Gila y animar contra la crisis se convirtión en la morralla adoctrinadora y titiritera habitual, infumable.
ResponderEliminarMaribeluca:
EliminarVeremos a ver por donde tiran. Porque con esta gente yo creo que podemos pensar mal y nos quedamos cortos. ¿Será posible que no haya más Esperanzas Aguirres?
Un abrazo
Amigo José Luis: Lamento no estar de acuerdo con algunas de tus exposiciones y en especial las que hacen referencia a la actitud de la izquierda, ganen o pierdan. Desde luego es bastante más crítica que la derecha históricamente, pero en fin. Yo no voy a polemizar ahora sobre estos temas.Y en cuanto a tus informaciones sobre el "presunto" nuevo Presidente de TVE, me da la impresión de que no son correctas. Te recuerdo que gracias a un Presidente de Gobierno llamado Zapatero, la televisión Pública se regía por un Consejo de Administración, que no voy a decir que fuese lo máximo, pero desde luego lo que no había habido nunca y al Presidente era obligatorio elegirlo en el Parlamento con los 2/3 de los votos. Como hablo de memoria me puedo equivocar, pero mira a quien pretenden poner como Presidente:
ResponderEliminar"Del PCE a los brazos de ‘don Manuel’, Paco Campos es ‘un hombre con cintura’, que ‘sonríe a todos’ y ‘está dispuesto siempre a hacer lo que le manda ‘su jefe’
¡Pedazo de presidente para RTVE! Protegido de Fraga y Rajoy, fue el gran censor en la TVG con ‘el Prestige’ y ‘las vacas locas’"
Y aun les queda Urdaci de recambio.
Un saludo
Paco 10:
EliminarEs normal, amigo Paco, que en alguno de nuestros juicios estemos errados y la verdad aparece siempre des`pues de escuchar a muchos, resumiendo aquello en que todos coincidan. ¡Que más quisiera yo que acertar en todo y siempre!
Es cierto que había una norma para elegir presidente de RTVE que además había sido consensuada con la oposición, entonces el PP. Pero también es cierto que Rajoy quiso proceder a hacer el cambio de acuerdo con esa norma, pero Rubalcaba daba continuamente largas al asunto porque la actual situación le beneficiaba claramente. Fue entonces, a los cinco meses de ganadas las elecciones cuando Rajoy rompió la baraja para no seguir indefinidamente con esa composición en TV. Que tampoco es lo correcto. Lo correcto sería proceder de inmediato a la privatización de la televisión pública para eliminar gastos tontos de una vez y para que no sea deudora del partido que este en el Gobierno.
Lo de Campo vidal, es simplemente un comentario que apareció en varios medios de comunicación diciendo que había habido un acuerdo. Pero que no sabremos quien va a ser el futuro presidente hasta que no nombren a alguien. También se comentó en los mismos medios que que Paco Campos estaba ya descartado. El tiempo dirá quien tiene razón.
Un abrazo
Campo Vidal ha negado que se vaya a hacer cargo de la televisión pública, pero... nunca se sabe.
ResponderEliminarEn cuanto a lo demás, José Luis, creo que estamos en manos de auténticos sivergüenzas. Tienes razón en lo que dices, pero te quedas corto. La izquierda es tendenciosa, pero la derecha no es sólo timorata, además es que va a gusto en el burro, lo de las autonomías les viene de perlas, tienen muchas en su poder y a mucho enchufado inepto colocado en ellas.
En cuanto a lo del Banco de España, tiene parte de culpa de la debacle de Bankia, y de las cajas en general, pero en sus consejos de administración (en los de la cajas) había representantes de los sindicatos y de los partidos, entre ellos del PP y nadie dijo nada, se limitaban a cobrar por ir a las reuniones, a darse una buena comilona y a callar para que no se les acabara el chollo.
Y no digo nada de la última, la desviación del déficit en tres comunidades gobernadas por el PP, lo de Madrid y Valencia es de escándalo.
Trecce:
EliminarPor eso, la mejor solución para RTVE es la privatización, para que no juegue nadie con ella a hacer política de partido.
Lo del Gobernador del Banco de España es otra cosa parecida a RTVE, que la persona que lo dirige mira más para su partido que para los intereses generales. Y MAFO se comporto como hombre de partido y descuidó interesadamente la vigilancia y la inspección sobre las Cajas en las que cocinaban los partidos.
Un abrazo
Hola José Luis.
EliminarBueno amigo ya se sabe que es todo negocio y el clásico trapicheo politico, para sacar tajada,...hoy tu y mañana yo y así siempre.
Eso si meten unas macanas de programas....bueno en general la tdt es en parte basura.
Quién mande en rtve que más dá si van a lo que van, al saqueo y el que reparte se lleva la mejor parte.
Un abrazo amigo José Luis.