Los enormes y casi siempre disparatados derroches de José Luis
Rodríguez Zapatero dejaron las arcas públicas hasta sin telarañas. En esos casi
ocho años al frente del Gobierno, batió todos los records de despilfarros. Mariano
Rajoy, al hacerse cargo del Gobierno, hereda un déficit fiscal de 90.000
millones de euros, 27.000 millones más de lo que mendazmente aseguraban los
responsables del Gobierno socialista saliente.
La situación para el nuevo Gobierno es extremadamente complicada, ya que el
total de la deuda acumulada alcanzaba la escalofriante cifra de 340.788
millones de euros y los intereses de la misma rondan los 29.000 millones de
euros anuales. No hay dinero ni para pagar los servicios sociales básicos.
A Mariano Rajoy le pasó con Zapatero lo que a Vespasiano con el
extravagante Nerón. Cuando Vespasiano llegó al trono imperial de Roma, se encontró
sin dinero. El alocado despilfarro de Nerón y la guerra civil desatada para
sucederle dejaron las arcas del Imperio completamente vacías, sin un solo
sestercio disponible. Investido ya como emperador, Vespasiano demostró ser un
buen administrador, redujo al mínimo los gastos superfluos, reorganizó de una manera más racional la
administración y, además de una nueva serie de impuestos, introdujo algunos tributos muy especiales que incrementaron
rápidamente la recaudación.
Esperemos que Rajoy sea tan hábil como Vespasiano para reordenar
nuestra maltrecha economía, a base de racionalizar los gastos y de controlar
adecuadamente nuestras fuentes de ingresos. Las necesidades presupuestarias son
tan agobiantes que el Gobierno de Rajoy, no ha tenido más remedio que
incrementar el impuesto del IRPF y establecer un tributo, el copago
farmacéutico, que está resultando extremadamente polémico. De todos modos, no
tan polémico y tan controvertible como el “vectigal urinae”, el gravamen especial
que el antiguo emperador romano impuso a los establecimientos que utilizaban la
orina recolectada en las letrinas y en la vía pública para el curtido de pieles
o para la limpieza de textiles.
Desde que en diciembre de 1942 se crea el Seguro Obligatorio de Enfermedad,
hasta nuestros días, la sanidad española, ha experimentado varios y profundos
cambios. En 1978 se crea el Insalud
y se establece la universalidad del derecho a la salud. La UCD, en 1981, comete una garrafal torpeza al traspasar a la
Comunidad Autónoma de Cataluña los servicios sanitarios que venía gestionando
el Insalud. En 1984, dos años
después de llegar al Gobierno, el PSOE hace lo propio con Andalucía. Es en 1986
cuando el Insalud, se
transforma en el Sistema Nacional de
Salud (SNS) y se traspasan las competencias sanitarias a Valencia, al País
Vasco, a Navarra y a Galicia. A Canarias le llega el turno diez años más tarde,
en 1984. El proceso de descentralización sanitaria culmina en 2002, que es
cuando el Partido Popular trasfiere las competencias sanitarias a las diez
comunidades restantes, regidas por el artículo 143 de la Constitución.
El 1 de enero de 2002, el Gobierno central cede definitivamente su
labor gestora y organizativa del servicio público de salud a las distintas Comunidades
Autonómicas. Pasa a desempeñar exclusivamente el papel de simple coordinador
del sistema sanitario descentralizado. A partir de esa fecha, son los gobiernos
autonómicos los que se responsabilizan de la gestión y de la organización de
los servicios de salud y, por consiguiente, de la financiación adecuada de los
mismos.
Es cierto que la sanidad española vive desde hace mucho tiempo, y
por muy diversas razones, en un constante estado de déficit estructural y sus
presupuestos son manifiestamente cicateros. Hasta la descentralización del
sistema sanitario, los déficits de cada año no eran preocupantes porque se
enjugaban oportunamente, al final de cada ejercicio, con la socorrida deuda del
Estado. Al transferir este servicio público de sanidad a las Comunidades
Autónomas, el problema crece desmesuradamente, ya que se dispara el consumo de
medicamentos. Se mantienen, es cierto, los servicios de sanidad, e incluso se mejoran
en algunos, pero es siempre a base de acrecentar sistemáticamente el déficit de
cada Comunidad Autónoma.
Por este motivo, algunas comunidades se han endeudado más de lo
razonable y apenas si pueden hacer frente ya a los gastos farmacéuticos. De
hecho, hay comunidades que están pagando los medicamentos a más de 800 días
vista, ocasionando así un grave perjuicio económico a los proveedores
sanitarios habituales. Y esto es tan injusto e inaceptable como obligar a los
pensionistas a pagar parte de los medicamentos, implantando por decreto el
dichoso copago farmacéutico.
Está meridianamente claro que el Gobierno de Mariano Rajoy huye de
manera instintiva de las complicaciones, escabulle el bulto cuando otea algún obstáculo
espinoso. Y para no tener problemas con las Comunidades Autónomas rebeldes, optó por lo más fácil: en vez de
adelgazar de una vez nuestra absurda y abultada estructura administrativa y
recuperar nuevamente las competencias sanitarias, exige sacrificios y
privaciones a los de siempre e impone a los jubilados una tasa recaudatoria por
enfermedad. Con las competencias sanitarias en manos del Estado, dejaría de ser
tan acuciante la necesidad de buscar ingresos más o menos atípicos y de rebote,
contribuiría notablemente a devolver la necesaria igualdad entre los
españoles al tener acceso todos a las mismas prestaciones sanitarias.
Es evidente que algo urgente había que hacer, pues la sanidad
española llevaba ya tiempo en crisis y peligraba seriamente su sostenibilidad. Pero
es absurdo imponer gravámenes por el
hecho de estar enfermo, y continuar soportando tanto gasto ineficiente como hay
en la administración pública. Y para colmo de males, viene la ministra de
Sanidad, Ana Mato, y justifica ese tipo de terapia, dando a entender que, por
culpa de la gratuidad del servicio, los pensionistas abusan del sistema
sanitario consumiendo cantidades enormes de medicamentos. Y no es así. Se ha llegado a esta situación económica
lamentable de la sanidad, porque los gestores de la misma, en vez de utilizar
criterios empresariales, la han regido aplicando criterios estrictamente
políticos. Este es, y no otro, el principal motivo de que el gasto en el
sistema sanitario se haya doblado desde que las autonomías se hicieron cargo de
su gestión.
Pero aún así, el gasto sanitario en España es francamente moderado
si lo comparamos con los países de nuestro entorno, y eso que nuestra sanidad
es bastante más completa que la del resto de Europa. Si nos atenemos al informe
que realizó la Organización Mundial de
la Salud en 2011, nuestro gasto sanitario público está 821 dólares por
habitante y año por debajo de la media de la Unión Europea de los 15 países,
entre los que se encuentra España. Si nos comparamos con la Unión Europea de
los 27, entonces estamos solamente 43 dólares por debajo de la media. Esto es
debido a que Rumania, Bulgaria y los
tres países bálticos de Lituania, Estonia
y Letonia gastan muy poco en sanidad.
Es inadmisible, por lo tanto, que intenten justificar la
implantación del copago por el excesivo gasto farmacéutico, y menos por el descontrol en el gasto de los mayores. Y encima quieren hacernos ver que no se trata
de una medida recaudatoria, que solamente buscan fomentar el ahorro. A la
ministra Ana Mato le importa muy poco pervertir el lenguaje, ya que, a la vez
que da ese rejonazo a los mayores, quiere hacernos creer que se trata
simplemente de garantizar la asistencia “gratuita, universal y de calidad”. Y
esto se lograría reduciendo un 10% la factura sanitaria para ahorrar unos 7.000 millones de euros al año.
Para lograr esto, acuden a la vieja terapia de Vespasiano:
impuestos y más impuestos. Los pensionistas, los que durante su vida laboral
soportaron todo tipo de tributos y deducciones sociales para tener cubiertos
estos servicios asistenciales, tienen que volver a pagar esa nueva tasa por enfermar.
Y estamos otra vez con lo de siempre. Dice la ministra del ramo sanitario, sin
tener en cuenta el poder adquisitivo de los distintos países, que somos los que
menos pagamos y la faltó un pelín decir que somos los que más medicamentos
consumimos. Se contuvo finalmente y dijo que España es el segundo país del mundo
en consumo de medicamentos. Pero que alguien me diga cómo se compagina esta afirmación con lo que dice
la Organización Mundial de la Salud, según la cual, en 2011, en gastos
sanitarios ocupamos el penúltimo lugar en la UE de los 15 países.
Está bien que se elimine el turismo sanitario y se controle el
acceso a la tarjeta sanitaria de los extranjeros. Sería también interesante que
se adecuaran los envases de los fármacos de una manera más racional,
teniendo en cuenta la duración estimada de los tratamientos. Así no irían
tantos medicamentos a los Puntos SIGRE de las farmacias o, lo que es peor,
directamente a la basura. Todo esto aligerará
en parte los gastos farmacéuticos, pero no será suficiente. Hace falta algo
más. La sostenibilidad del sistema sanitario terminara lamentablemente siendo
inviable si la administración central no asume de nuevo esas competencias. Y
después gestionarla, claro está, con criterios estrictamente empresariales y no
políticos.
Y los recortes hay que hacerlos donde merezca la pena y donde se
eliminen gastos inútiles y que no aporten nada, como es el caso de las
duplicidades en las administraciones
públicas. Nuestra estructura administrativa, al tener un volumen tan
desmesurado, además de ser ineficiente, genera unos gastos desorbitados. Y los
ciudadanos le han dado Mariano Rajoy esa mayoría tan notable para que
racionalice esa estructura y la haga viable,
operativa y moderna. Y ya es hora de que se ponga las pilas y comience a
recortar donde hay mucho que recortar, simplificando la administración y no
donde los recursos son escasos.
Que no me digan que no sobran en España parlamentos y
parlamentarios. Sobran también defensores del pueblo y consejeros. Sobran
coches oficiales y multitud de cargos de confianza. Por sobrar, sobran
ayuntamientos, y por supuesto sobran televisiones públicas y hasta sobran
privilegios de los políticos y de los amigos de los políticos, además de otras
muchas cosas. Esperemos que Rajoy se deje de remilgos y se moje de una vez, que
es lo que le piden los que le dieron sus votos.
Gijón, 2 de mayo de 2012
José Luis Valladares Fernández
El coste económico que paga España por la asistencia sanitaria prestada a los casi medio millón de inmigrantes extranjeros sin recursos económicos suficientes ,supera los 550 millones de euros anuales.
ResponderEliminarLa Sanidad en España hace aguas económicamente por todas partes y es sencillamente insostenible.
O reforma o ...quiebra.
Natalia Pastor:
EliminarLa Sanidad, tal como está hoy, es un pozo sin fondo que se desmadró precisamente con la transferencia a las distintas Comunidades Autónomas.
Un abrazo
El Gobierno de Mariano Rajoy hace lo que puede ante la situación calamitosa que le dejó Zapatero. Pero, al tiempo que trata de resolver el gravísimo problema que aquel inútil nos dejó, debe hacer, amigo José Luis, algo que todos le agradeceríamos: procurar que los responsables de nuestra quiebra económica respondan ante los tribunales de justicia. De no hacerlo, no estaremos libres de que cualquier gobernante vuelva a cometer todo tipo de tropelías.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Tío Chinto de Couzadoiro:
EliminarEso es lo peor que tiene nuestra democracia: el gobernante puede hacer de las suyas y no le pasa nada. Nadie le pide cuentas, porque dicen que con la derrota en las elecciones que pierde, ya paga.
Por lo mismo, un empleado cualquiera de cualquier empresa, por mucho menos se le exigen responsabilidades civiles y penales y va incluso a la cárcel. El mundo es así de injusto, o lo hacemos que sea injusto.
Un abrazo
Como profesional, debo decir que, o centralizan, o esto se va al garete. Estan intentando poner parches en un sistema que se desmorona con tal de no atajar por donde deben, las Consejerias y su corte de carguetes, secretarias y enchufados de turno, eso es lo que sobra porque con una administración centralizada nos sobra. En todo este cotarro tambien mojan los sindicatos, no nos olvidemos, de ahí que la resistencia sea fuerte.
ResponderEliminarSolo que ya empezamos a estar hasta las narices de excusas, siempre nos toca pagar a los mismos y esta vez es sencillamente que ni podemos más, ni podemos tolerar que menos los respondables de esta ruina cargue con ella todo Dios.
Candela:
EliminarY lo malo de que nos hagan pagar siempre a los mismos, es que no ponen remedio y se repite el ciclo. Y lo tienen muy fácil: cortar por lo sano, recuperar las competencias y eliminar la mitad de los organismos de las comunidades autónomas que no valen nada más que para pagar sueldos a los del partido o a los amiguetes y familiares.
Y los sindicatos ¿Qué pintan en esta guerra? Son sindicatos y no partidos políticos. Y si quieren dedicarse a hacer política que se sometan a lo que están sometidos los de los partidos políticos.
Un abrazo
Yo en este tema discrepo, aunque es verdad que hay que reformar y recortar fundamentalmente también todos esos gastos que dices.
ResponderEliminarEl gasto farmacéutico en España es el segundo del mundo para una población muy por detrás de tantos otros y del primero de la lista que son los Estados Unidos, todo lo que es percibido como "gratuito" es campo abonado para el abuso, y estamos hablando en todo caso de un desembolso de entre 10 y 18 e/mes máximo según la pensión, las no contributivas quedan exentas como también los parados sin percepción...me parece bastante más justo que el criterio de la edad, sinceramente.Por no mencionar que los pensionistas y viudas de la Administración siempre han pagado el 30% y ni se ha muerto nadie ni le han faltado que se sepa sus pastillas, pero en cambio el uso de la botica es más racional.
Conste que lo veo así con y sin crisis, si uno se paga el pan no veo por qué no las medicinas, pero ya sé que lo mío es bastante raro.
Y en cuanto a la Sanidad hay que reorganizar la cartera de servicios indispensables a cargo de y buscar que sean esencialmente los mismos en todas partes, lo fundamental ha de ser por la vía actual de los impuestos y otras cosillas superfluas debería pagárselas cada cuál...no sé por qué a mí no me pagan un lifting que a lo mejor es muy importante para mi autoestima psicológica y al vecino le financian una vasectomía para no tener nenes con la falta que hacen nuevos españolitos cotizantes para las futuras pensiones que también están más que en el aire como no les metan mano, y eso es sólo un ejemplo.
Por supuesto, no digo que haya que pagar por todo y la subida de impuestos me ha sentado fatal, pero este estado del Bienestar es inviable y así no puede continuar, y hay que reconocer que es más fácil empezar por esto que por el carajal de competencias de la elefantiásica Administración.
Maribeluca:
EliminarComo dicen en mi pueblo, algo tendrá el agua cuando la bendicen. Así esto. El descontrol y los gastos enormes de la seguridad social llegó con el traspaso de las competencias a las Comunidades. Y eso de que somos el segundo país que más medicamentos consumimos no es verdad. Digo yo que la OMS algo sabrá de esto y nos pone por debajo de la media de la UE de los 15 en consumo de medicamentos.
De todas maneras, están los médicos a los que se les presupone cierta responsabilidad a la hora de hacer recetas.
Un abrazo
Van a lo fácil. Lo digo por enésima vez: Que supriman las "autonosuyas", pero no hay cojones (y perdón por la expresión), lo han dicho bien clarito, que eso, ni tocarlo.
ResponderEliminarClaro, tienen a miles de paniaguados colocados ahí que además no valen para nada, porque no saben hacer nada. A ellos (a D. Mariano) les importan un bledo los jubilados o los trabajadores, sólo les importa la gente del partido (igual que a los del PSOE les importa la del suyo).
Trecce:
EliminarEs por donde tenían que empezar, suprimir las autonomías o, por lo menos, simplificarlas, y solucionarían muchos problemas, pero no hay manera. Es como querer curar una bronco-pulmonía con una simple cataplasma. Te mueres y no curas nada. Y eso es lo que están haciendo
Un abrazo
¡Hola José Luis! me ha encantado la clase de didáctica romana sobre Nerón y Vespasiano. Contigo siempre aprendo algo. No puedo estar más de acuerdo en los acercamientos timoratos de Rajoy hacia el atajo ideal para arrostrar esta crisis. Habría que meter mano a las comunidades donde se ha despilfarrado tantísimo dinero. Reducir gastos abusivos en escoltas, cenas, banquetes, coches de lujo y naderías superfluas. Los impuestos los tenía claros. No me extraña. La herencia recibida lleva a estas medidas ahora desesperadas. No me parece mal el camino, pues creo que al final dará sus frutos. Buen artículo, un saludo
ResponderEliminarVÍCTOR VIRGÓS:
EliminarComo están tirando con la pólvora del rey, queman cartuchos sin concierto. Y cuidado que se podían ahorrar miles de euros todos los meses si racionalizaran las instituciones. Es demencial por ejemplo que gasten dinero en traducir las intervenciones de los senadores, con lo sencillo que es hablando todos el español. A muchos responsables políticos había que encerrarlos en un manicomio.
Un abrazo
Creo que está bastante claro cual es el principal foco de problemas: Las Comunidades Autónomas o "Taifas". Ese es el principal y mas importante (que no el único) sumidero por donde se sangra este país.
ResponderEliminarPero claro, "algunos" no quieren dejar de vivir a cuerpo de rey a costa del estado y eso lo pagamos los demás, los de siempre.
Un saludo.
Sergi:
EliminarEs lamentable la manera que tienen de quemar dinero de la manera más tonta. Pero después quieren recuperarlo obligando a los más necesitados a soltar la mosca. Los recortes son siempre para los mismos. Maldito que recortan de los emolumentos que cobran los políticos
Un abrazo
José Luis: has hecho una oportuna comparación entre nuestra situación actual y la de Roma tras el suicidio asistido de Nerón por su secretario Epafrodito. A Nerón le sucedería el general Galba, un aristócrata obsesionado por el ahorro y los recortes, que obligó a devolver el dinero a los beneficiados por Nerón, y murió asesinado por la guardia pretoriana, también beneficiada por el anterior emperador (¡Ojo, Mariano, que la historia se repite!). Después de la muerte de Galba, le sucede el banquero Otón; un individuo que había hecho una quiebra fraudulenta y continuó con el despilfarro de las arcas públicas (¡cómo se repite la historia!). El ejército de Germania, capitaneado por Aulo Vitelio, y el de Egipto, al mando de Tito Flavio Vespasiano, se rebelan y marcharán sobre Roma, llegando primero Vitelio, en el momento del suicidio de Otón (nuestros políticos no son aficionados al suicidio: ¡qué poco patriotismo demuestran algunos...), nombrándose emperador. Vitelio se dedica a lo que hacen la mayoría de los políticos: a fartarse (hartarse de comida)y poco más. Llegado Vespasiano a Roma, se enfrenta a Vitelio y le vence, después de una sangrienta batalla, y el cuerpo desnudo de Vitelio es arrastrado por toda Roma para ser arrojado después al Tiber.
ResponderEliminarVespasiano arrendó el ejército a los militares de carrera y vendió a altos precios los cargos políticos: <> ¡¡Qué visión de estado; qué visión política!!. los tiempos no cambian... Vespasiano heredó al secretario de Nerón (Epafrodito) y ordenó su asesinato con la consiguiente alerta de los demás empleados de palacio: fue asesinado por éllos con la connivencia de su esposa, Domicia.
SANIDAD: Tenemos una sanidad excelente en España, que nunca debió transferirse a las Comunidades Autónomas porque ello ha encarecido notablemante su sostenimiento y su gestión, y también la desigualdad entre comunidades: prestaciones y tratamiento del personal sanitario. Al final del camino autonómico, todo dispendio repercute en las arcas del Estado.
El primer recorte fue el "medicamentazo", con el que quedaban excluídas de la prestación algunas especialidades farmaceúticas superfluas: complejos vitamínicos (con la salvedad de la vitamina B12, por vía parenteral, necesaria para los síndromes de malabsorción y la anemia perniciosa), cremas cosméticas y cócteles para el catarro común-que no sirven para nada-y que ahora (como ocurre con muchas especialidades) se anuncian por televisión y te remiten al farmaceútico, que no tiene ni "pajolera" de patología médica.
Ahora, el Gobierno, nos remite al "escandalomedicamentazo, ma non tropo": el copago y el pago de los pensionistas de un porcentaje de sus recetas. Me pregunto: ¿Por qué un pensionista, que cobra la pensión máxima y tiene un patrimonio jugoso, no debe pagar sus medicamentos en el porcentaje correspondiente, como hacen los funcionarios jubilados (MUFACE e ISFAS), y sí debe pagar el 40% un trabajador mileurista, que además es enfermo crónico? ¿por qué la sanidad pública nunca sometió a concurso la adquisición de un arsenal básico de medicamentos de uso corriente? ¿por qué fuimos tan "grandones" al permitir el turismo sanitario?
Creo sinceramente, José Luis, que la respuesta no está en el viento que nos azota...Está en la época de Vespasiano (disciplina y ahorro, era su máxima), allá por los años 70, incluída la erupción del Vesubio (24 de agosto del 79), magníficamente relatada por Plinio el joven, y que acabará estallando algún día con la invasión de los bárbaros:
ESPERANDO A LOS BÁRBAROS,de Konstantinos Kavafis (no incluído por falta de espacio).
En nuestros tiempos no creo que los "bárbaros" sean una solución porque nosotros también somos bárbaros, pero mal gobernados.
Un saludo.
jano:
EliminarNo podemos dar la espalda a la historia, ya que suelen repetirse actuaciones semejantes a las que sucedieron hace cientos de años.
Creo que nuestra Sanidad era incomparablemente la mejor del mundo. Y al transferir las competencias de la misma a las distintas autonomías se ha devaluado notablemente. Nunca fue deficitaria y eso que con Felipe González se comenzó a atender a los que nunca habían cotizado para ella. El desastre comenzó cuando se descentralizó y sobre todo cuando utilizaron sus fondos para comprar deuda española. Incluso se vendieron los bonos alemanes y franceses que eran rentables para emplearlo todo en la deuda española que no hay quien la quiera
Un abrazo
Totalmente de acuerdo, José Luis.
EliminarNi la sanidad ni la educación debieron transferirse a las Comunidades autónomas porque ambas son pilares básicos del bienestar de un país. La transferencia sólo genera manipulación, derroche de medios y siembra el caos en toda la nación.
Un abrazo.
jano:
EliminarHay mucha gente que no quiere reconocerlo, pero no hay más que seguir un poco el proceso y se ve muy claramente que el desastre de la misma va ligado a la descentralización de la misma.
Pasa igual con Educación y con la Justicia. En cada taifa se enseña la historia, nuestra historia, de una manera trucada. Van los alumnos a la Universidad como unos ceporros.
Y con la Justicia pasa tres cuartos de lo mismo.
Un abrazo
Hola, José Luís:
ResponderEliminarCreo que la sociedad está harta de autonomías, que sobren parlamentos,parlementiños y parlamentarios. Que incluso puede sobre el Senado.
Y que el SNS deberá centralizarse.
Por lo demás, no me parece inteligente que se pretenda resolver la situación del país a base de más y más impuestos, lo que puede traer como consecuencia un frenazo mayor de nuestra economía. Y me gusta la secuencia que planteas, la relación NerónZP/VespasianoRajoy. Pero de momento parece que hay una cierta flojera de ideas, que no se plantean bien las cosas.
Un abrazo.
xesús lópez:
EliminarNo se porqué no se mete mano de una vez a nuestra estructura administrativa para simplificarla. Ahí radica el mal de todos los males. Pero está visto que no se atreven a afrontar el problema directamente y quieren solucionarlo a base de parches. Quizás se deba a que hemos ido demasiado lejos en el desarrollo autonómico aprobando Estatutos que están llenos de concesiones anticonstitucionales. Y cualquiera les dice ahora a los catalanes lo contrario.
Un abrazo
Una vez mas el pobre pensionista como cabeza de turco,Que aburridos llegan a ser los gobiernos,un saludo.
ResponderEliminarLos pinines son siempre los mismos, los jubilados y los trabajadores que tienen una nómina. A las sociedades creadas para evadir contribuciones al fisco, es más complicado meterlas mano.
EliminarSaludos cordiales
Esas recetas que tan gallardamente dan a los inmigrantes subvencionados, que no pagan un euro por medicinas, ¿serán las que dicen que consumen los pensionistas?. A alguien le tienen que echar la culpa, claro está.
ResponderEliminarXad Mar:
EliminarNo lo dudes que es así. Y sobre todo desde que a Zapatero y al inolvidable Caldera se les ocurrió aquello de "papeles para todos". Los que mandan son así de generosos, pero echando la carga a los de siempre.
Saludos cordiales
Había en mundirilandia un país en el que se obraban milagros, donde el Maná nunca se agotaba y había pan y peces para sus habitantes y conciudadanos que llegaban atraídos por tanta generosidad y tanta riqueza, la armonía era tal que los bienes básicos y necesidades mas comunes afloraban sin límites.. El resto se asombraba de tanta abundancia y bienestar, ¿como era posible aquello?, se preguntaban los incrédulos sensatos que osaron cuestionar aquel estado… pero llego un día de esos, donde la lucidez destierra las ilusiones y se acabó el sueño, y como caídos de una nube donde nunca debimos estar, aquí nos hallamos….
ResponderEliminarUn saludo….
Elperroverde:
EliminarA ver quien nos saca ahora de ese país maravilloso. Y si salimos, va a ser dejándonos muchos jirones en el intento.
Saludos cordiales
El año pasado hice una entrada donde comentaba que la sanidad era ya inasumible, nuestra sanidad siempre ha sido muy buena, incluso con las listas de espera, pero mal gestionada en muchos aspectos, después de muchos años se dieron cuenta que era mejor recetar genéricos o que las dosis debían de ajustarse a la prescripción, solo con esas medidas han obligado a las farmacéuticas a moderar precios.
ResponderEliminarHace ya tiempo que leí en prensa, que el ingreso de un paciente en un hospital público costaba casi el doble que en un hospital privado, con la particularidad que en los hospitales privados apenas hay listas de espera y ademas obtienen beneficios, mientras que en la sanidad pública la deuda cada día es mas insoportable, con esto ni mucho menos quiero dar a entender que se privatice la sanidad, lo que se necesita es gestionar de otro modo los hospitales comenzando por suprimir muchos altos cargos que sobran y pagar razonablemente al personal sanitario, pero con dedicación exclusiva, claro que lo primero y lo deseable como coincidimos la mayoría, sería que la competencia de sanidad volviera al estado central.
Lo del turismo sanitario y las otras medidas me parece bien que se controlen, la barra libre para todo el mundo ya no se puede asumir. Tampoco veo justo que los que menos tienen sufran las consecuencias de la mala gestión sanitaria.
Un abrazo.
Helio:
EliminarAsí es, pero desde que cedieron las competencias a las autonomías, han regido a la Sanidad con criterios estrictamente políticos, en vez de empresariales y así nos luce el pelo.
Aunque no la Sanidad en sí, debieran de centralizarla nuevamente, dejarse de politiquerias baratas y privatizar los servicios de cocina, limpieza, lavandería y hasta farmacia. Se ahorraría mucho dinero. Pero ya sabes, hablar de privatizar algo es tanto como hablar de sogas en casa de los ahorcados.
Un abrazo