Los españoles lo tenemos muy claro. Vamos a recibir de Zapatero, si Dios no lo remedia, un terrible legado: la reedición, aquí en España, del corralito argentino. Gracias a la ineptitud demostrada por el jefe del Ejecutivo, la crisis económica se ha convertido ya en una brutal recesión. Ni el Gobierno, ni su presidente, desbordados ya por los acontecimientos, son capaces de reaccionar con medidas adecuadas que minimicen nuestros problemas económicos. Noqueados por la recesión, piensan que la única salida a tan preocupante situación, está en el aumento del gasto público. Y esto se traduce en un aumento espectacular de la deuda pública española, agravando así nuestra situación económica.
Como no cambien de receta, nuestra actual recesión terminará por convertirse en una catastrófica depresión. Y los pensionistas y jubilados serán los que más pierdan en tales circunstanciasl. Por si fuera poco complicada la situación que atravesamos, Zapatero hipoteca aún más el futuro de quien vive de una pensión. Como siempre hay un ‘más difícil todavía’, nuestro Gobierno, acuciado por la falta de dinero, invierte gran parte del fondo de reserva de las pensiones en deuda pública española. Y no se trata precisamente de una cantidad baladí; la cantidad invertida es superior al 50% de dichos fondos. Inversión extremadamente arriesgada, ya que nuestra deuda pública hoy día es poco atrayente para los inversores foráneos. No en vano la agencia de calificación más importante, S&P, ha dudado de nuestra solvencia y rebajó nuestra calificación.
El Ejecutivo, para no levantar sospechas, acude al maniqueísmo y a la demagogia y nos indica que ha optado por invertir ese fondo en deuda pública española, por que es mucho más rentable que la alemana o francesa. Y la realidad es otra, no hay manera de colocar esa deuda en los circuitos financieros exteriores, ya que estos inversores temen la quiebra del Estado español. Como todo el dinero es poco para un Gobierno tan manirroto, la urgencia de disponer de fondos les ha llevado a hacer tan arriesgada inversión. De seguir así las cosas, es evidente el riesgo de que, en fecha no muy lejana, se agote ese fondo de reserva de las pensiones, resultando imposible la percepción de las mismas.
El Gobierno de España está calcando los pasos del peronismo Argentino: emisión de deuda pública sin control, un paro astronómico, impuestos asfixiantes y demasiado optimismo al hablar de la recuperación económica. Y, como no, la misma dosis de populismo que no hace otra cosa que agravar nuestras perspectivas. Si, como es de suponer, la mayoría de los países de la Unión Europea abandonan la recesión, el Banco Central Europeo elevará inevitablemente la subida de los tipos de interés. En tal caso, a España se le caerán todos los palos del sombrajo y comenzará nuestro calvario particular con la temida argentinización.El panorama económico que tenemos por delante es cada día más aterrador. España está tremendamente acosada por las condiciones de los mercados y no hay manera de que nuestro Gobierno reaccione adecuadamente. Todo son frases bonitas: economía sostenible, cambio de modelo económico. Pero todas ellas están vacías de contenido y para revertir nuestro rumbo económico, tienen menos valor que los parches de sor Virginia o el remedio popular de una simple cataplasma de cebolla.
Al comenzar la crisis, la situación económica española era bastante aceptable. En términos de producto interior bruto (PIB), según datos de Eurostat, superábamos en 6 puntos la media de la Unión Europea, por delante de Italia por supuesto y estábamos solamente a 3 puntos de Francia. Tomando como referencia la renta per cápita de la Unión Europea de los 27, que es del 100 por 100, la renta en España pasó del 104,6% en 2006 al 105,0% en 2007. Dada la incompetencia de Zapatero, a la que hay que unir una buena dosis de incuria, el desplome de nuestra renta se inicia en 2008, situándose ese año en el 102,6%. La ceguera o intereses inconfesables del inquilino de la Moncloa le impedían reconocer la inminente recesión que nos amenazaba. Así, en enero de ese mismo año, y sin ponerse colorado, se atreve a confesar que la crisis “es una falacia. Puro catastrofismo”.
Como desde el Ejecutivo no se hizo nada para impedirlo, llegó la catástrofe en forma de recesión. Así, en 2009, nuestra renta per cápita cae por debajo de la media europea y se sitúa en un preocupante 99,4%. Y no olvidemos que en los últimos años se han incorporado países a la Unión Europea con una capacidad económica mucho menor que la nuestra, lo que agrava nuestra situación. Y las perspectivas que nos ofrece Eurostat para España, son francamente preocupantes. En vez de alcanzar a Francia, como auguraba Zapatero, nos superará Italia. La oficina estadística europea prevé un PIB per cápita para España del 97,4% en este año y del 96,3% en 2011. Mientras que para Italia estima un 98,4% y un 98,0% respectivamente para los ejercicios señalados.
Este hundimiento de la economía, supone una pérdida notable de poder adquisitivo de las familias españolas. Somos, sin discusión, el país de Europa que cuenta con mayor número de pobres, más de 10 millones y aumentando. Es evidente que el socialismo, y más si es de corte populista, produce paro, miseria y pobreza. Son quizás los únicos principios a los que es fiel José Luis Rodríguez Zapatero.
Con todas estas premisas ¿Quién nos puede librar del corralito argentino?
Gijón 26 de enero de 2010
José Luis Valladares Fernández
Totalmente de acuerdo,Jose Luis.
ResponderEliminarY es que con un 12% de déficit,5.000.000 de parados,la deuda pública incolocable en los mercados y lo añadido ayer por Francisco González del BBVA,poniendo el dedo en la llaga de esos 325.000 millones de euros concedidos a la construcción, y que son practicamente incobrables;estamos a cinco minutos del derrumbamiento como esto no de un giro radical.
El "corralito argentino" va ser una broma,compardo con lo nuestro.
Está claro, Natalia, que tenemos un Gobierno mentiroso y además obsceno, por la manera de ocultar datos. El volumen de gasto sobrepasa el 7% del PIB, lo que evidentemente es un despilfarro. El primer gasto, por importe, se lo lleva el subvencionar el paro. Pero el segundo gasto, también por importe, se lo lleva el pagar los intereses de nuestra deuda. Así no vamos a ninguna parte.
ResponderEliminarY despues no les gusta que el FMI diga que spaña es una amenaza evidente para la Zona Euro. Y Zapatero haciendo el ridículo en Davos.