Los que hemos
tenido profesionalmente algo que ver con el mundo de la electrónica, estamos
habituados a realizar todo tipo de ajustes en los distintos circuitos. Para
cada ajuste se cuenta normalmente con dos potenciómetros, uno para ajuste
grueso y otros para lo que llamamos ajuste fino. Por pura lógica, comenzamos la
operación poniendo el potenciómetro de ajuste fino en el punto medio. Actuamos
seguidamente sobre el otro potenciómetro, el del ajuste grueso, para que el
valor predeterminado de salida quede dentro de unos márgenes de referencia. Es
después de esta operación cuando maniobramos sobre el potenciómetro de ajuste
fino, para fijar exactamente el valor de salida requerido.
Hay cierta
analogía entre ese ajuste electrónico y el ajuste económico que deben realizar
los Gobiernos cuando, por la circunstancia que sea, escasean las tostadas. Es
el caso de Mariano Rajoy que recibió de José Luis Rodríguez Zapatero una herencia
económica catastrófica y extremadamente complicada. Pero Rajoy, una vez que se hizo cargo de la
complicada situación, obvió el ajuste grueso y pasó directamente al ajuste
fino. En vez de reducir gastos públicos para controlar el déficit, optó por
sacar más dinero a los ciudadanos particulares, a la sufrida clase media, con
recortes inoportunos y subiendo inesperadamente el IRPF.
Antes de acudir
a los de siempre, a los que cobran un salario o una pensión, el nuevo Gobierno
debió hacer una composición de lugar y analizar con detenimiento todos los
gastos que se producen constantemente, ver los que son imprescindibles, los que
son simplemente suntuosos o estrictamente graciosos y los que no tienen
justificación posible. Y comenzar el ajuste grueso para reducir el déficit
eliminando los gastos injustificables, que son muchos, y todos aquellos otros que no son rigurosamente necesarios.
En esa
composición de lugar podrán cerciorarse de que estamos manteniendo más de 4.000
empresas públicas o con participación estatal, alguna de las cuales fueron
creadas precisamente para pagar favores políticos o para colocar familiares o
amigos. Hay cantidad de empresas municipales y autonómicas que, más que
empresas, son agencias de colocación de los partidos y somos nosotros los que
las mantenemos con nuestros impuestos.
Tenemos más
políticos que los demás países de nuestro entorno, 445.568 exactamente. Es
escandaloso el número de liberados, unos 65.130 sindicalistas y 31.210 de la
patronal que consumen cantidades ingentes de dinero público en forma de
subvenciones. Están también los 40.000
políticos que, sin ser cargos electos, desempeñan cargos de confianza de otros
políticos. Además de los cargos de confianza, proliferan los asesores
personales de los políticos electos y también asesores que asesoran a otros
asesores. Están después la televisión pública y las televisiones autonómicas
que tiran constantemente del presupuesto
público. Hasta dentro del sistema sanitario y educativo se han montado
chiringuitos, que dan trabajo respectivamente a 8.260 y 9.320 empleados, cuya
misión se reduce exclusivamente a controlar a los demás empleados.
Lo que demuestra
fehacientemente que el nuevo Gobierno tenía un amplio campo para eliminar
gastos y reducir así el asfixiante déficit, aunque quizás le faltó voluntad y
atrevimiento. Podía haberse dedicado, como primera providencia, a racionalizar
el gasto público desmontando tanto pesebre inútil como existe, cerrando alguna
de esas empresas públicas y vendiendo otras, privatizando la televisión pública
y las autonómicas, suprimiendo las subvenciones a sindicatos, a la patronal y a
los partidos políticos. Y si todo esto no es suficiente para adaptar nuestro
elevado déficit a las exigencias de Bruselas, entonces, y solo entonces se podría acudir a la socorrida
vía recaudatoria. Pero eso sí, imponiendo a los políticos, a los que viven del
presupuesto público, las mismas cargas fiscales y los mismos esfuerzos y sacrificios
que soportan los demás ciudadanos de a pie.
Pero no ha sido
así. Los políticos siguen siendo una casta protegida y conservan todos sus privilegios. Como son tremendamente
corporativistas, se defienden unos a
otros sin complejo alguno. Todo sigue en pie. No se ha eliminado ninguno
de los comederos tradicionales, se mantienen intactos todos los chiringuitos
que venían de atrás y se respetan escrupulosamente hasta los acuerdos tomados
por el Gobierno anterior cuando ya estaba en funciones. No se han atrevido a
suprimir ni las subvenciones sospechosas de amiguismo, concedidas in extremis a distintas Fundaciones y ONGs de filiación socialista. Y
los sindicatos, lo mismo que la patronal, conservan prácticamente intactas todas
sus prerrogativas y exenciones y siguen cobrando sus millonarias subvenciones.
Los verdaderos
paganini de la crisis son siempre los mismos, los ciudadanos corrientes, los
que viven honradamente de su trabajo o de su pensión. Son también los que
tendrán que apechugar con las consecuencias que inexcusablemente se
deriven de los recortes en Sanidad y
Educación. No se si es porque ya están acostumbrados a recibir continuos
sablazos y a que se les pida constantemente que se aprieten el cinturón que,
aunque pierdan parte de su pelo en la gatera de la salida de la crisis, aceptan
estoicamente su lamentable situación y ya ni siquiera se molestan en protestar.
Para qué, si saben que nadie les hace caso.
Con la subida
imprevista del IRPF, se han empobrecido las clases medias, se han quedado sin
capacidad de ahorro y no han tenido más remedio que restringir
drásticamente su consumo. Esa reducción tan
evidente de renta disponible en los hogares españoles ha dado lugar a que
cayera un 1% el consumo familiar durante el primer trimestre de 2012 y, por
consiguiente a una recaudación fiscal menor de lo esperado. Para complicar aún
más las cosas, a la inevitable caída de la demanda interna tenemos que agregar
el recorte del 5,2% en el consumo público y la contracción del 8,2% soportada
por la inversión.
La caída notable
del consumo de las familias afecta gravemente al comercio, sobre todo al
comercio minorista. Si comparamos el volumen de ventas del pasado mes de abril
con el mismo mes del año 2011, nos encontramos con un descenso en las ventas
del 9,8%. A este respecto, es revelador el descenso del tráfico en las
carreteras de pago que, en los cinco primeros meses del año, descendió un 11%
en relación con el mismo periodo del año anterior.
La subida de
impuestos, sobre todo los imprevistos, provocan en las familias una sensación
de miedo, lo que se traducirá forzosamente en una restricción aún mayor de su
consumo. Y ya sabemos que el consumo privado juega un papel muy importante en el comportamiento del PIB. Hay otros
factores que influyen decididamente en
la marcha negativa de nuestra economía. Por ejemplo, durante el primer
trimestre de 2012 cayeron las exportaciones de servicios un 5%, con relación al
último trimestre de 2011 y se contrajo también un 3,8% el gasto que los no
residentes suelen hacer en España.
Para rizar aún
más el rizo, ya solo nos faltaba que tuviera razón Rubalcaba y se cumplieran
sus malintencionados vaticinios. Este personaje insidioso pronostica
descaradamente que seremos los ciudadanos corrientes los que devolvamos a la
Unión Europea esos 100.000 millones de
euros concedidos a España para reflotar las antiguas Cajas de Ahorros. Con
otras palabras, que seremos los mismos de siempre los avalistas involuntarios de
ese préstamo, que ha abierto Europa, como línea de crédito, para recuperar la solvencia de las Cajas
reconvertidas en Bancos. Claro que, para Rubalcaba y para Joaquín Almunia, se
trata de un rescate financiero en toda
regla que “lleva aparejado unas
obligaciones y compromisos” y “algún
otro tipo de condiciones”.
Se trate de un
rescate financiero o de una simple línea de crédito como dice Mariano Rajoy, es
un dinero que necesitábamos urgentemente para recuperar esas entidades
bancarias. Es una buena noticia, aunque supone un incremento del 10% de nuestra
deuda. Y esto, en consecuencia, si no se racionaliza adecuadamente nuestra
estructura administrativa para reducir de una manera drástica el gasto público,
puede ocasionarnos algún trastorno negativo más adelante. Aunque el actual
Gobierno no quiera verlo, el Estado de las Autonomías, tal como lo
conocemos, desborda por completo nuestra
capacidad económica para financiarlo.
Gijón, 12 de
junio de 2012
José Luis
Valladares Fernández
Me gusta la idea de los dos ajustes -el grueso y el fino- como explicación pedagógica de las medidas suaves que está tomando el Gobierno. Don Mariano no se atreve, al menos de momento, amigo José Luis, con la reformas de gran calado, que son las fundamentales.
ResponderEliminarUn cordial abrazo.
Tío Chinto de Couzadoiro:
EliminarNo se a qué está esperando Rajoy. Los ciudadanos le dieron esa mayoría tan a avasalladora, para darle carta blanca para limpiar a España de tanta adiposidad y de tanta m. Y si no se atreve, igual que vinieron esos votos, se le volverán en contra y tendrá que irse a su casa con la cabeza baja y lleno de vilipendio.
Un abrazo
Mi opinión es que Zapatero dejó España como un solar, pero eso no fue lo peor, además del solar dejo una deuda impresionante, parte de ella en los cajones, dejándonos a expensas de la ayuda exterior.
ResponderEliminarRajoy solo lleva seis meses y ha comenzado ha hacer los deberes con bastante levedad, como bien expones sin recortar fuertemente en muchos lugares inútiles de la administración.
A pesar de la levedad de los recortes le han costado una huelga general, manifestaciones varias y ataques continuados de toda la izquierda.
Creo que solo nos queda que Europa se ponga de acuerdo para salvar el euro y lo haga rápido, queda poco tiempo.
Un abrazo.
Helio:
EliminarYo creo que Rajoy aún no se ha dado cuenta de la gravedad de la enfermedad de España y quiere curarla a base de ir poniendo unas tiritas, cuando necesita, bien a las claras, de cirugía mayor. Y como tarde en tirar de bisturí, después ya no tendremos remedio.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo, José Luis.
ResponderEliminarEl ciudadano de a pie, tiene la impresión de que a él le están sangrando para pagar a todos los chupones que mantienen partidos y sindicatos y que, por añadidura, suelen ser personajes bastante ineptos.
Trecce:
EliminarPues una de dos, o Rajoy entra a saco en las autonomías o no vamos a tener solución. Lo que pueden juntar a base de meter la mano en el bolsillo de los ciudadanos, na da ni para pipas. Es de tal magnitud nuestra deuda que no nos deja otro camino que la desaparición de las autonomías.
Saludos cordiales
España está en quiebra, José Luís.
ResponderEliminarJamás podrá pagar el boquete que debe, por mucho que Mariano se marche al fútbol tras anunciar que "todo estaba bajo control".
Y mucho menos podrá pagar si no se INTERVIENEN las CCAA. Es inaudito que Europa nos meta mano y el Presidente diga que "las Autonomías ni se tocan, ni se tocarán".
La intervención es un hecho... y el Presidente "de la Esperanza", otro episodio nefasto en la Historia de España.
Un saludo.
Herep:
EliminarQue la enfermedad de España son los reinos de taifas es evidente. Y si Mariano no se quiere dar cuenta de este hecho, la realidad le arrollará. La situación es tan alarmante que ya casi no nos queda tiempo para reaccionar.
Saludos cordiales
Por desgracia, José Luis, los políticos no dicen pero hacen, y cuando hacen sin decir nos hacen la puñeta a los de siempre.
ResponderEliminarEsta colección de carroña, que como las hienas van de cacería en grupo, hacen mal y dicen peor: la mentira es su bandera y el eufemismo y la perífrasis su lenguaje de charlatán que te vende la muerte a precio de oro. Malo es que la política se convierta en profesión, pero más dañino es aún que el político se convierta en una casta superior, intocable, que se pasa por el arco de triunfo (léase el forro de los cojones, que no está en mi intención la grosería)todo y a todos.
Estamos intervenidos, prestados o favorecidos como las mantenidas de antaño: ya nos han puesto el pisito para los encuentros libidinosos y también la mercería; ya los griegos han retornado al redil de su excelente ganado caprino y ya deberían sonar los claros clarines anunciando una Europa unida (aunque sea en la desgracia) y en vías de solución. Pero con todo, ni clarines ni clarones, ni cojines ni... la más mínima esperanza de brote verde: una economía hechizada en caída libre y más presión sobre los ciudadanos, que no tenemos la culpa y ya no podemos pagar más. A ver que nos cuenta Mariano después del paso griego por el oráculo de Delfos... Probablemente Mariano nos seguirá dando por el fin de su nombre de pila-por el oráculo-y nos pedirá más sacrificios sin ofrecer nada a cambio, y la casta seguirá habilitando chiringuitos para salvaguardar los intereses de su prole. Mientras tanto, los chinos, cultura inteligente donde las haya, nos está desvelando uno de sus grandes secretos: el de la Gran Muralla, porque resulta que 445.568 políticos, sólo en España, no caben en hilera en cualquier muro de la patria mía.
Saludos.
jano:
EliminarYo no se porqué Mariano es tan reacio a suprimir lo que sabe que no es viable: el Estado de las Autonomías. Se disculpaban primero porque Francia estaba en proceso electoral, después las elecciones griegas. Pasaron ambos eventos y todo sigue igual, lo que demuestra que los inversores desconfían de nosotros porque saben que los ingresos no dan para pagar los gastos originados por los reinos de taifas. Y cuanto más tarde en meter mano a este asunto, peor se van a poner las cosas.
un abrazo
La cricatura habla por sí misma Jose Luis. Y los políticos lo saben, pero no van a renunciar así como así a sus feudos y carguetes. En eso, te aseguro que todos ellos están de acuerdo.
ResponderEliminarPor mas que lo quieran disimular,Es un rescate y lo mas gordo vendra en Julio.El Gobierno no quiere mojarse con las Autonomias,un saludo,
ResponderEliminarJosé Luis cada día que pasa me sorprendo más con lo que nos ocurre.Lo triste es que pase en pleno siglo XXI donde la tecnología ha avanzado tanto y las personas han logrado destruir su bien más preciado, el bien que miles de personas habían conseguido con su lucha e incluso con sus propias vidas para generaciones venideras... que gran contradicción ,los avances de la humanidad hacia un futuro mejor y la deshumanización de los que nos controlan hacia un futuro pésimo, lástima...saludos!
ResponderEliminarJosé Luis cada día que pasa me sorprendo más con lo que nos ocurre.Lo triste es que pase en pleno siglo XXI donde la tecnología ha avanzado tanto y las personas han logrado destruir su bien más preciado, el bien que miles de personas habían conseguido con su lucha e incluso con sus propias vidas para generaciones venideras... que gran contradicción ,los avances de la humanidad hacia un futuro mejor y la deshumanización de los que nos controlan hacia un futuro pésimo, lástima...saludos!
ResponderEliminarJosé Luis cada día que pasa me sorprendo más con lo que nos ocurre.Lo triste es que pase en pleno siglo XXI donde la tecnología ha avanzado tanto y las personas han logrado destruir su bien más preciado, el bien que miles de personas habían conseguido con su lucha e incluso con sus propias vidas para generaciones venideras... que gran contradicción ,los avances de la humanidad hacia un futuro mejor y la deshumanización de los que nos controlan hacia un futuro pésimo, lástima...saludos!
ResponderEliminarDe 400.000 políticos a 100.000 de 8.500 ayuntamientos a 4.000 de 17 comunidades a 7 y bien embridadas y veras como se tiene para todo y la prima se vuelve al pueblo.
ResponderEliminarSaluditos.
La reestructuración pasa indefectiblemente por las CCAA.
EliminarSólo con eso, se ahorraría más de 96.000 millones de euros.
Un Estado del tamaño de España con 46 millones de ciudadanos, no puede tener diecisete estados satélites que duplican - o triplican - competencias y que engordan el número de empleados públicos hasta los 4.000.000.
Eso es inasumible.
¡Hola José Luis! acabo de regresar de Armenia y Georgia para comprobar que todo sigue igual, con la amenaza de expulsión y excomunión de la zona euro, con la tasa de riesgo altísima y muchas críticas a Rajoy sobre su presunta pusilanimidad para abordar lo que tiene entre manos, mucho silencio, mucha flojera reactiva... sigo leyendo horrorizado cómo se dilapidan millones de euros en las autonomías, dedicados a infraestructuras y proyectos superfluos que tienen una reacción bien airada en Europa. Seguimos sin tomar el timonel con ambas manos para reorganizar el rumbo. Me preguntaban por allá, un griego, qué qué cree la gente que pasará, si seguiremos el rumbo de Grecia. Yo le digo que no, que todo se arreglará, que España seguirá adelante, que estamos tomando las medidas necesarias, aunque todo parece poco para el fmi, que sigue presionando, diciendo que todo es insuficiente, necesario pero insuficiente. Pasarán muchos años hasta volver a la bonanza que tuvimos años atrás. Un saludo
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