Las hemerotecas son
tremendamente fatídicas, sobre todo para los políticos, ya que, cuando menos lo
esperan, les deja con sus vergüenzas al aire. Es lo que le está pasando a
Mariano Rajoy. En un acto del Partido Popular, celebrado en marzo de 2010, se
atrevió a descalificar y a abroncar abiertamente a José Luis Rodríguez Zapatero
por su decisión de subir el IVA. En dicho acto de partido, sin titubeo alguno,
soltó aquello de que el incremento de este impuesto era “el sablazo que el mal
gobernante le pega a todos sus compatriotas”.
Y mira por dónde aquella
subida del IVA, decretada inesperadamente por Zapatero, era mucho más moderada
que la dictada ahora por Rajoy. En 2010, Rodríguez Zapatero optó por penalizar
el consumo de bienes y servicios en el tipo general con una subida de dos
puntos, y el reducido en un punto. Y al lado de otras medidas puramente
cosméticas, congeló las pensiones y redujo una media del 5% el salario de los
trabajadores públicos.
Mariano Rajoy ha ido
bastante más lejos. El pasado día 11, para tratar de cuadrar las cuentas
públicas, presentó en el Congreso el mayor programa de ajustes desde que
recuperamos la democracia. Con estos recortes, además de birlar la paga extra
de Navidad a los empleados públicos, suprime la deducción por compra de la
primera vivienda y recorta el subsidio de desempleo a partir del sexto mes. No
contento con esto, anuncia una subida de tres puntos del tipo de IVA general y
dos el reducido. Y completa el paquete de ajuste fiscal, pasando al tipo
general varios artículos y servicios que hasta ahora habían tributado en el
tipo reducido, como las gafas, lentillas, los servicios funerarios, las
peluquerías, las salas de espectáculos y determinado instrumental sanitario y
agrícola. Artículos y servicios que suben, ahí es nada, 13 puntos de golpe,
pasando de un plumazo del 8% actual a tributar al 21%. Y más grave aún: el
material escolar, que hasta ahora se despachaba con un 4% de IVA por pertenecer al tipo súper reducido,
pasará en septiembre a tributar el 21% al pasar al grupo general.
Para Mariano Rajoy y para su
guardia de corps, las subidas de IVA o de cualquier otro impuesto para salir de
una crisis eran algo aberrante y sacrílego. De ahí que no se ahorraran
descalificaciones de grueso calibre, cuando Zapatero desoyó las recomendaciones
y subió precipitadamente el impuesto del valor añadido. Llegó a calificarle de
“mal gobernante”, sin pensar que, semejante baldón, cae ahora merecidamente sobre
sus espaldas. Pero ha demostrado claramente que, como dicen en mi pueblo, no es
lo mismo predicar que dar grano. Rajoy decreta
ahora una subida considerable del IVA y trata de justificar su actuación
diciendo que “hemos llegado a un punto en que no podemos elegir entre quedarnos
como estamos o hacer sacrificios”. Dice que ya no podemos permitirnos el lujo
de escoger.
Este inesperado gravamen
fiscal deja en nada el programa electoral del Partido Popular y resulta
altamente perjudicial para los consumidores y hasta para los empresarios, que
verán disminuidas sus ventas una vez trasladen este incremento fiscal a los
precios de sus productos. Pero, como siempre, la peor parte se la lleva
evidentemente el que menos culpa tiene, el ciudadano medio, que es el que en
realidad paga el pato de los despilfarros obscenos de Zapatero ya que, cuando
hay que realizar un ajuste, es del primero que se acuerdan, pero solo para estrujarle
y exprimirle injustamente.
Todos esperábamos que
Mariano Rajoy, al revés que Rodríguez Zapatero, aportara algo de cordura y
sensatez a la vida pública, abordando
adecuadamente nuestros problemas económicos, reduciendo el excesivo gasto
administrativo corriente y cortando de raíz el uso habitual del dinero público
al servicio de fines estrictamente políticos. Pero por comodidad, o para no
incomodar a la exigente clase política, se
deja llevar y son los ciudadanos de a pie, los asalariados, los que siguen
cargando indebidamente con el mochuelo, lo que supone un deterioro constante de
su estado de bienestar.
Mariano Rajoy aplica aquí,
quizás sin saberlo, la doctrina de marcado carácter masónico, expuesta en 1732 por
Bernard Mandeville, en su libro La fábula de las abejas. Para Bernard
Mandeville, lo mismo que para muchos responsables políticos actuales, no es
conveniente que los trabajadores se enriquezcan y lleven una vida cómoda, ya
que para que sean útiles y trabajen deben tener necesidades, necesidades que,
por otra parte, “es prudente mitigar, pero absurdo eliminar”. En esta misma
línea está también el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton que dice que es completamente disparatado
universalizar los beneficios del
bienestar para todos los que lo necesiten.
Y nada mejor para mantener a
raya a los ciudadanos medios que cargarles continuamente con elevados impuestos
y abundantes recortes para que no puedan
sentirse satisfechos con el nivel económico alcanzado. Es la manera más sutil
de obligarles a pedir árnica y a que busquen en el trabajo mejorar su nivel de
vida y la de los suyos. Vana ilusión, porque vendrá detrás el fisco y, como ha
sucedido siempre, se llevará descaradamente una buena parte del fruto de su
trabajo. Y nos guste o no nos guste, es la política que está aplicando, con
toda crudeza, el Gobierno del Partido Popular.
Repiten una y otra vez en
todos los tonos posibles que, para salir de la crisis, se necesita la
colaboración unánime de todos los ciudadanos, Todos deben asumir el enorme
sacrificio de renunciar resueltamente a cuotas de bienestar social, si es que
queremos salir de este atolladero. Es cierto que, como dijo Rajoy en el
Congreso, "los españoles hemos llegado a un punto en que no podemos elegir
entre quedarnos como estamos o hacer sacrificios. No tenemos esa libertad. Las
circunstancias no son tan generosas". Pero, para no variar, el mayor
esfuerzo es siempre para el más débil, el asalariado e incluso para el que ha
perdido su trabajo.
El sacrificio de los demás
es puramente simbólico y testimonial. Los que no viven de una nómina, disponen
normalmente de suficientes recursos y no se enteran de las dificultades. Los
políticos, como de costumbre, tampoco saben lo que cuesta un peine. Algunos
cobran más de un sueldo y la mayoría de los que cobran un solo sueldo -y no
precisamente pequeño- suelen tener otros ingresos atípicos que ocultan
celosamente a los profanos. Los políticos y los banqueros, además de mantener
íntegros todos sus privilegios, son los únicos profesionales españoles que disfrutan
de unos ingresos perfectamente homologables con los de la Unión Europea.
La sangre, el sudor y las
lágrimas son para los currantes, para los que de verdad dejan girones de su
vida intentando arreglar lo que estropean otros, principalmente los que viven
holgadamente de la política. Y el Gobierno de Mariano Rajoy ha cometido la enorme
torpeza de anunciar simultáneamente el reparto de 33 millones de euros entre
los partidos y el endurecimiento notable de los recortes que va a aplicar. No
es de recibo que proclamen por activa y por pasiva que las arcas públicas están
vacías y no hay dinero ni para pagar los sueldos de los funcionarios y a la vez
que se repartan una cantidad importante
de dinero.
Tampoco resulta
tranquilizador para los verdaderos paganos de la crisis, enterarse de que el
lendakari vasco, Patxi López se ha garantizado un sueldo vitalicio de 97.519
euros anuales al mismo tiempo que conocían el enorme esfuerzo fiscal que se les
pide y de los nuevos recortes que les van a imponer. Tampoco digieren
fácilmente que Zapatero, que es el responsable máximo de todo este tiberio
económico y financiero, se lleve a casa dos sueldos de escándalo y totalmente
inmerecidos.
Todo esto encrespa
considerablemente a los que pagan los platos rotos y que, una vez más, tendrán
que hacer frente a esta nueva serie de recortes, que no estaban previstos en el
programa electoral del Partido Popular, y que no servirán nada más que para hacer
más pobres a los que ya lo son. Y por otra parte, los sacrificios que se les
pide ahora no van a servir de nada. Son unos simples parches que, a pesar de la
buena voluntad con que se imponen, no
harán otra cosa que prolongar indebidamente esta situación agónica y retardar
más de la cuenta la salida definitiva de la crisis económica.
Y es que España ya no da más
de sí. La estructura fragmentada de nuestra administración es económicamente
inviable. Entre todos hemos ido creando este monstruo autonómico que nos devora
y que nos lleva necesariamente a la pobreza. Nos hemos pasado unos cuantos
pueblos y, como escribió Baltasar
Gracián, “todo exceso daña” y el exceso de gastos no es una excepción. Ahora no
contamos con fondos estructurales, como en tiempos de Aznar, que tanto ayudaron
entonces para dar carpetazo a aquella crisis. Así que al Gobierno actual, si es
que quiere enderezar esta complicada situación, no le queda otra alternativa.
Tendrá que armarse de valor y preparar meticulosamente el pase a mejor vida del
Estado de las Autonomías.
Barrillos de Las Arrimadas,
18 de julio de 2012
José Luis Valladares
Fernández
Hola, José Luís:
ResponderEliminarParece que a alguno de los diseñadores de los recortes no debería repugnarle decir que volvemos a la época de la esclavitud, que los mileuristas no tienen derecho a ahorrar, algo que conlas nuevas disposiciones no se va a estimar. Todo lo contrario. Y me temo lo peor.
Estoy tratando e localizar el texto del anteproyecto de la nueva Ley de Costas, que por los comentarios que leo parece estar elaborada al dictado de los clústers, ordenada por la Gran Corrupción.
En fin, malos pasos y mal explicados, y el país fácilmente manejable por los demagogos.
Un abrazo
Y sin embargo, José Luis, como bien señalas, ellos siguen en su mundo, sin quererse enterar de lo que ocurre.
ResponderEliminarHoy he oído a uno de ellos (no sé si el mismo Patxi López, o el presidente canario, no lo recuerdo) que la culpa no es del Estado de las Autonomías, sino de quienes lo gestionan, con lo que dejan claro que no están dispuestos a cambiar el tinglado que les permite colocar a tanto paniaguado.
Por otra parte, el ínclito Mariano, con sus palabras nos está dando argumentos a los ciudadanos para que solicitemos de manera urgente la disolución del Parlamento y que todos los diputados y senadores sean enviados a sus casitas, porque si como él señala, no somos libres para tomar otras decisiones, ¿para qué queremos un parlamento?
Solo es mi opinión con o sin razón, que creo que la tengo, pienso que no es problema de las autonomías, si no de sus gestores....si yo hago un trabajo mal es culpa mía no de la empresa y por supuesto aquí ha habido gestores malos, malos de verdad y mafiosos a patadas...eso si de rositas y algunos todavía en el poder y otros viviendo de nuestras espaldas,...vamos nada nuevo desde hace décadas....otra es que sobren políticos, que sobran bastantes hay demasiados.
ResponderEliminarLa política de reformas, ajustes,recortes y subidas de impuestos me dice que Rajoy es una marioneta ante el FMI, Bruselas y la Merkel, sin olvidar que es otro pato mareado como zp eso si para lo suyo son la pera de listos, si lo fueran así para el país aquí no habría males.
Todo lo que está haciendo este muñeco con los españoles se le volverá en contra, pero no solo a el...
Lo tengo claro mi próximo voto en blanco, 100% de voto de este país debería de ser en blanco y mandarlos al paro, con esos 400 €uros haber si se podían comprar trajes de 12.000 €uros o corbatas de 1.500 €uros,....les invitaba a todos estos un par de meses buscando comida en los cubos de basuras como están haciendo miles de personas en este país que se han quedado, solos, abandonados y olvidados.
Todo lo que se está haciendo no vale para nada es un sacrificio injusto y los (OO) hay que saber ponerlos encima de la mesa, cosa que esto no hacen ni tienen pelotas para hacerlo....van al trabajo fácil como chapucero.
Un abrazo amigo José Luis.
El tiempo corre en contra de Rajoy,Si en Octubre no da un golpe de timon ,La nacion sera intervenida,Y la ignominia caera sobre las cabezas de los politicos de nuestra nacion.Aparte de que la calle ardera y esta vez con mas razon que un santo,un saludo,
ResponderEliminarCon la Transición y la Constitución de 1978, nació un nuevo régimen político. Está claro que ese régimen está agotado, tanto por fallos estructurales (inviabilidad del modelo autonómico, inexistencia de unos mecanismos eficaces para impedir los abusos de poder...), como por fallos atribuibles a la condición humana, hablo aquí, claro, de la corrupción generalizada y de la falta de ética y de eficiencia de la clase política. Por no hablar de que seguimos con prácticas aberrantes, como las jubilaciones doradas (¿para qué otra cosa sirve el Consejo de Estado?) o la falta de sensibilidad de los políticos para tratarse a sí mismos como si no hubiera crisis. No sé si estaréis de acuerdo conmigo, pero creo que España necesita inexcusablemente una refundación con todas las de la ley, que debería alcanzar incluso al modelo de jefatura del estado, y os aseguro que soy de los que, esto último, hasta hace un año no lo habrían sostenido.
ResponderEliminar¡Hola José Luis! magnífica exposición, como siempre, de sapiencia y narrativa, prolija en cordura, estilo y mucha pegadogía. Has dado en el clavo. Son horas bajas las que vivimos. Estos recortes, aunque necesarios, son insuficientes para capear el temporal. Hay un boquete por el que sale a raudales el dinero, y se llama autonomías. No podemos seguir como estamos, el modelo actual es obsoleto y hace falta un nuevo giro conceptual, estructural, un nuevo modelo de vida. Se ha derrochado a espuertas, y ahora viene pagar las consecuencias. Un saludo
ResponderEliminarYa no hay quien entienda nada, un liberal como Recarte defiende todas las subidas de impuestos y en particular del IVA porque ya sólo crecemos vía exportaciones y eso las beneficia, pero ya he visto por más sitios que hay que ir a una deflación interna o al desastre total...en fin, yo creo que nadie sabe a ciencia cierta cómo actuar ante la recesión más brutal conocida y que se lleva por delante todo tipo de previsiones y gobiernos (y los prebostes eurócratas tampoco puede decirse que se estén luciendo para "salvar el euro"), indudablemente hay que reprochar muchas cosas a los arriolos- por ejemplo, no recortar mucho más gasto de acuerdo- pero si cumplir con las directrices de los que nos prestan es una de ellas, en eso no estoy de acuerdo porque no hay otra y viendo las que estaban sobre la mesa puede asegurarse que han ido a "minimizar daños"...cuando vengan los de la troika más que probablemente, se acabarán todas las contemplaciones.
ResponderEliminarAntes de darle el pasaporte a las autonomías veremos como nos quitan a los jubilados la paga extra de Navidad, nos bajan las pensiones o la congelan. Toda clase de artimañas antes de meter mano donde la tiene que meter.
ResponderEliminarExcelente artículo Jose Luis, con verdades como puños. Y encima, ya es tarde, la intervención está ahí, con todas sus consecuencias.
ResponderEliminarEn justa correspondencia a sus "desvelos" deberíamos mandar a paseo a todos los partidos políticos y exigir un referendum sobre el estado de las autonomías y otro, con listas abiertas, para elegir nuevo Gobierno.
Sigo pensando que los recortes deberían ser en QUITAR LAS AUTONOMÍAS, EL SENADO, EL CONSEJO DE ESTADO y ya no hay que tocarle el bolsillo al pueblo, pero para eso hacen falta muchosss...
ResponderEliminarEl laberinto del Minotauro es el lugar en que nos ha metido la chusma política. Y Marianín nos ha vendido a Europa en almoneda y también al comercio internacional, que ve en España el chollo del siglo.
ResponderEliminarLOS MALOS: esa puta clase media (¿existe o es mera invención desde que el PSOE decidió igualar a las churras con las merinas y a las burras/os con los caballos/yeguas de pura sangre?...No existe).
LOS BUENOS/ÍSIMOS: Esa manada de políticos mendaces, incompetentes, chorizos... Que servían cañas de cerveza en un chiringuito y después llevaban fajos de billetes en bolsas de basura, son los que salvarán a España.
LA COMUNIDAD ECONÓMICA EUROPEA: Nos iba a salvar del desastre con su maravilloso euro, que nos hizo más pobres desde el primer día, y ahora nos cobra hasta por respirar. ¡Cómo añoro la humilde Peseta!
LOS PEORES: Esos putísimos empleados públicos, equivalentes a los judíos sefarditas, a los que hay que sangrar cuando las arcas del Estado van mal, por la mala gestión de los putisísimos políticos, pero de los que nadie se acuerda en tiempos de bonanza, para mejorar sus sueldos y sus condiciones laborales. Unos privilegiados que han cometido el terrible pecado de enfrentarse a una oposición, cobrar un sueldo de mierda, soportar a la chusma política y, en muchos casos, ver, oír y tener que callar, las irregularidades que se cometen por los incompetentes que te colocan sobre tu cabeza, y aprovechar los retales de su grandonería ( cuando cambia el nombre de una consejería el papel membretado y los sobres se utilizan como borrador por los despilfarradores empleados públicos).
Mientras tanto, la banca sigue tan incompetente como siempre: después de la inyección de capital, las cosas no han cambiado y no cambiarán: lo pagaremos los de siempre y a un interés de escándalo.
¡VIVA ESPAÑA!