domingo, 2 de febrero de 2014

ESCOCIA NO ES CATALUÑA

Una vieja leyenda griega, recreada magníficamente por el dramaturgo Esquilo y por el poeta trágico Eurípides, nos cuenta la vida de un héroe llamado Capaneo, príncipe de Argos, que se hizo famoso por su extraordinaria fuerza y por el terror que infundía a sus enemigos. Gracias a ese enorme vigor, Capaneo terminó siendo un guerrero admirable, tan fuerte y vigoroso, que  no tenía rivales entre los demás  mortales. Como se creía invencible, trataba despóticamente a sus adversarios. Y había crecido tanto su arrogancia y su soberbia, que llegó a creer que podía enfrentarse a los mismos dioses del Olimpo.

La insensatez de Capaneo no tenía límites. Un buen día, se plantó ante la muralla de Tebas y proclamó solemnemente que tomaría e incendiaría la ciudad aunque la defendieran Zeus y todos los demás dioses juntos.  Y como los dioses terminaron cansándose de tales infamias,  pidieron a Zeus que le castigase o que les dejara actuar a ellos. Y el castigo por la bravuconada de desafiar a los dioses no se hizo esperar. El mismo Zeus se encargó de fulminarle, golpeándole de muerte con uno de sus rayos.

Aunque parezca mentira, también hay hoy personas tan altaneras y tan insolentes como este personaje mitológico. Es el caso de Artur Mas, el actual presidente de la Generalidad Catalana. Aunque Artur Mas sabe perfectamente que no es más que el representante ordinario del Estado en Cataluña, se está olvidando del compromiso adquirido cuando, además del Estatuto, prometió fidelidad al Rey y a la Constitución Española. Y en vez de hacer honor a esa promesa solemne, se dedica más bien a agitar insensatamente banderas extrañas y a desafiar  a todas las Instituciones Oficiales de España.

En su última toma de posesión como presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas ya dejó entrever una actitud un tanto sospechosa y preocupante. En vez de colocar en un lugar preferente al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, que representaba al Gobierno de España, fue relegado a un segundo plano. Se ocultó, además, el retrato del Rey con una tela negra. Y por si esto fuera poco, cuando Nuria de Gispert, presidenta del Parlamento catalán, utilizando la formula oficial pregunta a Mas si promete guardar fielmente sus obligaciones, “con fidelidad al Rey, a la Constitución”, este contesta “Si, lo prometo”, pero apostilla seguidamente: “y plena fidelidad al pueblo de Cataluña".

Es cierto que en Cataluña, los poderes públicos siempre han sido alérgicos a utilizar el español en la enseñanza, al mismo nivel que el catalán. Pero desde la llegada de Artur Mas a la Generalidad, la simple alergia coyuntural se convirtió en una enfermedad extremadamente grave. Ha crecido tanto la prevención contra la lengua común de todos los españoles que, de manera irresponsable,  la han barrido de las aulas catalanas. Se ignoran sistemáticamente todas las resoluciones judiciales, dictadas por el Tribunal Supremo y por el Tribunal  Constitucional para avalar el derecho de los catalanes a utilizar el castellano como lengua vehicular.
Desde el mismo momento de su llegada a la presidencia de la Generalidad, Artur Mas dio muestras de un exagerado chovinismo nacionalista. Comenzó indicando que la única lengua propia de Cataluña era el catalán y procuró, cómo no, que el castellano quedara totalmente excluido de la vida oficial de esa Comunidad. De este modo, la lengua de Cervantes en Cataluña queda reducida, como mucho, a un simple bien cultural, aunque, eso sí, con bastante menos importancia que cualquier otra lengua extranjera.

El actual presidente de la Generalidad es tan insensato, que se ha empeñado en hacer de Cataluña una comunidad de locos, y como no haya nadie que le pare, terminará consiguiéndolo. Ya no se conforma  con que desaparezca el castellano de la esfera pública. Ahora quiere más, busca fervientemente, hacer de Cataluña una nación independiente, sin importarle un bledo el retroceso económico que tendría que soportar esa región española. Y quiere ir tan deprisa, que ya ha fijado para el próximo día 9 de noviembre la celebración del referéndum que dejaría a los catalanes fuera de España por supuesto, y también fuera de la Unión Europea.


Y para lograr sus sueños secesionistas, Mas no duda en recurrir a las falacias más simples y a las argucias más estrambóticas y ridículas, presentándose como si fuera la reencarnación del mismísimo  Mahatma Gandhi y de Martin Luther King. Y sin dudarlo, compara la negativa del Gobierno de Mariano Rajoy a la celebración de esa consulta independentista, con los tiempos de la esclavitud, y afirma rotundamente que “el siglo XXI será el siglo en el que Cataluña recuperará su plena libertad". Olvidándose de la realidad de los hechos, y apelando constantemente de manera indirecta y un tanto cerril al derecho a decidir, afirma una y otra vez que “los catalanes de 1714 lucharon por su autogobierno”. Lucha, dice, que no debemos abandonar, utilizando inteligentemente nuestras armas actuales: “la democracia, el voto y las movilizaciones populares”, que “son como los fusiles y las bayonetas de hace tres siglos”.

Cuando Artur Mas habla de la necesidad de consultar  al pueblo de Cataluña sobre su futuro político y pide a los catalanes que den muestras de “patriotismo, civismo y compromiso”, adopta un aire tan lastimero y patético que produce hasta risa. Recuerda constantemente los casos de Quebec y de Escocia. Es cierto que en Quebec, de acuerdo con Canadá, se han celebrado ya dos consultas secesionistas, aunque con un resultado claramente negativo, y que Escocia, en sintonía con el Reino Unido, hará lo mismo el próximo 18 de septiembre. Y reprocha a España que no copie el ejemplo y niegue a los catalanes el indiscutible “derecho civil básico” del referéndum.

Tanto el presidente de la Generalidad como su amplia cohorte de  palmeros olvidan lamentablemente que Cataluña no es homologable a Quebec ni a Escocia. La realidad histórica y política de estos tres territorios es muy diferente y no hay ninguna similitud entre ellos. Los franceses comenzaron a explorar la península de Gaspesia en 1534 y terminaron colonizando un amplio territorio habitado por tribus nómadas. Los franceses perdieron esta colonia, conocida entonces con el nombre de Nueva Francia, en la Guerra de los Siete Años, al ser derrotados en 1759 por los ingleses, entre los que había una amplia representación de los indios iroqueses, sus aliados, en la batalla de los Llanos de Abraham, a las puertas de la ciudad de Quebec.

Por mucho que se esfuercen en alterar la historia, Cataluña no puede compararse con la región canadiense de Quebec, y mucho menos con Escocia. El reino de Escocia fue siempre un estado independiente hasta 1707, que es cuando firmaron voluntariamente el Acta de Unión con Inglaterra, formando así el Reino de Gran  Bretaña. La primera aproximación entre estos dos países se produjo en 1603, al morir Isabel I de Inglaterra sin dejar descendencia directa.  Siguiendo el orden sucesorio, la  Corona inglesa pasa a manos del rey de Escocia, Jacobo VI, convirtiéndose así en Jacobo I de Inglaterra. Aunque a partir de esa fecha compartían rey por herencia dinástica, los parlamentos de Inglaterra y de Escocia continuaron siendo autónomos e independientes, y lo mismo sus Gobiernos.

Los Parlamentos de Escocia e Inglaterra quedaron disueltos con la firma del Acta de Unión en 1707, y todos sus poderes fueron transferidos al que sería el Parlamento de Gran Bretaña, creado para este propósito en Londres. La firma del Acta de la Unión produjo, es cierto, un nuevo sentimiento común británico, pero sin que Escocia perdiera totalmente su identidad nacional.  Pero no olvidemos que, a pesar de esa unión y de compartir historia durante siglos, Escocia conservó sus propias leyes y un sistema educativo y religioso diferenciado al de Gales, al de Inglaterra y al de Irlanda del Norte, logrando así mantener pujante su propia cultura. De ahí que, internacionalmente, siempre se haya considerado a este país como una entidad jurídica distinta.

Después de compartir durante tres siglos Gobierno y Parlamento con los ingleses, los escoceses comienzan a dudar de la eficacia de su unión con Inglaterra. Y hasta sospechan que, con un Gobierno propio, mejoraría notablemente su economía, pues se sentían perjudicados frente a Inglaterra y Gales. Por eso la clase dominante escocesa, para preparar el camino que les lleve a recuperar el poder político, comenzó a remover ese sentimiento patriótico que, después de tantos años, seguía prácticamente intacto en la conciencia de sus conciudadanos. Para recuperar su autogobierno, organizaron en 1989 la famosa Convención Constitucional Escocesa que, en un principio fracasó rotundamente por el rechazo frontal a cooperar de los  Gobierno del Partido Conservador británico, primero con  Margaret Thatcher al frente y después  con John Major.

 Tuvieron que esperar a que ganaran las elecciones los laboristas en 1997, para contar con la colaboración del Gobierno británico. Cuando Tony Blair asume el cargo de Primer Ministro, ese mismo año, nombra  Secretario de Estado para Escocia al escocés Donald Dewar, que ayuda a impulsar el referéndum que devolvería a Escocia su Parlamento y un poder ejecutivo propio. Aunque en mayo de 1999 se celebraron  las primeras elecciones al Parlamento que acababan de devolver a Escocia y consiguieron importantes competencias sobre la mayoría de sus asuntos, los nacionalistas escoceses continuaron reclamando la independencia total.

Como las ganas  de disfrutar plenamente de una autonomía total seguían intactas, en octubre de 2012 dieron un paso más para no depender en absoluto de Inglaterra.  En dicha fecha, el primer ministro británico, David Cameron, y el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, firmaron un acuerdo histórico y transcendental que permitirá a los escoceses  recuperar su independencia integral, si el pueblo así lo decide en el referéndum que se celebrará el 18 de septiembre de 2014. En esa fecha, los escoceses tomarán la decisión constitucional más importante desde la firma del Acta de Unión de 1707, que les mantuvo unidos a Inglaterra durante tres largos siglos. De acuerdo con dicho documento, Londres y Edimburgo  aceptarán sin más el resultado de este plebiscito, sea cual sea el resultado del mismo.

El caso de Escocia es meridianamente claro. Si, en otro momento de su historia, escoceses e ingleses unificaron sus Gobiernos y sus Parlamentos mediante un acuerdo internacional y voluntario, ahora pueden perfectamente disolver ese acuerdo y pasar a ser dos partes independientes. Porque Escocia, hasta que firmaron el Acta de Unión de 1707, había sido un Estado soberano. Y este no es, ni mucho menos, el caso de Cataluña digan lo que digan Artur Mas y toda su cohorte de soberanistas a sueldo.

Cataluña, sin  embargo, no ha sido nunca una entidad jurídica independiente. Jamás ha disfrutado, ni antes ni después de 1714,  de ese estatus de independencia que proclaman los independentistas catalanes. Por mucho que estos adulteren la historia, si volvemos la vista quinientos años atrás, veremos que Cataluña ha sido siempre un territorio integrado primero en el reino de Aragón y después en España, y en Francia entre 1640 y 1652, aunque conservando, cómo no,  una cómoda autonomía propia. No perdió esa autonomía, ni con el castigo  decretado por Felipe V  por proclamar al Archiduque Carlos como soberano suyo con el nombre de Carlos III de España.

Y por si todo esto fuera poco, en el artículo 2 de nuestra Constitución, que fue aprobada mayoritariamente  hasta en Cataluña, se nos habla de la indisoluble unidad de la Nación española. Y por si quedara alguna duda sobre la inviabilidad del referéndum pedido por Artur Mas, seguimos leyendo que España es  la “patria común e indivisible de todos los españoles”. El presidente de la Generalidad sabe perfectamente que estos sueños suyos y de su tropa, además de imposibles, son radicalmente ilegales.

Pero Artur Mas sigue, de manera terca y obstinada, pisoteando la Ley y riéndose impunemente del resto de los españoles.  Y cada vez está más envalentonado porque ha visto que no hay nadie en España dispuesto a castigar su insolencia y su atrevimiento, como hizo Zeus con el osado Capaneo. Sus desafíos cada vez son más graves y frecuentes porque sabe que, quien tiene poder para hacerlo, es demasiado timorato para utilizar el artículo 155 de la Constitución. Si se hubiera hecho a su debido tiempo, el problema estaría ya resuelto.



José Luis Valladares Fernández

13 comentarios:

  1. Ni Cataluña es Escocia, ni sus dirigentes tampoco.

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    1. Por supùesto que no. Ya quisieran los catalanes de bien tener unos dirigentes tan sensatos como los escoceses

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  2. Inmejorable articulo querido Maestrro Jose Luis. Valladares..Que yo ratifico y añado esto:
    El nacionalismo es insaciable. No por conseguir la independencia de Cataluña se pararán. Todo lo contrario, empezarán a pedir otras cosas.
    Sólo hay que conocer un poco la historia de los nacionalismos para saber lo que ocurrirá.
    La Alemania Nacionalsocialista inició en los años 30 sus reivindicaciones nacionalistas respecto la zona desmilitarizada de Renania, conseguida está, se anexionó Austria y luego reivindicó los Sudetes checoslovacos, para acabar ocupando toda Checoslovaquia, después vino Danzig y con ella toda Polonia.
    Cuando los nacionalistas irlandeses reivindicaron la independencia de Irlanda, muy pocos eran los partidarios de esta en Irlanda del Norte, y el Ulster quedó finalmente fuera de este proceso, dada la aplastante mayoría de protestantes pro-británicos en la región. Sin embargo sólo un día después de obtener la independencia los nacionalistas irlandeses empezaron a pedir la anexión de la zona.
    Si Cataluña se separa de España, al día siguiente los nacionalistas catalanes empezarán a trabajar para obtener anexiones de otros territorios (Baleares, Valencia, los territorios aragoneses de la Franja de Ponent, lo que ellos llaman la Cataluña Nord, en el sur de Francia, Andorra y hasta L’Alger en Cerdeña). Pondrán en marcha toda su maquinaria propagandística: Subvenciones al catalán, fomento de tradiciones catalanas diferenciadoras, búsqueda de agravios con sus lugares de origen, promoción de la identidad, pedagogía de una historia manipulada, impulso del rencor y el odio, etc.
    Lo harán porque está en su hoja de ruta ¿Porque sino salen todos estos territorios en el mapa del tiempo de T.V.3, porque se hizo una etapa prologo de la Volta a Cataluña en L’Alguer, o se fomenta ya el Catalán en muchos de estos territorios con dinero de la Generalitat? pero lo harán sobretodo, porque sino, su ideología se muere y sus aspiraciones políticas con ella. ¿Qué van a hacer? ¿Disolverse al día siguiente de obtener la independencia y dejar de ser un partido nacionalista?
    Pensemos que cualquier concesión ahora no hará más que alimentar a la bestia para el futuro.

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    1. Así es. Y los responsables políticos del Estado no se dan cuenta o no quieren dársela para no tener problemas. Se inventaron lo des autonomías para calmarles y ocurrió todo lo contrario: les espolearon todavía más. Y continuaron alimentando el espíritu separatista a base de concederles competencias. Y ahora en el PSOE hablan de reformar la Constitución y crear el Estado Federal para que se sientan cómodos. Y si se hiciera esto, se les inyectaría otra inyección más de moral para que sigan dando la tabarra.

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  3. Somos cómplices de tanta morralla política.
    Uno que en esta vida ya está de vuelta y muy pellejo ya, pienso en general que este país es un país de locos sumidos en una ignorancia total.
    No te pierdas salvados en la sexta, dialogo de A. Mas y F. Gonzalez, no me lo voy a perder, algunas risas ya echaré seguro.
    La mierda cuando se acumula en política lo único quienes pueden limpiar toda esa basura es el pueblo ante las urnas y por desgracia nunca llueve a gusto de todos.
    En mi caso soy Extremeño ha mucha honra y me considero vasco también como español pero de ahí a la autodeterminación, al nacionalismo sea español o catalan y a todo lo que sea independentismo lo puedo respetar pero no estoy con ello....pero insisto la culpa de tanta morralla política tanto de unos como de otros es elo pueblo.
    No va ha cambiar nada, solo el turno del poder y el dinero de esta mafiocracia en la cual es cómplice el mismo pueblo.
    Un cordial abrazo José Luis V.F.
    He vuelto, era o desintegrar el blog o empezar otra vez. Saludos.

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    1. Claro que somo cómplices. Hemos estado alimentando la bestia, al concederles todo lo que van pidiendo .

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  4. Una comunidad española como es Cataluña no puede compararse, pese a los estafadores que la dirigen, con esa Escocia que fue Reino hasta principios del XVIII, Cataluña pasó de estar dividida en condados regida por condes franceses a formar parte de la Corona de Aragón junto con los reinos de Valencia y Mallorca. En este país de locos, estafadores a un pueblo y corruptos los que nada fueron, ni reino ni principado ni nada de nada ahora resulta que son lo más de lo más, esa Castilla cuarteada por los padres de esa nefasta Constitución que padecemos fue durante siglos la mayor potencia conocida, y Castilla calla y ahora resulta que la comunidad vasca y catalana, en manos de los hijos de los mayores farsantes que ha dado nuestra historia, Arana y Prat son naciones milenarias subyugadas por la pérfida Castilla, o ese Madrid que les roba.

    Y así están de envalentonados cuando enfrente, en el gobierno de esa España que desprecian (los estafadores nacionalistas) no hay nadie que los ponga en su sitio y nos defienda al resto de españoles de esas bandas nazis.

    De aquella España por la que luchó Unamuno, entre otros, apenas queda nada.

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    1. Escocia, después de ser un reino independiente durante muchos años, se unió voluntariamente a otro reino constituido mucho atrás. Cuando se unieron eran dos reinos independientes bajo la misma corona. No es el caso de Cataluña, que nunca fue reino y ni siquiera estaba unida en un solo ccondado

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  5. Ya, pero es que les votan....yo no sé si esto tiene algún remedio bueno y definitivo porque día arriba o abajo llevan empreñando dos siglos o incluso puede que más.

    El caso de Escocia no es en absoluto parangonable, y aunque tengo entendido que su Constitución lo permite me parece que Cameron no ha estado precisamente acertado introduciendo un debate como ese en el seno de la UE.

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    1. Claro que les votan. Pero en eso tenemos todos mucha culpa porque les hemos consentido alterar la historia a su antojo y que sea esa historia inventada la que se enseñe en los Colegios. Educación, Justicia y Sanidad, nunca debieron ser trtansferidas.

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  6. Arturito cava alegremente su fosa y de forma tan profunda que, en el momento que alguién empiece a echar tierra por arriba no tendrá tiempo de salir... Su suerte es que tenemos el peor gobierno de la Historia de España, el Ejército está en las últimas y gracias a nuestro sistema educativo y autonómico, a los españoes cada vez nos la bufa más la unidad de España... Cosas veredes.

    Un saludazo.

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    1. Mas va a ser devorado por el dragón que ha estado alimentando. Y la política de España como tal no puede ser más catastrófica. No hemos hecho más que alimentar a la bestia y ahora se empeña Rubalcaba en facilitarles aún más el camino con una España Federal

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  7. Hola, Jose Luís:

    Arturito quizás quiera imitar al Capaneo, pero sin conocer el desenlace de su historia. Con su soberbia cree poder cambiar el signo de las cosas y hace la pirueta de querer empatar Cataluña con Escocia.

    Sólo desde la burremia se le puede votar. No sería mala cosa que alguien le remitiese por correo electrónico este post tuyo, un buen tirón de orejas al catalufo de Artur Caponeo Mas. Y a los otros catalufos.

    Un abrazo

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