viernes, 22 de mayo de 2009

ZAPATERO Y SUS INSIDIAS

Desde que José Luis Rodríguez Zapatero llegó a la Moncloa, en lo que queda de España, han comenzado a crecer hasta los enanos. Cuanto toca, deja de funcionar y allí donde pone el ojo, aparece de inmediato el desastre. Ni que fuera la esfinge de la mitología griega, apostada sobre su roca, para saltar sobre los transeúntes y devorarlos si no adivinan correctamente sus acertijos.
Esperamos que aparezca, lo antes posible, el Edipo de turno que nos libere de semejante monstruo, como el mitológico liberó a Tebas. Mientras tanto, apechugaremos con semejante bestia que alguien soltó intencionadamente aquel fatídico 11-M de nuestra historia. Menudo morlaco nos ha caído en suerte. Parecía difícil igualar la marca de Felipe González, pero Zapatero la ha superado ampliamente.
El 9% de déficit lo tenemos ya, prácticamente, al alcance nuestra mano. Y el número de parados ahí está, creciendo a un ritmo desconocido hasta ahora en toda Europa. En números redondos, son unas ocho mil personas las que, diariamente, se quedan sin empleo. Son ya muchas las familias sin ingreso alguno, obligadas a vivir de la caridad ajena. La caída del PIB en el primer trimestre alcanzó un 3% en tasa interanual. El peor registro desde que el Instituto Nacional de Estadística estableció este tipo de contabilidad en el año 1970. El gasto en consumo de las familias, en este primer trimestre, aceleró su crecimiento negativo en casi dos puntos, llegando hasta el -4,1%. El número de morosos alcanza cotas inesperadas, y no hay ni un solo dato positivo en nuestra economía que nos invite al más mínimo de los optimismos.
Las medidas propuestas por Zetaparo para salir de la crisis, nos llenan de desánimo y de pesimismo. Con el simple mantenimiento de la cohesión social, como él propone, lejos de solucionar el problema, lo agravará cada vez más. La sensibilidad social de Zapatero será muy exquisita, tal como él presume, pero subsidiando el paro, en vez de riqueza, se crea más paro y más pobreza. Los subsidios no son gasto público productivo y, quiérase o no, se traducen siempre en un aumento de los impuestos, que no pagarán las clases bajas, ni tampoco las clases altas. Ese aumento de la carga fiscal correrá exclusivamente a cargo de la clase media.
Y es que a Zapatero no le dice nada aquello de no des peces al que tiene hambre, enséñale a pescar. Y ahí están esas enormes colas, que crecen día a día, ante las oficinas del INEM y ante las puertas de los comedores sociales. Piensa que con aumentar el gasto público, y poco más, se incentiva el consumo y se activa la demanda, desapareciendo así el riesgo de deflación. Nada más falso. Estos subsidios, sin reversión rentable, no producen más que parados y menesterosos.
En el pasado Debate del estado de la Nación, Zapatero se esforzó inútilmente en hacernos creer que sus propuestas eran el auténtico bálsamo de fierabrás para nuestra economía. Su tremenda osadía, como no tiene límites, le llevó a ofrecer grandes dispendios con dinero que no era suyo. Choca contra el sentido común que prevea gastos, y que los endose a terceros, sin contar previamente con ellos. Es el caso de las Autonomías, los fabricantes de coches y hasta posibles compradores de viviendas.
Este proceder, claramente temerario, desinfló las propuestas vendidas en el Debate, de alguna de las cuales, no quedan ni las pavesas. Para empezar, el plan prever, que Zapatero presentó como propuesta estrella, no ha hecho otra cosa que desatar la guerra entre las distintas autonomías.
De los ordenadores para los estudiantes de primaria, ya ni se habla. Y, si se mencionan, se da a entender que los padres de los alumnos cargarían con parte de los gastos. Es indudable que la propuesta de los ordenadores se le ocurrió sobre la marcha y la lanzó sin ánimo evidente de cumplirla. Los presupuestos del año en curso no tienen prevista partida alguna para invertir en esos cuatrocientos mil portátiles necesarios. Otro tanto ocurre con la conexión de banda ancha para los colegios.
Tampoco tuvo acierto con las medidas propuestas para dar salida a tanto piso que hay sin vender. Los 24 mil euros señalados inicialmente como límite para desgravar, son un auténtico freno. Posteriormente, y de cara a las resoluciones finales, se barajaron otras cantidades algo más elevadas, entre 30 mil y 32 mil euros anuales y que al final quedó sin concretar.
Las ofertas de Zapatero, con vistas a las elecciones europeas, tenían mucho de fuegos de artificio. Muchas de las propuestas ofertadas eran absurdas e irrealizables. Pero no importa lo más mínimo. Buscaban ese impacto mediático que tanto le gusta y que es tan útil para alimentar a esa borregada incondicional que no sabe pensar por sí misma. Para cuando transcienda que de lo dicho no hay nada y se llegue al convencimiento de que se ha estado orquestando todo un camelo mayúsculo, el propio Zetaparo, o algún miembro de su partido, lanzarán otra bomba mediática que acapare toda la atención.
Y esto es lo que en realidad ha sucedido. Las propuestas de Zapatero eran tan irrealizables, que su propio partido se vio en la obligación de devaluarlas hasta tal extremo que, las que al final se votaron, eran otras propuestas nuevas y sin contenido alguno. Y aquí es cuando aparece la nueva bomba mediática, esta vez a cargo de la Ministra de Igualdad. Bibiana Aido, con toda su cara dura y su escasa formación intelectual, se atreve a certificar que un feto de 13 semanas de gestación es un ser vivo, pero no un ser humano. Automáticamente, todo el mundo se olvidó de las propuestas de Zapatero y pasó a comentar la audacia de la titular de Igualdad y de su preparación científica. Hasta Ángel Gabilondo, Ministro de Educación, se dejó cautivar por semejante memez y soltó su imbecilidad de escolástico en decadencia: como metafísico necesitaría un buen rato para decidir qué es un ser humano. Para que el feto se transforme en ser humano, necesitará que así lo disponga algún decreto del gobierno socialista.
Y la guinda, como no, la puso el propio Zapatero. Para eso es el Jefe y tiene que aparecer como el gran defensor de la juventud hispana. Una defensa un tanto nazi, ya que trata de defender a los jóvenes enfrentándoles a sus propios padres. De ahí que afirme que los padres no deben saber que sus hijas de 16 años están embarazadas, ya que, si quisieran abortar, se podría producir una interferencia determinante en su decisión. Es su decisión, no privemos ni hagamos interferencia donde la decisión libre es de la mujer, sentenció.
Pero Zapatero, con esa mente tan retorcida que Dios le dio, quizás quiera utilizar esto para matar dos pájaros de un tiro. Parafraseando el final del vídeo electoral del PSOE, made in Pepiño’s factory, lo malo no son estas frases tan rebuscadas, destinadas a enfervorizar a sus huestes. Lo malo son las segundas intenciones. Tiempo habrá de averiguarlo.

José Luis Valladares Fernández

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo José Luis, el problema es que los afectados por esto seremos todos los españoles, no sólo sus seguidores y el tiempo pasa agravando la situación para los ciudadanos y, sobre todo, que muchos no ven que la improvisación nunca puede ser la solución. Siguen como en las elecciones generales generando tensión porque es lo que necesitan para "despertar" a sus votantes dormidos.
    Un saludo.

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