miércoles, 3 de junio de 2009

LA VERDADERA CARA DE LA LEY DE MEMORIA HISTÓRICA

Todo indica que Zapatero no se conforma con ser simplemente el presidente del Gobierno de España. Ambiciona metas mayores. Y en aras de esa ambición, se empeña en emular al famoso Rey de los Hunos. Y algo ya ha conseguido, pues hay personas que le consideran el azote de Dios, como se consideraba al propio Atila. Como buen nietísimo, tiene prisa por cumplir su extraordinaria misión, que no es otra que ganar ahora esa guerra que perdieron los republicanos.
Como desconoce hasta la más elemental mesura, no piensa que, en el empeño, puede toparse con un enemigo superior en otros Campos Cataláunicos o Máuricos. Sabe que para conseguirlo, precisa alterar la historia de un modo sistemático. Y se lanza, sin pérdida de tiempo, a falsear ese pasado, sin pensar que esta acción va a envenenar el presente. Pues la mentira, además de fanatismo y demagogia, siempre ha producido ira y exacerbación.
Una falacia mayúscula la tenemos cuando se considera que el Frente Popular practicaba la democracia y que todo su empeño estaba en luchar por la libertad. Además es discutible su legitimidad política. Se presupone igualmente que las numerosas victimas inocentes de nuestra contienda están al mismo nivel que los chequistas y criminales que se aprovecharon intencionadamente de las circunstancias.
Se queja Zapatero de que en la transición se puso todo el énfasis en la concordia de las diversas partes y se olvidaron de la memoria de una gran parte de implicados. Y vistas las circunstancias, quizás tenga razón, pues pasaron por alto su poco respeto por la legalidad vigente. También dejaron a un lado la trayectoria terrorista del PSOE y todo el proceso revolucionario avivado por ellos durante el período republicano.
La Ley de Memoria Histórica ideada por el nietísimo y jaleada por toda una izquierda infumable, además de inoportuna, es una ley tremendamente sectaria y revanchista. Esta ley nos devuelve, además a aquella época trágica de nuestra historia, en que había buenos y malos peleándose entre sí. La Disposición adicional tercera de dicha ley lo dice bien claro: se trata de recuperar “la memoria histórica de la Segunda República, la represión de la dictadura franquista y la lucha por las libertades”.
Esto indica que la Ley de memoria Histórica fue redactada con una clara intencionalidad política, olvidando voluntariamente que había víctimas de uno y otro bando. Pretende propalar descaradamente la idea de que son estas las únicas víctimas que merecen un amplio recuerdo, ya que murieron luchando por la libertad de España. Una lucha por la libertad muy rara, ya que, si repasamos la historia, se trataba de estalinistas, trotskistas y marxistas de todos los pelajes que obedecían órdenes de Stalin.
Quedaban fuera de su ámbito las víctimas debidas a la represión de la izquierda republicana. Incluso quedaban fuera las personas de izquierda masacradas por la propia izquierda por desviacionismo, por asegurarse ciertas cotas de poder o, incluso, hasta por envidia. Que esto es así, viene avalado por el comportamiento del ejecutivo, ante el hallazgo casual de una supuesta fosa común en Alcalá de Henares, en terrenos del cuartel de la Brigada Paracaidista. Esta fosa común, con restos humanos, apareció el día 11 de Febrero de 2008, y se mantuvo oculta durante casi todo un mes.
Como dicha fosa común, previsiblemente de la guerra civil, apareció dentro de unas instalaciones militares, sería preceptivo que el propio Ministerio de Defensa hubiera informado inmediatamente de tan macabro hallazgo. Tampoco se ha informado desde la Vicepresidencia del Gobierno y eso que ha sido esta Vicepresidencia la responsable de la redacción de tan funesta ley. Y hasta Zapatero se olvidó de la palabra dada en la promulgación de la Ley, ya que se comprometió solemnemente a facilitar toda la información disponible sobre los terrenos en los que se localizaran restos de víctimas de la guerra civil.
Según todos los indicios, se intentó ocultar la aparición de estos restos humanos, pero una indiscreción, que puso en la pista al diario ABC, lo hizo imposible. Este periódico publicó los primeros datos el día 5 de Marzo de ese mismo año. Y, si seguimos la cronología de los hechos, podemos pensar fundadamente que trataron de que la memoria histórica, se trocara, sin más, en una auténtica desmemoria histórica. Quería evitarse a toda costa la molesta aparición de víctimas debidas a la represión inmisericorde de la NKVD, con la aquiescencia culpable del Gobierno de la República.
Es de suponer que esta fosa común, hallada en Alcalá de Henares al realizar unas obras, tiene su origen en la inhumación de las víctimas masacradas en esa zona durante la guerra civil. Se da la circunstancia que dicha fosa apareció en unos terrenos, conocidos con el nombre de Barberán y Collar, donde tenía su asiento el cuartel general de la aviación republicana. Y no es solamente esto. En esa zona operaba, además, la 46ª División, bajo el mando, nada más y nada menos, que de Valentín González González, alias “el Campesino”. Y este militar, imbuido de los modos y maneras estalinianas, si se distinguió por algo, fue precisamente por su agresividad y dureza.
El hallazgo casual de esta fosa tiene, sin lugar a dudas, un morbo muy especial, ya que es muy posible que, entre esos restos, se encuentren los del trotskista Andrés Nín. Aquí es donde, efectivamente, se pierde su pista. Andrés Nín fue detenido en Barcelona el 16 de Junio de 1937 y trasladado a Alcalá de Henares donde fue salvajemente torturado por el estaliniano Orlov, jefe a la sazón del NKVD, sin que el gobierno republicano mostrara ningún reparo. Ni huyó a Salamanca, ni fue raptado por agentes de la GESTAPO, como quiso hacernos creer el Dr. Negrín. Sencillamente fue asesinado después de ser salvajemente torturado.
De todos modos, con Andrés Nín y sin Andrés Nín en esta fosa, las personas a las que pertenecen esos restos merecerían, creo yo, una reparación o recuperación histórica de su memoria, tal como propugna dicha ley. Debiera ser así con ley y sin ley de memoria histórica. Claro que esto es la prueba del algodón de la intencionalidad sectaria con que se redactó la misma. Pues da a entender que únicamente hubo represión dentro de las huestes franquistas. Y la represión, que yo sepa, se produjo en ambos bandos contendientes en nuestra guerra civil.

José Luis Valladares Fernández

1 comentario:

  1. hola José Luis! sí, esto sí lo sabía pero no caía en a qué te referías.
    Yo no soy fan de la ley de memoria histórica, me parece un churro, lo que pasa que sí que me parece justo que las familias sepan donde están sus muertos y les den el entierro que consideren, y si se hubiera hecho antes mejor, y también por supuesto que ninguno de los dos bandos eran blancas palomas, defiendo el derecho de los hijos de hoy pero no defiendo que se mataran sublevados o que éstos se cargaran republicanos, eso jamás.
    Pienso que en tres años de guerra se hicieron barbaridades por los dos lados conla diferencia de que deespués vinieron 36 de dictadura, en los que se homenajeó a los caidos del bando nacional y ese reconocimiento si lo quieren hoy los hijos de los republicanos pues cómo negárselo.
    Es una época de la historia terrible y un error tardar tanto tiempo en reconocer ese derecho a las familias, no hablo de juzgar personas, pero creo que las fosas deberían haberse abierto hace 30 años, un beso josé luis gracias por remitirme a este post y buenas tardes!!

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