lunes, 15 de junio de 2009

VIVIR DE LA SUBVENCION


Que Zapatero, cuando se vaya, nos va dejar una enorme herencia, sobre todo en parados subvencionados y menesterosos, es evidente. Si se hubiera propuesto el reunir intencionadamente toda esa ingente cantidad de personas, haciendo cola a las puertas del INEM, a la entrada de los comedores sociales o poniendo el cazo para recibir subvenciones, seguro que no lo lograba.
Entre los que ponen el cazo tenemos personas de muy diverso pelaje, aunque todos ellos tienen en común la propensión a vivir del cuento. Muchos de ellos, claro está, si tuvieran que vivir de su trabajo, lo pasarían muy mal, ya que su valía profesional deja mucho que desear. Aunque hay excepciones, son muchos los que carecen de talla para ser lo que dicen ser: representantes dignos de alguno de los ramos de la cultura. Sin embargo, con su adscripción al sindicato de la ceja, se pueden permitir el lujo de vivir del momio público que pagamos todos.
También es verdad que Zapatero les necesita. Se necesitan mutuamente. Los del sindicato de la ceja, juntamente con los otros sindicatos, que han abjurado de sus obligaciones, se aprestan voluntariamente a servir de paraguas protector de Zapatero. Hecho que el presidente del Gobierno suele remunerar muy bien. Y los de la farándula no suelen hacerle ascos a esas suculentas dádivas, aunque por las circunstancias que concurren sean ilegales. Ahí están, para demostrarlo, las películas españolas que cobran la correspondiente subvención y que, después, quedan en el baúl de los recuerdos sin exhibirse en las salas.
De esto sabe bastante la actual Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que procede de ese mundo y que, como la mayoría, ha sabido exprimir convenientemente los presupuestos. Hoy día, no tiene problemas, en calidad de ministra, de conceder y firmar subvenciones para los que formaban su propia tropa. Es más, pretende ahora ampliar las ayudas a la industria del cine donde ella sigue teniendo grandes intereses privados, tanto personalmente como a través de algún que otro familiar suyo, entre los que se encuentran su propio padre, uno de sus tíos y hasta su actual pareja. Por este motivo, la Asociación de Internautas ha puesto una denuncia ante la Oficina de Conflictos de Intereses del Ministerio de Administraciones Públicas.
Siempre han abundado los mediocres entre esa tropa que se dedica a la creación de obras supuestamente culturales. Durante el régimen anterior, los titiriteros de entonces achacaban a la censura franquista la banalidad de sus creaciones. Al menos tenían una disculpa, aunque ni censura franquista, ni gaitas. Falta manifiesta de valía intelectual, ya que las mejores obras de nuestra literatura fueron creadas bajo una censura mucho más asfixiante que la de Franco, la famosa Inquisición. Los titiriteros actuales no tienen disculpa alguna y, como les sobra cara, y les falta dignidad y remordimientos morales, no tienen inconveniente en vivir del presupuesto.
Entre esta tropa, hay unos más avariciosos que otros y que, en consecuencia necesitan percepciones más abundantes. De ahí que hayan aterrizado en la SGAE. Los mentores de esta sociedad, en vez de gestionar los derechos de Autor y potenciar las actividades culturales y asistenciales que desarrollaba la antigua sociedad, han montado, con la autorización de Zapatero, todo un tinglado recaudatorio completamente ilegal.
Tal es así, que se han arrogado la facultad de imponer sanciones, de invadir la intimidad personal y además les permiten cobrar un canon que es un robo manifiesto. Nadie debe ser sancionado en prevención de que pueda cometer un delito, que es el caso del canon digital. Les dio alas Zapatero y ahora se creen los faraones del siglo XXI, aunque la mayoría de los que dirigen el invento, como es el caso de Teddy Bautista, no pasan de simples rapsodas que han fracasado profesionalmente.
Dentro de esta tropa, tenemos personajes muy singulares. Es paradigmático el caso José Ramón Martínez Márquez, alias Ramoncín y no sabemos que pinta en el Jurado de la Operación Triunfo. Es uno de los grandes defensores de la SGAE y, cuando abandonó la Junta de la Sociedad, no dudó en afirmar que esta, hace veinte años, recaudaba muy poco y mal y ahora “mucho y bien”. Y agregó: “Hoy la SGAE está entre las primeras del mundo, juega en la liga de Japón, Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania. Cuando entramos, la sociedad recaudaba poco y mal y hoy recauda mucho y bien. Yo he hecho este trabajo a cambio de nada". Critica a los que compran música en el top manta y lo achaca a un simple problema cultural. Eso si, defiende el canon digital con uñas y dientes.
Extraña enormemente encontrar a Ramoncín entre el grupo de jueces encargado de valorar la actuación de los participantes en la Operación Triunfo, ya que él fue uno de los principales enemigos de ese programa de televisión. Él fue uno de los firmantes del manifiesto “otro timo no” auspiciado por Periodistas Especializados en Música, Ocio y Cultura. En este manifiesto se acusaba al concurso televisivo de todos los males de la industria discográfica. Además se acusaba a la televisión de pervertir los valores artísticos y acabar con la música de calidad.
Mucho ha cambiado Ramoncín desde entonces hasta ahora. Estaría muy bien que fuera Sabina el que juzgara este cambio de actitud del rey del pollo frito.

José Luis Valladares Fernández

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