La desastrosa gestión de nuestra propia crisis económica, propiciada por el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero, nos lleva a hacernos la misma pregunta que se hacía Marco Tulio Cicerón, en una epístola dirigida a Octavio Augusto. Quejándose amargamente de la actuación de los poderes fácticos de la Antigua Roma, escribía Cicerón: “Si enumeramos todas las calamidades públicas, todos los males que han caído sobre éste pueblo y comparamos esos males unos con otros, desde el primero hasta el último, ¿qué día podremos señalar que sea menos desastroso que la víspera?”. Y es que España está yendo al garete, a pasos agigantados, por culpa de la inepcia de Zapatero, responsable máximo del Gobierno.
España está ahora sumida en una profunda crisis económica, simultaneada con la más absoluta de las crisis empresariales y financiera, además de la grave crisis moral y ética que imposibilita cualquier tipo de reacción. Y en esto Zapatero tiene mucho que ver. El reparto absurdo del dinero público, más allá de lo razonable y siempre con la disculpa de contribuir al bienestar social, nos ha llevado a la más estricta pobreza y al hundimiento generalizado de las empresas. Y como ahora ya no hay de donde sacar dinero, da un giro copernicano en su discurso y, con técnicas mafiosas, trata de engañar a los pensionistas y a los empleados públicos, esquilmando desvergonzadamente a unos y otros. Y todos los españoles a pagar más impuestos.
Es verdad que Zapatero tiene a su alrededor más asesores privados que ningún otro mandatario del mundo civilizado. Pero no le sirven de nada, porque no les escucha. No tienen más misión que el cobro de un elevado sueldo y decirle solamente aquello que el quiere escuchar. También tiene abiertos más ministerios de los precisos. Pero, como dice Solchaga, trata a los ministros como si fueran secretarios de Estado y a los vicepresidentes del Gobierno como a unos simples directores generales. Como él es un cobarde de tomo y lomo, les lanza al ruedo para que den la cara por él cuando las cosas se complican. Es, ni más ni menos, lo que ocurrió el pasado jueves en el Parlamento, al tener que salir Elena Salgado a pedir la aprobación del decreto anti déficit del tijeretazo.
Tenemos un presidente del Gobierno lleno de soberbia y hasta tocado de autismo, que no piensa más que en sí mismo. Lo que le sobra de ambición, le falta lamentablemente de cordura, con el consiguiente perjuicio para los ciudadanos españoles. Se empeña en hacer cosas imposibles, como lograr la contratación de gran número de desempleados, sin antes recortar los derechos actuales de los trabajadores. Para dinamizar la creación de puestos de trabajo es necesario abordar previamente la reforma laboral, juntamente con otras reformas estructurales que permitan a nuestras empresas competir, en igualdad de condiciones, con las empresas foráneas. Pero como Zapatero no quiere mojarse, acude a la formación de comisiones que es tanto como diferir el problema en el tiempo y entre tanto que se vaya disparando el porcentaje de parados.
Es muy posible que Rodríguez Zapatero, ofuscado por su endiosamiento innato y patológico, no haya valorado correctamente lo que significa tener nuestra economía intervenida por el Fondo Monetario Internacional y por la Unión Europea. Él en realidad ya tiene poco que perder, ya que hace tiempo que se ha quedado sin credibilidad alguna, pero a los españoles de a pie nos hace correr un riesgo innecesario. El problema económico que padecemos es muy gordo y desborda ese “plan de ajuste” con que Zapatero quiso disimular y cubrir sus espaldas ante el Eurogrupo. Pues es evidente que los 15.000 millones de euros de este precipitado recorte apenas si van a repercutir sobre el tremendo agujero que tiene ahora España. A finales de 2009 teníamos en caja 114.000 millones de euros en números rojos y que, para 2013, según todos los analistas, pueden superar los 140.000 millones.
Los ciudadanos españoles nos estamos quedando sin capacidad de ahorro, ahogados por los recortes salariales y las congelaciones y las subidas desmesuradas de los impuestos. Estas circunstancias acentuarán, aún más, la contracción del consumo tan necesario para la recuperación económica. Si el consumo no aumenta, habrá muchas más empresas que se verán irremediablemente abocadas al cierre. Si las empresas no exportan sus productos por falta de competitividad y si a la vez, por restricciones obligadas del consumo interno, se quedan sin el comercio interior, el fracaso empresarial está servido.
Ante las crecientes dificultades económicas, Zapatero sigue en su huida hacia ninguna parte. La Unión Europea le ha dejado en evidencia y sin razones. Por si fuero esto poco, el Fondo Monetario Internacional le ha arrebatado hasta sus posibles respuestas. De ahora en adelante, no pasarán los días sin dejar nuevas complicaciones y disgustos para el Gobierno, para el partido que lo sustenta y, desgraciadamente, para todos los ciudadanos. En vista de lo cual, es preciso afrontar el problema con responsabilidad para invertir el rumbo de nuestra economía y dejar a un lado la palabrería hueca a que nos tiene acostumbrados el jefe del Ejecutivo.
Es evidente que a Zapatero le carcomen las críticas que se le hacen por el cambio obligado en su política social. Le molesta sobre todo que le acusen de improvisar y de dar bandazos. Por eso el pasado día 24 de mayo en Elche, para darse ánimos a sí mismo y a su propio partido, gritó desaforadamente: "Ni cambio ni bandazo, sino responsabilidad pensando en el futuro de España y no en las elecciones". Su manera de actuar se reduce a no asumir responsabilidades, sean cual sean las consecuencias de sus actos erróneos. En estas circunstancias dramáticas, económicamente hablando, si de verdad tuviera un ápice de responsabilidad, dimitiría para que otra persona de su propio partido se hiciera cargo del Gobierno o convocaría elecciones de inmediato para que sea el pueblo soberano el que hable.
El otro día en el Parlamento se perdió una oportunidad de oro para mandar a Zapatero a su casa. La abstención de Convergencia i Unió propició que se aprobaran, por un solo voto de diferencia, los recortes sociales impuestos por el Gobierno. Más que el Bien Común, primaron en esta decisión los intereses particulares o de grupo. Actuaron así, según dicen, por responsabilidad, ya que, si hubieran actuado de otro modo, "el país estaría hundido y la economía en peligro". Ocultan su interés por que se celebren las elecciones catalanas antes que las generales.
Como no podemos esperar que Zapatero se caiga del caballo intencionadamente y adelante las elecciones, no nos queda más remedio que confiar en que el PSOE, al menos por una vez, se comporte como un partido de Estado, que se olvide del pesebre y fuerce a su líder a dar ese paso necesario antes de que sea demasiado tarde. Culpando neciamente a la oposición de que no colabora, es perder miserablemente el tiempo. Tampoco se soluciona nada con esas consignas inútiles que repiten todos sus acólitos día y noche, aunque no vengan a cuento. La palabrería hueca y las cursilerías, por mucho que se repitan, no valen para nada. La luz al final del túnel solamente aparecerá si Zapatero desaparece, de manera definitiva, de la escena política.
Gijón, 31 de mayo de 2010
José Luis Valladares Fernández
España está ahora sumida en una profunda crisis económica, simultaneada con la más absoluta de las crisis empresariales y financiera, además de la grave crisis moral y ética que imposibilita cualquier tipo de reacción. Y en esto Zapatero tiene mucho que ver. El reparto absurdo del dinero público, más allá de lo razonable y siempre con la disculpa de contribuir al bienestar social, nos ha llevado a la más estricta pobreza y al hundimiento generalizado de las empresas. Y como ahora ya no hay de donde sacar dinero, da un giro copernicano en su discurso y, con técnicas mafiosas, trata de engañar a los pensionistas y a los empleados públicos, esquilmando desvergonzadamente a unos y otros. Y todos los españoles a pagar más impuestos.
Es verdad que Zapatero tiene a su alrededor más asesores privados que ningún otro mandatario del mundo civilizado. Pero no le sirven de nada, porque no les escucha. No tienen más misión que el cobro de un elevado sueldo y decirle solamente aquello que el quiere escuchar. También tiene abiertos más ministerios de los precisos. Pero, como dice Solchaga, trata a los ministros como si fueran secretarios de Estado y a los vicepresidentes del Gobierno como a unos simples directores generales. Como él es un cobarde de tomo y lomo, les lanza al ruedo para que den la cara por él cuando las cosas se complican. Es, ni más ni menos, lo que ocurrió el pasado jueves en el Parlamento, al tener que salir Elena Salgado a pedir la aprobación del decreto anti déficit del tijeretazo.
Tenemos un presidente del Gobierno lleno de soberbia y hasta tocado de autismo, que no piensa más que en sí mismo. Lo que le sobra de ambición, le falta lamentablemente de cordura, con el consiguiente perjuicio para los ciudadanos españoles. Se empeña en hacer cosas imposibles, como lograr la contratación de gran número de desempleados, sin antes recortar los derechos actuales de los trabajadores. Para dinamizar la creación de puestos de trabajo es necesario abordar previamente la reforma laboral, juntamente con otras reformas estructurales que permitan a nuestras empresas competir, en igualdad de condiciones, con las empresas foráneas. Pero como Zapatero no quiere mojarse, acude a la formación de comisiones que es tanto como diferir el problema en el tiempo y entre tanto que se vaya disparando el porcentaje de parados.
Es muy posible que Rodríguez Zapatero, ofuscado por su endiosamiento innato y patológico, no haya valorado correctamente lo que significa tener nuestra economía intervenida por el Fondo Monetario Internacional y por la Unión Europea. Él en realidad ya tiene poco que perder, ya que hace tiempo que se ha quedado sin credibilidad alguna, pero a los españoles de a pie nos hace correr un riesgo innecesario. El problema económico que padecemos es muy gordo y desborda ese “plan de ajuste” con que Zapatero quiso disimular y cubrir sus espaldas ante el Eurogrupo. Pues es evidente que los 15.000 millones de euros de este precipitado recorte apenas si van a repercutir sobre el tremendo agujero que tiene ahora España. A finales de 2009 teníamos en caja 114.000 millones de euros en números rojos y que, para 2013, según todos los analistas, pueden superar los 140.000 millones.
Los ciudadanos españoles nos estamos quedando sin capacidad de ahorro, ahogados por los recortes salariales y las congelaciones y las subidas desmesuradas de los impuestos. Estas circunstancias acentuarán, aún más, la contracción del consumo tan necesario para la recuperación económica. Si el consumo no aumenta, habrá muchas más empresas que se verán irremediablemente abocadas al cierre. Si las empresas no exportan sus productos por falta de competitividad y si a la vez, por restricciones obligadas del consumo interno, se quedan sin el comercio interior, el fracaso empresarial está servido.
Ante las crecientes dificultades económicas, Zapatero sigue en su huida hacia ninguna parte. La Unión Europea le ha dejado en evidencia y sin razones. Por si fuero esto poco, el Fondo Monetario Internacional le ha arrebatado hasta sus posibles respuestas. De ahora en adelante, no pasarán los días sin dejar nuevas complicaciones y disgustos para el Gobierno, para el partido que lo sustenta y, desgraciadamente, para todos los ciudadanos. En vista de lo cual, es preciso afrontar el problema con responsabilidad para invertir el rumbo de nuestra economía y dejar a un lado la palabrería hueca a que nos tiene acostumbrados el jefe del Ejecutivo.
Es evidente que a Zapatero le carcomen las críticas que se le hacen por el cambio obligado en su política social. Le molesta sobre todo que le acusen de improvisar y de dar bandazos. Por eso el pasado día 24 de mayo en Elche, para darse ánimos a sí mismo y a su propio partido, gritó desaforadamente: "Ni cambio ni bandazo, sino responsabilidad pensando en el futuro de España y no en las elecciones". Su manera de actuar se reduce a no asumir responsabilidades, sean cual sean las consecuencias de sus actos erróneos. En estas circunstancias dramáticas, económicamente hablando, si de verdad tuviera un ápice de responsabilidad, dimitiría para que otra persona de su propio partido se hiciera cargo del Gobierno o convocaría elecciones de inmediato para que sea el pueblo soberano el que hable.
El otro día en el Parlamento se perdió una oportunidad de oro para mandar a Zapatero a su casa. La abstención de Convergencia i Unió propició que se aprobaran, por un solo voto de diferencia, los recortes sociales impuestos por el Gobierno. Más que el Bien Común, primaron en esta decisión los intereses particulares o de grupo. Actuaron así, según dicen, por responsabilidad, ya que, si hubieran actuado de otro modo, "el país estaría hundido y la economía en peligro". Ocultan su interés por que se celebren las elecciones catalanas antes que las generales.
Como no podemos esperar que Zapatero se caiga del caballo intencionadamente y adelante las elecciones, no nos queda más remedio que confiar en que el PSOE, al menos por una vez, se comporte como un partido de Estado, que se olvide del pesebre y fuerce a su líder a dar ese paso necesario antes de que sea demasiado tarde. Culpando neciamente a la oposición de que no colabora, es perder miserablemente el tiempo. Tampoco se soluciona nada con esas consignas inútiles que repiten todos sus acólitos día y noche, aunque no vengan a cuento. La palabrería hueca y las cursilerías, por mucho que se repitan, no valen para nada. La luz al final del túnel solamente aparecerá si Zapatero desaparece, de manera definitiva, de la escena política.
Gijón, 31 de mayo de 2010
José Luis Valladares Fernández
Hola José Luis, no sé nada de política ni de economía pero sí sé que hay que ser fariseo y traidor para seguir apoyando a zp, a ver cuando llega el día en que sus ministros dicen basta, nadie tiene vergüenza ahí, un abrazo amigo mío feliz semana
ResponderEliminarpues ya sabe, que si "son una piña", que si Zp está en un "momento esplendoroso" y cosas así son los análisis pepiñeros de cara a la galería, deben ver muy malito lo del repuesto y eso que habían repescado a Solana para ponerlo en la asociación suiza mediadora con la banda terrorista...
ResponderEliminarZapatero es un cadáver político y, en el PSOE, lo saben muy bien.
ResponderEliminarÉl, en realidad, se ha limitado a llevar, hasta las últimas consecuencias, la sempiterna política económica y social socialista.
Mientras tienes, gasta lo que puedas, pensando siempre en los amigos y en los caladeros de votos.
Cuando dejes de tener, si se acercan elecciones, niega la mayor. Siempre habrá algún agradecido que te lo suscriba y ponga a parir al que sostenga lo contrario.
Cuando ya no haya remedio, sube los impuestos a todo el mundo, eso sí, aclarando que sólo afectará a las rentas más altas.
Y todo esto, lo más difícil, has de conseguir hacerlo sin sonrojarte y rodeado del suficiente número de desvergonzados que puedan sostenerlo ante foros y periodistas sin que les salga la risa tonta.
La misma desvergüenza de quien califica de ejercicio de responsabilidad el propiciar la continuación de un Gobierno al que, al mismo tiempo, pide convoque elecciones. Pero el señor responsable de la región catalana sabe muy bien que no le interesan elecciones que coincidan con las de su región. Y menos aún le interesa una cantada mayoría absoluta del PP.
Responsabilidad... penal, casi diría yo.
Pero no olvidemos al Diputado de UPN, antiguo compañero de viaje del grupo popular.
Zapatero está en un auténtico callejón sin salida, acosado por los mercados, la UE, el FMI, los sindiccatos y una reforma laboral que espera que la saquen del horno.
ResponderEliminarNos veremos abocados,salvo sorpresas de última hora, a un decretazo en materia laboral que provocará una huelga general y estrangulará aún más la economía paupérrima y patética de este pais.
Estimado amigo disculpas ante todo ya que no ando con mucho tiempo.
ResponderEliminarSobre nuestro amigote el zapaterolandia ya es un
cadáver, pero asegura que será reelegido, cuidado
que con la cantidad de palurdos aborregados no me extrañaría.
Tiene a los de la CEOE rabiosos de gangas laborales y los sindicatos haber a quien se venden y claro al mejor postor seguro.
La pena es que no se puedan meter en la cárcel a gente como estás por imprudencia temeraria de estado y se le quede en pelotas sin patrimonio ni sueldos ni jubilación ni nada en bolas y punto.
Es lo que se merece este macrocéfalo gaznápiro.
De todas todas el país lo que destrozado y muchos años de sudor nos costará arreglar todo esto por culpa del pollo este y sus secuaces.
Apañados estamos.
Saludos cordiales .
Amiga Vir. No hace falta saber nada de política. Es suficiente con analizar lo qye te da de sí el sueldo o la pensión, para ver que esta gente se está quedando con nosotros.
ResponderEliminarSaludos cirdiales
Desde luego que ZP es un incompetente y que se merece que le pongas a caer de un burro, pero ojala fuera tan fácil como que se solucione cuando se vaya. Se ha formado una muy gorda, porque es el sistema el que genera el desastre. Los 17 parlamentos, con capacidad de gasto y endeudamiento, plagados de nacionalistas y caciques, con poderes políticos regionales que no hay quien les tosa. Generan un déficit estructural por sí solo que se calcula en unos 50 montillones anuales, casi nada.
ResponderEliminar1 Montillón: Mil millones de euros.
Ya lo se, amigo Bucan, que el que venga detras lo tiene muy dificil para invertir la marcha de nuestra economía. Bastante más dificil que lo tuvo Aznar despues de la etapa de Felipe González.
ResponderEliminarYa de suyo el sistema de autonomías es muy caro. Pero es que Zapatero, ha llevado esto hasta el extremo. Alentó a los nacionalismos separatistas -él fue el responsable de la puesta en marcha del nuevo Estatut Catalán- y transfirió toda clase de competencias, dejando practicamente intacta la estructura estatal y favoreciendo la creación de puestos los correspondientes puestos en las autonomías para gestinar las nuevas transferenciacias. De este modo duplicó muchos puestos, a pesar de que en el Ministerior correspondiente no lo gestionan ya. Y aún así, no quiere suprimir esos ministerios que carecen de competencias. Veremos a ver, como discurre el que le sustituya, para enderezar tanto entuerto.
Saludos cordiales
En mi opinión la crisis política y moral que padecemos ha agravado, en el caso español, mucho la crisis financiera que ha padecido todo el mundo.
ResponderEliminarPara salir de esta crisis son necesarias múltiples reformas, empezando por el mercado de trabajo, del sistema financiero y derribando la actual estructura del estado. Hay que liquidar el sistema autonómico.
No nos fiemos de ZP, que está siendo muy mimado por la prensa, las televisiones, los sindicatos y los empresarios, por lo que no creo que haya perdido credibilidad entre sus votantes, desgraciadamente.
Efectivamente, Zapatero es un cadáver político, pero mientras hiede o no, va a putrefactar a España entera, y luego a ver cómo le quitamos el olor.
ResponderEliminarUn análisis mesurado y certero de la situación. ZP no dimitirá de motu proprio, y tampoco creo que su partido, de obediencia búlgara, lo defenestre. Nos iremos todos al garete, y ni siquiera con talante.
ResponderEliminarSaludos.
Estimado José Luis,
ResponderEliminar¿A que el PSOE se presenta a las generales de 2012 diciendo que el culpable de la ruina es el PP por no "arrimar el hombro"?
Un saludo.
Eso no lo dudes amiga Eva. El PSOE es el causante de todo lo bueno que ocurra en nuestro solar patrio. De los males siempre dirán que el caudante ha sido el PP. y más concretamente Aznar. Siempre ha sido así. No importa que ellos sigan repitiendo el mismo estribillo; lo que hace falta es que la gente despierte y no se deje embaucar como hasta ahora.
ResponderEliminarUn abrazo