El fenómeno antropológico que dio pie a Miguel de Unamuno para llamar “tiorras” a muchas de las mujeres que se dedicaron a hacer política durante la Segunda República, se repite también en la España de hoy. Aquellas mujeres destacaban precisamente por una ordinariez repulsiva y un mal gusto manifiesto en su manera de obrar y de expresarse. Exponentes claros, en aquella época, de ese tipo de mujer repulsivo para cualquier persona medianamente sensible, lo tenemos, entre otras personas, en Margarita Nelken y en la propia Dolores Ibarruri, la Pasionaria
Hoy también abunda ese espécimen de mujeres que prescinden voluntariamente de las buenas maneras y de la más mínima educación. También hay hombres, es cierto, entre esa izquierda progre que, anclados en las formas arcaicas de otros tiempos, no saben abrir la boca si no es para ofender. Para Unamuno hubieran sido también auténticos “tiorros”. En mujeres, el caso más llamativo es el de Carmen García Ruiz, concejala de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Vélez-Málaga, donde gobiernan en coalición PSOE y IU. Los servicios sociales y la familia, así como todo lo que se refiere a empleo y desarrollo económico forman parte de las responsabilidades asumidas por esta delicada mujer.
La colocación, con enchufe o sin él, de la hija y yerno de la concejala Carmen García en la Diputación, dio pie a que el portavoz del Partido Popular, Francisco Delgado Bonilla se quejara ante el pleno del Ayuntamiento de la falta de transparencia del equipo de Gobierno ya que le había denegado unos documentos referidos a tan sospechoso asunto. Sin importarle lo más mínimo la presencia de cámaras y micrófonos, una vez finalizado el pleno y ante preguntas de los periodistas, dio rienda suelta a su lengua viperina diciendo: “No hay peor desgraciado, no solamente no tener dinero, sino votar a la derecha, porque yo os digo una cosa, ellos defienden ahora lo que les parece y lo que les da la gana, pero desde luego les importa una puñetera mierda absolutamente todo”. Y agregó con el mismo tono airado: “cada vez que dicen algo de enchufes, de verdad que me entran ganas de darles dos galletas en la cara y ponerles la cara morada (…). Me parece mentira que tengan todavía algo y no le escupan en la calle”.
Queriendo dejar constancia de su progresía de pata negra, aprovechó la ocasión, cómo no, para culpar de la crisis económica a los empresarios, a la banca y, como no podía ser de otra manera, al mismísimo Aznar por la incomprensible desfachatez de firmar unos contratos que, sin saber por qué, finalizaron en la égida de Zapatero. Reconvenida por la oposición, que tuvo la osadía de pedirla que se disculpara, la reacción de la concejala fue completamente inequívoca: “No me disculpo porque no me sale del coño”. De este modo, Carmen García da muestras fehacientes de que pertenece a la típica izquierda española que, además de prepotente e ignorante, es incapaz de asumir sus propias responsabilidades. Jamás reconocerán que las grandes tasas de desempleo aparecen siempre que gobierna la izquierda y la creación de empleo con Gobiernos de derechas que emplean recetas liberales. ¡Algo tendrá el agua cuando la bendicen! La reacción de Carmen García se parece mucho a la del alcalde de Getafe y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro, cuando insultó gravemente a todos los votantes del Partido Popular cuando preguntó indignado: “¿Por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha?”. Bueno, insultar no, porque los progres de vía estrecha no insultan, califican. Los que insultan son los de la derecha. Esto es al menos lo que piensan los prohombres de la izquierda española. Pedro Castro es otro típico ejemplar de esa izquierda progre que padecemos, que puede insultar cuanto quiera. Pero, eso sí, ellos son los intocables y por eso que nadie se atreva a insultarles. El propio Pedro Castro ya se cuidó de preparar una ordenanza municipal, en la que están previstas multas de hasta 750 euros para quien insulte a las autoridades municipales.
Entre los miembros del Gobierno, entre los que acaban de irse y los que permanecen, había y hay alguno y varias que tiran al monte, aunque sin exagerar los términos tanto como Carmen García y Pedro Castro. Entre ellos, destaca José Blanco, al que, por su estilo típicamente tabernario, podríamos darle el título de Insultador Mayor del Reino. No digamos nada de la cesada Bibiana Aido y tampoco de Leire Pajín. La pobre Bibiana ya dejó el puesto que nunca debió ocupar. Está mejor jugando con su primer muñeco, ese, que al tocarle, cantaba la internacional, por lo menos hasta que sepa discernir cuando un ser vivo comienza a ser humano. Leire Pajín también suelta su lengua de vez en cuando, algunas veces para hacer slogans y otras muchas para insultar. Creo que ha llegado al ministerio de Sanidad, sin la debida preparación para cargo tan relevante. Debiera haber desentrañado antes cual es el verdadero sexo del PIB.
Gijón, 23 de octubre de 2010
José Luis Valladares Fernández
Hoy también abunda ese espécimen de mujeres que prescinden voluntariamente de las buenas maneras y de la más mínima educación. También hay hombres, es cierto, entre esa izquierda progre que, anclados en las formas arcaicas de otros tiempos, no saben abrir la boca si no es para ofender. Para Unamuno hubieran sido también auténticos “tiorros”. En mujeres, el caso más llamativo es el de Carmen García Ruiz, concejala de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Vélez-Málaga, donde gobiernan en coalición PSOE y IU. Los servicios sociales y la familia, así como todo lo que se refiere a empleo y desarrollo económico forman parte de las responsabilidades asumidas por esta delicada mujer.
La colocación, con enchufe o sin él, de la hija y yerno de la concejala Carmen García en la Diputación, dio pie a que el portavoz del Partido Popular, Francisco Delgado Bonilla se quejara ante el pleno del Ayuntamiento de la falta de transparencia del equipo de Gobierno ya que le había denegado unos documentos referidos a tan sospechoso asunto. Sin importarle lo más mínimo la presencia de cámaras y micrófonos, una vez finalizado el pleno y ante preguntas de los periodistas, dio rienda suelta a su lengua viperina diciendo: “No hay peor desgraciado, no solamente no tener dinero, sino votar a la derecha, porque yo os digo una cosa, ellos defienden ahora lo que les parece y lo que les da la gana, pero desde luego les importa una puñetera mierda absolutamente todo”. Y agregó con el mismo tono airado: “cada vez que dicen algo de enchufes, de verdad que me entran ganas de darles dos galletas en la cara y ponerles la cara morada (…). Me parece mentira que tengan todavía algo y no le escupan en la calle”.
Queriendo dejar constancia de su progresía de pata negra, aprovechó la ocasión, cómo no, para culpar de la crisis económica a los empresarios, a la banca y, como no podía ser de otra manera, al mismísimo Aznar por la incomprensible desfachatez de firmar unos contratos que, sin saber por qué, finalizaron en la égida de Zapatero. Reconvenida por la oposición, que tuvo la osadía de pedirla que se disculpara, la reacción de la concejala fue completamente inequívoca: “No me disculpo porque no me sale del coño”. De este modo, Carmen García da muestras fehacientes de que pertenece a la típica izquierda española que, además de prepotente e ignorante, es incapaz de asumir sus propias responsabilidades. Jamás reconocerán que las grandes tasas de desempleo aparecen siempre que gobierna la izquierda y la creación de empleo con Gobiernos de derechas que emplean recetas liberales. ¡Algo tendrá el agua cuando la bendicen! La reacción de Carmen García se parece mucho a la del alcalde de Getafe y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro, cuando insultó gravemente a todos los votantes del Partido Popular cuando preguntó indignado: “¿Por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha?”. Bueno, insultar no, porque los progres de vía estrecha no insultan, califican. Los que insultan son los de la derecha. Esto es al menos lo que piensan los prohombres de la izquierda española. Pedro Castro es otro típico ejemplar de esa izquierda progre que padecemos, que puede insultar cuanto quiera. Pero, eso sí, ellos son los intocables y por eso que nadie se atreva a insultarles. El propio Pedro Castro ya se cuidó de preparar una ordenanza municipal, en la que están previstas multas de hasta 750 euros para quien insulte a las autoridades municipales.
Entre los miembros del Gobierno, entre los que acaban de irse y los que permanecen, había y hay alguno y varias que tiran al monte, aunque sin exagerar los términos tanto como Carmen García y Pedro Castro. Entre ellos, destaca José Blanco, al que, por su estilo típicamente tabernario, podríamos darle el título de Insultador Mayor del Reino. No digamos nada de la cesada Bibiana Aido y tampoco de Leire Pajín. La pobre Bibiana ya dejó el puesto que nunca debió ocupar. Está mejor jugando con su primer muñeco, ese, que al tocarle, cantaba la internacional, por lo menos hasta que sepa discernir cuando un ser vivo comienza a ser humano. Leire Pajín también suelta su lengua de vez en cuando, algunas veces para hacer slogans y otras muchas para insultar. Creo que ha llegado al ministerio de Sanidad, sin la debida preparación para cargo tan relevante. Debiera haber desentrañado antes cual es el verdadero sexo del PIB.
Gijón, 23 de octubre de 2010
José Luis Valladares Fernández
Qué delicada y femenil damisela...ni aunque se lavara la boca y demás con Cillit Bang, ésta también salió en mi antiguo resumen de la Casta Pompadour, y desde luego no es cuestión de justificar insultos de nadie, pero a veces la lían por nimiedades cuando deberían estar muy muy calladitos...y además jamás piden perdón.
ResponderEliminarHola José Luis, la verdad que no tengo ni idea de quién es esa señora pero bueno a mi la verdad que no me gusta nada oir hablar de esa manera, vamos me parece horrible, venga de quien venga, como cuando la del PP llamó hijo de p a no sé quién, pues tampoco me gusta un pelo.
ResponderEliminarLas personas inteligentes de verdad no recurren al insulto sino que te dejan k.o. simplemente con su labia, un abrazo amigo :-)
De gente así,amiga Maribeluca, igual da que sea hombre que mujer, no se puede esperar nada. Personas que han sido elegidas -aunque sea en listas cerradas- para cumplir una función pública, debieran dar ejemplo de buen hacer y de buen decir. Pero ya vemos que no. Y esperar otra cosa de ellas, es inutir. Ya dicen en mi pueblo que no se puede esperar que un olmo de peras.
ResponderEliminarSon expresiones, amiga Vir, que están muy mal y hablan poco en favor de las personas que las pronuncian.
ResponderEliminarLas buenas maneras y la educación, que cada vez brillan más por su ausencia, rechazan de plano ese tipo de comportamientos, que cuando menos son extremadamente chapuceros.
Un abrazo
Yo vi el video de la susodicha y tuve que tomarme un Primperan. No sabía que todavía existiesen especímenes del Pleistoceno "en toda su salsa". Si me hubiesen dicho que era una broma me lo hubiese creido.
ResponderEliminarMe chocan los pendientes, le quedan como a un Cristo un par de pistolas. Eso si que es izquierda cavernaria en estado genuino.
Un saludo.
Pleistoceno total, pero paradojas de la vida, de plena actualidad en 2010.
ResponderEliminar¿Soy yo como fueron nuestros abuelos (quejicas contra todo lo 'moderno') o TODO ESTO YA sí que es realmente el acabose?
Yo creo, amigo Carlos, que es lo último, el acabose.
ResponderEliminarSe está, repitiendo los modos y maneras que puso en marcha el Frente Popular, allá por el año 1936. Y es que esta izquierda está anclada en esos tiempos pasados, sin el agiornamento correspondiente que exigirían los nuevos tiempos.
Saludos cordiales
A mi quién me da pena es el marido de esta si es que tiene, el pobre lo tendrá como a un pelele seguro y en un caso que no tenga marido, no me extraña. Como la familia Pajín y los amigos de Camp...etc. Todo por el enchufe.
ResponderEliminarAmigo José Luis los nombramientos a dedo y los enchufes se ha puesto de moda, el mundo arreves y la prioridad para otros que no deberian.
Saludos cordiales J.L.
José Luis, esta gente se mueve como pez en el agua en la incultura y la mala educación vocacional. De siempre han pensado que la cultura, tortura. Es su gusto por la ordinariez, por el vestir de cualquier manera, el hablar impropiamente e incorrectamente, es su manera de entender la vida. Consideran que lo educado, lo formal, lo preparado, lo elegante, lo culto es de derechas. Por lo tanto, no les queda otra que hacer todo lo contrario, pero, además, regodearse y jactarse de ello.
ResponderEliminarPenoso, lamentable y, por desgracia, cada vez más observable en las nuevas generaciones de españoles. ¿Te has fijado en ellos alguna vez por la calle, amigo? Son para echarse a temblar.
Otro triunfo de la izquierda.
Imaginate, amigo E..P.. como tratará semejante individua a su propio marido, ya que no la han detenido ni las cámaras fe Tv ni los micrónos. Además de estar muy mal educada, se ve que es de armas tomar
ResponderEliminarUn saludo
Efectivamente, Inesfree. Esta gente se mueve ahí como pez en el agua. Y más, sabiendo con los del otro bando se acomplejan on frecuencia y no les dan la receta que merecerían. Porque podría hacerseles frente, sin adoptar esos modos tabernarios, y entonces, medirían más sus palabras.
ResponderEliminarUn saludo cordial
Este es, querido Jose Luis, el nivel tabernario en el que se ha instalado la dialéctica- por llamarla de alguna manera...- política en este pobre país.
ResponderEliminarCada vez se desciende más y más rápido a la estulticia.
Hasta hace unos años, querida Natalia, el lenguaje de barra de taberna era algo accidental. Poco a poco se va generalizando, sobre todo entre el mundillo de los progres, los que estan de vuelta de todo.
ResponderEliminarLo malo es que hoy día en las escuelas se pasan por alto las buenas costumbres y la educación: lo que en mis tiempo a esa asignatura, se le llamaba urbanidad.
Saludos cordiales
Hola Jose Luis, sigue en buena linea tu blog. Suerte con el blog y un saludo.
ResponderEliminarGracias Bruno. Igualmente te digo.
ResponderEliminarUn saludo cordial