jueves, 28 de abril de 2011

LA CULPA ES DE JOSÉ MARÍA AZNAR

El pasado día 17 de abril, José Luis Rodríguez Zapatero acude a la Fiesta de la Rosa del PSE-EE, celebrada en Durango y aprovecha la ocasión para declararse inocente de la prolongada crisis económica que nos afecta. Llega incluso más lejos y declara solemnemente que él es una de las principales víctimas de la crisis, provocada, como no podía ser menos, por la derecha insolidaria, instrumentalizada por José María Aznar. En su mitin se refirió, como es lógico, al terrorismo de ETA y reprochó al Partido Popular el “doble discurso” que mantiene, según él, en materia antiterrorista. 

Pero el meollo de su discurso, la mayor parte del mismo, estuvo dedicado a la persistente crisis económica y a criticar duramente la irresponsabilidad y el comportamiento desleal del Partido Popular con respecto a la misma. Pues, según Zapatero, a pesar de que “dicen ser tan patriotas”,  han prestado muy “poca ayuda” al Gobierno para poner remedio a tan funesta situación. Y les pide que, al menos, sean valientes y proclamen “aquí y fuera de aquí” que la economía española tiene “fortaleza y solvencia” suficiente y que por lo tanto “va a salir adelante”.

Insiste Zapatero una y otra vez que hay “en juego muchas cosas importantes” para España, y la más importante es su solvencia en el mundo. Por eso, y apelando constantemente  al patriotismo de la derecha, les pide que luchen “por defender siempre el interés de España” y que se abstengan de "contribuir, desde fuera, como hacen algunos a perjudicar a España". Y continua con su estribillo: "A aquellos que tanto invocan a España, que hagan algo por España y que digan, aquí y fuera de aquí, que tenemos fortaleza, solvencia y que la economía española va a salir adelante". Él es el ejemplo viviente que, sin que nadie se lo reconozca,  está luchando sin desmayo en esta “dura crisis económica, financiera primero, y económica después”.

Muy claramente Zapatero elude toda responsabilidad y repite una y otra vez, que es una crisis de un sistema financiero “desregulado y sin reglas”, que nos vino de fuera. La causa remota viene determinada por la caída de Lethman Brothers, que precisamente “no cayó por culpa del PSOE”, y menos por su propia culpa,  aunque alguien quiera hacer ver lo contrario. Más directamente  esta “crisis tiene causas y nombres y apellidos” muy concretos, y hasta un modelo, “según el cual, lo mejor es no intervenir en la economía, ni vigilar, ni saber qué pasa". Según este modelo, dice Zapatero, todo queda en manos de los mercados. Y ese es precisamente el fallo.

Y este modelo económico que todo lo supedita a los mercados, continuó Zapatero, es un “modelo de derechas”, que fracasó estrepitosamente. Y por supuesto, ahora es el presidente del Gobierno y sus huestes los que tienen que mojarse y solucionar el problema. En esta frase lo deja meridianamente claro: "Ahora a la izquierda y al PSOE nos toca afrontar el reto, combatir la crisis y cambiar el modelo económico y hacer que España recupere crecimiento y empleo y una economía basada en la innovación, sostenible y no en la especulación, el ladrillo y el endeudamiento. Eso es lo que estamos haciendo y lo vamos a conseguir, sin ayudas o con ayudas". Lo malo es que ahora ya sabemos cual es ese nuevo modelo económico, diseñado por Zapatero y que servirá para recuperar el empleo. Se trata simplemente de la rehabilitación de  viviendas. Toda una brillante idea.

Tan preocupado está Rodríguez Zapatero por esconder su propia responsabilidad, que olvida algo muy elemental. Olvida que la crisis económica no afectó exclusivamente a España, ya que todos los países tuvieron que pasar por semejante calvario. Olvida igualmente que nosotros, en principio, estábamos mejor preparados, que muchos de los países de nuestro entorno,  para hacerla frente y minimizar sus consecuencias. Pues era de dominio público, -y Zapatero alguna vez presumió de ello- que crecíamos y que creábamos más puestos de trabajo que nadie. Y llegó la crisis y en pocos sitios hizo tanto daño como en España.

Creo que algo tendría que ver en el desarrollo de la crisis el comportamiento irresponsable de Zapatero y de todo su Gobierno. Mientras que, en casi toda Europa y fuera de Europa, comenzaron a tomar medidas ya en 2007 para hacer frente con garantías a la situación económica preocupante que se avecinaba, el presidente de nuestro Gobierno negaba la crisis y hasta se permitía el lujo de llamar “antipatriotas” a quienes avisaban de lo que se avecinaba y exigían que se tomaran medidas. Aún después  de reconocer la crisis y constatar la evolución tan preocupante que llevaba, siguió gastando dinero a lo loco y las pocas medidas que tomaba, o eran descafeinadas,  o incluso eran claramente perjudiciales. No quiso tomar ejemplo ni de la “fracasada” Merkel, ni del “nervioso” Sarkozy, y tanto Francia como Alemania están ya creciendo decididamente, mientras nosotros seguimos hundidos en el pozo.

Para completar el día, Rodríguez Zapatero busco el halago ante los asistentes a la Fiesta de la Rosa, y quiso colgarse unas medallas que francamente no se merece. Habla del Estado de Bienestar como si fuera algo inventado por él y que solamente él sabe garantizar. Afirma con todo descaro que,  a pesar de la crisis “tan profunda” que ha exigido “austeridad, recortes y medidas difíciles”, hemos sabido mantener incólume el Estado de Bienestar. Y continuó: "Lo hemos defendido, lo defenderemos y lo hemos ampliado", algo que nunca ha hecho el Partido Popular. Se olvida Zapatero, por lo que parece, de que fue él, y no otro,  el que realizó el mayor recorte social  de nuestra historia, el que se atrevió a recortar los salarios de los trabajadores públicos y a congelar las pensiones. Y son precisamente estos, los empleados públicos y los pensionistas, además de los parados, los que de verdad sufren en sus carnes un amplio deterioro en su propio Estado de Bienestar.

Y no podía terminar la fiesta sin cantarle las cuarenta a José María Aznar, de una manera desmedida.  Según Rodríguez Zapatero, es Aznar el máximo responsable de todos nuestros males actuales. "Como ex presidente del Gobierno no debe y no puede poner en cuestión medidas que han sido adoptadas con pleno respaldo del Parlamento". "Le pido que cuando esté fuera de España haga lo que todo español: hablar bien de España". Y sigue con sus aceradas invectivas contra el ex presidente del Gobierno: "Aznar, en sus declaración en la universidad de Columbia dijo varias cosas graves: que el Estado de bienestar no es sostenible. Lo dice él, que no hizo nada por él".  Los logros, eso si, son debidos exclusivamente a la política social del PSOE. Y termina diciendo: "De esta crisis debe quedar el recuerdo de que a pesar de ser tan profunda, hemos mantenido el Estado de bienestar”. 

Gijón, 22 de abril de 2011

José Luis Valladares Fernández

domingo, 24 de abril de 2011

DINERO PARA LA MEMORIA HISTÓRICA

Es cierto que el presidente del Gobierno español, en todos sus viajes al extranjero, no se cansa de lanzar faroles sobre nuestra situación económica. Comenzó aquí en España un 11 de setiembre  de 2007, al hacer balance económico ante el Grupo Parlamentario socialista. Fue entonces cuando José Luis Rodríguez Zapatero, sin el menor rubor, lanzó al aire aquella frase tonta de que  “el Gobierno ha situado a España en la Champions league de las economías del mundo”. Desde entonces y de manera recurrente, ha ido paseando esta idea, para choteo de quienes le escuchan, por todos los países extranjeros que visita. Sin el menor sentido del ridículo, va a Nueva York en septiembre de 2008, y ante un público entendido que fue incapaz de disimular sus carcajadas, anuncia sin más que ya habíamos dejado atrás a la Italia de Berlusconi y que teníamos muy nervioso a Sarkozy, porque le estábamos pisando los talones.

Por si acaso nos quedaba alguna duda, Zapatero ha vuelto a insistir nuevamente en la misma idea, en cada una de las ciudades visitadas durante su reciente viaje oficial por Asia. Buscando desesperadamente inversiones asiáticas para infraestructuras y, sobre todo, para regularizar la marcha de nuestras cajas de ahorro, insiste una y otra vez en la solidez de la economía española. No se cansará de repetir que el sector financiero español es “fuerte, solvente y resistente”. Y es en Singapur donde se lanza nuevamente al ruedo de la exageración y compara la economía española con un “poderoso trasatlántico”. “Aunque en los dos últimos años –dice- hemos dado malas noticias, pidiendo esfuerzos y sacrificios, el barco va a seguir navegando con fortaleza, porque España es un poderoso transatlántico. Estad tranquilos”.

La realidad es muy distinta. No hay ningún dato en nuestra economía que avale ese optimismo tan desmedido, mostrado por Rodríguez Zapatero y por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado. El Fondo Monetario Internacional se ha encargado de devolvernos a la cruda realidad, pronosticando negros nubarrones para la economía española, por lo menos, hasta el año 2017. Señala, además, que España aún no está fuera de peligro y que puede seguir otros países periféricos como, por ejemplo, la vecina Portugal. Seguimos destruyendo empleo y estamos ya muy próximos al 21% de tasa de paro. El consumo está por los suelos y la economía sigue peligrosamente estancada. Para salir de semejante atolladero definitivamente, harían falta unas medidas mucho más drásticas que las  descafeinadas que ha puesto en marcha el Gobierno de Zapatero.

Nuestra economía sigue perdiendo  fuelle. Aún no hemos sido capaces de detener el preocupante proceso de destrucción del tejido industrial y empresarial y cada vez son más amplias las bolsas de pobreza. Nos ahoga económicamente nuestra elevada deuda, pero  para continuar viviendo o malviviendo, no nos queda más remedio que seguir endeudándonos. Y el  Gobierno lo sabe, pero se empecina en gastar más dinero del que tiene, a sabiendas de que así, lejos de solucionar nuestros acuciantes problemas económicos, los complicará aún bastante más. Sustraerse a estos dispendios absurdos debe ser tarea harto difícil para Zapatero y para sus acólitos, sobre todo cuando los destinatarios de ese dinero son grupos ideológicos afines. Un ejemplo claro lo tenemos  en el dinero que, desde el Ministerio de la Presidencia, se habilita cada año para realizar actividades teóricamente relacionadas con las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo.

Una prueba evidente  la tenemos en el Boletín Oficial del Estado  del pasado día 7 de abril. En dicho Boletín el Ministerio de la Presidencia anuncia la convocatoria del concurso de ayudas destinadas a dar cumplimiento a lo previsto  en la Ley de Memoria Histórica. Es una convocatoria que se viene realizando todos los años, por estas fechas, desde 2006.  La cuantía anual de estas ayudas asciende a los 5.681.000 euros. Con este dinero pretenden dignificar los sufrimientos y las calamidades de los del Frente Popular, que cayeron durante la Guerra Civil y de todos los represaliados por la dictadura de Franco. Cada proyecto que se acoja a esta subvención, según se indica en el BOE referenciado, recibirá 60.000 euros, cuando se trate de indagar, localizar, exhumar, identificar y volver a inhumar a las personas que hubieran desaparecido violentamente durante la Guerra Civil o durante la represión política posterior. En los demás casos, el importe asignado serían 40.000 euros.

Aunque se trata de una subvención claramente sectaria, ya que va destinada, de manera exclusiva, a uno solo de los bandos contendientes, hay otros aspectos que llaman más nuestra atención. Por principio, semejante dinero debería ir destinado a la localización, identificación y exhumación de las fosas comunes de la Guerra Civil. Y vemos que esto no es así, ya que solamente se destina el 28,2% para tales fines. En la convocatoria de 2010, solamente se destinó el 25,46% a la recuperación de restos de las víctimas republicanas de la guerra. La mayor parte, el 74,54%, se dedicó  a la propaganda ideológica.

En realidad la norma exige destinar la mitad del dinero de la subvención a exhumar e identificar los cadáveres que, en su día, fueron enterrados en fosas comunes. Pero, hasta ahora, nunca ha habido solicitudes suficientes para completar los 2,8 millones de euros, que es la mitad aproximada del dinero previsto. Y a pesar de semejante circunstancia,  el Gobierno sigue manteniendo el importe de 5.681.000 de euros para esta subvención que después, sin mayores remilgos, repartirá entre sus amigos. Las actividades tenidas en cuenta para el reparto, como veremos, nada tienen que ver con las víctimas de la Guerra Civil, ni con la persecución franquista. No es otra la experiencia que tenemos, desde que, en 2006, se realizó la primera convocatoria.

Es ilustrativo y poco edificante, por ejemplo, el reparto del dinero sobrante de la convocatoria de 2010, en el que participan, como no podía ser menos, los sindicatos habituales. Estas son algunas de las organizaciones que, de manera bastante impúdica, fueron agraciadas con cantidades importantes del dinero destinado durante 2010 a la “memoria histórica”. La Fundación 1º de mayo fue agraciada con 27.103 euros, por aportar unos “Testimonios de la resistencia antifranquista en CC.OO.”. Las Fundaciones Pablo Iglesias y Largo Caballero recibieron 26.275 y 28.649 euros respectivamente, la primera por “Identificación de dirigentes socialistas en la clandestinidad” y la segunda por “Archivo oral del sindicalismo socialista”.

La UGT y CC.OO.no podían faltar en este vergonzoso festín. Y así tenemos a la UGT de Madrid recibiendo 14.286 euros, por una “Historia de vida de militantes de UGT durante el Franquismo”. A la Fundación Anastasio de Gracia (UGT) lucrándose con 21.726 euros por la “Recuperación de la memoria histórica y la dignificación moral de los líderes sindicalistas del metal y la construcción de UGT”. También recibe 11.586 euros la Federación de Industria de la UGT por la “Recuperación de la documentación de la federación de la construcción y del metal de la UGT. La Federación de Enseñanza de CC.OO. y CC.OO de Andalucía reciben, la primera 27.626 euros por una “Exposición y conferencia sobre la Escuela en la II República” y la segunda 24.426 euros por “La memoria de los abogados”.

Todos estos casos que hemos citado, y otros muchos de similar catadura, omitidos para no ser pesados, no tienen evidentemente nada que ver con la exhumación de los restos de los republicanos que perdieron su vida durante la guerra civil, ni con la dignificación de los que sufrieron el acoso de la represión en la posguerra. Se trata simplemente, con la disculpa de la mal llamada memoria histórica, de repartir, de manera poco decente y nada ética, casi 6 millones de euros entre los amigos. Y según todos los indicios, no será muy distinto lo que ocurra con el dinero  de la convocatoria actual.

Gijón, 19 de abril de 2011

José Luis Valladares Fernández    

miércoles, 20 de abril de 2011

DERROCHE DE DINERO PÚBLICO

Cuando los socialistas españoles llegan al Gobierno,  si la provisión de las  arcas públicas es aceptable, suelen desenvolverse muy bien y sin mayores problemas. Y de mano, hasta se multiplican los amigos que los jalean y los adulan. Como no reparan en gastos, la caja se vacía y es entonces cuando comienzan a surgir las primeras complicaciones. Ya lo decía, con mucha sorna,  Margaret Thatcher: "El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero.... de los demás". Es lo que ocurrió con Felipe González. Llegó al Gobierno en  las elecciones de 1982, y la euforia de su triunfo  apoteósico fue decayendo gradualmente al agotarse el dinero público.

En 2004, y como consecuencia de un grave e intencionado atentado en los trenes de cercanías de Madrid, se hace con el Gobierno inesperadamente José Luis Rodríguez Zapatero. Su triunfo no fue tan delirante como el de Felipe González, pero comió el coco a muchos con su talante y con su sonrisa bobalicona. Como había dinero en caja, Zapatero abrió rápidamente su tómbola y comenzó a repartir premios y subvenciones a todo trapo. Le urgía rodearse de amigos que alabaran su generosidad y cantaran sus supuestas gracias, aunque para ello tuviera que vaciar las arcas del Estado. 

Cundo se gasta así el dinero, tan a lo loco, no hacen falta crisis económicas que vengan de fuera. Se basta Zapatero y su Gobierno para provocarla. Y es que el derroche de quienes actualmente rigen los destinos de España, se ha convertido en un mal endémico, si es que no forma parte de su ADN. De su magnanimidad se han aprovechado de manera reiterada, además de muchas ONGs afines, los hermanos  Castro, que llevan años tiranizando a los cubanos, el repelente Hugo Chávez,  que quiere perpetuarse en Venezuela y el cocalero Evo Morales que ordena y manda en Bolivia. No podemos olvidarnos de Daniel Ortega, líder máximo del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que rige, con mano dura, los destinos de Nicaragua. Otro que encontramos frecuentemente entre los premiados con nuestro dinero, es el insaciable sátrapa de Marrueco. 

Las organizaciones sindicales “más representativas” de la UGT y CC OO están siempre al quite a la hora de recibir dinero público. Cualquier disculpa es buena para poner la mano y alzarse con una buena suma. No hace mucho que, por ejemplo, en comandita con la patronal CEOE, y por decisión del ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez,  se embolsarán nada menos que 293 millones de euros. Una cantidad respetable que, en teoría, obligaría a sindicatos y a patronal a organizar cursos de formación, pero todos sabemos que, en este tipo de cuestiones,  el fraude es muy frecuente. 

Hay otra manera habitual de despilfarro que Zapatero ha dejado en manos de Leire Pajín, ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, y de Bibiana Aído, actual secretaria de Estado de igualdad. Son muchas las subvenciones que ese Ministerio ha destinado prioritariamente a la “promoción y prevención sobre los derechos sexuales y reproductivos” de las mujeres de distintos países. Últimamente se han habilitado 1.339.000 euros para subvencionar varios proyectos ultra feministas en Iberoamérica, cuya coordinación correrá a cargo de varias asociaciones españolas, afines al PSOE. Merecen señalarse los casi 30  millones de euros que recibirá, para el periodo 2010-2013, la ONG Solidaridad Internacional, vinculada al PSOE y que presidió antaño la propia Leire Pajín.

En el historial del reparto de estas dádivas, nos encontramos con alguna tan llamativa como la concedida por Cristina Garmendia Mendizábal, titular del Ministerio de Ciencia e Innovación,  a la entidad Basque Culinary Center Fundazioa. Se trata de una fundación puesta en marcha, en colaboración con la cooperativa Mondragón Unibertsitatea, por los cocineros vascos de renombre internacional Pedro Subijana, Andoni Luis Aduriz, Juan María Arzak, Martín Berasategui, Eneko Atxa, Hilario Arbelaiz y Karlos Arguiñano. A este equipo de cocineros famosos se le concede un pellizco de nada menos que 7.000.000 de euros para, entre otras cosas, cubrir gastos de obra, equipamiento, personal y los demás gastos derivados de la puesta en marcha  del proyecto de dicha fundación.

Se busca con este proyecto, según se indica en el decreto de concesión, generar conocimientos de alto nivel en las diferentes áreas de las ciencias gastronómicas y trasmitir esos conocimientos para formar profesionales cualificados, generando procesos de investigación sobre el tema, colaborando estrechamente con universidades, centros tecnológicos, empresas y organismos públicos. El Gobierno, con esta generosa e insólita subvención, concedida  por mediación  del Ministerio de Ciencia e Innovación,  pretende “financiar actuaciones de inmediata ejecución, en el ámbito de determinados sectores productivos estratégicos, para el desarrollo de proyectos con alto impacto en el mantenimiento y creación de empleo”.

Con esta lluvia de subvenciones y la gestión catastrófica del Ejecutivo, hemos llegado a un grado de deterioro económico inasumible. La pobreza y la miseria ocupan zonas poblacionales cada vez más amplias. El mismo Gobierno, acosado por una exagerada deuda que no para de aumentar y por un endiablado déficit público, se ha quedado ya sin margen de maniobra. No le quedan más que las salidas de las ocurrencias, a veces extremadamente disparatadas. Quizás con esa cocina de excelencia, que subvenciona tan generosamente, quiera imitar a los emperadores decadentes de la vieja Roma, como Nerón,  que no hacía más que organizar grandes comilonas mientras el imperio agonizaba inexorablemente. Y eso es lo que está ocurriendo con nuestra sociedad actual. Cuando Winston Churchill decía que “el socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de los ignorantes, la prédica de la envidia, su misión es distribuir la miseria de forma igualitaria para el pueblo”, parece estar describiendo nuestra realidad contemporánea.

Gijón 16 de abril de 2011

José Luis Valladares Fernández 

domingo, 17 de abril de 2011

BACHILLERATO DE EXCELENCIA

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, utilizó el marco de la entrega de los premios Miguel Catalán y Julián Marías, del pasado día 5 de abril, para anunciar solemnemente la creación de un  “Bachillerato de Excelencia”. A este Bachillerato accederán, según indicó la propia Esperanza Aguirre, “los alumnos que más méritos hayan acumulado en el periodo de su escolarización obligatoria". Se pondrá en práctica el próximo curso como experiencia piloto, al que accederán directamente, con carácter voluntario, los 25 mejores alumnos de la ESO, que han sido distinguidos por la Comunidad de Madrid con el Premio Extraordinario en Secundaria. 

El resto, hasta completar 80 ó 100 alumnos, se seleccionarán entre los estudiantes que hayan finalizado la Educación Secundaria Obligatoria con mención honorífica y por lo tanto con más de un ocho de nota media. Para este nuevo Bachillerato, que se iniciará el próximo curso,  se habilitará un nuevo centro, donde los estudiantes recibirán una enseñanza “más exigente”, tanto en la modalidad de Ciencias y Tecnología, como en la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales. Este centro contará con un director propio, un programa y unos profesores especiales, adecuados al nivel académico de los alumnos. Según palabras de Esperanza Aguirre, se trata de crear instituciones que sepan primar la excelencia, el trabajo, el esfuerzo, el talento y la dedicación, como ya ocurre en otros países europeos. Es una forma de animar a los jóvenes madrileños "a dar lo mejor de sí mismos, a esforzarse y a superarse".

Pero este proyecto,  que quiere implantar Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, por lo que parece, disgusta tremendamente a los que presumen de progresistas. En ese coro jacobino discrepante nos encontramos con la Federación de Asociaciones de Padres (FAPA), con los sindicatos de CC OO y de la UGT, los socialistas y, como no, el Gobierno actual. Cuando el PSOE, con fecha 3 de octubre de 1990,   alumbró la malhadada Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE),  creyó haber descubierto la ansiada forma de educar igualitariamente a los alumnos. La nueva Ley Orgánica de Educación (LOE) alumbrada por el Gobierno de Zapatero el 3 de mayo de 2006, derogaba la  LOGSE, no lograba corregir las deficiencias de esta  y acentuaba aún más, si cabe, su  igualitarismo pernicioso. 

La Federación de Asociaciones de Padres de la Comunidad de Madrid, Francisco Giner de los Ríos, fue la primera en levantar  la voz contra ese “Bachillerato de Excelencia”, anunciado por Esperanza Aguirre.  José Luis Pazos, presidente de esa Federación de Asociaciones, critica con dureza que se intente “disgregar” a los alumnos. "Estamos -dice- en contra de la separación del alumnado como consecuencia de sus capacidades personales”. Ante todo, agrega, hay que integrar y huir de la división. Y termina diciendo que habrá que esperar a ver en que termina todo esto, ya que la Comunidad de Madrid, a su juicio, anuncia muchas cosas “que luego no se traducen en nada”.

Los sindicatos se han sumado también a la protesta y dicen que se trata de una medida discriminatoria y  ridícula. El  secretario  general de la Federación  Regional de Enseñanza de CC.OO. de Madrid, Francisco García, reprocha a la presidenta de la Comunidad su afán desmedido de "dar bonitos titulares que no resuelven los problemas del sistema educativo madrileño". Viene a decir que se está ayudando a 80 alumnos "que no lo necesitan" y "se abandona a los que sí lo necesitan". Por su parte, Eduardo Sabina, responsable de Acción Sindical de FETE UGT de Madrid,  afirma claramente que la iniciativa de Esperanza Aguirre “va en línea” con todo lo que está haciendo, basado en el “apartheid de los alumnos”

Los partidos de la oposición en la Asamblea de Madrid tampoco se han quedado atrás en la protesta. La portavoz socialista, Carmen Menéndez, más conocida por Maru Menéndez, nos dice que  "los anuncios de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, profundizan en su política de segregación y no dan ninguna respuesta a las necesidades educativas del alumnado madrileño". Y agrega: "La presidenta regional insiste en la segregación del alumnado y ha olvidado que la educación es un instrumento esencial para nivelar la igualdad de oportunidades”. Más tajante ha sido la secretaria de Educación del PSOE, Cándida Martínez, que afirma rotundamente que se trata de una medida que “segrega, privatiza y retrocede”. La portavoz de Educación de IU, Eulalia Vaquero, dice que es un despropósito que la Comunidad de Madrid “destine más dinero a los alumnos que menos lo necesitan”. 

Es cierto que el ministro de Educación, Ángel Gabilondo se muestra algo más precavido y contemporizador y dice que hay que atender a los estudiantes con mejor rendimiento, pero hay que hacerlo sin aislarlos ni separarlos. Y agrega que “las aulas no son solo lugares para aprender, son lugares también para convivir”. Sin embargo, el secretario de Estado de Educación y Formación Profesional ha sido algo más duro en sus aseveraciones. Insiste en la idea de que el aula “es un ecosistema donde el joven aprende a convivir con sus compañeros”. Pero es extremadamente tajante, cuando dice que “esto es separar, segregar y crear guetos”.

El argumento invocado por estos progresistas de salón se basa exclusivamente en que se discrimina a los menos dotados y a aquellos otros jovenzuelos que no quieren estudiar porque no les gusta o porque no quieren trabajar. Y para que estos, que son una rémora en el desarrollo de las clases, se sientan realizados, hay que discriminar y perjudicar gravemente a los que responsablemente se esfuerzan en el estudio. No se trata de inventar un nuevo Bachillerato. Se busca simplemente solucionar el problema con que se encuentran los jóvenes y las jóvenes que quieren aprovechar el tiempo para ampliar sus conocimientos y se lo impiden desgraciadamente los charlatanes,  los que disfrutan reventando la clase y viendo desmoralizado al profesor. 

Sería bastante más racional que se les separara incluso antes; por lo menos, al finalizar el primer ciclo de la ESO. Al finalizar segundo de la ESO ya se sabe lo que da de sí cada uno de los alumnos. Y es absurdo que, por una mal entendida equidad en el trato, se perjudique seriamente a los dos grupos. En aras de un igualitarismo absurdo, se discrimina y margina a los que quieren estudiar y se perjudica seriamente a los que acuden a las clases de mala gana y porque se les obliga. Esa separación reportaría grandes ventajas a los que trabajan y estudian con afición, ya que, al no haber interrupciones en las clases, aprovecharían mucho mejor el tiempo. 

El otro grupo, el de los que no quieren estudiar, también saldría ampliamente beneficiado. Partiendo de que no se puede obligar a nadie a hacer lo que no quiera, se les haría un gran favor, orientándoles en esa edad temprana, de acuerdo con sus aptitudes,  hacia la formación profesional. Por lo menos, no perderían el tiempo y no se lo harían perder a los demás. Y al final, como pasaba hace años, se enfrentarían a la vida siendo un buen fontanero, un buen electricista o un profesional modelo de cualquier otro oficio. De todos modos, eso sí, habría que dejar siempre alguna puerta abierta para que se reintegren de nuevo al primitivo grupo, si reconsideran su actitud y comienzan a ser buenos estudiantes.
Los que si quieren estudiar y además valen para ello, al verse sin el freno de los revoltosos de la clase, tendrían muy poco que envidiar a los que hacen sus estudios en esos colegios elitistas, demasiado caros para la gente corriente. Y se da la circunstancia de que son muchos los progres adinerados, que alaban desmesuradamente la enseñanza pública y abogan por ese igualitarismo castrante, pero envían sus hijos a esos colegios de ricos para que reciban una buena educación. ¿No se opondrán a la creación  de ese Bachillerato de Excelencia por que temen que, el día de mañana, los agraciados con la nueva forma de enseñar puedan presentar igual o mayor número de másteres que sus propios hijos y puedan hacerles una dura competencia?


Gijón, 12 de abril de 2011

José Luis Valladares Fernández