El 9 de diciembre pasado la empresa demoscópica Vox realizó una encuesta para el grupo de Intereconomía. La pregunta era muy concisa: ¿debe dimitir José Luis Rodríguez Zapatero? El muestreo, realizado a pie de calle y con las cámaras de televisión como testigo, no fue muy amplio, ni en personas consultadas, ni en el despliegue geográfico en que tuvo lugar la consulta. Se redujo a unas pocas provincias españolas.
Según esta encuesta, el 53% de los españoles opina que José Luis Rodríguez Zapatero debería dimitir como presidente del Gobierno frente a un 38% que considera que debe continuar en el cargo. Un 9% no sabe o prefiere no contestar. La mayoría de los ciudadanos que optaron por la continuidad de Zapatero en el cargo, han hecho patente su malestar ante la gestión política y económica tan catastrófica que está haciendo.
Por provincias donde se realizó la consulta, llama la atención el resultado en Galicia. En Galicia gobierna el Partido Popular con mayoría absoluta y, sin embargo, solamente un 33% quiere que dimita Zapatero frente al 43% que opta por su continuidad. Igualmente de sorprendentes son los resultados registrados en Andalucía, donde gobierna el PSOE desde la llegada de la democracia. Los resultados aquí nos dicen que un 61% de los andaluces encuestados está a favor de la dimisión de Zapatero. Solamente un 31% prefiere su continuidad.
El 63% de los valencianos tienen muy claro que Zapatero debe dimitir cuanto antes, mientras que desean que continúe como presidente solamente un 37%. En Madrid ganan los partidarios de la dimisión de Zapatero con un 59% frente al 37% que elijen la continuidad. En Cataluña y en Baleares, los resultados están más equilibrados. Son partidarios de la dimisión el 50% y el 46 % respectivamente, mientras que los partidarios de su permanencia en el cargo alcanzan el 40% y el 42 %. En el País Vasco, al igual que en Galicia, triunfan los partidarios de la permanencia con un 47,8% frente al 45,65 que quieren que dimita cuanto antes.
Aunque nos encontramos con una amplia mayoría de personas que piden la dimisión de Zapatero, sin embargo, son descorazonadoras muchas de las razones aducidas por los partidarios de su continuidad como presidente. Muchas de estas respuestas partidarias del no, nos confirman que aquel viejo lema cultural, popularizado por Manuel Fraga en los años sesenta, “Spain is different” está aún plenamente vigente, corroborándonos que España no tiene arreglo posible.
Alguna de estas chocantes respuestas nos da a entender que, ni el tiempo ha sido capaz de borrar ninguno de los estereotipos que nos han venido marcando y nos han hecho diferentes a los ciudadanos de otros países. Entre los extranjeros que llegan a España, se tiene el convencimiento de que la paella es el plato nacional. Piensan que aquí todo el mundo bailamos sevillanas y que Andalucía es la imagen genuina de España. Marchan convencidos de que nos invade la nostalgia por los duendes solariegos, y que todos los españoles dormimos la siesta y nos pasamos horas enteras batiendo palmas y tocando las castañuelas. Y es que somos nosotros los que fomentamos la idea de que somos diferentes y damos así pie para que nos juzguen de manera tan negativa.
Políticamente, aún es peor. Buen número de los encuestados, algunos de ellos aún muy jóvenes, dieron respuestas deprimentes. Varias mujeres justificaron su voto a Zapatero y sus ganas de que continuara en el puesto, en el hecho de que les gustaba el personaje y se sentían atraídas por el embrujo personal del mismo. El argumento político que aducen es sobradamente convincente. Hubo otros y otras, más directos, que confesaron abiertamente su apoyo a Zapatero, aunque lo estuviera haciendo tan mal y que al Partido Popular no lo querían ver ni en pintura. Y aducían, como justificante de esta postura, el hecho de que se sentían y eran socialistas. No faltaron, aunque fueron pocos, los que estaban dispuestos a pagar un canon, y a perder algún que otro de sus derechos adquiridos, para que Zapatero continuara ocupando la presidencia del Gobierno.
También hay encuestados -y que Dios les conserve la vista- convencidos de que Zapatero lo está haciendo muy bien y no hay razón para que dimita. Todos los partidarios de la continuidad de Zapatero, eso sí, piensan que la crisis económica es algo heredado del Partido Popular. Y, por supuesto, piensan que Zapatero está gestionando muy bien la crisis de la que, según dicen, vamos a salir en breve.
Buen número de los defensores a ultranza de Zapatero evidencian un supuesto izquierdismo, propio de los años 30. No han sido capaces de abandonar aquel espíritu de secta imperante en los partidos políticos en los años previos a nuestra guerra civil. Son así y actúan así porque son incapaces de pensar por si mismos. Intelectualmente viven a golpe de consignas que les transmite la secta y que, por sí mismos son incapaces de evaluar y de hacer cualquier juicio de valor.
Desde el punto de vista político e intelectual, una parte de nuestra juventud, tan moderna en otras áreas, sigue anclada en un pasado muy remoto y anacrónico. No han sido capaces de evolucionar y siguen aferrados al dogmatismo de aquella izquierda que, desde arriba, condicionaba la manera de actuar del Frente Popular. La izquierda, así concebida, desapareció del resto de los países de nuestro entorno. El derribo del muro de Berlín se llevó por delante los últimos vestigios que quedaban en Europa de esa izquierda montaraz e irracional. Y también la creíamos desaparecida en España. Pero por lo visto hemos sido víctimas de un preocupante espejismo. Es José Luis Rodríguez Zapatero, que llega ahíto de batallas absurdas y de ajuste de cuentas, quien nos quiere conectar de nuevo con la IIª República Española. Y es tan surrealista que pretende ganar ahora aquella desgraciada guerra civil que perdieron entonces, y que creíamos ya sobradamente superada y olvidada.
Algunos de nuestros jóvenes, acostumbrados a que les marquen el camino, se dejan embaucar por la aparente empatía de este falso profeta. Y deslumbrados por el supuesto talante de Zapatero, se han convertido en peligrosos talibanes ideológicos que, sin darse cuenta, hipotecan a todos los españoles y dilapidan hasta su propio futuro más o menos inmediato. Y si le siguen apoyando de manera tan irresponsable, va a ser muy difícil recuperar nuestro perdido nivel económico, ya que va a dejar a España convertida en un solar. ¡Que desgracia la de ser diferentes! Lo vamos a pagar muy caro y lo peor de todo es que no tenemos arreglo.
José Luis Valladares Fernández
Según esta encuesta, el 53% de los españoles opina que José Luis Rodríguez Zapatero debería dimitir como presidente del Gobierno frente a un 38% que considera que debe continuar en el cargo. Un 9% no sabe o prefiere no contestar. La mayoría de los ciudadanos que optaron por la continuidad de Zapatero en el cargo, han hecho patente su malestar ante la gestión política y económica tan catastrófica que está haciendo.
Por provincias donde se realizó la consulta, llama la atención el resultado en Galicia. En Galicia gobierna el Partido Popular con mayoría absoluta y, sin embargo, solamente un 33% quiere que dimita Zapatero frente al 43% que opta por su continuidad. Igualmente de sorprendentes son los resultados registrados en Andalucía, donde gobierna el PSOE desde la llegada de la democracia. Los resultados aquí nos dicen que un 61% de los andaluces encuestados está a favor de la dimisión de Zapatero. Solamente un 31% prefiere su continuidad.
El 63% de los valencianos tienen muy claro que Zapatero debe dimitir cuanto antes, mientras que desean que continúe como presidente solamente un 37%. En Madrid ganan los partidarios de la dimisión de Zapatero con un 59% frente al 37% que elijen la continuidad. En Cataluña y en Baleares, los resultados están más equilibrados. Son partidarios de la dimisión el 50% y el 46 % respectivamente, mientras que los partidarios de su permanencia en el cargo alcanzan el 40% y el 42 %. En el País Vasco, al igual que en Galicia, triunfan los partidarios de la permanencia con un 47,8% frente al 45,65 que quieren que dimita cuanto antes.
Aunque nos encontramos con una amplia mayoría de personas que piden la dimisión de Zapatero, sin embargo, son descorazonadoras muchas de las razones aducidas por los partidarios de su continuidad como presidente. Muchas de estas respuestas partidarias del no, nos confirman que aquel viejo lema cultural, popularizado por Manuel Fraga en los años sesenta, “Spain is different” está aún plenamente vigente, corroborándonos que España no tiene arreglo posible.
Alguna de estas chocantes respuestas nos da a entender que, ni el tiempo ha sido capaz de borrar ninguno de los estereotipos que nos han venido marcando y nos han hecho diferentes a los ciudadanos de otros países. Entre los extranjeros que llegan a España, se tiene el convencimiento de que la paella es el plato nacional. Piensan que aquí todo el mundo bailamos sevillanas y que Andalucía es la imagen genuina de España. Marchan convencidos de que nos invade la nostalgia por los duendes solariegos, y que todos los españoles dormimos la siesta y nos pasamos horas enteras batiendo palmas y tocando las castañuelas. Y es que somos nosotros los que fomentamos la idea de que somos diferentes y damos así pie para que nos juzguen de manera tan negativa.
Políticamente, aún es peor. Buen número de los encuestados, algunos de ellos aún muy jóvenes, dieron respuestas deprimentes. Varias mujeres justificaron su voto a Zapatero y sus ganas de que continuara en el puesto, en el hecho de que les gustaba el personaje y se sentían atraídas por el embrujo personal del mismo. El argumento político que aducen es sobradamente convincente. Hubo otros y otras, más directos, que confesaron abiertamente su apoyo a Zapatero, aunque lo estuviera haciendo tan mal y que al Partido Popular no lo querían ver ni en pintura. Y aducían, como justificante de esta postura, el hecho de que se sentían y eran socialistas. No faltaron, aunque fueron pocos, los que estaban dispuestos a pagar un canon, y a perder algún que otro de sus derechos adquiridos, para que Zapatero continuara ocupando la presidencia del Gobierno.
También hay encuestados -y que Dios les conserve la vista- convencidos de que Zapatero lo está haciendo muy bien y no hay razón para que dimita. Todos los partidarios de la continuidad de Zapatero, eso sí, piensan que la crisis económica es algo heredado del Partido Popular. Y, por supuesto, piensan que Zapatero está gestionando muy bien la crisis de la que, según dicen, vamos a salir en breve.
Buen número de los defensores a ultranza de Zapatero evidencian un supuesto izquierdismo, propio de los años 30. No han sido capaces de abandonar aquel espíritu de secta imperante en los partidos políticos en los años previos a nuestra guerra civil. Son así y actúan así porque son incapaces de pensar por si mismos. Intelectualmente viven a golpe de consignas que les transmite la secta y que, por sí mismos son incapaces de evaluar y de hacer cualquier juicio de valor.
Desde el punto de vista político e intelectual, una parte de nuestra juventud, tan moderna en otras áreas, sigue anclada en un pasado muy remoto y anacrónico. No han sido capaces de evolucionar y siguen aferrados al dogmatismo de aquella izquierda que, desde arriba, condicionaba la manera de actuar del Frente Popular. La izquierda, así concebida, desapareció del resto de los países de nuestro entorno. El derribo del muro de Berlín se llevó por delante los últimos vestigios que quedaban en Europa de esa izquierda montaraz e irracional. Y también la creíamos desaparecida en España. Pero por lo visto hemos sido víctimas de un preocupante espejismo. Es José Luis Rodríguez Zapatero, que llega ahíto de batallas absurdas y de ajuste de cuentas, quien nos quiere conectar de nuevo con la IIª República Española. Y es tan surrealista que pretende ganar ahora aquella desgraciada guerra civil que perdieron entonces, y que creíamos ya sobradamente superada y olvidada.
Algunos de nuestros jóvenes, acostumbrados a que les marquen el camino, se dejan embaucar por la aparente empatía de este falso profeta. Y deslumbrados por el supuesto talante de Zapatero, se han convertido en peligrosos talibanes ideológicos que, sin darse cuenta, hipotecan a todos los españoles y dilapidan hasta su propio futuro más o menos inmediato. Y si le siguen apoyando de manera tan irresponsable, va a ser muy difícil recuperar nuestro perdido nivel económico, ya que va a dejar a España convertida en un solar. ¡Que desgracia la de ser diferentes! Lo vamos a pagar muy caro y lo peor de todo es que no tenemos arreglo.
José Luis Valladares Fernández
La encuesta es lo que es y dice lo que dice, aún dentro de sus limitaciones geográficas y numéricas. Pero me viene a propósito una reflexión. El gobierno socialista sigue manejando de tapadilla una gran mayoría de medios de comunicación: prensa , radio, TVs, algunos de esos nedios financiados con el presupuesto de todos, incluso con el de los que votan al PP. Y con ese dinero se están haciendo permanentemente la propaganda gratuita, con la coletilla "gobierno de España" o "Plan E", etc. La persecución dialéctica al PP, y en concreto a
ResponderEliminarMariano Rajoy y a algunos presidentes de Comunidades del PP, ha sido brutal, desde el famoso pacto de Tinell. Permanecer en el gobierno a cualquier precio: Socialistas y nacionalistas, junto con el apoyo de IU. Por eso la mala gestión de la crisis no ha pasado la factura merecida al PSOE. La oposición del PP debe ser más contundente y creíble. No sólo hacer oposición, criticando la política nefasta de ZP y su gobierno, sino también haciendo propuestas concretas que encandilen y enganchen al electorado y más aún a esa masa silensiosa y olvidada de cuatro millones de parados.
Los socialistas, lo único que hacen bien, es la propaganda. El problema es que no es lo mismo predicar que dar grano. La pésima gestion que Zapatero está haciendo de la crisis, efectivamente, no le ha pasado la factura correspondiente. De momento, la factura nos la están pasando a nosotros. Yo tambien creo que, dentro del PP debiera haber algo más de instinto de tiburón.
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