miércoles, 1 de noviembre de 2017

LOS SUEÑOS DEL NACIONALISMO CATALÁN

       II – El dominio musulmán traspasa  los Pirineos y entra en Francia


 Al comprobar que el reino visigodo está sumido en una grave crisis por su despiadada lucha interna por el poder monárquico, los musulmanes creen que ha llegado el momento propicio para conquistar la antigua Hispania romana, llevando allí su “guerra santa”. Para preparar el terreno y calibrar sus posibilidades, comienzan a tantear  las costas más meridionales de la península, organizando esporádicos ataques y saqueos. Y como apenas encuentran oposición alguna, piensan que ha llegado el momento  de cruzar el estrecho de Gibraltar para expandirse por todo el territorio visigodo.
Las huestes musulmanas, dirigidas por el bereber Tariq ibn Ziyad, inician la travesía del estrecho, coincidiendo con la llegada de la primavera del año 711 y desembarcan en la bahía  de Algeciras, que entonces se llamaba Iulia Traducta o Tingentera. Cuando Tariq pudo contar con todo su ejército, compuesto por más de 7.000 bereberes y unos 5.000 africanos, comenzó a saquear sistemáticamente las zonas y las ciudades  más próximas de la baja Andalucía.
Este ataque musulmán no despertó preocupación alguna en el reino de Toledo, porque los sarracenos solían organizar, desde el norte de África, alguna que otra incursión militar de este tipo contra diversas poblaciones del sur peninsular. Y cuando ocurría esto, o eran rechazados inmediatamente  por las fuerzas locales, o se retiraban ellos mismos, después de conseguir un buen botín.
Pero ahora era diferente, ya que Tariq ibn Ziyad y sus bereberes atacaban con una violencia inusitada y no tenía intención alguna de retirarse voluntariamente de las ciudades que conquistaban. Una vez comprobados estos extremos, don Rodrigo abandonó la lucha que mantenía en el norte contra nobles  partidarios de Agila II y regresó precipitadamente a Toledo para enfrentarse a los invasores islámicos. Pero no olvidemos que la crisis y los desacuerdos que motivaron las luchas internas y las divisiones en el reino visigodo, habían reducido considerablemente la capacidad bélica de los hombres de don Rodrigo.

El enfrentamiento de las tropas de don Rodrigo con los bereberes de Tariq se produjo a finales de julio del año 711 a orillas del rio Guadalete. En el momento más crucial de la batalla, se produce la deserción de los hermanos de Vitiza, pasando con su gente al bando musulmán. Desmoralizado por esa inesperada traición, el menguado ejército visigodo fue ampliamente derrotado, muriendo en esa batalla el propio rey don Rodrigo. Con esta victoria, Tariq ibn Ziyad consigue establecer una cabeza de puente totalmente estable en el sur de la península ibérica.
Al conocer tan extraordinaria noticia, el caudillo militar musulmán yemení Musa ibn Nusair se anima,  y desembarca en Cadiz al mando de otros 18.000 nuevos soldados. Con ese refuerzo, las tropas musulmanas desplegadas en el sur de la península, conquistaron fácilmente Medina-Sidonia y Carmona y, después de un ímprobo esfuerzo, se hicieron también con Sevilla, instalando en esta ciudad la base de sus futuras operaciones militares.
A partir de la toma de Sevilla, las tropas de Tariq y las de Musa, actuando unas veces de manera independiente y otras coordinadamente, se apoderaron  de Córdoba, capital  de la provincia visigoda  de la Bética y también, cómo no, de Mérida, que era la capital de la provincia de Lusitania. Fueron cayendo en manos agarenas, una detrás de otra, ciudades tan importantes como Málaga, Granada y Jaén. Detrás vendría Cáceres, Talavera la Vieja y, por supuesto, Toledo.  En el año 713 se apoderaron de Zaragoza y, tras someter las poblaciones del curso medio y alto del rio Ebro, invadieron también León, Astorga, Zamora y Lugo.
El rey visigodo Agila II, que conservaba una zona sumamente reducida en el nordeste de la península, sufre también las consecuencias de los avances imparables de los conquistadores musulmanes. Y perdió la vida precisamente defendiendo sus territorios en el valle del Ebro y en Zaragoza. Tras la muerte de Agila II, le sucede en el trono el rey Ardón.
Cuando Musa ibn Nusair, fue llamado a Damasco por el califa Omeya Suleimán en el año 714, pone a su hijo Abd al-Aziz al frente del ejército musulmán y lo nombra gobernador o walí de Al-Ándalus. En el primer año de su mandato, Abd al-Aziz controla todo el Levante, sometiendo Valencia y Sagunto y amplía sus dominios por todo el oeste peninsular, al conquistar Huelva, Lisboa y Coímbra. Pero no le perdonaron que tratara de reforzar su poder frente a los demás cargos de los conquistadores. Y alguien de su entorno lo acusó de abrazar secretamente la religión cristiana y fue asesinado  en el verano del año 715 en la mezquita de Sevilla.
Los territorios que aún conservaban los visigodos en el nordeste de Hispania gozaron de cierta tranquilidad a lo largo del año 715. No se organizó ninguna nueva campaña, durante todo ese periodo, para conquistar nuevos territorios ni por parte del walí Abd al-Aziz, mientras estuvo al frente  de las tropas invasoras musulmanas, y menos por parte de Ayyub, futuro fundador de Calatayud, que gobernó interinamente las poblaciones conquistadas durante los  últimos seis meses del año 715.
El nuevo walí de Al-Ándalus, Al-Hurr, que llegó a la península con un ejército de refuerzo en el año 716, fijó su residencia en Córdoba y se dedicó, en primer lugar, a fortificar las plazas conquistadas, instalando guarniciones militares en todas ellas. Pero Al-Hurr no emprendió su primera campaña contra las tropas del rey Ardón hasta la primavera del año 717. En esa fecha, marchó contra la Tarraconense Oriental y logró someter varias ciudades, entre ellas Pamplona.
En el año 718, acabó con la resistencia de la Tarraconense y conquistó Barcino, la actual Barcelona. Su dominio se extendió rápidamente a los Pirineos y hasta el sur de Francia. Los magnates godos, que guardaban lealtad al rey Ardón, huyeron  hacia la Galia Narbonense, donde fueron conocidos como hispani, no como catalanes.
Pero el atrevimiento  de los nacionalistas que viven hoy en Cataluña no tiene límites y afirman rotundamente que el primer manual de derecho catalán se compiló ya en el siglo VII.  Y para ellos, España no nace hasta el año 1714, que es cuando Cataluña perdió realmente su independencia. ¡Lo que hay que oír!

Gijón, 25 de octubre de 2017

José Luis Valladares Fernández

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