El
pasado 27 de mayo, el director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Iván Redondo, comparecía ante la Comisión
Mixta de Seguridad Nacional. Y suplantando al famoso Isaac Asimov, aprovechó esa ocasión
para anunciar solemnemente la inminente creación de una NASA española. Y afirmó que, con la institución de una Agencia
Espacial española, podíamos prevenir y “hacer frente a los riesgos y amenazas que
puedan dañar los intereses nacionales”.
Y
para que no quede ninguna duda de las intenciones del Gobierno, el ministro de
Ciencia e innovación de España, Pedro
Duque, salió al día siguiente a la palestra para confirmar la noticia. Este
astronauta español hizo saber a los
descreídos de siempre, que había llegado la hora de competir dignamente con
norteamericanos y rusos, disponiendo de una Agencia Aeroespacial propia, capaz
de crear y lanzar cohetes al espacio y
de realizar viajes turísticos a la Luna y, por qué no, a otros planetas y
satélites. Y todo, claro está, causando “el
mínimo trastorno posible a las cuentas públicas”.
De
todos modos, tenemos que decir que, o estamos ante un proyecto propagandístico
del Gobierno de Pedro Sánchez,
ideado cuidadosamente por su fiel escudero, Iván Redondo, para desviar la atención de otros asuntos, o los
miembros de ese Gobierno están soñando. Sea como sea, esa propuesta estelar es
tan etérea y tan inútil como la España que tienen previsto conseguir en el año
2050.
También
es muy posible, que al presidente Sánchez
le parezca poca cosa La Moncloa y que, para colmar su desmedida ambición, necesite
estar por encima de los demás
presidentes del mundo y aspire por eso a dirigir un Gobierno realmente galáctico.
En cualquier caso, la puesta en marcha de una Agencia Espacial española es
algo, creo yo, que no está al alcance de nuestro Gobierno, en primer lugar porque
carecemos lamentablemente de medios económicos suficientes para instaurar un
organismo así, y mucho menos para mantenerlo después.
Y
a parte de la evidente inviabilidad económica, nos encontramos también con la
falta de capacidad técnica del Gobierno de Pedro
Sánchez para desarrollar adecuadamente un proyecto de esa envergadura. Eso
indica, al menos, la nefasta gestión que han hecho de la economía en general y
de la pandemia generada por el coronavirus. Fallaron lisa y llanamente hasta en
la formación del comité de expertos que necesitaban para tomar decisiones más
acertadas. Por lo tanto, no podíamos esperar que hubieran acertado a montar la
maqueta de una simple nave espacial.
Es
verdad que España nunca ha tenido capacidad económica para afrontar la creación
y el mantenimiento posterior de una NASA española de esa envergadura. Como
mucho, podríamos recrear a gran escala la Misión Intergaláctica Espacial de ‘Mortadelo
y Filemón’, plasmada en un cómic por el genial Francisco Ibáñez Talavera. Y esas posibilidades económicas se
redujeron sensiblemente aún más con el aterrizaje de Pedro Sánchez en La Moncloa. Y todo, digámoslo de una vez, por su desastrosa
gestión al frente del Gobierno.
No
olvidemos que, si el presidente Sánchez
maneja las cuentas con la misma soltura que el paraguas en un día de tormenta con mucho
viento, tenemos asegurado el desastre económico. Y es lo que efectivamente pasó,
ya que se olvidó de la economía productiva y centró todo su esfuerzo en la
economía subsidiada, gastando dinero a lo loco, con el consiguiente aumento
descontrolado del déficit y de la deuda pública. Y como es sabido, las
sociedades subsidiadas terminan inevitablemente sumidas en la pobreza y la
miseria más extrema.
Según
el Banco de España, al finalizar el año 2020, la deuda pública alcanzaba la
escalofriante cifra de los 1,345 billones de euros, lo que representa el 120%
del PIB español. Y si actualizamos esa deuda, incluyendo el incremento que se
produjo a lo largo del primer trimestre de 2021, nos encontraríamos con una
cifra bastante más escandalosa. La deuda del conjunto de las Administraciones
Públicas alcanzaría los 1.392.733 millones de euros, con lo que llegaríamos,
ahí es nada, al 125,3% del PIB.
Hay
que señalar, digámoslo abiertamente, que el Gobierno de Pedro Sánchez bate todos los récords en altos cargos, en asesores y,
por supuesto, en personal de confianza sin más méritos que la relación personal
o la amistad. En el primer trimestre de este año, solo los asesores se han
llevado un pellizco nada menos que de 17.5 millones de euros.
Teniendo
en cuenta todo esto, podemos afirmar categóricamente que el sanchismo
ha supuesto un lastre y un tremendo fracaso para los españoles, sobre todo para
los colectivos más vulnerables, como es el caso de los más jóvenes y los que
sufren el estigma de la pobreza. Gracias a la labor y a los desvelos del doctor
‘cum
fraude’ que rige nuestros destinos, España camina decididamente hacia
el tercermundismo y a la miseria.
Hay
que reconocer que, desde que se produjo el desembarco del presidente Sánchez en La Moncloa, comenzaron a
crecer desproporcionadamente las colas del hambre. La Fundación Madrina, por ejemplo, venía atendiendo al mes a unas 400
familias con problemas de vulnerabilidad
social. Ahora, sin embargo, tiene que prestar ayuda económica diariamente a más
de 4.000 familias necesitadas.
Sabemos
que a Pedro Sánchez le pierde su egoísmo
y su desmedida presunción, que le lleva a presumir hasta de su sombra. Y para
curarse en salud y huir de cualquier
tipo de responsabilidad con la situación
de pobreza que se vive en España, procura compararnos con los países de nuestro
entorno, dando a entender que tenemos un nivel muy similar al de los franceses
e italianos. Y se despacha, faltaría más, ocultando que, entre los 27 países de
La Unión Europea, lideramos el paro y ocupamos la cuarta plaza en riesgo de
pobreza. Solo tenemos por delante de nosotros a Rumanía, Bulgaria y Estonia,
que ya es decir.
Y
por si fuera esto poco, tenemos que agregar, que España es el tercer país de la Unión Europea
con la mayor desigualdad de la renta disponible. No tenemos nada más que a
Bulgaria y a Rumanía por delante de nosotros en la misma circunstancia. Y esa
elevada desigualdad sirve naturalmente para provocar una mayor incidencia de la
pobreza.
Si
nos atenemos a los datos que publicó la oficina estadística europea, Eurostat,
en octubre de 2020, debemos aceptar que uno de cada cinco españoles está en
riesgo inminente de pobreza, que viene a ser un 20,7% de la población. Y esto
nos sitúa claramente, forzoso es reconocerlo, a más de 3 puntos por encima del
17%, que, como sabemos, es la media de los
27 países que forman esa conocida asociación económica y política de Europa
Y
la peor parte de la desafortunada política económica del Gobierno que preside Pedro Sánchez, se la llevan, cómo no, los
menores y los adolescentes, que aún no han cumplido los 18 años. Se da la
circunstancia que España, juntamente con Rumanía, Bulgaria e Italia, encabeza
el índice de pobreza infantil en la Unión Europea. El 27% de los jóvenes
españoles están en riesgo de pobreza. Y otro 12% padece pobreza severa y exclusión social.
La
pobreza infantil genera obviamente un problema estructural muy grave, ya que
origina un alto coste para la sociedad, porque suele ser determinante de la pobreza en la edad
adulta y acaba siempre con la igualdad
de oportunidades entre los propios jóvenes. A pesar de todo, el presidente Sánchez, o no quiere, o no sabe hacer frente a los inconvenientes
que originan tanta pobreza. En cualquier caso, creo que es lo primero, ya que
los socialistas, sobre todo si están contaminados con grandes dosis de
populismo, prefieren tratar con pobres porque son mucho más obedientes y
manejables que los que no necesitan subsidio alguno para vivir.
Gijón,
11 de junio de 2021
José Luis Valladares Fernández
Además de servir de propaganda, será muy útil para otros menesteres: Otro lugar para enchufar a quien sea menester a cargo del erario público.
ResponderEliminarEn realidad es lo único que sabe hacer, colocar a sus amiguetes con cargo al erario público.
EliminarA este Calígula que tenemos de presidente,se le va la olla y es capaz de imponer sus teorías comunistas hasta en el planeta Marte, saludos,😁
ResponderEliminarVaya cruz que nos cayó con este personaje, que parece un adolescente maleducado. Solo sabe darse autobombo, presumir y hacer el ridículo como en la última cumbre de la OTAN. Saludos
EliminarHombre, si agencia espacial española, ya la montó Franco. No vió la película de Toni Leblanc? Basada en hechos reales
ResponderEliminarNi vio la película de Toni Leblanc, ni la Misión Intergaláctica de Francisco Ibáñez paseando por el espacio a Mortadelo y a Filemón. ni tiene idea de nada
EliminarYo propongo que como directores de LA NASA ESPAÑOLA, pongan a Pepe Goteras y Otilio, ya que podría ser algo que mejor que si ponen sus expertos.
ResponderEliminarPor lo menos, lograrían divertirnos, que no es poco
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