Cada vez que hay elecciones a la vista, la historia se repite una y otra vez. Como el Estado de Derecho, en la España de ZP, es una mera entelequia, se puede acusar y difamar sin problema alguno al Partido Popular. Y dentro del PSOE cuentan con dos auténticos milicianos de izquierda que, abierta la veda, disfrutan con este tipo de cacería política: Baltasar Garzón y Mariano Fernández Bermejo.
Debido al sincretismo judicial de Garzón, desconocemos lo que hay detrás de esa trama de corrupción atribuida interesadamente al Partido Popular. Como mucho, algún episodio aislado, que utilizan arteramente para transmitir la imagen de un PP corrupto, al que hay que desacreditar de cara al proceso electoral.
Sí sabemos, en cambio, que Garzón alardea absurdamente, y sin el menor pudor, de ser un juez de izquierdas. Como si el ser de izquierdas garantizara un modo correcto de impartir justicia. Y además es tan presumido y vanidoso que, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, se embarca en monterías de salón en busca de un estrellato absurdo. Le gustaría, incluso, hasta aparecer en los cromos que se intercambian los niños en los colegios.
Y para mayor desgracia del que espera una solución, rápida y conforme a derecho, de sus problemas judiciales, pacta una cacería ilegal, en la finca jienense de Cabeza Prieta, con su jefe Mariano Fernández Bermejo. Había que planificar la otra caza, la inconfesable caza de la plana mayor del PP. Bermejo, personaje pintoresco donde los haya, acude ufano a cazar a esa finca, sin licencia. Y cazan, a pesar de que había nieve y, además, abaten unos jabalíes, incurriendo ambos cazadores en otra ilegalidad más.
Garzón es un juez atípico que se cree el no va más en todo y que, ni es independiente en sus actos, y que carece de la más elemental sapientia, que en latín significa, al mismo tiempo, sabiduría y prudencia. Únicamente tiene chulería y un afán desmedido de protagonismo. Y el ministro Bermejo es aún más chulo que el propio Garzón. Presume incluso de haber violado la ley, él, que, por el cargo público que ocupa, debería cumplir escrupulosamente y hacer cumplir al resto de los mortales. Da la sensación de que paladea el placer de ser culpable y, a la vez, sentirse libre. Como muchos socialistas, piensa que está por encima del mal y el bien.
Es evidente que Bermejo, todo un comisario político de Justicia, se destaca por su afición desmedida a la comodidad, a la buena vida y al goce indecente de todos los placeres del Poder. Se tiene a sí mismo por una criatura heráldica con más derecho que nadie al uso indiscriminado de los diversos recursos patrimoniales y de la Tesorería del Estado. Tiene tan poco decoro que, cuando se descubre que cazó sin licencia, no encuentra mejor disculpa que el de un simple e inoportuno olvido
Sería interesante, también, averiguar quien financia esas caras monterías en que intervienen el Juez y el Ministro, y a cambio de qué. Que a lo mejor hay aquí la misma materia delictiva que la que tratan de encontrar ellos en los políticos encausados. No cabe duda que, personajes como Bermejo y Garzón, solamente son posibles en la inverosímil España de Zapatero.
Debido al sincretismo judicial de Garzón, desconocemos lo que hay detrás de esa trama de corrupción atribuida interesadamente al Partido Popular. Como mucho, algún episodio aislado, que utilizan arteramente para transmitir la imagen de un PP corrupto, al que hay que desacreditar de cara al proceso electoral.
Sí sabemos, en cambio, que Garzón alardea absurdamente, y sin el menor pudor, de ser un juez de izquierdas. Como si el ser de izquierdas garantizara un modo correcto de impartir justicia. Y además es tan presumido y vanidoso que, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, se embarca en monterías de salón en busca de un estrellato absurdo. Le gustaría, incluso, hasta aparecer en los cromos que se intercambian los niños en los colegios.
Y para mayor desgracia del que espera una solución, rápida y conforme a derecho, de sus problemas judiciales, pacta una cacería ilegal, en la finca jienense de Cabeza Prieta, con su jefe Mariano Fernández Bermejo. Había que planificar la otra caza, la inconfesable caza de la plana mayor del PP. Bermejo, personaje pintoresco donde los haya, acude ufano a cazar a esa finca, sin licencia. Y cazan, a pesar de que había nieve y, además, abaten unos jabalíes, incurriendo ambos cazadores en otra ilegalidad más.
Garzón es un juez atípico que se cree el no va más en todo y que, ni es independiente en sus actos, y que carece de la más elemental sapientia, que en latín significa, al mismo tiempo, sabiduría y prudencia. Únicamente tiene chulería y un afán desmedido de protagonismo. Y el ministro Bermejo es aún más chulo que el propio Garzón. Presume incluso de haber violado la ley, él, que, por el cargo público que ocupa, debería cumplir escrupulosamente y hacer cumplir al resto de los mortales. Da la sensación de que paladea el placer de ser culpable y, a la vez, sentirse libre. Como muchos socialistas, piensa que está por encima del mal y el bien.
Es evidente que Bermejo, todo un comisario político de Justicia, se destaca por su afición desmedida a la comodidad, a la buena vida y al goce indecente de todos los placeres del Poder. Se tiene a sí mismo por una criatura heráldica con más derecho que nadie al uso indiscriminado de los diversos recursos patrimoniales y de la Tesorería del Estado. Tiene tan poco decoro que, cuando se descubre que cazó sin licencia, no encuentra mejor disculpa que el de un simple e inoportuno olvido
Sería interesante, también, averiguar quien financia esas caras monterías en que intervienen el Juez y el Ministro, y a cambio de qué. Que a lo mejor hay aquí la misma materia delictiva que la que tratan de encontrar ellos en los políticos encausados. No cabe duda que, personajes como Bermejo y Garzón, solamente son posibles en la inverosímil España de Zapatero.
José Luís Valladares Fernández
Coincido plenamente con su escrito. En otros paises civilizados, por mucho menos habría dimitido, no sólo el ministro si no el gobierno en pleno. Está claro que SPAIN IS DIFFERENT!
ResponderEliminarUna persona muy, pero que muy preocupada por la situación
Tiene vd toda la razón, en este país de pandereta se puede hacer todo lo que a uno le venga en gana mientras sea del PSOE. Ojo que si un pobre coge una barra de pan para poder comer le meten en la trena.
ResponderEliminarQué envidia me da su yerno tener un suegro como vd.
Gracias por sus escritos y hasta pronto.
MC
A ver ahora con el nuevo Ministro de Justicia, si las cosas cambian para mejor. Y la justicia seimparte para todos por igual, sean del color político que sean.
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