El Gobierno actual de España, además de muy poco serio, está dando muestras sobradas de una irresponsabilidad planetaria. Hasta el Banco Central Europeo, muy recientemente, se ha visto obligado a llamarle la atención, exigiéndole más austeridad y menos optimismo. Le ha pedido claramente que, a la hora de elaborar los nuevos presupuestos, sea más austero, se deje de optimismos tontos y sea más realista en sus previsiones económicas para, de este modo, evitar sorpresas negativas y desagradables.
Pero, por desgracia para nosotros, éste es el Gobierno que tenemos, un Gobierno cuajado de medianías y alguna que otra nulidad, que fue hecho por Rodríguez Zapatero a su imagen y semejanza. Tanto el jefe del Ejecutivo, como sus ministros, no dudan en realizar anuncios, a veces sumamente arriesgados y comprometidos, sobre la marcha de nuestra economía. Ahí está, por ejemplo, lo dicho por José Luis Rodríguez Zapatero en Mallorca, después de su despacho con el Rey. Le faltó tiempo para anunciar nuevos gastos en obras públicas. Dio a entender que se trataba de una inversión prioritaria, que se llevaría a cabo al margen de la necesaria reducción del déficit público.
Estas declaraciones de Zapatero llevaron inmediatamente la desconfianza a dichos mercados financieros, desconfianza que, sin pérdida de tiempo, disparó la prima de riesgo de los bonos españoles. Antes de hablar Rodríguez Zapatero, esa prima de riesgo o diferencial con respecto a la rentabilidad de la deuda alemana estaba en 150 puntos. Los detalles del presidente del Gobierno sobre la reanudación de ciertas obras públicas, dieron pie a que se dudara de la capacidad de España para cumplir los objetivos de recorte del asfixiante déficit público. Esto originó, prácticamente de un día para otro, que la prima de riesgo subiera casi un 18%, pasando de los 150 a los 175,4 puntos básicos.
Esta circunstancia obligó al secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, a salir a la palestra para intentar tranquilizar a los mercados financieros. Con esa intencionalidad, Campa puso todo el énfasis en que el objetivo de rebajar el déficit público en 2011 al 6% del PIB es “incondicional”. Por lo tanto, si la economía española no se comporta de acuerdo con lo previsto, el Gobierno adoptaría nuevas medidas de ajuste del gasto, ya que es absolutamente prioritario el compromiso de alcanzar, en el próximo año, la reducción del déficit público al 6% del PIB comprometido. A pesar de las intencionadas declaraciones del secretario de Estado de Economía, la prima de riesgo de los bonos españoles pierde la mejora que había logrado provisionalmente gracias a la publicación de las sospechosas pruebas de solvencia de la banca europea.
La irresponsabilidad es una constante en los miembros del Gobierno. Rara vez calibran el alcance y la transcendencia de sus palabras, y esto porque no quieren o porque no saben hacerlo. Últimamente ha sido el ministro de Fomento, José Blanco, quien ha dado la nota al considerar que son muy bajos los impuestos que pagamos los españoles. “Si queremos unos servicios de primera también tenemos que tener tributos como los europeos”, dijo. Y continuó reflexionando en voz alta: “España (…) cuenta con una base impositiva muy baja en relación con la media de los países europeos”. Habrá que advertirle a José Blanco que no es lo mismo presión fiscal que esfuerzo fiscal. Entre un concepto y otro hay una notable diferencia, pero exigirle al ministro de fomento que vea esa diferencia, sería lo mismo que pedirle peras al olmo. Su capacidad intelectual quizás no dé para tanto.
El esfuerzo fiscal de los ciudadanos no tiene nada que ver con el porcentaje de los ingresos de los contribuyentes que van a parar al Estado. Esto es, si se quiere, presión fiscal y ésta si está por debajo de la media europea. El esfuerzo o carga fiscal es otra cosa muy distinta, es el sacrificio económico que hace el ciudadano para pagar esos impuestos. Y este es tanto mayor, cuanto menor es el nivel de su renta. Y España es el segundo país de la Unión Europea que cuenta con el salario más bajo. De ahí que el esfuerzo fiscal de los españoles, calculado en función del sueldo medio, esté 21,89 puntos por encima de la media de la Eurozona. Solamente Italia y Portugal nos superan en ese esfuerzo fiscal, Italia con 30,55 puntos sobre la media y Portugal con 65,33 puntos. También se puede medir el esfuerzo fiscal por el número de días que el ciudadano medio español tiene que trabajar al año para satisfacer lo que se lleva Hacienda, bastantes más de los que tienen que trabajar la mayoría de los ciudadanos europeos.
Aún no conocemos el alcance de las preocupantes declaraciones de José Blanco. Puede ser un simplemente globo sonda o puede ser un adelanto intencionado de la actuación futura del Gobierno, para así edulcorar convenientemente, en la medida de lo posible, una próxima subida de impuestos. En cualquier caso, estas palabras sembraron el desconcierto y la preocupación entre los ciudadanos particulares y el mundo empresarial. Pues todo el mundo es consciente de que si se tiene en cuenta el poder adquisitivo real de cada uno, los españoles son los que pagan más impuestos de toda la zona euro. La reiteración en que la próxima subida de impuestos afectará exclusivamente a las rentas más altas, no calman los ánimos, ya que siempre terminan pagando los mismos.
La falta de seriedad del Gobierno es evidente una vez más. Primero provoca el incendio y después encarga a alguien que ejerza de bombero. Esta vez es la propia ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, la encargada de quitar hierro a las declaraciones del ministro de Fomento. En su comparecencia, eso sí al lado de José Blanco, Elena Salgado afirma que las modificaciones fiscales que entraron en vigor el día 1 de julio pasado, como el aumento del IVA y la no deducción de los 400 euros en el IRPF, ya proporcionan una “base de ingresos suficientes” para alcanzar los objetivos sobre el déficit público. Recalcó, una y otra vez, que en principio no hará falta hacer retoques, ya que el Gobierno cuenta con “capacidad recaudatoria suficiente” para cumplir con sus compromisos durante este año y todo el año 2011.
En cualquier caso, si hace falta algún retoque, afirma Elena Salgado, las subidas de impuestos nunca serán generalizadas. Como mucho, “algún pequeño ajuste para favorecer la equidad”, pero siempre “sin ánimo recaudatorio, sino como unas contribución”, que afectaría, claro está, a los ciudadanos con mayor capacidad económica. Pura retórica que no va a ningún sitio, ya que al Gobierno le preocupa muy poco la equidad y buscará prioritariamente enjugar la diferencia actual, existente entre el gasto público y los ingresos. Y esto tratará de conseguirlo aumentando las cargas fiscales y, no reduciendo el gasto. Estamos otra vez, eso sí, ante la demagógica consigna de subir impuestos a los ricos. Es una afirmación que queda muy bien de cara a la galería, que realmente tiene mucha carga plástica, pero nada sustancial. Se trata más bien de un simple recurso para consumo interior y para buscar desesperadamente el aplauso de los suyos.
Está visto que Zapatero y sus acólitos van por libre y piensan que están por encima de las normas establecidas, previamente consensuadas y que, por lo tanto, pueden permitirse cualquier cosa. Aún no se han enterado que la política por sí sola no sirve para generar riqueza. Eso es cosa de los empresarios. A los responsables políticos solamente les corresponde crear las condiciones óptimas para que el mundo empresarial pueda desenvolverse adecuadamente y, de paso, crear abundantes puestos de trabajo. Y para conseguirlo, el Gobierno debe ante todo generar confianza. Y esto se consigue, tal como le indica el responsable del Banco Central Europeo que le ha llamado la atención, conteniendo el gasto y no subiendo arbitrariamente los impuestos. Es tremendamente lamentable que ni Zapatero, ni sus ministros, se hayan dado cuenta aún que nuestro problema no es de ingresos, que dicho problema es claramente de gastos. Estamos donde estamos porque, desde un principio, se han dedicado a gastar a manos llenas y sin control alguno.
Barrillos de Las Arrimadas, 23 de agosto de 2010-08-22
José Luis Valladares Fernández
Pero, por desgracia para nosotros, éste es el Gobierno que tenemos, un Gobierno cuajado de medianías y alguna que otra nulidad, que fue hecho por Rodríguez Zapatero a su imagen y semejanza. Tanto el jefe del Ejecutivo, como sus ministros, no dudan en realizar anuncios, a veces sumamente arriesgados y comprometidos, sobre la marcha de nuestra economía. Ahí está, por ejemplo, lo dicho por José Luis Rodríguez Zapatero en Mallorca, después de su despacho con el Rey. Le faltó tiempo para anunciar nuevos gastos en obras públicas. Dio a entender que se trataba de una inversión prioritaria, que se llevaría a cabo al margen de la necesaria reducción del déficit público.
Estas declaraciones de Zapatero llevaron inmediatamente la desconfianza a dichos mercados financieros, desconfianza que, sin pérdida de tiempo, disparó la prima de riesgo de los bonos españoles. Antes de hablar Rodríguez Zapatero, esa prima de riesgo o diferencial con respecto a la rentabilidad de la deuda alemana estaba en 150 puntos. Los detalles del presidente del Gobierno sobre la reanudación de ciertas obras públicas, dieron pie a que se dudara de la capacidad de España para cumplir los objetivos de recorte del asfixiante déficit público. Esto originó, prácticamente de un día para otro, que la prima de riesgo subiera casi un 18%, pasando de los 150 a los 175,4 puntos básicos.
Esta circunstancia obligó al secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, a salir a la palestra para intentar tranquilizar a los mercados financieros. Con esa intencionalidad, Campa puso todo el énfasis en que el objetivo de rebajar el déficit público en 2011 al 6% del PIB es “incondicional”. Por lo tanto, si la economía española no se comporta de acuerdo con lo previsto, el Gobierno adoptaría nuevas medidas de ajuste del gasto, ya que es absolutamente prioritario el compromiso de alcanzar, en el próximo año, la reducción del déficit público al 6% del PIB comprometido. A pesar de las intencionadas declaraciones del secretario de Estado de Economía, la prima de riesgo de los bonos españoles pierde la mejora que había logrado provisionalmente gracias a la publicación de las sospechosas pruebas de solvencia de la banca europea.
La irresponsabilidad es una constante en los miembros del Gobierno. Rara vez calibran el alcance y la transcendencia de sus palabras, y esto porque no quieren o porque no saben hacerlo. Últimamente ha sido el ministro de Fomento, José Blanco, quien ha dado la nota al considerar que son muy bajos los impuestos que pagamos los españoles. “Si queremos unos servicios de primera también tenemos que tener tributos como los europeos”, dijo. Y continuó reflexionando en voz alta: “España (…) cuenta con una base impositiva muy baja en relación con la media de los países europeos”. Habrá que advertirle a José Blanco que no es lo mismo presión fiscal que esfuerzo fiscal. Entre un concepto y otro hay una notable diferencia, pero exigirle al ministro de fomento que vea esa diferencia, sería lo mismo que pedirle peras al olmo. Su capacidad intelectual quizás no dé para tanto.
El esfuerzo fiscal de los ciudadanos no tiene nada que ver con el porcentaje de los ingresos de los contribuyentes que van a parar al Estado. Esto es, si se quiere, presión fiscal y ésta si está por debajo de la media europea. El esfuerzo o carga fiscal es otra cosa muy distinta, es el sacrificio económico que hace el ciudadano para pagar esos impuestos. Y este es tanto mayor, cuanto menor es el nivel de su renta. Y España es el segundo país de la Unión Europea que cuenta con el salario más bajo. De ahí que el esfuerzo fiscal de los españoles, calculado en función del sueldo medio, esté 21,89 puntos por encima de la media de la Eurozona. Solamente Italia y Portugal nos superan en ese esfuerzo fiscal, Italia con 30,55 puntos sobre la media y Portugal con 65,33 puntos. También se puede medir el esfuerzo fiscal por el número de días que el ciudadano medio español tiene que trabajar al año para satisfacer lo que se lleva Hacienda, bastantes más de los que tienen que trabajar la mayoría de los ciudadanos europeos.
Aún no conocemos el alcance de las preocupantes declaraciones de José Blanco. Puede ser un simplemente globo sonda o puede ser un adelanto intencionado de la actuación futura del Gobierno, para así edulcorar convenientemente, en la medida de lo posible, una próxima subida de impuestos. En cualquier caso, estas palabras sembraron el desconcierto y la preocupación entre los ciudadanos particulares y el mundo empresarial. Pues todo el mundo es consciente de que si se tiene en cuenta el poder adquisitivo real de cada uno, los españoles son los que pagan más impuestos de toda la zona euro. La reiteración en que la próxima subida de impuestos afectará exclusivamente a las rentas más altas, no calman los ánimos, ya que siempre terminan pagando los mismos.
La falta de seriedad del Gobierno es evidente una vez más. Primero provoca el incendio y después encarga a alguien que ejerza de bombero. Esta vez es la propia ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, la encargada de quitar hierro a las declaraciones del ministro de Fomento. En su comparecencia, eso sí al lado de José Blanco, Elena Salgado afirma que las modificaciones fiscales que entraron en vigor el día 1 de julio pasado, como el aumento del IVA y la no deducción de los 400 euros en el IRPF, ya proporcionan una “base de ingresos suficientes” para alcanzar los objetivos sobre el déficit público. Recalcó, una y otra vez, que en principio no hará falta hacer retoques, ya que el Gobierno cuenta con “capacidad recaudatoria suficiente” para cumplir con sus compromisos durante este año y todo el año 2011.
En cualquier caso, si hace falta algún retoque, afirma Elena Salgado, las subidas de impuestos nunca serán generalizadas. Como mucho, “algún pequeño ajuste para favorecer la equidad”, pero siempre “sin ánimo recaudatorio, sino como unas contribución”, que afectaría, claro está, a los ciudadanos con mayor capacidad económica. Pura retórica que no va a ningún sitio, ya que al Gobierno le preocupa muy poco la equidad y buscará prioritariamente enjugar la diferencia actual, existente entre el gasto público y los ingresos. Y esto tratará de conseguirlo aumentando las cargas fiscales y, no reduciendo el gasto. Estamos otra vez, eso sí, ante la demagógica consigna de subir impuestos a los ricos. Es una afirmación que queda muy bien de cara a la galería, que realmente tiene mucha carga plástica, pero nada sustancial. Se trata más bien de un simple recurso para consumo interior y para buscar desesperadamente el aplauso de los suyos.
Está visto que Zapatero y sus acólitos van por libre y piensan que están por encima de las normas establecidas, previamente consensuadas y que, por lo tanto, pueden permitirse cualquier cosa. Aún no se han enterado que la política por sí sola no sirve para generar riqueza. Eso es cosa de los empresarios. A los responsables políticos solamente les corresponde crear las condiciones óptimas para que el mundo empresarial pueda desenvolverse adecuadamente y, de paso, crear abundantes puestos de trabajo. Y para conseguirlo, el Gobierno debe ante todo generar confianza. Y esto se consigue, tal como le indica el responsable del Banco Central Europeo que le ha llamado la atención, conteniendo el gasto y no subiendo arbitrariamente los impuestos. Es tremendamente lamentable que ni Zapatero, ni sus ministros, se hayan dado cuenta aún que nuestro problema no es de ingresos, que dicho problema es claramente de gastos. Estamos donde estamos porque, desde un principio, se han dedicado a gastar a manos llenas y sin control alguno.
Barrillos de Las Arrimadas, 23 de agosto de 2010-08-22
José Luis Valladares Fernández
Hola José Luis! Nos hemos cruzado, yo estaba leyéndote y tú comentándome a la vez.
ResponderEliminarEstos todavía van a tener suerte porque lo mismo que se apuntaron el Mundial, ahora se apuntarán la tregua de ETA.
Sobre el tema del que hablas es increíble como manipulan, tergiversan y se lo llevan todo al terreno que quieren y sin sonrojarse, osea para tener infraestructuras y servicios como el resto de Europa tenemos que pagar mayores impuestos, qué listo, se olvida de que estamos en la cola en salarios, pero este hombre se cree que somos magos, es una verguenza quién nos gobierna, están completamente al margen de la realidad que vivimos, un saludo José Luis!
Muy buen post: En efecto, el desgobierno funciona a base de globos sonda y juega al desconcierto, porque no tienen ni puñetera idea de economía.
ResponderEliminarSi siguen expoliando a las rentas altas, al final lo pagarán las más bajas y subirá el paro.
Lo has explicado muy bien. Son los empresarios los que generan empleo, y esta gente se dedica a torpedear a los empresarios, generando paro y más miseria.
Un saludo.
Y MAL gastado.
ResponderEliminarY seguirán gastando a pesar de los avisos de Bruselas y del FMI, y más aún con el otoño calentito, hirviente, que nos acecha, con el consumo hundido y más de un millón de individuos, de familias, que ya no reciben prestación, ni ayudas, y que están anclados en una desesperación sorda que puede acabar como el rosario de la aurora.
ResponderEliminarParecen pollos sin cabeza José Luis...no alcanzo a imaginar qué más verán nuestros ojitos para que tu tocayo pueda mantener su culo en la poltrona (o sí) Saludos.
ResponderEliminarYa lo c reo, querida Vir. Estos se apuntan, si hace falta, hasta a un bombardeo. Por no perder el sillón, Zapataero es capaz de vender hasta su propio padre. Y como las elecciones están ahi, a la vuelta xde la esquina, quiere negociar con ETA para presentar la pacificación vasca comop un logro personal.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Con esta gente en el Gobierno, amiga Candela, siempre ha pasado lo mismo. Prometen cargar las tintas sobre unos ricos imaginarios, que no aoparecen nunca, y al final pagan el pato los de siempre, las clases medias y los que apenas ganan para vivir.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Hola Aspirante. Estas personas estan ideológicamente incapacitadas para moverse en la economía de un modo racional. Gastan mal y sin control.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Esta gente, querida Natalia, no aprenderá jamás.
ResponderEliminarPresumen, eso sí, de ser los amigos del trabajador y de las clases humildes y de que, gracias a ellos, existe un estado de bienestar cada vez más boyante. Pero la realidad es mujy distinta. Con ellos en el poder el estado de bienestar se deteriora y los pobres son cada vez más pobres. Lo malo es que hay demasiados masoquistas que aún creen en la bondad de semejantes vividores.
Saludos cordiales
Para mantenerse en la poltrona, amiga Maribeluca, son capaces de cualquier cosa. No les remuerde la conciencia de nada de modo que igual ctreal los gal, que se hacen amigos de ETA o aún cosas peores. Al tiempo.
ResponderEliminarSaludos cordiales