HUYEN DE LA CATALUÑA DE ARTUR MAS

Seguro que, para preparar sus encendidas intervenciones en los mítines de las últimas elecciones de Cataluña, Artur Mas i Gavarró, acudió confiadamente a la Pitonisa de Delfos o a otro oráculo de infalibilidad contrastada para que le desvelaran el futuro inmediato de la supuesta nación catalana. Y la respuesta recibida debió ser tan concluyente que creyó que podía competir con el Orfeo mitológico en el arte de encantar a todo un pueblo. Orfeo era capaz de embelesar a hombres y dioses con su voz y el sonido de su lira. Unos y otros se reunían para oírlo y así descansaban sus almas. La naturaleza entera se conmovía al escuchar sus fascinantes acordes. La corriente de los ríos se paraba para disfrutar de su melodiosa voz y hasta las mismas rocas se animaban y salían a su encuentro. Así fue como enamoró a la escurridiza ninfa Eurídice.

Artur Mas no tañía la lira, pero pensaba que con su palabra arrastraría indefectiblemente a todos los catalanes para apoyar incondicionalmente su proyecto soberanista. Y nos remite a la masiva Diada del 11 de septiembre  de 2012, para demostrarnos que es así. De ahí que se le caliente la boca y, tratando a los catalanes como subnormales profundos, prometa recrear en Cataluña el imposible país de las maravillas. Según sus previsiones, una vez recuperen la independencia, los catalanes alcanzarán la felicidad plena y serán envidiados por todo el mundo. Con toda seguridad, Cataluña bajo su mando alcanzará su cenit en el año 2020, fecha en la que se pondrá a la cabeza de la Unión Europea, sin necesidad de pertenecer a ella.

Una vez liberada del yugo de España, Cataluña mejorará tanto, que desaparecerá prácticamente el fantasma del paro, creando abundantes puestos de trabajo y se reducirán a la mitad los accidentes de tráfico. Con la independencia, la vida de los catalanes dará un vuelco, aumentando milagrosamente su estado de bienestar: vivirán bastantes  más años con un nivel de vida muy superior al actual, descenderán significativamente las muertes por cáncer, se pagarán menos impuestos y hasta se aumentarán las pensiones. Con Mas al frente y con su deseada independencia, los catalanes se aseguran la felicidad plena y casi, casi la inmortalidad.

Y según Artur Mas, en la Cataluña independiente es inevitable el milagro cultural y económico. Las universidades catalanas  estarán entre las 200 mejores del mundo. La economía en Cataluña, una vez liberada del pesado lastre de la dependencia española, cambiará radicalmente sus reglas y comenzará a crecer a un ritmo superior al de Europa. Según sus previsiones, se crearán 60.000 empresas y más de 100.000 puestos de trabajo. La deuda catalana que, según Oriol Junqueras, es  extremadamente elevada por culpa de España, desaparecerá para dejar paso al mayor superávit de Occidente.

Pero es muy posible que Artur Mas, si no cambian por completo las cosas, terminará fracasando como el mismo Orfeo. Muerta  Eurídice por la mordedura de una serpiente, Orfeo decide bajar a los infiernos para pedir al dios de los muertos que le devuelva a su querida compañera. Embelesado por su lira, Hades accede a su petición, aunque con una condición: que no volviera su cabeza para mirar a Eurídice, hasta que esta no hubiera rebasado los confines del reino de los muertos. Ya estaba su esposa traspasando la última puerta del inframundo y Orfeo se olvida de la condición impuesta y, lleno de impaciencia, mira hacia atrás para ver el esplendoroso rostro de su amada. En ese momento, Eurídice se convierte nuevamente en sombra y Orfeo es expulsado del infierno y condenado a vivir separado de su esposa.

Algo así le está pasando ya al todavía presidente de la Generalitat de Cataluña. Tenía una cómoda mayoría en el Parlamento catalán para gobernar sin sobresaltos. Pero el resultado de la última Diada le cegó y, pensando que obtendría una abultada mayoría absoluta, disuelve el Parlamento con dos años de antelación y convoca nuevas elecciones. Pero fracasó rotundamente, ya que sacó 12 escaños menos que en las anteriores elecciones. Los electores, que aspiran a romper amarras con España, demostraron de manera muy clara que, para liderar el ansiado proceso independentista, prefieren fuerzas políticas que han defendido siempre esa opción y desconfían de los que se sumaron más tarde para tapar errores personales o simplemente por despecho.

Por muy encendido que sea el verbo de Artur Mas, no hay catalán tan tonto que se crea sus monsergas. Saben perfectamente que vende todos esos paraísos imposibles para poner sordina a la realidad cotidiana y ocultar los problemas económicos que afectan gravemente de una manera muy especial a toda Cataluña. Tanto Mas como su gente procuran evitar que se hable de la ruina económica que ellos mismos han generado durante los dos últimos años de su Gobierno. Intentan  silenciar la situación desastrosa que se vive en los hospitales, en los geriátricos, en los colegios públicos y en todos los centros de servicios sociales. Y todo ello,  como consecuencia del endeudamiento exagerado de la Generalidad.

Y aunque parezca mentira, consiguieron plenamente su objetivo. Lograron que nadie hablara de la crítica situación de la economía catalana ni durante la campaña electoral, ni después. No han sacado a colación, ni por asomo, la desastrosa gestión del Gobierno. No hay aparentemente más problemas que el de la dichosa independencia. Han conseguido concienciar a muchos catalanes para que se olviden del paro y de los demás problemas derivados de la crisis económica y moral que padecemos y se preocupen exclusivamente de la independencia y de que les dejen decidir.

Pero no toda la sociedad catalana ha tragado el anzuelo lanzado intencionadamente por Artur Mas y sus acólitos. Su fácil verborrea no ha embaucado a los empresarios catalanes, que son los que en realidad pueden sacar a Cataluña de su  marasmo económico. Engaña a quien quiere dejarse engañar. Es cierto que los hombres de empresa no hablan porque no les interesa en absoluto pero, cuando atisban complicaciones, actúan sin complejos y cambian su domicilio social a otras regiones más favorables. Son más de 1000 las empresas que, desde 2010, han abandonado Cataluña y se han instalado en la Comunidad de Madrid.

Entre las que han decidido marchar de Cataluña, hay empresas de todos los calibres. Las hay grandes, medianas y pequeñas y alguna que otra multinacional. Entre las más importantes está el grupo Cobega, la empresa envasadora de bebidas refrescantes de la firma norteamericana Coca-Cola que, a partir de ahora, deja de pagar sus impuestos en la Generalidad catalana, ya que trasladó su sede social a la Comunidad de Madrid. Y el abandono de esta envasadora es quizás la que mayor revuelo causó en Cataluña. De ahí que los responsables de la Generalidad respondieran implantando un nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas que afecta principalmente a Coca-Cola.

Pasa lo mismo con Naturhouse. La empresa matriz de la famosa cadena de centros de dietética también ha decidido trasladar su sede social de Barcelona a Madrid por culpa de las veleidades separatistas. Otro tanto va a hacer la multinacional estadounidense Procter & Gamble con la sede social de su filial Arbora & Ausonia. La marcha del principal fabricante de productos de higiene femenina a la capital de España, no deja de ser un duro golpe para la industria catalana.

La empresa gigante de  mensajería  instantánea MRW comenzó ya el proceso que, según todos los indicios, terminará con su sede social en Madrid, buscando la reducción de costes. De momento, ya han salido  de Hospitalet de Llobregat en Barcelona las personas que trabajaban en el departamento de atención telefónica y han sido instaladas en la capital de España. Es de suponer que no tardarán mucho en seguirles los demás trabajadores.

La salida de empresas de Cataluña no es exclusivamente hacia la Comunidad de Madrid. Son muchas las que han fijado su sede social en otros puntos de España y,  algunas, han terminado en el extranjero. En este proceso de deslocalización de empresas está implicado uno de los hijos del patriarca Pujol, según publicó El Mundo a finales del año pasado. Oriol Pujol Ferrusola, según esa información, cobró comisiones millonarias por facilitar la salida de multinacionales de Cataluña. Y hay que tener en cuenta     que Oriol Pujol, además de diputado, era uno de los máximos dirigentes de CIU.

Y no solamente son empresas las que se van de Cataluña. Hay también casos muy llamativos, como el de Josep Pujol, segundo hijo de Jordi Pujol. Este miembro destacado de la saga Pujol se empadrona en Madrid para dar así esquinazo al fisco catalán. En Barcelona, según las intenciones de  CIU y de Esquerra, va a subir considerablemente el impuesto sobre el patrimonio, el de sucesiones  y el de transmisiones patrimoniales. En Madrid, en cambio,  no se aplica el impuesto sobre el patrimonio. Pero la acción de este destacado miembro de la familia Pujol, está vedada a los simples trabajadores, a los jubilados y, de manera muy especial, a los que están en paro.

Barrillos de Las arrimadas, 10 de septiembre de 2013

José Luis Valladares Fernández