jueves, 16 de abril de 2009

RUBALCABA AL APARATO



En El Mundo del lunes, día 13, aparece una exclusiva de Manuel Marraco, donde se nos informa que la policía tuvo controlado a Daoud Ouhnane, principal sospechoso, entonces, del atentado del 11M. Según detalla El Mundo, en el mes de junio de 2004, los días 20 y 22, la policía grabó en video a este islamista saliendo de una casa en Santa Coloma de Gramanet. Esta casa, conocida con el nombre de “fortaleza de los Guerreros” estaba sometida a vigilancia, como consecuencia de las actividades islamistas de sus inquilinos.
Sobre Daoud Ouhnane pesaba una orden de busca y captura internacional, dictada el 27 de mayo de ese mismo año por el juez Del Olmo, a instancias de la Unidad Central de Información de la Policía (UCIE). El hecho de que grabaran a este islamista justamente un mes después de que Interior hubiera distribuido su foto, indica bien a las claras que la policía no quiso detenerle. Y no le detuvieron, quizás, porque hubiera quedado al descubierto la falaz trama que se ideó desde las propias fuerzas policiales.
Se da la circunstancia de que la policía ocultó al Juez Del Olmo la presencia de Ouhnane en Santa Coloma y la grabación efectuada. Quizás no interesaba que hablara y se esperó tranquilamente a que huyera de España para así seguir con la farsa de la trama oficial.
Como desde Interior continúan insistiendo sobre la tesis islamista, Rubalcaba se vió obligado a intervenir, con lo que complicó aún más las cosas. Coincidió que yo estaba viendo la televisión, cuando él apareció en la pantalla y no se puso nada colorado al afirmar que si Ouhnane no fue detenido entonces, se debió a que la policía no le había reconocido. Es normal que Rubalcaba no se ruborizara, ya que lo de él es mentir cuando duerme y cuando está despierto. No se cómo es posible que, a un mes del reparto profuso de fotografías de Ouhnane por todas las comisarías, las fuerzas del Orden Público, no le reconocieran en esa filmación.
El martes, 14 de abril, El Mundo da nuevos datos de otros dos implicados, según la policía, en el 11M. Se trata de Mohamed Afalah, chofer y hombre de confianza del tan traido Lamari, y Said Berraj, que ocuparon también esa misma casa. Tampoco estos fueron reconocidos por los agentes de la Policía, ocupados en la vigilancia de ese inmueble. Pero esto, según el Ministro del Interior, no es relevante en absoluto y no agrega nada nuevo a lo que ya conocemos.
Ya está bien de que quieran hacernos comulgar con ruedas de molino. A estas alturas, es completamente absurdo que pretendan hacernos creer semejante patraña. No sabemos quién fue ni el autor material del 11M, ni quien lo ideó y coordinó para que resultara tan tremendamente efectivo. Lo sospechamos simplemente. Si sabemos, en cambio, que no fue obra de islamistas, ya que estos hubieran obrado como los del 11S, como los del 7 de Julio de 2005 en Londres, o como los que ofrendan su vida, casi a diario, en Irak y Afganistán. El mismo Daoud Ouhnane, que según dicen se inmoló posteriormente en Irak, lo hubiera hecho ya en los trenes de cercanías de Madrid para garantizarse el Paraíso que le promete su religión.
El atentado de Madrid se preparó y se perpetró, no sabemos por quien, para cambiar el signo del Gobierno. Y nada mejor que cargar el muerto a unos islamistas, de quienes se ofrecían abundantes datos, incluso, como es el caso de Ouhnane, hasta el ADN. Y la motivación, claro está, la tan traída y llevada guerra de Irak.
Hasta aquí, todo muy bien. Lo malo es que, los que se encargaron de vender el producto a la opinión pública, o no sabían, o no cayeron en la cuenta, que un islamista ni piensa, ni reacciona como podamos hacerlo los occidentales. También pudo ser que pensaran que, los españolitos de a pie, estábamos aún chupándonos el dedo. Algunos, por obligación, hemos estudiado la vida, obra y milagros de Mahoma y de sus adeptos y conocemos cual es el comportamiento religioso y cultural de estas personas. Otros tienen a la vista, casi a diario, las crónicas de la prensa en que se cuenta su manera de morir matando. Y esto no lo hacen porque sí; lo hacen por imperativo religioso y convencidos de que así tienen garantizado el Sétimo Jardín del Edén, que es el mayor premio de Alá para sus fieles. Los ocupantes del piso de Leganés, si es que eran islamistas, no pudieron inmolarse conscientemente ese 3 de Abril de 2004, como han tratado de hacernos creer. Pensar lo contrario sería una tremenda aberración que no cabe en cabeza humana. Es algo fuera de la lógica de los que siguen ciegamente la doctrina del profeta Mahoma.
Lo del piso de Leganés forma parte del atrezzo, diseñado a toda prisa, para engañar a los incautos y hacerles ver lo que en realidad no era. Y la historia se repite con Ouhnane, Afalah y Berraj. Interesaban estos personajes por su origen árabe, ya que así resultaba más plausible la autoría islamista del 11M y su motivación por la guerra de Irak. Pero, aunque controlados por sus actividades islamistas, había que dejarles huir, para que nunca pudieran ser juzgados y se aclarara el verdadero origen de ese atentado.
Y Rubalcaba diciéndonos que no fueron detenidos por que no les reconocieron y que, además, todos estos datos no aportan nada nuevo. Y eso que Rubalcaba fue el autor de aquella famosa expresión: “España no se merece un gobierno que mienta”.

José Luis Valladares Fernández

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